Capitulo 39

Capitulo 39

Peter no la dejó fuera de su vista. Ella nunca se había sentido tan mimada en toda su vida. Todos eran tan amables. De repente se convirtió en una VIP en el tour de los Lanzani. La sorpresa más grande fue la madre de Peter. Después de ser presentadas, ella recibió a Lali con los brazos abiertos y la abrazó fuertemente.

Seguridad llevó a DarLynn de nuevo al escenario. El encargado del aparcamiento eventualmente creyó su historia sobre que Lali era “la chica” y llevó a DarLynn adentro para ver el concierto. Juntas dejaron Red Rocks en el autobús de los Lanzani.

Lali nunca había visto nada tan elegante en su vida. Una alfombra afelpada cubría los suelos. La parte de atrás del autobús ofrecía una enorme pantalla de televisión y asientos cómodos para un grupo pequeño. Las guitarras estaban aseguradas a las paredes como decoración y para fácil acceso. La reunión del autobús los llevó a un hotel de lujo en el centro de Denver. Lanzani ocupó todo el piso ejecutivo. Los padres de Peter fueron lo suficientemente amables como para darle una suite a Lali y DarLynn.

Lali y Peter hablaron hasta tarde esa noche. Ella habló de todo lo que le sucedió desde la redada anti-drogas, los horrores de la casa hogar y su posterior huída. Peter revivió la experiencia con ella, mientras recordaba los recuerdos dolorosos. Compartió historias sobre las personas de Pebble Creek,cómo Jerrold la ayudó a guiar el sistema legal y sus planes para la universidad en el otoño.

DarLynn se quedó despierta observándolos, pero después se subió a su cama afelpada tamaño King. Dejó la puerta abierta hacia la sala de estar para recordarles su presencia.

Peter le contó a Lali sobre su nuevo álbum y que la mayoría de las canciones eran sobre ella. Compartió la noticia de que planeaba comprar su propia casa. Aunque amaba a su familia, necesitaba más independencia y tiempo alejado de su constante intrusión. Incluso convenció a sus padres de aceptar tener un segundo autobús, así todos podrían disfrutar de más privacidad. Muy tarde en la noche se quedaron dormidos, acurrucados juntos en el sofá.

La mañana llegó demasiado pronto con el sonido de DarLynn llenando la bañera. Lali se despertó y se acurrucó en la comodidad de los brazos de Peter, reacia a dejar su lado. Un fuerte golpe y el sonido de la puerta de la suite abriéndose los obligó a enderezarse.

―Buenos días ―dijo la madre de Peter brillantemente.
―Mamá, esto es abuso infantil ―gimió Peter―. Debería hacerte arrestar por despertarnos tan temprano. ―Lanzó un cojín hacia ella.
―No parece que ustedes hubieran dormido demasiado. ―Les lanzó una mirada intencionada, entró en la habitación y regresó el cojín al sofá―. No tienen que agotar todas las palabras el primer día.
―Mira a lo que me refería. ―Peter se inclinó hacia Lali y descansó su cabeza sobre su hombro―. No tengo privacidad. Nada es sagrado.
―No me importa. ―Ella se giró e inhaló. Peter olía a sus cálidos cuerpos dormidos y a su perfume desvanecido. Dormir en los brazos de Peter se sintió como el cielo puro, pero ahora su madre fingía no observarlos. Lali se enderezó y alisó sus ropas arrugadas.
 ―Tráiganlo aquí. ―Su madre sostuvo la puerta de la suite del hotel abierta.

Dos meseros empujaron dos carritos llenos de comida. Mientras ellos instalaban un buffet de desayuno en la mesa, el aroma del tocino, tortitas y bocadillos llenó su nariz. En el viaje a Denver, ella sólo comió comida rápida, Cheetos y dulces.

―Señor, mira toda esa comida. ¿Vamos a tener una fiesta? ―DarLynn entró en la sala envuelta en una bata mullida bordada con el logo del hotel.
―Buenos días, DarLynn, ¿dormiste bien? ―preguntó la mamá de Peter, sonando alegre.
―La cama era cómoda, pero apenas dormí tratando de estar despierta y mantener un ojo sobre estos dos. Sólo diré que no estoy esperando por todas esas noches tardes en que haré de carabina para mis chicos.

La cara de Lali se calentó.

―Oh, Dios mío ―le dijo a Peter en voz baja. ¿Haciendo de carabina? Qué humillante―. No tenías que quedarte despierta. Estábamos muy bien. Además Peter tiene dieciocho.
―Ahora no escucharé nada de eso. Él puede tener dieciocho, pero tú no. Si tu madre estuviera aquí, ¿crees que te dejaría sola toda la noche con un chico en un hotel lleno de camas? ―DarLynn se cruzó de brazos, un gesto que la mamá de Lali con frecuencia usaba, cuando estaba irritada.

El calor subió por su cuello de nuevo. Sin duda, mamá habría hecho exactamente lo mismo. Peter apretó su mano.

―Por cierto, hay algo mal con la bañera allí dentro. Es toda brillante y bonita, pero las malditas llaves son tan fuertes que siguen disparándome de un lado al otro. Me sorprende que un lugar tan elegante tenga una bañera defectuosa.

Peter le guiñó un ojo a Lali y sonrió. Pequeños hormigueos se dispararon hasta los dedos de sus pies.

―DarLynn, por qué tú y yo no tomamos un plato y hablamos mientras los niños se despiertan y planean su día ―dijo la mamá de Peter―. Además, no puedo esperar a escuchar más sobre tus encantadores chicos. Tengo experiencia en cómo manejar tres jovencitos cabeciduros.
―¿Y qué es? ―preguntó DarLynn― ¿Ponerlos en una banda?

