Capitulo 34

Capitulo 34

La mañana siguiente, Lali y DarLynn se apretujaron frente al ordenador de la biblioteca, quince minutos antes de que tuvieran que cederla al siguiente usuario. Lanzani había creado una encuesta en Internet para pedir ayuda a los fans en la pantalla y encontrar a Lali. En la pantalla aparecían diez preguntas.

—¿Qué pasa si no sé las respuestas? Nunca obtendré los pases libres al concierto y nunca lograré verlo. —Ahora que Lali sabía que Peter quería encontrarla, ganar estos tickets se convirtió en su única misión. Ella se perdió los conciertos anteriores porque no sabía que él la estaba buscando. La fecha tope para el concierto de Chicago terminó la pasada noche. El único concierto que quedaba era en Red Rocks, Colorado, a más de mil kilómetros de distancia. No sabía cómo llegar ahí, pero iría paso por paso.

—Por supuesto que sabrás las respuestas. Él escribió la encuesta para ti. — DarLynn agarró el ratón y lo desplazó a las preguntas de opción múltiple enumeradas a continuación.—Okey, Jill, quiero decir Lali. —DarLynn inclinó su cabeza a un lado y dirigió una mirada molesta, pero todavía amistosa a Lali. DarLynn no estaba dispuesta a dejar a Lali fuera del apuro por mentir sobre su identidad el mes pasado.

Lali se encogió de hombros, ¿qué más podía hacer? En ese momento ella necesitaba ser alguien más.

—Primera pregunta. ¿Dónde se conocieron Peter y Lali? —leyó DarLynn. Lali casi dejó escapar la respuesta cuando DarLynn la hizo callar. —No, no, déjame ver si puedo hacer las cosas bien. A) Un concierto, B) un restaurante, C) una aparición especial, D) una reserva natural, E) en el autobús de gira, F) un parque temático. —DarLynn entrecerró los ojos hacia la pantalla, mientras reflexionaba las opciones—. Esto es más complicado de lo que pensaba. Voy a decir un parque temático. Eso tiene sentido. Además, un concierto es demasiado evidente. —Se movió para hacer clic en la opción de parque temático.

—Bzzz —Lali dio su mejor imitación de un timbre de programa de juegos—. Incorrecto. Es D) una reserva natural.

DarLynn desplazó el ratón e hizo clic en “reserva natural”.

—Interesante. Nunca lo hubiese adivinado. Siguiente pregunta. ¿Qué estaba haciendo Lali cuando se conocieron? A) Hablando, B) comiendo, C) dibujando, D) escribiendo mensajes de texto, E) cantando, F) durmiendo. Esta es fácil, C) dibujando.

—Ding, ding, ding. —Lali sonrió. Incluso cuando estaba hasta arriba en el trabajo, Lali siempre llevaba un cuaderno de dibujo, su línea de vida, inmediata.

DarLynn siguió leyendo a través de las siguientes preguntas y adivinando erróneamente cada vez. Le dio la esperanza a Lali de que todas esas chicas que querían conocer a Peter escogerían al azar y adivinarían erróneamente también. Ella pasó a la siguiente pregunta.

—¿Cuál es el nombre de la hermana de Lali? —DarLynn volvió su mirada hacia Lali, con tristeza en sus ojos—. Lo siento cariño. Todavía no puedo creer que perdieras a ambas, a tu mamá y a tu hermana. —Extendió su mano y le dio un abrazo rápido.

Lali evitó sus ojos, tomó el ratón y dio clic en el nombre Luz.

—Continúa, lee la siguiente. —Lali no quería pensar en Luz ahora y en qué pregunta tan poderosa dejó Peter para ella. Nadie podría saber la respuesta a menos que conociera a Lali en el pasado, en Michigan. Todo el mundo tendría que adivinar.

—Última pregunta —leyó DarLynn—. ¿Dónde estaba Lali cuando el papá de Peter sufrió un ataque al corazón? —DarLynn se dio la vuelta hacia ella—. Santo cielo chica, has llevado una vida muy ocupada.

Lali le dirigió una sonrisa torcida. DarLynn no sabía la mitad de ella.

—Veamos, A) en la escuela, B) en casa, C) en un partido de fútbol, D) en un baile, E) en el trabajo o F) con Peter. Hmm. —DarLynn se enfocó en el ordenador y estudió cada respuesta como si fuera un examen de admisión a la universidad. Ella miró a Lali, esperando una pista.—Con Peter. Tú estabas con Peter cuando su padre tuvo el ataque al corazón.

—Bzzz. Incorrecto otra vez. La respuesta es, D) en un baile.

—Maldita sea. Ganaste otra vez. —Ella cliqueó la opción D.

De repente una música resonó por los altavoces del ordenador y la pantalla cambió a un cartel que decía, “¡Felicitaciones! Has respondido correctamente todas las preguntas. Para retirar tus dos pases libres para el concierto de los Lanzani en Red Rocks, Colorado, introduce tu dirección de correo”.

—No tengo una dirección de correo. —Lali entró en pánico pensando que estaba tan cerca y todavía otro obstáculo la separaba de Peter.

—No te preocupes, podemos abrirte una. Sólo se tardan un par de minutos. — DarLynn abrió otra pestaña.

—Disculpa —la anciana bibliotecaria interrumpió—. Tu tiempo ha expirado y necesitas desocupar este equipo para la siguiente persona.

—Sólo necesitamos unos pocos minutos más —declaró Lali.

—Lo siento querida. Va a retrasar por completo el horario. Si te doy un tiempo extra, entonces lo hará la persona siguiente y el siguiente. No, su tiempo ha terminado.

