Capitulo 37

Capitulo 37

Dos días después, nubes siniestras tronaron sobre el anfiteatro Red Rocks.

—No vamos a cancelar este concierto —dijo Peter—, no me importa si hay lluvias torrenciales, terremotos o tsunamis; este show va a suceder.

Él miró al director de escena del Red Rocks, sus guardias de seguridad y el equipo directivo. La familia de Peter estaba detrás de él en formación, un ejército silencioso de apoyo.

—Como dije antes, no es seguro. —El director de escena sostuvo su postura—. Con un anfiteatro al aire libre, hay peligros añadidos cuando el tiempo golpea sin piedad.
—Y lo diré de nuevo, no vamos a cancelarlo —dijo Peter, manos en sus caderas, un oponente formidable.

El director de escena miró a los padres de Peter en busca de ayuda pero no recibió nada.

—No lo entiendes. Tenemos pautas, políticas y cuestiones de seguridad en juego. ¿Quieres tomar la responsabilidad por eso?
—Apuesta que lo haré. ¿Qué necesitas? —Peter no parpadeó—.¿Dónde firmo? ¿Quieres una autorización?—Había demasiado en este concierto. Lali estaba viniendo y él no dejaría que ella fuera regresada.

—Así no es como funciona y estoy seguro de que tu padre puede avalarlo. Estamos hablando de la seguridad de diez mil personas en y alrededor del anfiteatro.

Su padre interrumpió.

—Vamos a mirar los radares una vez más. —Él hizo un gesto hacia el monitor de la computadora cerca—. En este punto, la mayor parte de los fans ya están en las tribunas o en los jardines. Cancelar el concierto no va a ayudar. Debe haber algún tipo de procedimiento de emergencia cuando tormentas inesperadas ocurren durante un concierto.

—Sí, por supuesto que lo hay. Sin embargo, la idea es no necesitarlo. Mover a demasiada gente puede resultar en pánico y dejar heridos. Además hay una amenaza añadida con una tormenta de esta magnitud.
—¿No crees que es un poco tarde para enviarlos a casa? —dijo su madre—. En parte sería irresponsable. De acuerdo con el radar esto es un sistema de movimiento rápido. Vamos a dejar a los fans seguros en el jardín, esperamos que la tormenta pase y luego todos disfrutaremos el concierto. Nadie se irá a casa decepcionado.
—Bueno, no sé. El escenario estará empapado y los asientos en las gradas estarán mojados. No habrá ningún lugar seco para sentarse —discutió el director de escena.
—El escenario es simple, podemos secarlo en unos minutos —dijo Tacho.
—Nuestros fans nunca se sientan durante un concierto, de todos modos — añadió Agus.
—En parte, si vas afuera y les preguntas si quieren que se cancele el concierto o refugiarse y salir cuando la tormenta pase, te garantizo que se quedarán.

Peter miró al director de escena y a su equipo procesar la información y la palabrería. Lali iba a estar aquí y él estaría condenado si un poco de lluvia los separaba.

—Está bien, pero quiero que quede registrado que no me gusta esta decisión.

—Gracias —dijo su mamá—, apreciamos su flexibilidad para resolver los problemas. Déjenos saber qué podemos hacer para ayudar.
—Pueden hacer que el personal cubra todos los instrumentos y asegurarse que todos los de su equipo estén a salvo tras bastidores cuando la tormenta golpeé.

♫ ♪♫

Y golpeó. Veinte minutos después de la conversación unas grandes gotas de agua golpearon a Peter. Segundos después las nubes amenazantes produjeron vientos fuertes. Tanto la multitud como la banda y el equipo se refugiaron. Red Rocks sufrió una tormenta eléctrica severa y completa con espectaculares rayos y granizo. Peter esperaba que Lali estuviera a salvo. Escuchó mientras la tormenta estallaba y dejaba un rastro de tiendas de recuerdos caídas y recipientes de basura volcados. Pero además de mucha agua y un fuerte y rápido granizo, no ocurrió ningún daño mayor. Los instrumentos del escenario quedaron intactos y los fans con impaciencia salieron de sus escondites, como chicos en la mañana de Navidad, celebraron que el show continuara.

