domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 1

Capitulo 1

Lali miraba los coches pasar de prisa en la autopista, anhelando que la SUV de su papá con placas de-fuera-del-estado tomara la salida y así rehacer su vida juntos. Desde su lugar bajo un viejo roble vio a una camioneta de color rojo salirse de la autopista y girar a la dirección opuesta.
 
Trató de volver a centrarse en el bloc de dibujo en su regazo y las flores silvestres que había metido en una lata de refresco, pero en cambio trazó las cicatrices en la palma de su mano con la punta de su lápiz de dibujo. Si tan sólo pudiera deshacer las marcas junto con los recuerdos de aquel trágico día. Se limpió la palma de la mano contra sus pantalones, pero sólo desaparecieron las marcas de lápiz. Se centró en su dibujo y frotó el borde de su lápiz en la página y sombreó el lado de una hoja. Un estruendo le llamó la atención y alzó la vista; un gran autobús brillante tomó la salida y entró a la carretera regional hacia ella. El plateado brillante y exterior en color negro y vidrios polarizados del vehículo hizo que pareciera como una especie de viaje VIP o tal vez un autobús de gira.
 
El autobús se acercó a la reserva natural de Lali y dio la vuelta. En todos los meses que había venido a Parfrey Glen rara vez los autos se estacionaban. A ella le gustaba de esa manera. Pensaba en Parfrey Glen como su propio lugar secreto donde podía perderse en sus pensamientos.
 
El ruido se hizo más fuerte cuando el enorme autobús se dio la vuelta y se detuvo en el estacionamiento de grava en el otro extremo del claro. Esperó a que la puerta se abriera y revelara la persona famosa en su interior. Tal vez sería alguien mega-famoso como Celine Dion. Su madre amaba a Celine y siempre soñó con verla en concierto. Pero eso nunca sucedió.
 
Un momento después se abrió la puerta y las esperanzas de Lali se estrellaron. Su tranquila reserva natural había sido invadida. Por chicos.
 
Un trío de chicos ruidosos salieron. El primero saltó desde el escalón más alto y cayó varios metros sobre la tierra, seguido de cerca por otro. El último giraba un frisbee en su dedo mientras descendía.
 
Su lugar bajo el árbol le proveía una sensación de privacidad, así que los observó sin ser detectada, una voyeur1 en éste grupo de ruidosos jóvenes extraños.
 
El frisbee surcó el aire caliente de septiembre mientras uno de los chicos corría para atraparlo. Un hombre y una mujer salieron del autobús, con los brazos cargados de suministros para un picnic. La mujer se dirigió a un lugar soleado de la hierba, dejó su carga y extendió un par de mantas de colores.
 
No eran más que una familia. Nadie famoso. Bueno, una familia rica.
 
Lali disfrutó de una vista perfecta del grupo. La hizo sentir nostalgia. Apoyó su cuaderno de dibujo más alto para ocultar la vista.
 
La familia parecía estar de vacaciones y sólo resultó que viajaban en un autobús turístico enorme, pero no se veían millonarios. Vestían pantalones y camisetas y discutían. Sus bromas le recordaban a su familia. Se olvidó de su dibujo, se sumergió en cada uno de sus movimientos.
 
Uno de los muchachos se dio la vuelta proveyéndole una vista perfecta.
 
Él inclinó la cabeza hacia un lado y se apartó un mechón de cabello bañado por el sol. Un pequeño estremecimiento dio revés en su estómago. Él sostenía un equipo de sonido portátil y la música a todo volumen llenó el aire.
 
—Peter, baja el volumen.
 —Papá, vamos, nunca me dejas sonarla a todo volumen —sonrió. Ajustó el volumen y asentó el equipo en el suelo. 
—Muy gracioso chico. Ahora sal de aquí antes de que te ponga a trabajar.
 
Peter se lanzó a través de la extensa hierba hacia sus hermanos, sus movimientos eran rápidos y atléticos. Los ojos de Lali seguían todos sus movimientos.
 
—Tacho, por aquí —gritó.
 
El frisbee voló sin problemas a través del aire. Peter saltó alto y lo atrapó. —Oh sí, nena —se jactó, bailando como si fuera un touchdown.
 
Lo lanzó de vuelta, su cuerpo agraciado en movimiento, ésta vez, al primer chico en salir del autobús. Éste parecía más joven. Su cabello era una mata de rizos sueltos oscuros y llevaba una sonrisa constante. Continuaron arrojando el disco e insultándose entre sí bajo el sol caliente del otoño. En ocasiones, Peter hacía algunos movimientos locos a la música reproduciéndose en el fondo. Lali reprimió una risita.
 
Peter levantó la vista hacia ella.
 
Uh oh.
 
—Cuidado con la cabeza —gritó el hermano sonriendo, cuando el frisbee aceleró hacia el desprevenido Peter.
 
Peter se agachó cuando pasó silbando, y aterrizó no muy lejos de Lali. Él miró fijamente hacia ella. Cada emoción que llevaba en su delgada piel se sintió expuesta. Él corrió y agarró el frisbee de la hierba.
 
Se suponía que no iba a fijarse en ella. Consideraba este lugar su santuario privado. Trabajó duro para mezclarse con su entorno.
 
Recogió el disco de vuelta y se acercó a donde estaba sentada frente al gigante roble. Se dejó caer en la hierba sin cortar, su pecho subía fuertemente.
 
—Hola. —La examinó con curiosidad—. ¿Qué haces?

La boca de Lali se le secó cuando este sujeto de aspecto genial se extendió ante ella. Al parecer, esperaba que ella respondiera. Su lengua se sentía entumecida.
 
