domingo, 14 de abril de 2013

Capitulo 20

Capitulo 20

—Tengo una sorpresa para ti. —Pablo anunció mientras paseaba por la sala de mi casa a las siete de la noche. Me asomé desde el libro de texto abierto sobre la mesa y le sonreí. Ver a Pablo ayudó a aliviar el vacío dentro de mí. Se inclino, me besó en los labios suavemente y luego dejó un folleto frente a mí, en la mesa.
—¿Gatlinburg, Tennessee? —Pregunté, leyendo el folleto frente a mí con la imagen de una montaña nevada con un telesilla y las calles festivamente iluminadas.
Sonrió y se sentó en la silla a mi lado. 
—Todo un fin de semana de esquí y compras. Mis abuelos tienen una cabaña allí a la que vamos cada año en esta temporada. Hablé con Cande y ella tiene el visto bueno por parte de su padre. Él cubriría los gastos del viaje de ella y Nacho, y mis padres quieren agradecerte por todo el trabajo duro que hiciste al ayudarme a sacar una A+ en Oratoria. —Sonrió con malicia—. Y porque sabían que yo no iría a menos que tu fueras también. 

Irme de vacaciones a esquiar no era algo sobre lo que quería pensar en estos momentos. Emocionalmente, apenas podía sostenerme y necesitaba encontrar a Peter. Simplemente no podía entender cómo iba a encontrarle exactamente.

—Wau. —Forcé una sonrisa. Él tomó mi falsa sonrisa como un estímulo y abrió el folleto. Comenzó a hablar sobre todas las cosas que se podían hacer en la cima de la montaña. Yo daba vueltas en mi cabeza, pensando en cómo podría decirle que no, cuando mi madre entró.
—Hola, Pablo, ¿Has comido? Traje a casa comida china de la reunión con mi agente literario. ¿Alguno de ustedes tiene hambre? —preguntó.
—Estoy muerto de hambre. —dijo Pablo con entusiasmo.
—No, gracias. —Respondí. Pensar en comida me revolvió el estómago.

Me di cuenta de que Pablo le hablaba a mi madre sobre el viaje a esquiar y me entró pánico, tratando de pensar en alguna manera de detenerlo.

—Oh, eso sería perfecto, Lali. La tía Julia nos ha pedido ir al rancho por Acción de Gracias, pero odiaría volver a llevarte allí para que seas testigo del llanto de su primer día de Acción de Gracias sin Ted. Ella me necesita y yo podría ir si tú pasaras las vacaciones en las montañas con tus amigos. No me sentiré como que estas sufriendo. Eso es simplemente perfecto. Pablo, gracias. Tengo que llamar a tus padres esta noche para conseguir más detalles. Quiero enviar dinero, sin embargo, no me gusta la
idea de que tus padres paguen por ella. 
Pablo negó con la cabeza. 
—¡Oh, no, señora¡ Eso no es necesario. Ellos quieren pagar. Ha sido una respuesta a sus oraciones con mis calificaciones de Oratoria este año. No podrían haber pagado por un mejor tutor. —Me dedicó una sonrisa maliciosa y luego sonrió a mi madre con cortesía.

Lo planeaban como si ya fuera un hecho. Mamá no iba a decirme que no, o a cuestionármelo. No tenía escapatoria, a menos que quisiera herir, no solo a Pablo, quien no lo merecía, sino también a Cande. Ella, sin duda, parecía emocionada por el viaje y, aunque todo lo que yo quería hacer era buscar a Peter, no podía. Por el momento, no estoy segura sobre cómo comenzar. Mi plan había llegado a un interrumpido registro de trayectos. En un súbito estallido de esperanza buscaría en Ebay boletos para Cold Soul pensando que, tal vez, si fuera al concierto, podría verlo y saber que él era real. Podría acabar con todos estos temores revolviéndose dentro de mí, de que él era algo que yo no podía tener o tocar. Incluso, si pudiera comprarme los boletos, no podría financiarme el costo del viaje para llegar a las próximas fechas de sus próximos conciertos.

—Supongo que eso es lo que tenemos que hacer mañana. —dijo mamá alegremente. No tenía idea a lo que se refería.
La miré fijamente y fruncí el ceño. 
—¿Qué?
Ella rodó los ojos. 
—Ir a comprar tu equipo para la nieve, tontita. Vas a necesitar ropa de invierno también. ¡Oh, esto va a ser muy divertido! Estoy tan emocionada. Ustedes dos hagan su tarea y yo iré a llamar a Julia y le haré saber que estaré allí en Acción de Gracias. —Mamá nos dejó y Pablo se dio la vuelta, sonriendo triunfante, con una caja de arroz frito en una mano y los palillos en la otra.
—Ella es más que genial, lo juro. Los padres de Nacho dieron una pequeña pelea. Ella fue tan fácil —Besó la parte superior de mi cabeza mientras volvía a sentarse frente a la mesa—. Será mejor que llames a Cande y le cuentes las buenas noticias antes de que empecemos. Está esperando saber las noticias —Asentí con la cabeza y alcancé el teléfono. Iba a tener que actuar emocionada por el bien de Pablo, y el de ella. El teléfono sonó una vez antes de que un intenso chillido estallara en la otra línea.