Mientras el equipo Lanzani preparaba el escenario, los pensamientos de Peter regresaron en encontrar a Lali.

—Sé que está acá —le dijo a Tacho—. Ha tenido mucho tiempo para conducir desde Georgia.

Miró el monitor que se instalaba detrás del escenario. Mostraba a cada chica cuando llenaba el cuestionario. Ninguna era Lali.

—Hasta ahora la cuadrilla de seguridad que cubre el área de competencia no ha obtenido la respuesta correcta de nadie. —Tacho lucía preocupado.
—¿Dónde está ella? —dijo Peter, mirando al monitor de seguridad.

♫ ♪♫

—Vamos miserable cubo de basura, sólo una montaña más por subir. — DarLynn agarró el volante y se concentró la gran subida.

Lali mordió su labio inferior cuando el motor gimió en protesta. Estaban a mitad de camino de la empinada carretera que subía a Red Rocks. A pesar de que dejaron Georgia hace dos días, llegaron tarde. El camión tuvo problemas durante todo el viaje. Primero una pérdida de aceite, después el motor sobrecalentado a las afueras de Wichita.

Ella esperaba que el diluvio fuera un signo de limpieza y que le trajera buena fortuna y no un agüero de mala suerte. Lali apenas podía quedarse sentada. Quería correr el resto del camino. Un fuerte "pop" sonó en el motor y el vapor silbó bajó capó, confirmando su teoría del mal agüero.

—¡Dulce niño Jesús, danos un descanso! —DarLynn golpeó el volante.
Un asistente de aparcamiento con un chaleco naranja se acercó.
—Mujer, necesitas mover el vehículo del camino. Estás bloqueando el tráfico.
—¿Parece como si pudiera mover a esta bestia? Si no te has dado cuenta, estamos teniendo un problema acá —ladró DarLynn.

El hombre trató de esconder su sonrisa. Aparentemente encontró entretenido el camión muriendo, vomitando vapor y aceite.

—Te diré qué. Si puedes empujar tu vehículo a aquella parte del servicio, deberías ser capaz de llegar antes de que, ah, explote.

Él sonrió.

A pesar de los nervios por ver a Peter de nuevo, Lali sonrió ante la posibilidad de que el camión explotara.

—Quédese en su vehículo señorita, conseguiré un camión-grúa para que le ayude.
—Pero tengo que llegar al concierto ¡ya llego tarde! —Lali miró fuera de la ventana, hacia él.
—Eso es verdad —dijo DarLynn—, ella es Lali, la muchacha de la competencia. La están buscando.

—Bien —El chico del aparcamiento las miró con duda—. Escuché algo sobre una competencia.
—Bueno, es ella —DarLynn señaló a Lali—. Hemos conducido a través de medio país y no vamos a rendirnos. Lali, sal y camina el resto del camino. Yo estaré aquí y lidiaré con el camión.
—¿Estás segura? —Quería tanto ir, pero odiaba abandonar a DarLynn después de todo lo que hizo por ella.
—No te preocupes por mí. Estaré esperándote después del concierto. Ahora, continúa.

Lali abrazó a su amiga y luego saltó del camión, boleta en mano. Se lo mostró al chico del aparcamiento.

—¿Sabes dónde está la Puerta 3A?
Sus ojos se ensancharon cuando reconoció la entrada VIP.
—Está en la parte de arriba. Hay señales doradas para guiarte.
—Gracias. —Empezó a subir la gran montaña.
—¡Eh! Niña —la llamó él—, buena suerte.
—Gracias —Ella sonrió y corrió a través de la curva de la carretera.

Sin aliento después de lo que pareció un viaje de una maratón, Lali llegó a la puerta y se unió a la fila bajó la bandera dorada que decía: "Buscando a Lali, la Ganadora del Concurso". Con sus nervios tensos, esperó el turno.

