viernes, 17 de mayo de 2013

Capitulo 21

Capitulo 21

Lali miró inexpresivamente por la ventana de la habitación hacia Parfley’s Glenn y escuchó de nuevo sus mensajes. La voz de Peter sonaba forzada y preocupada. Estaba tan arrepentido. Rompía su corazón. La emoción en su voz trajo de vuelta los viejos recuerdos y el dolor. Durante las horas siguientes al choque del coche de su familia se sintió de la misma manera que cuando el terror penetrante la abrumaba. Experimentó un entumecimiento general y el sabor del miedo.

Gateó sobre la cama, sin molestarse en sacarse el vestido de bienvenida. Se acurrucó y sujetó el teléfono contra su corazón. Lloró por Peter, su familia y todo el miedo que captaba tan claramente. Lloró por su padre que estaba sufriendo mientras luchaba por su vida. Y lloró por ella.

Dejó las compuertas abiertas y lloró por la pérdida de su madre y su hermana. Lloró porque nunca se alistaría para una fiesta con ellos. Su madre nunca conocería a Peter y nunca la vería graduarse de la secundaria. Lloró por lo que había sido su vida una vez y nunca sería de nuevo. Liberó lágrimas de frustración por ser tirada en la casa solitaria y sin amor de su tía. Echaba mucho de menos a su padre, pero se sentía enojada de que la abandonara. Lloró por su falta de amigos y libertad. Ella mantenía una apariencia valiente, pero ahora la fachada se derrumbaba. Finalmente lloró por ella y Peter, ambos despojados de una infancia normal, por razones muy diferentes. Esta noche iba a ser su momento, su número, sólo una simple noche juntos.

Nunca en su vida se había sentido tan sola.

♫ ♪♫

Los días siguientes al ataque de corazón del padre de Peter pasaron volando. En un intento de forzar a su padre a descansar, su madre rentó una casa en Venice Beach. Los especialistas del corazón lo cuidaban muy bien en el hospital y le aseguraban a la familia que estaba fuera de peligro. La vida volvía a un patrón normal de conciertos, entrevistas y llamadas regulares a Lali. Peter aún se sentía horrible por dejarla plantada en el Baile de Bienvenida, pero ella le dijo que dejara de disculparse, que la familia debería venir siempre primero.

Si hubo un aspecto positivo en el ataque al corazón, fue la repentina libertad de Peter de sus padres. Su madre se pasaba todo el tiempo merodeando mientras su padre se volvía más intratable por su nueva dieta y restringida actividad.

Peter se puso una gorra de béisbol, agarró su manos libres y se deslizó un par de lentes.

—Voy a correr —gritó, mientras caminaba sobre la terraza de madera. Después de unos pocos estiramientos de calentamiento, atravesó la arena seca y marcó el número de Lali. Cuando golpeó la arena compacta cerca de la marea baja de la mañana, echó a correr. Amaba pasar el tiempo en la costa.
—Justo a tiempo —respondió Lali.

Peter sonrió. El sonido de su voz siempre hacía su día, como cuando una gran canción aparecía de pronto en su cabeza.

—Sí, bueno, todavía estoy haciendo la pelota para que no me dejes.
—Para. Te lo he dicho un millón de veces, está bien. ¿Cómo estuvo tu día?
—Mejor que nunca. Mi madre le ha estado volviéndolo loco con toda su atención. Cada vez que él comienza a trabajar, ella amenaza con llamar al 911. Él ve al doctor mañana para un seguimiento. Creo que mamá va a amar cada minuto del control hasta que el doctor le dé el visto bueno para trabajar de nuevo.
—Es genial que lo esté haciendo tan bien.
—Sí, pero siempre está arremetiendo contra el televisor. Para molestar a mamá, ha estado viendo las películas de Los Ángeles de Charlie una y otra vez. La ha estado volviendo loca. —Peter amaba las tácticas de su padre.
—Mi mamá amaba a Los Ángeles de Charlie. Ella solía verla cuando era pequeña. De hecho ella quería llamarme Jill por de uno de los personajes, pero mi papá no la dejó.