—Por favor, di que ella dijo que sí, por favor, por favor, por favor. —La voz de Cande cantó desde la otra línea.
—Dijo que sí. —Le respondí, dedicándole una sonrisa a Pablo.
—¡FANTABULOSO! Vamos a pasárnosla tan bien. De compras en la nieve. ¿Qué tan romántico es eso? Quiero decir ¿Hay realmente algo mejor que la nieve sobre las pequeñas calles llenas de tiendas? No, no lo hay. Sin embargo, te advierto en este momento que no pondré mi pie en un esquí. De ninguna manera. Quiero ir de compras, no a visitar la sala de emergencias ¿Tú vas a esquiar? —Miré a Pablo, quien obviamente podía escuchar la voz desde el teléfono. Asentía con una gran sonrisa en su rostro.
—No creo que tenga elección. —Respondí.
—Uf, bueno, yo sí, y no lo haré. Quiero decir, te caes y tu trasero queda completamente húmedo. De ninguna manera. No lo haré.
Pablo se rio entre dientes. 
—Llevarás puesto un traje de nieve Cande, eso mantiene tu trasero seco. —Gritó en voz alta.
—Lo que sea, sigo sin hacerlo. Oh, tengo que llamar a nacho y decirle. Tenemos que ir a comprar verdadera ropa de invierno. Vas a tener que hacer a un lado tu servicio comunitario por una tarde o quizá dos. ¡De acuerdo, bien! Hablaré contigo mas tarde. —Colgó.
Cerré mi teléfono y lo puse sobre la mesa. 
—Será un poco difícil vivir con ella las próximas dos semanas. —dije, bromeando.
Pablo asintió. 
—Creo que tienes razón —Se recostó en su silla—. Así que dime, ¿Qué paso con ese servicio comunitario?

No quería hablar con él acerca de esto. Miré hacia abajo, en el bloc de notas frente a mí.

—Bueno, estoy trabajando como voluntaria en el hospital. Hoy leí libros a los niños. —Esperaba que esa fuera toda la información que él necesitaba. Levanté la vista, mirándolo y la admiración en sus ojos me hizo sentir como una terrible persona. No había ido como voluntaria porque estuviera preocupada por otros. Había ido a encontrar respuestas. Sin embargo, había encontrado todas las respuestas que me era posible conseguir allí. Ella había sido solo una niña, pero había hablado como si supiera exactamente a lo que se refería. Pensé en mañana hablar con las personas mayores que sabía que no les quedaba mucho tiempo para ver si alguno de ellos me decía si había visto a ese “él” al que se refería.

—Eres una chica especial, Lali Esposito, y yo soy increíblemente afortunado. —dijo Pablo, mirándome con una emoción en sus ojos que yo no merecía.
Negué con la cabeza. 
—No, soy tan normal como las demás. Confía en mí. Ahora, vamos a terminar algunos deberes —Necesitaba cambiar el tema antes de romper en llanto y admitir qué clase de horrible persona era yo realmente. Usé a Pablo como consuelo y lo tuve por tanto tiempo. Ahora, utilizaba gente enferma para encontrar a Peter. ¿Me detendría ante algo para encontrarlo? ¿El amor debe ser tan intenso?
—Bien, esta semana nos enfrentamos a la desafiante pregunta: ¿Deberían los estudiantes de secundaria apoyarse en la ayuda de beber café por las mañanas? Realmente profundo ¿eh? —Dejé escapar una risa que no sentía y alcancé mi portátil.
—Creo que tenemos que buscar esta. Porque por lo menos yo pienso que el café es el néctar de los Dioses y, sí, lo necesitamos desesperadamente. Sin embargo, estoy pensando que tu profesor opina diferente.
Pablo se encogió de hombros. 
—Odio esta cosa, así que no soy de ayuda. ¿Realmente crees que el Internet va a tener información sobre esto?
Lo miré al presionar la tecla enter. 
—Um, sí, lo creo. Tendremos los argumentos de los grupos preocupados por la salud y los argumentos de Starbucks, ambos en nuestras manos en tan solo un segundo.
Pablo se inclinó, miró la pantalla, y sonrió. 
—Genial, así que, ¿De qué lado debo estar para este discurso?

+ 20 y mas!!!

22 comentarios :

  1. lo subiste sin adaptar

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  2. lo subiste sinn adapatar

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  3. igual lo entendiiiiii

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