—Señoritas, paciencia por favor. Entrarán todas de nuevo. Es sólo un retraso por la tormenta. Por favor, muestren su ticket y el sello cuando entren —dijo un hombre de seguridad alto y con pelo negro.

Por suerte la fila se movía rápido. Lali suspiró con alivio de que el concierto todavía no haya empezado, pero se sintió molesta por todas las chicas alrededor suyo que fingían ser la Lali de Peter. ¿Cómo podrían haber contestado todas las preguntas del concurso bien?

—La mano, por favor —dijo el guarda de seguridad.
—¿Perdón? —Confundida, Lali vaciló al lado del molinete que tenía una luz negra en él.
—Tu mano, Ponla debajo de la luz, así puedo verificar el sello de salida en tu mano.
—Recién llego.
—Oh. —Agarró la radio de su cinturón y habló en ella.
—Tengo una recién llegada aquí ¿qué hago? —Se volvió a Lali—. Disculpa, desde que tuvimos que evacuar el anfiteatro han habido muchas confusiones. Ahora todos estamos usando diferentes estaciones.

La radio resonó detrás.

—Ve a la mesa de competición y que complete la pregunta final.
—Este camino —dijo, alejándose lejos de la aglomeración principal de fans que entraban de nuevo hacia una mesa larga con cuestionarios, lapiceras y una cámara de seguridad en una esquina—. Vamos a ver, parece como que respondes una pregunta en esta hoja y...

Su radio resonó de nuevo.

—Espere un segundo. —Él tomó la radio y se alejó un paso para escuchar.

Lali recogió un papel y un lapicero. ¿Entonces así era como determinarían a la verdadera Lali? Si todas estas chicas podían comprender las respuestas a las otras preguntas, realmente sabrían la respuesta a esta también. Leyó la pregunta.

—En la canción "Besos de Ángel" ¿a qué se refiere Peter?

Ella abrazó la hoja y comenzó a reírse. Posiblemente nadie podría saber la respuesta, excepto ella. Escribió las palabras en el papel. Su corazón se llenó de alegría ante el recuerdo de aquel día de otoño cuando Peter descubrió sus manos llenas de cicatrices y con la punta de sus dedos, besó lejos el dolor.

Ella esperó por el guardia de seguridad pero él no regresaría. Su adrenalina aumentó ahora que estaba a punto de ver a Peter de nuevo.

De repente la música llenó el aire. ¡El concierto empezó y ella estaba perdiéndoselo! Ansiosa de encontrar a Peter, sacudió su mano para conseguir la atención del hombre. Todavía hablaba en el radio pero levantó su índice y señaló que tardaría otro minuto. El rugido de la muchedumbre llenaba sus oídos. No podía soportarlo. Cómo él no regresó, sacudió una mano de nuevo indicando que dejó su respuesta en la mesa. Se dio vuelta y salió corriendo hacia los asientos para ver a Peter.

♫ ♪♫

—Roger, tienes que hablar más alto, no puedo escucharte con la música. —El guardia de seguridad sostuvo la radio contra su oreja y se esforzó por escuchar lo que el jefe de seguridad Lanzani decía.
—¿Cuál es el estado de la muchedumbre en tu entrada? —La voz crujió por sobre la radio.
—Tenemos casi a todos adentro de nuevo, pero todavía necesito saber el procedimiento del concurso. Tengo a una chica que no había sido procesada, y no hay nadie más acá. —Levantó la mirada para ver a la chica sacudir su mano de nuevo por su atención. Ella señaló la hoja en la mesa y luego desapareció.
—Hazla llenar el cuestionario y déjame saber la respuesta —dijo Roger.
—Lo tengo —él habló a la radio—, espera mientras lo agarro y miró qué escribió. —Regresó a la mesa de concurso, levantó el papel de ella y leyó las palabras escritas claramente—. Las cicatrices en mis manos. Eso es lo que escribió. ¿Significa algo para ti?
—¡Es ella! ¡La encontraste! ¡Tráela detrás del escenario!
—Mierda. No puedo. Acaba de entrar al anfiteatro. Ahora nunca la encontraré.

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