―Exactamente.

Mientras las mujeres hablaban como viejas amigas, ella y Peter llenaron sus platos. Se acurrucaron en el mostrador de granito y comieron. Ella nunca había esperado verlo de nuevo, y estar sentados tan cerca era una fantasía hecha realidad. Él pareció coincidir cuando tomó ese momento para besarla. Ella sabía que su tiempo pasaba rápidamente y partir no sería fácil.

Pasaron el día yendo de excursión al hermoso Granite Peak, justo a las afueras de Denver. Roger encontró una ruta fuera del camino trillado, libre de hordas de excursionistas. Afortunadamente él se quedó en el aparcamiento, así Lali y Peter podía pasar el día a solas.

Tomó un par de horas subir a la cima de lo que parecía una montaña, pero probablemente era sólo un acantilado o colina para los estándares de Colorado. Rodeados por el aroma de pino y una brisa suave, el mundo exterior se desmoronó como si sólo ellos existieran. Enormes afloramientos de rocas, salpicados con plantas ocasionales y arboles cubriendo la cima. Se tumbaron contra una roca cálida y disfrutaron de una vista espectacular de las montañas cercanas. Lali levantó su botella de agua, tomó un trago largo, luego se la pasó a Peter. Él ofreció una bolsa de GORP en respuesta.

Una brisa de agosto fuerte enfrió sus pieles cálidas. Lali se reclinó y giró su cabeza hacia Peter. Él llevaba su gorra de beisbol hacia atrás, mostrando su rostro endiablAgusente guapo. Podría mirarlo por siempre.

―¿Qué estás viendo? ―Sus ojos brillantes parecían sonreír.
―A ti. No puedo creer que esto esté pasando. Nunca soñé con verte de nuevo.―Ella lo decía en serio. La vida había sido tan cruel. Reunirse no era algo que ella hubiera esperado.
―¿Todo este tiempo alejados y tú ni siquiera soñaste conmigo? ―bromeó él.
―Detente. No puedes ser tan tonto. ―Ella tomó su mano y envolvió sus dedos con los de él.
―Nunca dejé de pensar en ti. ―Él besó la parte superior de su mano.

―¿De verdad? ―No podía creer que le importara tanto. ¿Cómo podía ser tan afortunada?
―De verdad ―dijo.
―¿Entonces cuéntame de tus sueños? ―Lali quería saberlo todo.
―Ahora que te tengo, no queda mucho.

Ella se acurrucó más cerca.

―De verdad. Quiero saber. Has logrado tanto, más de lo que la mayoría de las personas hacen en toda la vida. No puedes haber dejado de soñar a los dieciocho. Eso sería trágico.
―Veamos, ¿dónde empiezo? ―Se movió a una posición más cómoda con la espalda de Lali contra su pecho, sus brazos envueltos cómodamente alrededor de ella―. Nuestro último álbum se volvió platino en una semana y nuestro tour se vendió en minutos. Todo eso es genial, pero quiero escribir la clase de música que vive por décadas. Me gustaría mover a las personas con el poder de mis letras y música.

Lali se recostó contra él, el sol caía sobre sus cuerpos, mientras su respiración le hacía cosquillas en el cuello como una pluma.

―Luego me gustaría tomar todo ese éxito que he disfrutado y hacer algo realmente bueno con él. Me gustaría ayudar a niños y personas enfermas.

Ella escuchó el timbre bajo de su voz, sintiéndola vibrar en su pecho mientras descansaba contra él. Haría todas esas cosas. Sabía que lo haría.

―También me gustaría tener mi propia casa. Ya sabes viajar cuando quiero y no necesariamente con mi familia. Los amo, pero es hora de crecer y vivir mi vida. Al menos tanto como sea posible.

Ella contempló todo lo que dijo. La realidad empezó a filtrarse en su mundo perfecto.

―¿Y qué hay de ti? ―Él mordisqueó el borde de su oreja―. He estado hablando demasiado. Ahora que eres legalmente independiente, ¿qué quieres hacer con tu vida, además de pasar tiempo conmigo? ―Acarició su palma con su pulgar.

Ella había estado tramando y planeando por meses y parecía que todo hacía clic al mismo tiempo.

―Primero quiero ir a la escuela y ser una artista gráfica. He estado dibujando desde que mi mamá me dio mi primera caja de crayones. Es lo único que siempre he amado. Nunca haré tanto dinero como una artista normal, pero como artista gráfica podría hacerme cargo de mi misma.
Peter descansó su barbilla en la parte posterior de su cuello.
―Yo me haré cargo de ti ahora.
Ella se anidó en él.
―Eso es dulce, pero le he dejado mi destino a otros demasiadas veces y no funcionó, por decir lo menos. No lo haré de nuevo. Ahora necesito hacerme cargo de mi vida.
―Pero estoy dentro de ésta, ¿no? ―bromeó.
―Por supuesto que sí. ―Se giró en sus manos y se estiró por un beso. Peter apretó sus labios contra los de ella. El toque de sus besos la encendió en fuego. Se relajaron juntos renovando su pasión.

Feliz de estar juntos y no necesitar nada más, pasaron el rato en la cima, el tiempo suficiente para que las nubes aparecieran y cayera una lluvia muy ligera. En su camino a bajar la montaña Peter le habló de las preparaciones para su próximo tour, las apariciones en los premios MTV y Saturday Night Live. Ella le contó sobre sus preparaciones para empezar la universidad en Boston este otoño y la angustia de sus esfuerzos fallidos por encontrar a su papá. Ahora que tenía su independencia, podría mantener su nombre público así él la encontraría más fácilmente. No más de esconderse.

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