miércoles, 29 de mayo de 2013

Capitulo 24

Capitulo 24

Tenía una cosa que decir sobre Hope Martinez. Tenía un maldito buen sentido de la decoración. La casa era absolutamente hermosa y todo parecía calzar, incluso si aparentemente no se veía bien junto. Había toques sutiles que noté. Cosas que lucían como que podrían haber venido de ventas de garaje, como un caballito de madera, viejas latas de plata y botellas de perfume de cristal.

También había comodidades para Luz por todas partes, desde rampas, hasta el ascensor, o un lavabo especial en su baño. Existían además cosas extrañas colgando desde el techo de su habitación.

—Así ella puede subirse y bajarse de su silla sin ayuda —había dicho Peter—. Cuando crezca, obtendrán más cosas para que pueda hacer mucho más, pero ya que aún es pequeña, es más fácil cargarla.

No podía imaginarlo. Luz no parecía molesta en absoluto. Manejaba su silla como si hubiera nacido con una palanca de control en la mano.

Cuando habíamos vuelto de nuestro masivo recorrido, Joe aparentemente se había ido, ya que había un auto menos en la entrada cuando di un vistazo rápido por una enorme ventana en el estudio. No estaba más cerca de resolver el misterio de Joe.

Luz insistió en sentarse junto a mí en el almuerzo, y tenía a Peter a mi otro lado.

Todos comieron pollo, mientras yo devoraba una ensalada de aguacate, mozarela, espinaca y tomate.

—Esto es increíble, muchas gracias —dije, tomando otro bocado. Había tenido un momento de pánico cuando ella nos llamó a almorzar, imaginando múltiples tenedores y escogiendo el equivocado.

Afortunadamente, era un bonito día así que comimos en el porche trasero, que era más bien como una terraza con vista a los árboles de manzana. El olor de las hojas dulces me invadió y me hizo pensar en el otoño, pasteles, paseos en camión y tallar calabazas. Yo amaba el otoño.

—Recuérdame darte la receta del aderezo —dijo Hope, regresando mi atención al momento presente.
—Lo haré.
—Mami, ¿puedo comer un poco más de sandía, por favor? — preguntó Luz.
—Sí, Luz, puedes. Gracias por preguntar tan amablemente.
—¿Quieres un poco, Cande? —dijo Pablo.
—Claro, gracias. —Candela parecía estar tan nerviosa como lo estaba yo. Ya había dejado caer su tenedor dos veces y había chocado con su vaso con agua.

—Entonces, Lali, Peter nos dijo que estás estudiando la carrera de Estudios de la Mujer. Eso debe ser interesante —dijo ella, colocando algunos cuadros de Sandía en el plato de Luz.
—Quiero trabajar en un centro de crisis o algún lugar que ayude a las mujeres a recuperarse de traumas —dije, preguntándome si esa era demasiada información. No quería parecer una chica dañada, pero era difícil no serlo.
—Eso es muy admirable. ¿Qué te hizo escoger esa carrera? —Me habían preguntado eso un millón de veces, así que tenía una respuesta.
—Quiero ayudar a la gente, y esa parece una buena forma de hacerlo.
—Bueno, ¿no eres la más dulce? Estoy feliz de que la trajeras, Peter. Es mucho mejor que aquella otra. ¿Cómo se llamaba?
—Chastity —dijo, sin mirarme. Recuerdo ver su nombre en su teléfono.
—Que nombre más feo. He tenido la experiencia de que cuando nombras a una chica así, es posible que adopte la virtud opuesta —dijo Hope, dándome una mirada cómplice. Yo también había tenido esa experiencia con una chica llamada Charity, que había sido todo menos caritativa.

Estaba en la posición perfecta para patear a Peter por debajo de la mesa, así que lo hice. ¿Quién diablos era Chastity? No sabía nada sobre su historial de citas, excepto de que era largo y que habían muchos nombres en ese pequeño libro negro. Para ser totalmente honesta, en realidad no quería saber mucho. La ignorancia era la felicidad en esta situación.

Hope trajo una torta de fresas, y todos metimos la cuchara. La conversación se adormeció mientras masticábamos. El sol estaba alto en el cielo, y se convertía en un cálido y perezoso sábado.