Hace un año se habría sentido cómoda con él. Ahora, esa confianza era un recuerdo lejano. En estos días los chicos rara vez hablaban con ella y cuando lo hacían, era para hacer preguntas groseras o entrometidas. Ella nunca les respondía. Lali era una rareza para los chicos de esta ciudad, Rockville, lo cual estaba bien con ella. Se había quedado en este lugar de mala muerte y prefería estar sola. Era más fácil. Había crecido a gusto con la soledad, excepto por ahora. Oró porque volviera su antigua confianza, pero la había perdido, junto con tantas otras cosas.
 
Lali sostenía el cuaderno de dibujo como un escudo. —Uh, dibujo —pronunció. 

—Oh. —Yacía en la hierba, apoyado en un brazo musculoso. La miró con casual interés, a medida que su respiración volvía. No se parecía en nada a los chicos de la Secundaria Rockville—. ¿Estás dibujando eso? —Señaló a las flores silvestres puestas al azar en una lata de un refresco dietético.
—Sí —dijo ella en voz baja. Ni siquiera podía hablar correctamente—. Aunque, es realmente tonto —agregó tratando de sonar normal y no como la chica insegura en la que se había convertido. Le daba vueltas al colgante alrededor de su cuello.
—¿Por qué es tonto? —Sus profundos ojos verdes la miraban fijamente.
 
Caray, hablaba demasiado.
 
—Simplemente lo es. Esto no quiere decir nada, es sólo algo que hacer. — Apretó el lápiz con fuerza contra el bloc y rompió la cabeza. 
—¿Puedo verlo? —Peter llegó al bloc.
 
La cara de Lali se calentó. —No lo sé. Realmente no hay nada que ver. —Puso más cerca los papeles; su puño sostuvo el lápiz aún más apretado.
 
Cuando ella no le ofreció los dibujos, se deslizó a su lado. Se acercó y tomó el bloc, con los dedos rozando los de ella, como suave pluma. Se sentó tan cerca que sus piernas chocaban. Quería tanto estirarse y tocarlo. Parecía extraordinario. Su cabello castaños estaba manchado todavía por el sol del verano pasando más allá de sus cejas y ojos. Olía bien. Como a champú y pasta de dientes.
 
Estudió el dibujo y entonces frunció el ceño como si no fuera lo que esperaba. Se apartó el cabello de los ojos y la miró de reojo. Se dio cuenta de un toque de rastrojos de afeitar en su mandíbula.
 
—¿Y bien? —Esperó, y se mordisqueó su labio inferior mientras él examinaba su dibujo.
—No se trata de mí —dijo.
—¿Por qué lo sería? —Ella vio su mirada de vergüenza.
—Bueno, has estado aquí sentada viéndonos, pensé que debías estar dibujando a uno de nosotros. —Le devolvió el dibujo, un poco avergonzado.
—Vaya. Un poco seguro de ti mismo, ¿no? —Bromeó, sintiéndose valiente por un momento—. Lamento decepcionarte, pero es sólo un montón de malas hierbas.
 
Lali no podía superar el hecho de tenerlo sentado tan cerca. Se movió justo en su espacio como si fuera gran cosa, pero lo era. Ella luchó para quedarse quieta y no mirarlo a medida que su pulso se aceleraba.
 
La estudió y entonces meneó la cabeza. —Bueno, no es muy bueno. —Declaró, pero la comisura de sus labios se elevaron mientras reprimía una sonrisa. Sus ojos brillaban.
 
—Ahora estás siendo injusto —bromeó una vez más, sorprendiéndose a sí misma. Lo golpeó en el pecho con los papeles, y se deslizó unos centímetros a distancia para recuperarse de la incomodidad de estar tan cerca de tocar a un tipo de aspecto tan genial. Además, de esta manera se podía sentar y mirar de frente a él. Tenía unos ojos increíbles.
 
—Lo siento, eso es lo mejor que se me ocurrió. Tienes razón. Fui engreído —dijo.
—Está bien, pero se te olvidó incluir injusto. —Lo desafió.
—Está bien, me tienes. Soy engreído e injusto. No es un buen comienzo. Vamos a empezar de nuevo. —Se rió y se inclinó hacia adelante y le tendió la mano—. Hola, soy Peter.
 
Ella miró desde su mano extendida a su cara amable. La felicidad se envolvía a su alrededor como una manta caliente. Ella no podía recordar la última vez que se había divertido tanto, y este sujeto, Peter, era atractivo.
 
—Hola Peter, soy Lali.

Se estrecharon la mano y sonrieron. Su mano se sentía cálida y fuerte.
 
—Así que, Lali, ¿vienes mucho por aquí? 
Ella puso los ojos en blanco ante la trivial pregunta. 
—Sí, bastante a menudo.Sobre todo en los fines de semana. —En realidad era más cada vez que podía. Cualquier cosa para escapar de los confines de la casa.
—Así que debes vivir por aquí —miró alrededor por casas cercanas.
 
Lali no quería que notara las destartaladas granjas en la distancia. Ella no se asocia con la casa, su propietario, o incluso la ciudad.
 
—Entonces, ¿qué hay con el súper autobús? ¿Estás de vacaciones? ¿O simplemente te gusta viajar consumiendo mucha gasolina? —Ella retorció su colgante en su delgada cuerda de cuero.
—Vivimos en él cuando estamos de gira. Y sí, consume muchísima gasolina. — Él levantó una ceja, consciente de su no tan suave cambio de tema.
—¿Qué quieres decir con gira? ¿Cómo un viaje de vacaciones por el país?
Se echó a reír. 
—No, estamos de gira promocionando nuestro álbum, Triple Threat —dijo con orgullo en su voz.
—¿Tu familia está en una banda?
—En realidad no es toda mi familia, solo mis hermanos y yo.

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