El viejo murciélago tuvo las agallas de sonreír.

—¿DarLynn, qué hacemos?

—No entres en pánico. —Presionó un par de teclas más y golpeó enter—. ¡Lo tengo!

Un mensaje apareció en la pantalla instruyendo a imprimir los pases para el concierto de su cuenta de correo. DarLynn presionó imprimir.

—¡Gracias! —Lali la abrazó con fuerza.

—Silencio. —La bibliotecaria las echó del ordenador.

Lali y DarLynn observaron con entusiasmo como el papel salía de la impresora, pagaron su cuota de diez centavos por copia y salieron corriendo de la biblioteca.

—¿Cómo hiciste una cuenta de correo tan rápido? Ella no te dio ni siquiera un minuto.

—No lo hice. Sabía que la ruda Gertrude no nos dejaría en paz, así que introduje mi información. Usé tu nombre, sólo coloqué mi correo. Todo está bien.

♫ ♪♫

—Ey Pete, tenemos otra —gritó Tacho a través de la suite presidencial del Hotel Intercontinental.

Peter se preparó e intentó no tener muchas esperanzas. Tacho se encargó de monitorear las entrantes “Lali” en las encuestas. Él todavía se sentía culpable por herir a Peter. Hacer un seguimiento de las encuestas no era un trabajo fácil, Peter lo sabía, ya que el sitio recibía millones de visitas en un día. Afortunadamente el sistema de encuestas sólo seguía las entradas con todas las preguntas respondidas correctamente.

—¿Sí? —Peter cruzó la alfombra lujosa hacia el ordenador portátil—. No lo sé. Esto parecía tan buena idea unos meses atrás, pero todo lo que está haciendo es convertir a nuestras fans en detectives privados y descodificador de códigos.


Cuando él creó este concurso para encontrar a Lali, era como si las compuertas del ciberespacio se hubieran abierto. Todas querían ganar el premio. Una enorme red de seguidoras trabajó las probabilidades y descubrió las respuestas correctas. Las probabilidades de obtener al azar las diez preguntas, con seis posibles respuestas cada una, correctas eran escasas. Sin embargo, mientras la búsqueda continuaba, más chicas acertaban. Incluso había un par de sitios de fans que publicaban las respuestas correctas.

—¿Por qué en el mundo debería pensar que ésta sería Lali? —Su frustración al no encontrarla estaba comenzando a sacar lo peor de él.

Tacho hizo una mueca.

—No lo sé. Todo lo que puedo decir es que si dejas de intentarlo, nunca la encontrarás. Tienes que tener fe. Esta podría ser ella y cuando se presente en el Red Rocks y contesté la pregunta final, todo habrá valido la pena.

Él tenía razón. Peter estaba desesperado por encontrar a Lali y los tres hermanos, juntos, promocionaron el concurso de búsqueda en todos lados. Ellos hicieron entrevistas de radio, y televisión, lo colocaron en Facebook, Twitter y en su blog. Tacho incluso se aseguró de que lo colocaran en todas las revistas de fans, pero el tiempo estaba corriendo. Sólo quedaba un concierto.

—Okey, ¿de dónde es ella?
—Pebble Creek, Georgia. —Tacho se desplazó por la pantalla.
—Mierda, olvídalo. Su nombre ni siquiera es Lali. Eso fue estúpido. ¿Por qué una chica pretendería ser Lali y después usar un nombre diferente?
—¿Qué nombre usó? —Peter levantó su botella de agua para darle un trago.
—Jill Munroe.
Peter se congeló, con la botella a centímetros de su boca.
—¿Qué acabas de decir? —Él bajó la botella y se giró hacia la pantalla de ordenador.
—Jill Munroe, ¿Por qué? ¿Eso significa algo?


Peter se quedó mirando el nombre en la pantalla.

—Sí, significa algo. Ella me dijo una vez que su madre amaba los Ángeles de Charlie antes, en los setenta, y que estuvo a punto de llamarla Jill como el personaje, Jill Munroe, pero su papá se opuso. —Sonrió a Tacho y le golpeó en la espalda—. Tío, la encontraste, esa es ella. —Peter se volvió para irse de la suite del hotel.
—¿Adónde vas? —preguntó Tacho.
—Pebble Creek, Georgia. ¿A Dónde sino?
—Espera un momento, Romeo. Olvidaste algo.
—¿Qué? —Peter escaneó la habitación, mientras se tocaba sus bolsillos para asegurarse de que tuviera su cartera y teléfono.
—Un concierto. Esta noche. En Soldier Field.
—Mierda.
—Tienes cerca de un millón de fans que conocer y saludar. Todas esas abejas que quieren ser Lali. —Tacho sonrió, pero Peter podía ver el alivio de Tacho porque la encontraron.

El concierto parecía inútil ahora. Sabía en lo profundo de su alma que la chica, Jill Munroe, de Pebble Creek sólo podía ser Lali. No había duda en su mente.

—Bien. —Se quedó de pie, sus manos en sus caderas, inseguro de qué hacer ahora que tenía que esperar hasta mañana.
—Quizás quieras preguntar a Roger que te consiga el vuelo desde aquí — señaló Garret.
—Sí, eso haré.
—Y quizás quieras llamar con anticipación.
—¿Para qué? Quiero sorprenderla.
—Sólo por si acaso, tío. Qué pasa si no es ella.

—Es ella. —Dicho eso, Peter se fue para buscar a Roger, pero no pudo resistirse a dar un grito y levantar un puño al aire.

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