domingo, 14 de abril de 2013

Capitulo 11

Capitulo 11

—Después del juego de esta noche no veo cómo los Scouts pueden mantenerse apartados. —dijo Nacho, sonriendo desde el otro lado de la mesa frente a Pablo y yo.
Pablo rió. 
—Un juego no derrotará a los Scouts de la universidad, sabes eso.
Nacho llevó una papa frita hasta su boca. 
—Un par más como ese y descenderán. —dijo, seguro de sí mismo.

El pulgar de Pablo acarició mi mano. Había comenzado a sostenerme la mano cada vez que nos encontrábamos juntos. Era dulce.
 
—Oh, qué asco ¿Tenían que venir aquí? Es decir ¿Por qué no simplemente se lleva a la chica pulpo a un hotel y nos dejan comer en paz? —dijo Cande en voz molesta, mientras me daba una expresión de conocimiento. Alcé la mirada, para ver a Peter entrar por la puerta con una muy pegada Mery a su lado. Alcancé mi soda y decidí estudiar la tarjeta de comercio puesta debajo del vidrio encima de la mesa—. Creo que la única manera en que pueda estar más cerca de él, es si envuelve las piernas a su alrededor y él se ve en la obligación de cargarla. —dijo Cande en tono de asco.

Nacho rió. 

—De acuerdo, Cande, deja tranquila a la pobre chica. Parece que la estrella de rock tiene sus manos llenas tratando de evitar que lo viole. No necesita que andes haciendo comentarios sarcásticos. —Cande rió tontamente y descansó su cabeza en el hombro de Nacho.
—¿Qué lo viole? Me gusta esa. Desearía haberla pensado. —Nacho sacude su cabeza mientras lleva otra papa frita a su sonriente boca.
Pablo suspiró. 
—Tiene muchos problemas que hacen que actué como lo hace. —Lo miré y me di cuenta que parecía más preocupado que divertido. Cande rodó los ojos. 
—Tú lo sabrías. Saliste con ella como por tres años.
Pablo bajó la mirada hacia mí. 
—Sí, lo hice, pero solo porque la única chica que quería, parecía que yo no le gustaba completamente.
Sonreí y apreté su mano. 
—Era estúpida. —Era verdad. Conocer a Pablo me enseñó que juzgar a otros no era solamente malo, sino que provocaba que me perdiera amistades con personas especiales.  

Sus ojos se tornaron serios y se inclinó, pero se detuvo justo antes de que sus labios tocaran los míos. 
—Eres brillante. Quizás solo un poco lenta en la aceptación, pero brillante de todas maneras. —Sus labios tocaron  gentilmente los míos. De nuevo, me sentí segura.  Un profundo gruñido me sorprendió y brinqué hacia atrás, mirando a Pablo para ver si había estado gruñendo. El confundido ceño en su rostro me dijo que no había sido él. Su pulgar acarició mi labio inferior y el gruñido comenzó nuevamente. Definitivamente no era v quién hacia esos sonidos de animales—. ¿Estás bien? —Preguntó suavemente.

—Lo siento, pensé que habías dicho algo. —Expliqué, forzando una sonrisa. Sonrió y dejó caer su mano de mi rostro. El gruñido disminuyó y miré alrededor de la habitación.

Peter se encontraba sentado en la mesa de la esquina junto a Mery,  quien parecía estar hablando animadamente con otra animadora al lado de ellos. Sus ojos oscuros me miraron con un brillo posesivo. Había sido él. Él había gruñido. ¿Cómo hacía eso? Podía sentir la mirada de Cande y no quería que me estuviese haciendo más preguntas. Me concentré de nuevo en mi comida y lancé una papa frita en mi boca. Pablo y Nacho habían vuelto a hablar del juego, así que tuve tiempo de enfocarme de nuevo en mis amigos y no en Peter. Pablo se inclinó de nuevo contra el sillón y liberó mi mano, deslizando la suya detrás de mis hombros y luego gentilmente apretándome contra él.

Cande sonrió. 

—Así que ¿Cuándo vamos a escoger vestidos para el Baile de Bienvenida? —Me preguntó. Fruncí el ceño hacia ella. Pablo y yo no habíamos hablado del baile de bienvenida. Estábamos saliendo exclusivamente, pero no me había dicho nada sobre llevarme al baile. Ya había decidido quedarme en casa a ver películas viejas y comer palomitas de maíz. La mirada de Cande iba de mí hacia Pablo, como valorando la situación—. Le preguntaste, ¿Verdad? —Preguntó en tono irritado. 

Pablo giró su cabeza y me miró.

—Solo asumí que estaba arreglado ¿Se suponía que debía preguntar? —La mueca de preocupación en su rostro era adorable. Le sonreí, esperando tranquilizarlo. No me gustaba preocuparlo. Parecía muy sensible emocionalmente.
—Pablo, siempre se supone que debes pedirle ir al baile a una chica. Asumirlo es algo malo. —El tono de corrección de Cande me hizo reír. El ceño de Pablo se suavizó y deslizó su dedo debajo de mi barbilla, y gentilmente acarició la línea de mi mandíbula con su pulgar.

—Lali, ¿Te gustaría hacerme el honor de ser mi cita para el Baile de Bienvenida? La posibilidad de no ser capaz de sostenerte en mis brazos toda la noche es desgarradora.
Cande suspiró desde el otro lado de la mesa.
—De acuerdo, eso fue hermoso. ¿Por qué no me preguntaste así? —Le preguntó a Nacho.
Nacho le lanzó a Pablo una mirada irritada. 
—Gracias, amigo. La próxima vez que decidas demostrar tu lado romántico, ¿Podrías hacerlo a solas?

Me reí y Pablo continuó mirándome. Asentí y se inclinó para besarme. Me preparé mentalmente para el gruñido, y en el momento en que lo escuché, bajo y enfadado en mis oídos, sonreí.

+10 y mas!!!

12 comentarios :

  1. mashhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

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  2. peter es la muerte no?

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  3. y tendria que haber matado a lali

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  4. va eso entendi ajajjaja

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  5. Jajajaja amo a peter q lindo esta celoso y lali si es mala jajaja disfrutando d los celos de peter! Odio a pablo me cae muy mal no se y eso de simplemente asumir esta muy muy mal. Lali porfa no vayas a ese baile! Att: Yiyi

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