Él imaginó a Lali como una bebé en los brazos de su madre, sus padres negociando el nombre que quedaría con ella de por vida.

—¿Tú, una Jill? No lo creo. Lali es mucho más valiente. Te queda mejor.
—Además no tengo a la sex appeal de Farrah Fawcett.
—Ahora en eso no estaré de acuerdo. —Lali era más hermosa que cualquier estrella de película. Sólo no lo sabía, lo cual amaba de ella.
—Estás haciendo la pelota de nuevo.
—¡Nunca! —Se rió.
—Estás respirando con dificultad. ¿A dónde vas a correr hoy?
—A la playa. —Esquivó a una mujer que paseaba a un pequeño perro de pelaje suave y sedoso—. ¿Dónde estás?
—Acabo de llegar a Parfrey’s Glen.

Peter amaba Parfrey’s Glen. Guardaba recuerdos especiales de sus momentos juntos.

—Desearía que estuvieras aquí.
—Bueno, yo desearía estar en el sur de California en una cálida playa, no congelándome en la tempestuosa Wisconsin. Todas las hojas están fuera de los árboles y todas parecen muertas y frías. Podría nevar en cualquier minuto.

Él se la imaginó abrigada contra el frío, manteniendo el cuello de su abrigo cerrado de tal manera que el viento cortante no picara con fuerza. Se imaginó sus mejillas sonrosadas y su pelo alzado por el viento.

—Lo sé, pero mantente firme. No durará por mucho ahora y ya no tendrás que vivir más allí. ¿Ya rellenaste los formularios del pasaporte? —Él había estado tramando un plan para sacarla. Si las cosas iban a su manera, se uniría a él en el viaje y terminaría la escuela secundaria mediante la educación en casa como él.
—Están rellenados, pero no sé cómo los conseguiré firmados sin un padre.
—No te preocupes que estoy trabajando en eso. Una vez que mi madre no esté tan fuera de control por mi papá, le contaré todo. No hay manera de que no dé un paso adelante y ayude. Cuando ve una injusticia, mueve cielo y tierra para arreglarla. Ella lidiará con tu tía y asumirá la tutela.
—¿Estás seguro? Ni siquiera me conoció. ¿Por qué haría eso? 
—Porque se preocupa por mí y siempre apoya todo lo que hago. Eres parte de mi vida y no puedes continuar viviendo con tu tía. —Su mamá tenía el corazón más grande y sabía que se emocionaría por la triste situación de Lali. Él no lo había mencionado antes porque quería respetar la privacidad de Lali. Pero cuanto más aprendía sobre la vida en su casa, más se preocupaba. 
—No puedo creer que vayas a sacarme de aquí. Es como un cuento de hadas y tú vas a rescatarme de la reina malvada.
—Sí, tendré que conseguir mi caballo blanco del establo para completarlo. — Eludió una ola gigante que llegaba a la orilla y amenazaba con empaparlo.
—Cállate. Estás tan pegado de ti mismo.

Él sonrió ante el sarcasmo en su voz.

—¿Entonces qué vas a hacer hoy? —La playa se llenaba más con cada minuto.No esperaba ser reconocido, pero los lentes y un gorro nunca hacían daño.
—Cuando regrese, hay un trabajo de investigación en espera. Eso debería llenar el resto del día —dijo Lali.
—Qué pesado. ¿Qué hay de Cruella Deville? ¿Ella ha estado fastidiándote?
—Nah, ha estado fuera en el establo todo el fin de semana. No sé lo que está haciendo allí fuera.
—Bien. Cualquier cosa que la mantenga lejos de ti me pone feliz. —Los pensamientos de Lali viviendo con la horrible mujer lo roían.
—¿Qué vas a hacer hoy, además de pasar el tiempo en el cálido sol y poniéndome celosa?

Peter eludió a un grupo de chicos pequeños corriendo hacia el agua.

