lunes, 13 de mayo de 2013

Capitulo 10

Capitulo 10

Los desgastados zapatos de Lali pisaron suavemente a través de la tienda de descuento. Ella quería pasar desapercibida, pero las brillantes luces de la tienda revelaron su presencia. La culpa colgaba de sus hombros como una pesada cadena.

Ella encontró la sección de entretenimiento llena de electrónicos, videojuegos y DVDs. Buscó en un pasillo y luego en el otro. Nada. El pánico se apoderó de ella. Tenía poco tiempo para volver a la escuela y tomar el autobús.

―¿Puedo ayudarte? ―Un hombre de mediana edad con una gran barriga, sostenía un dispositivo de escáner y esperó su respuesta. 
―Uh, sí ―susurró, luego aclaró su garganta y subió la voz―. ¿Me estaba preguntando dónde tienen los CDs? ―La desesperación comenzada a hundirla. Ella necesitaba el CD. Tenía que estar aquí. Tenía que conseguirlo. 
―Al final de este pasillo. ―Él caminó en esa dirección, asumiendo que ella lo seguiría. Ella lo siguió. ¿Estaría preguntándose por qué una chica de secundaria estaba en la tienda a media tarde?
 
Él giró en la esquina.

―Country y show tunes están en este lado, rock y jazz en el otro, nuevos lanzamientos están al final del pasillo. ¿Hay algo en particular que estés buscando?

Él esperó. Ella no quería confesar la razón por la que estaba allí. Podría exponer sus verdaderos sentimientos, alguien podría escucharla. Echó un vistazo alrededor, pero no encontró público. El hombre siguió su mirada. Levantó sus cejas confuso.

―¿Lanzani? ―preguntó, más bajo de lo que quería.
―Su colección está al final, no te la puedes perder. ―Para alivio de Lali, él se giró y fue en la dirección opuesta.

Lali trató de no precipitarse mientras se dirigía al final del pasillo. Allí estaba una foto de seis pies de alto de unos sonrientes Peter, Tacho y Agus, haciéndole publicidad a su último CD. Lali dio un paso atrás impresionada. Su mano se estiró y tocó el lustroso cartón de imitación de Peter. Era casi tan bueno como el original. La enorme exhibición dominaba el espacio junto a una pared de los CDs de los Lanzani. Copia tras copia destacando a Peter Lanzani sonriendo hacia ella.

Nunca en sus más salvajes pensamientos se había imaginado que él fuera tan famoso. Él no había descartado nada de ello cuando habían estado juntos. Ella quería gritar de alegría. Tomó un CD recubierto de plástico, su atractivo rostro exactamente como lo recordaba. Ella le sonrió y luego acunó el codiciado CD. El riesgo de ausentarse de clases y venir hasta aquí, valía cualquier castigo que la Tía Tina repartiera.

Cuando Lali fue a la caja registradora, sus manos temblaron mientras le pasaba los billetes robados al cajero. Ella salió de la tienda y miró en ambas direcciones para asegurarse de que nadie estaba mirando. Se lanzó a un lado de la tienda, y sacó su premio de su mochila. Desgarró la envoltura tan rápido como pudo con sus aún temblorosas manos. Luego la cinta transparente no la dejaba pasar. La tomó, luego usó una lima de uñas para levantar el borde. Finalmente, ganó la batalla. Dentro del estuche yacía un perfecto e intacto CD, y un brillante folleto que contenía las letras de las canciones y más fotos de Peter y sus hermanos.

Su corazón cantó. Ella besó la portada del CD y la abrazó. Sus ojos se humedecieron con vertiginosa emoción. ¡Le pertenecía! Después de un par de minutos de adorar a su ídolo, de mala gana lo metió en su mochila en el pequeño bolsillo. Se apresuró de vuelta a la escuela, con miedo de perder el autobús de la tarde o ser descubierta en el acto de caminar a la escuela mientras todos los demás salían.