—Entonces JJ, estaba pensando que tú y Peter podrían darme una mano con el tractor después de terminar aquí. —Asumí que JJ significaba John Junior.
—Disculpa papi, pero vamos a cantar —dijo Luz mientras Hope limpiaba crema batida de su rostro.
—Sí Ángel, haremos eso primero.
—Bueno —dijo Luz, asintiendo.

Terminamos de almorzar, y Peter tomó su guitarra. Candela y Pablo fueron a ayudarle a Hope con los platos, y me ofrecí, pero Hope se negó, así que John, Peter y yo nos sentamos con Luz.

—¡Our Song! —canturreó Luz.

Oh no había forma de que Peter se supiera esa. Parecía que me leyó la mente cuando me guiñó el ojo y comenzó la canción sin más espera. Era claro después de tres segundos que había tocado esta canción más de un par de veces.

Su normalmente ronca voz se mezcló con la de Luz de la forma más adorable. Se sabía toda la letra. Tatareé junto con ellos, golpeteando mi pie. 

Terminó la canción y Luz aplaudió. 

—¿Podemos cantar Love Story?
—Claro, Seven. ¿Por qué no le pides a Lali que cante con nosotros?
—¿Cantarías, por favor? —Su pequeña voz, combinada con sus manos unidas era irresistible. Esta niña era la clave para la paz mundial.

Todo lo que tenía que hacer era pestañear y sonreír esa sonrisa con hoyuelos y los líderes mundiales caerían para firmar un tratado de paz.

—Claro. —Peter comenzó la canción, y yo estaba un poco nerviosa sobre cantar en público, pero esto no era realmente en público.

Me uní, mi voz mezclándose con las otras dos. Mi voz era un poco más profunda para ser como la de Taylor Swift, pero me encantaba cantar sus canciones. Odiaba el hecho de que Peter sabía que cantaba en la ducha. Probablemente debería acabar con eso.

John tuvo una llamada en su celular a media canción, y se disculpó.

Peter terminó la canción, y nuestras voces se desvanecieron.

—Tienes una bonita voz —dijo Luz.
—Gracias, Luz. —Ella era la más dulce.
—¿Quieres ver los árboles de manzana?
—Conduce el camino —dije, levantándome. Uf, he comido demasiado.

Bajó una pequeña rampa que estaba pegada al porche mientras Peter y yo la seguíamos.

—¿Joe no quiso unírsenos?
—Tenía otras cosas que atender.
—No es un asesino a sueldo, ¿verdad?
Peter se rió. 
—No.
—¿Entonces por qué tanto secreto? ¿A menos que estés haciendo algo ilegal?

Luz cantaba mientras usaba su palanca delante de nosotros.

—Es sólo un asunto personal. Una vez más, te pregunto: ¿Por qué te importa?

Cierro mis labios y caminó delante de él, colándome a través de los fragantes árboles.

Peter estaba observándome. Siempre sabía cuando me miraba. Como si estuviera diciendo mi nombre dentro de mi cabeza.

—Este es mi favorito —dijo Luz desde dos filas por delante. Todos los árboles tenían pequeñas manzanas verdes en ellos—. Lo llamo Monty.
—Luz le pone nombres a todos los árboles —dijo Peter con cara seria—. Este es Walter, y esa es Shirley y esa es Cenicienta… —Continuó, nombrando al menos diez árboles más.
—¿Tienes sus nombres en tu teléfono? —dije sin pensar.
—¿Qué?
—Nada.

Negó con la cabeza y me dio la vuelta para no estar de frente a Luz, quien hablaba con Monty el árbol.

—La única forma de que sabrías qué números tengo en mi teléfono sería si miraste en el, lo cual sería una invasión a mi privacidad.
—Oh, ¿cómo ir por mi bolso y encontrar mis llaves en él, verdad? ¿Cómo tomar mi lector electrónico, verdad? ¿Cómo tratar de verme desnuda, verdad? Sucio hipócrita —protesté, dando un vistazo para asegurarme de que Luz aún seguía hablando con el árbol.
—No toques mi teléfono —dijo, acercándose a mí.
—Entonces no toques mi trasero.
—El problema con eso, Missy, es que quieres que toque tu trasero. Si Luz no estuviera aquí justo ahora, querrías ser empujada contra uno de esos árboles con las hojas en tu cabello y mis manos todas sobre ti. Yo no quiero que toques mi teléfono.
—Eres tan idiota.
—Cuida tu lenguaje frente a Luz. Es muy impresionable. —Se alejó y se agachó junto a la silla de Luz.