—Tacho tiene entrevistas telefónicas establecidas para la mayor parte del día. Con papá recuperándose, Tacho decidió que necesita ser el rey de la montaña y dirigir mi vida. Estoy casi listo para despedirlo. Él ha estado a cada minuto encima de mí. De repente él piensa que si perdemos siquiera una oportunidad para una entrevista o aparición, nuestras profesiones terminarán en el retrete.
—Suena como que él sacando adelante la banda —dijo Lali.
—No, Tacho sólo mira por sí mismo. Creo que todo es sobre tener el control. Está hambriento de poder y ama intentar dirigir mi vida.
—No puede ser así de malo.
—No tienes idea. Él puede ser un verdadero bastardo cuando quiere. —Peter habló con Lali hasta que el tiempo se agotó y necesitó volver corriendo y ducharse. Un día de maratónicas entrevistas por teléfono quedaba por delante. La única parte buena era que él y sus hermanos no tenían que irse a ninguna parte. Las entrevistas serían hechas desde la casa de la playa.

Tacho lo esperaba en la terraza cuando volvió.

—Llegas tarde —gruñó Tacho—. No puedes decirme que estuviste afuera corriendo todo ese tiempo. ¿Sentado en una tienda de café hablando con Lali de nuevo?
—No tengo que decirte nada. Ya sabes, Tacho, necesitas relajarte. Deberías salir e intentar sacar ese peso de tu culo. Podría ayudar a improvisar a tu entusiasta personalidad.
—Y tú necesitas dejar a tu peso muerto en Wisconsin —dijo Tacho, mientras Peter se abría paso y lo ignoraba.

♫ ♪♫

La mañana siguiente Lali estaba sorprendida cuando su teléfono sonó mientras estaba esperando el bus. Lo abrió de un tirón.

—¡Hey tú! —No esperaba escuchar a Peter hasta esta noche. Caminó en torno al costado de la casa de tal manera que la tía Tina no la viera con el teléfono mientras esperaba el bus. La llamada de Peter era una sorpresa bienvenida.
—No soy Peter —respondió una voz plana.
—¿Quién es? —El indicador de llamadas indicaba que era el teléfono de Peter.
—Soy Tacho.
—¿Quién?
—El hermano de Peter.
—Oh. ¿Qué ocurre? ¿Dónde está Peter? —No le gustaba el tono en la voz de Tacho. Algo estaba mal.
—Pues de eso se trata. Él me pidió que te llamara.

El corazón de Lali cayó. Algo terrible le ocurrió a Peter. Oh Dios, no podía perderlo; él debe de estar bien.

—¿Está bien? ¿Qué está mal?
—Él está bien. Quiero decir, no le ocurrió nada o algo así.

Ella no lo entendía. Tacho estaba usando el teléfono de Peter, ¿por qué haría eso? ¿Dónde estaba Peter? Caminó hacia detrás de la granja donde podía hablar en voz más alta.

—Entonces, ¿qué pasa?
—Escucha, voy a decirte esto sin rodeos. —Se aclaró la garganta—. Peter no sabía cómo decirte esto, y no quería que enloquecieras totalmente o algo así, así que me pidió que yo lo hiciera.

Su estómago dolía. Peter le podía decir cualquier cosa. Eran tan cercanos y hablaban de todo. La mente de Lali se voló a un pensamiento trágico enseguida.

—El viaje es realmente una locura y es demasiado duro mantener las cosas funcionando contigo cuando necesita trabajar. Así que, de todas maneras, él ya no llamará más y sería mejor si tú no lo llamas a él tampoco.

Todo se movía en cámara lenta. Esto no podía estar pasando.

—¿Qué estás diciendo? ¿Peter está rompiendo conmigo? —El pecho de Lali se contrajo. Esto no tenía sentido. Tacho estaba equivocado, Peter la amaba. En unos días más él iba a venir a buscarla. Ellos tenían un plan. Él tenía dieciocho ahora y ella viajaría con él.
Tacho se aclaró de nuevo la garganta.
—Sí. Es más o menos eso.

Lali no podía creer lo que estaba escuchando. No podía imaginarse a Peter pidiéndole a Tacho que fuera el que le rompiera el corazón. Necesitaba escucharlo de Peter.