Más tarde con Tía Tina, Lali se escabulló a su habitación. Ella puso una silla contra la puerta en caso de que su tía viniera. El resto de la tarde y esa noche, ella se vertió sobre el brillante folleto página tras página, mientras escuchaba el CD a través de unos audífonos de gran tamaño que había encontrado en una caja del armario de la sala. Ella reconocía la increíble voz de Peter en cada canción y seguía sin creer que hubiera pasado una soleada tarde hablando con él, sólo unos días atrás. Tarde en la noche, Lali se dejó ir con el glorioso sonido de la voz de Peter arrullando su sueño. No hubo pesadillas esa noche.

♫ ♪♫

―Papá, vamos. Ni siquiera está fuera del camino. 

Peter continuó presionando. Tacho y Agus observaban, ansiosos por ver quién ganaba la batalla de poder. ¿Por qué nada en esta vida podía ser privado?

―Ya estamos retrasados. Tenemos reuniones de producción de la filmación del video de mañana, ustedes chichos tienen entrevistas y arreglos de vestuario, además tengo algunos problemas de la gira que resolver.

Papá podía ser inalterable algunas veces. Él quería que la vida fuese limpia y ordenada como sus Dockers(Marca de ropa, se refiere a los pantalones del papá) plisados y sus zapatos con borlas.

―Solo porque esto no sea importante para ti, no significa que no sea importante para mí ―dijo Peter―. Doy mi palabra. Eso debería valer de algo. ―Él se mantuvo firme, esperando la respuesta que quería. La única forma de llegar a su papá era deshacer su lógica.

―No creo que sea una buena idea empezar a dejar que las chicas influyan en tu vida. Tienes un montón de chicas que te persiguen en tu gira. ¿Por qué esta es tan diferente?
―Ese es el punto; ella es diferente. Ella no es como todas las otras tontas gritonas. Ella es interesante y divertida, y a ella no le importa todo el asunto de la banda. Ella ni siquiera había escuchado sobre los Lanzani antes de que se lo dijera. ―La amistad de Lali era como un secreto especial del que nadie más sabía. Ningún publicista o paparazzi para echarlo a perder. Ninguna interferencia exterior podía llegar a ellos, cuando estaban en el Parfrey’s Glen. Sólo dos personas pasando el rato.

―Pensaba que todo el mundo en el planeta nos conocía ―interrumpió Agus, desde el sofá, mientras hacía clic a través de las fotos almacenadas en la cámara.

Peter se volvió y clavó a su pequeño hermano con una mirada.

―Peter, está lloviendo a cántaros afuera. Si esta chica tiene algo de sentido común, no estaría en este diluvio esperándote, y si lo está, bueno ese es otro asunto ―dijo su papá.
Peter se volvió a su mamá.
―Mamá, por favor, tienes que ayudarme aquí.
―Ya sabes, Jett ―la voz de su madre mantuvo ese tono calmado de ‘voy a salirme con la mía’―. Siempre hemos animado a los chicos a que tengan una vida fuera de su música. Esta es otra oportunidad para eso.
―Yo me refería a jugar al fútbol, no perseguir chicas.
―Si es tan importante para él, ¿por qué no dejarle pasar algún rato con esta chica? Él tiene diecisiete años. Si recuerdo correctamente, tú pasabas mucho tiempo con chicas a esa edad.

Los ojos de Peter se precipitaban de un padre a otro, como si estuviese observando un partido de tenis. No se atrevía a decir una palabra para distraerlos.

―Bueno ―vaciló su papá.
Peter contuvo el aliento. Su mama era buena. Ella sabía cómo manejar al hombre.
―¿Qué daño puede hacer? Vamos a adaptarnos todo. Siempre lo hacemos ―agregó.
―Está bien, pero no más de una hora. No voy a sentarme en la lluvia aquí esperando por Romeo.
―Vamos todos a tomar un rápido almuerzo mientras Peter comprueba si... ―se volvió hacia Peter―. ¿Cuál es su nombre?
―Lali.
―Sí, está bien, Lali. Vamos a tomar un rápido almuerzo mientras Peter comprueba si Lali está allí.
Su padre gruñó su asentimiento.
―Gracias ―murmuró Peter a su madre.
Ella respondió con una sonrisa y un golpecito en su brazo.
―Anotación ―dijo en voz baja, agitando su puño.

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