Normalmente, Peter era un imbécil, pero uno bueno—si existiera tal cosa. Pero parecía que algo tocó el interruptor. Peter nunca había sido malo conmigo. No así. Tuve la clara sensación de que tenía algo que ver con Joe y el misterioso encuentro.

—¿Regresarás y me ayudarás a recogerlas? —dijo Luz después de haberme presentado a muchos otros árboles.
—Por supuesto que lo haré —dije, inclinándome junto a su silla. Ella subió los brazos para un abrazo, y le di uno.
—¿Lo prometes?
—Promesa de meñiques.

***

Mientras Peter y Pablo trabajaban en el tractor —yo dudaba mucho la existencia de dicho tractor— y Candela jugaba con Luz, Hope y yo tuvimos una pequeña charla. Candela me dijo que ella ya había tenido el interrogatorio de Hope esa mañana y que no fue tan malo.

—Eres una cosita tan linda. ¿Qué haces con un chico como Peter? 

Casi me ahogo con mi tercer vaso de té helado. Esa cosa estaba rica. 

—Honestamente no lo sé.
Me dio una mirada. 
—Puede ser un chico dulce cuando quiere, pero algunas veces me preocupo por él. Ni siquiera quiero saber lo que ha estado haciendo últimamente.

Nada bueno, eso era. Demasiadas cosas malas. Me mordí la lengua.

—Sin embargo, tiene ese encanto de chico malo —dijo con una sonrisa. Diablos esa mujer podría ganar el Campeonato Mundial de Sonrisas—. John también era así. La palabra Problema escrita sobre él.

Candela y Luz jugaban cartas y por lo que pude ver, Luz era una patea traseros.

—Yo no estaba muy feliz cuando comenzó a ponerse tinta en su cuerpo, te diré eso. Si su madre, Dios guarde su alma, supiera, habría preferido tener una camada de gatitos.

Realmente, realmente quería preguntarle por la madre, pero no quería parecer que trataba de entrometerme. Tampoco iba a decirle que pensaba que sus tatuajes eran más que sexys.

—Mientras no se compre una motocicleta, creo que mi corazón será capaz de sobrellevarlo. Gracias a las estrellas que John Junior nunca se interesó en ese tipo de cosas. Le arrancaría su piel. —Me reí.
—Tienes una risa hermosa. ¿Alguien te lo había dicho?
—Peter —dije sin pensar.
—Él lo haría. —Apartó su mirada de Luz para mirarme a mí. Realmente mirarme. Como si estuviera tratando de ver dentro de mi alma. Traté de no titubear mientras completaba su examen.

—Pienso en Peter como si fuera mi hijo, y como su madre es mi trabajo examinar a cada mujer potencial por la que pueda estar interesado. Esto no es nada personal, es mi trabajo.
—¿Y? —pregunté dudosa, esta mujer claramente tiene colmillos detrás de esos dientes blancos como perlas. Anotado. 
—No quiero que te lastime. No quiero que lo lastimes.
—Yo tampoco. No estamos involucrados… de esa forma de todos modos. —No sabía de qué forma estábamos involucrados. Estaba completamente segura de que aún no había una definición para ello.

Hope me dio otro vistazo con sus ojos láser. Era peor que la seguridad en el aeropuerto.

—Aún. No están involucrados aún, pero cariño, nunca había visto a ese chico tan feliz con alguien como contigo. Tendrías que estar ciega para no verlo.

Sí, sí. Luché con la urgencia de rodar mis ojos. Ella no entendía cuán complicado era esto.

—El amor es simple. Caes y eso es todo. Saldrás de lo demás. Sólo tienes que dejarte caer y tener fe de que alguien estará allí para atraparte.

No quería tener ninguna caída. Caer usualmente te llevaba a conocer una dura superficie de una manera desagradable.

—Está bien, eso es suficiente para el tercer grado. Ahora dime algo más sobre ti. Esa blusa luce encantadora en ti.

No le dije que Peter la escogió. Continuamos con nuestra pequeña charla, pero puedo decir que ella me observaba.

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