—Déjame a hablar con él. Dale a Peter el teléfono.
—No está aquí. Ya se fue. Mira, Peter y yo no siempre nos llevamos bien, pero somos devotos a la banda. Esto es negocio; no es personal. Le resultaba difícil respirar.
—Peter nunca haría esto. Él va a venir a buscarme en tres días. Tenemos un plan. ¡Estás mintiendo!
—Cuales sean los planes que crees que él hizo contigo no van a ocurrir. Se terminó Lali. Él tuvo diversión, tú tuviste diversión, ¿pero no lees los tabloides? Esto pasa todo el tiempo. Él tiene cosas más importantes que hacer que pasar el tiempo con alguna chica de Hicksville.
—Eso no es verdad, él me ama —sollozó ella.
—Whoa. Da marcha atrás. ¿En qué mundo fantasioso estás viviendo? ¿Qué te hace pensar que alguien como Peter estaría enamorado de ti? Él lo tiene todo. No te necesita a ti y lo que ha hecho él es pasar el tiempo en tu pequeño mundo de pueblo. Está terminado. Ahora necesitas arrastrarte de vuelta a tu pequeño cobertizo. Peter ya no te quiere.
—Tacho, por favor, no hagas esto. Tengo que hablar con Peter. Nunca rompería de esta manera. Él es mejor que eso —alegó una oportunidad para hablar con Peter una última vez.
—Presta atención. No tienes idea de cuán importante él es en esta industria. Él tiene cosas más significativas que hacer que escaparse corriendo por ti todo el tiempo. Tú lo estás retrasando. Así que entiéndelo y recupérate. Tienes mucha suerte de conocerlo.

Sus nervios estaban en un punto quebradizo. Un estrés más desintegraría el hilo y lo desharía. Si lo que Tacho le decía era verdad, nunca hablaría con Peter de nuevo. Él estaba en lo cierto; tenía suerte de haber conocido a Peter. Él cambió su mundo para mejor. Rezaba que Tacho estuviera equivocado, ¿pero qué si no lo estaba? Lágrimas caían por su rostro. Intentó no quebrarse. Si Peter quería romper, no quería ser la chica que suplicaba y nunca lo dejaba en paz. Él había sido demasiado bueno para ella y él merecía lo mejor.

—¿Me haces un favor? —preguntó.
—Te lo dije, él no quiere hablar contigo.
—Lo sé, sólo dale un mensaje, por favor —pidió, mientras se ocultaba al lado del granero detrás de la casa.
—¿Qué? —respondió llanamente.
Secó las lágrimas con su brazo.
—Dile que… —hizo una pausa para intentar encontrar las palabras correctas—. Dile que él me salvó. Y una cosa más. Dile que estoy bien, que lo entiendo. — Sabía que sonaba estúpido, pero era la verdad. Él la había salvado de las profundidades de la depresión. Las lágrimas se derramaban por su rostro y su nariz goteaba. Ella nunca esperó que terminaran juntos para siempre, pero, aun así, ¿cómo podía él terminarlo de esta forma?

Tacho se quedó en silencio del otro lado.

—¿Tacho? Por favor díselo por mí. Por favor. —Ella sollozó, tragando saliva para respirar.
—Sí, como sea. Me tengo que ir.

La comunicación murió.

Ella quería llamar de vuelta, pero sabía que Tacho no la cogería. Se inclinó contra el costado del granero y se cubrió el rostro con las manos. Un maremoto de angustia cayó sobre ella. Se deslizó en la hierba alta, sollozos de dolor se escaparon. La vida probablemente no podía empeorar más. No debería haber asumido que una vida con Peter podía ser real. Era una fantasía ahora destrozada.

+5

5 comentarios :

  1. ¿cómo pudo Tacho?. espero que se arrepienta...

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  2. uuuuu lo matoooo
    como es capaz de hacer algo haci tengo una broncaaaaa

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  3. uhhhhh que bronca te juro ue mato a tacho ajaja me encanta tu nove

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