sábado, 11 de mayo de 2013

Capitulo 7

Capitulo 7

Al día siguiente, el Sr. Hursley dio las últimas instrucciones a la clase.

—Asegúrense de guardar sus trabajos con frecuencia, la red ha estado fluctuando de nuevo y sería una vergüenza tener los mejores volantes de Bienvenida a la Secundaria Rockville jamás vistos, cayendo víctimas de una muerte cibernética.

Dio una vuelta evaluadora por la habitación para asegurarse de que todos estuvieran con la tarea. El golpeteo de los teclados en acción llenaba la habitación. Satisfecho, el Sr. Hursley se acomodó en la silla de su escritorio, se ajustó las lentes bifocales obsoletas y se instaló en la sección de deportes.

Lali echó un vistazo a la gente de su alrededor. A su derecha estaban sentadas dos chicas engreídas que creían que el mundo giraba a su alrededor. Las reinas del drama deslizaron sus sillas muy juntas y susurraban bajo el zumbido de dos docenas de ordenadores. A su izquierda descansaba la estrella del baloncesto, también conocido como el imán de chicas, Tom West, con sus piernas increíblemente largas, extendidas por debajo de la mesa. Miró hacia la mesa del profesor, donde el Sr. Hursley se enterraba detrás del periódico.

Tom se colocó unos pequeños auriculares y comenzó a asentir al ritmo de la música que escuchaba. Lali no podía comprender cómo Tom manipulaba el pequeño iPod con sus manos gigantes.

Con la atención de todos en otra parte, ella se inclinó más cerca del teclado, hizo clic en el icono de Internet y escribió en el “Google”. Al instante la pantalla apareció, sorprendiéndola. La mayoría de los chicos pasaban horas navegando por la web. El único momento en que Lali tocaba un ordenador era para trabajar en sus tareas escolares durante la clase. Tía Tina nunca sería dueña de algo tan progresista como un ordenador; vivía en la Edad Media. Por primera vez en muchos meses, Lali estaba motivada a romper las reglas un poco y buscar en la web.

Sus nervios la traicionaron cuando sus manos empezaron a temblar. Se apartó del teclado como si se hubiera quemado. Esto era una tontería. Ella nunca rompía las reglas y esto era muy simple. No estaba estropeando la propiedad de la escuela. Quería saber más acerca de Peter y la información estaba a sólo unas teclas de distancia.

Respiró hondo y apoyó los brazos sobre el escritorio.
 
Con la concentración nerviosa hizo clic en el cuadro de búsqueda y escribió. “Peter Lanzani.”

El ver su nombre en la pantalla, a pesar de que lo puso allí, lo trajo a la vida como si él estuviera sentado justo delante de ella. Retiró las manos. ¿Por qué estaba nerviosa? Había trabajado duro para no importarle nada, pero ahora quería esto con muchas ansias, le dolía el estómago.

Se mordió el labio inferior, extendió la mano con su dedo índice derecho extendido y presionó enter.

4.710.084 artículos en 0,23 segundos.

La mandíbula de Lali cayó. Una lista que mostraba artículo tras artículo y la mayoría incluía una foto de Peter o Peter con sus hermanos.

Se recostó en la silla, con su mano cubriendo su boca abierta.

¡Más de cuatro millones de visitas! Esto no podría estar en lo cierto, pero ahí estaba, su sonrisa familiar una y otra vez.

La incredulidad no comenzaba a expresar sus emociones. No tenía ningún sentido. ¿Por qué el chico en la pantalla querría ser su amigo? ¿Qué podría ver en ella un hombre como Peter? ¿Estaba perdiendo la cabeza? No, todavía recordaba el tacto de sus labios en sus manos. Era una locura. Se inclinó hacia delante, ajena al mundo a su alrededor, y empezó a leer los títulos.

Peter Lanzani, sitio oficial de fans.

Peter Lanzani, Genio Escribiendo Canciones, Contraataca con Nuevo Disco de Oro.

Peter Lanzani Junto con los Hermanos Tacho y Agus, Tour Triple Amenaza Kick Off Vendido.

Peter Lanzani Visita a Niños del Hospital de Niños de Tulsa.

Peter Lanzani, Vocalista de la Banda Lanzani, Sacude Denver.

Lali tomó el ratón para hacer avanzar la página.

—Señorita Esposito, eso no se parece en nada a un volante de bienvenida.

Saltó en su asiento, golpeando su rodilla contra la pata de la mesa, y luego se giró. El Sr. Hursley estaba plantado detrás de ella, con los brazos cruzados. 
Lali tragó saliva.

—¿Ha terminado con su trabajo ya o necesita una hora de castigo para ayudarle a volver a la pista? —El Sr. Hursley no perdía el tiempo.
—No —respondió ella, con los ojos como un ciervo frente a unos faros.

El calor en su cuerpo se elevó de su cuello hasta la cara, tornándose de un caliente rosa. No llores.

Los chicos del baloncesto y las chicas chismosas observaban, entretenidos, siendo testigos de su vergüenza.

El Sr. Hursley se inclinó hacia delante, tomó el ratón e hizo clic en la página web para cerrarla. Peter desapareció de su vista, como si nunca hubiera existido. El vacío en la pantalla la golpeó como un puñetazo a sus entrañas.

—Volvamos a la tarea, ¿de acuerdo? —Él arqueó una ceja.
 —Sí, señor —murmuró, preguntándose cómo podía seguir adelante con algo ahora que sabía dónde encontrar a Peter. Todo sobre él estaba tan cerca, a sólo unas pocas teclas de distancia.
—No quiero ponerme en contacto con tus padres. —Hizo una pausa y se corrigió a sí mismo—. Lo siento, me refiero a tu tía.

No hay nada como la pena para no meterse en problemas. Las dos chicas chismosas se la quedaron mirando, mostrando la arrogancia en sus más que maquilladas caras.

—La cerebrito es tan extraña, ni siquiera sus padres la quieren —susurró una en voz alta. La otra se rió.
Por una vez Lali no se preocupó por sus comentarios. Peter estaba tan cerca. Sólo a una pantalla de computadora de distancia. Tomó la determinación de no traerlo de vuelta a la pantalla. No podía arriesgarse a que tía Tinarecibiera una llamada. Lo último que quería era hacer frente a un ataque de tía Marge. Lali necesitaba un plan. Tenía que encontrar una manera de pasar tiempo en los ordenadores sin interrupción o amenaza de detención. Sólo ella y Peter a solas.

Ahora tenía una misión y el coraje para llevarla a cabo.

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