Capitulo 9

Capitulo 9

—Hablé con Pablo durante el discurso y le sugerí que nosotros cuatro fuéramos a ver una película esta noche para celebrar tu regreso a la escuela —dijo Cande desde el otro lado de la mesa de la cafetería. Había estado tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que se había sentado frente a mí.
Miré hacia arriba. 

—Eso suena como una gran idea.
Cande frunció el ceño, inclinó la cabeza y se acercó más a mí.

—¿Estás bien?

Forcé una sonrisa y asentí con la cabeza. Convencer a mí mejor amiga de que no me volvía loca internamente, iba a ser difícil. Como era de esperar, levantó las cejas y me dio el “no te creo” con los ojos mientras se echaba hacia atrás. Por suerte, Nacho eligió ese momento para unirse a nosotras, por lo que ella no tenía la oportunidad de probarme más.

—Esta noche después de la práctica de fútbol de Pablo, todos vamos a ir al cine para celebrar la recuperación de Lali.

Nacho me miró con cara de preocupado. 

—¿Estás para eso?
Asentí con la cabeza.

—Claro, me siento mucho mejor. Tengo que salir y hacer algo normal.
La sonrisa de Cande regresó. 

—Entonces, está arreglado. Ahora, todo lo que queda es decidir qué película vamos a ver. —Los ojos de Cande se quedaron mirando algo por encima de mi cabeza—. Uf, no me extraña. — dijo en tono de disgusto.

Eché un vistazo hacia atrás para ver lo que ella encontraba tan irritante. Mery entró con el brazo metido dentro del codo de Peter, sonriendo tímidamente hacia él, mientras que hablaba con ella. Era evidente que disfrutaba de su atención. No sería el primer hombre en ser víctima de sus atenciones. Mery hacía un completo paquete de perfección, si dejabas aparte su personalidad. Volví la cabeza hacia atrás, esperanzada de poder cubrir las emociones agitadas en mi estómago. La visión de ella, del brazo de él, me puso un poco enferma.

—Sería Mery la que consiguiera la estrella de rock. —dijo Cande, en un tono de disgusto, antes de tomar un bocado de su ensalada.

—Espero que no sean celos lo que estoy escuchando en tu voz. Teniendo en cuenta que sería un golpe a mi ego. —dijo Nacho en broma y Cande lo fulminó con la mirada.
—Por supuesto que no. Ojalá Peter Lanzani no haya decidido dar su atención, a esa perra asquerosa. Hay un montón de otras chicas hermosas en esta escuela que serían mucho mejores opciones.
Nacho se rió entre dientes. 

—¿Cómo quién?
Cande se encogió de hombros. 

—No lo sé. Simplemente alguien que no sea Mery. —Nacho se rió en voz alta y meneó la cabeza.
—¿Qué me perdí? —Preguntó Pablo, mientras se sentaba a mi lado.
—Nada, —Le respondí un poco demasiado rápido. Nacho asintió con la cabeza hacia donde Peter y Mery se sentaban en una sola mesa—, parece que Cande cree que cualquiera sería una mejor opción para la estrella de rock, que Mery.

Pablo asintió con la cabeza.

—Es probable que tenga razón. Sin embargo, mientras no se detenga a comer con los ojos a mi chica, no me importa a quién le da su atención.
Cande alzó las cejas en sorpresa hacia mí. 

—¿En serio ha estado comiéndote con los ojos?
Rodé mis ojos. 

—No. —Mi rápida respuesta ni siquiera sonó creíble para mis propios oídos. 

—Sí, lo ha hecho. —dijo Pablo, alcanzando mi mano debajo de la mesa.

Me dio un apretón suave, como para tranquilizarme. Suspiré y me relajé. No tenía sentido discutir con él. Sabía que Peter me observaba con más frecuencia que cualquier otra persona. No me había dado cuenta de la forma posesiva en que me sentía hacia él, hasta que había visto a Mery conseguir su atención. Podía ir a cantar a Mery para dormir con su guitarra y su música de belleza inquietante. Oí una baja risa y me volví para mirar a ambos, Pablo y Nacho, cuyas bocas estaban llenas de comida. Me quedé inmóvil y miré hacia atrás, a la mesa donde Peter parecía tener una conversación privada con Mery. Sus ojos dejaron los de ella y me dio una mirada divertida antes de volver a la perfecta rubia a su lado.

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