miércoles, 3 de abril de 2013

Capitulo 61

Capitulo 61

Estaba tan incómoda que me retorcía en el lugar, tratando de pensar en algo que decir.

—Así que, tu hermano menor, Amado… Bueno, supongo que ahora también es mi hermano, de todas formas lo que iba a decir es, ¿cómo es él? —pregunté curiosamente.
Él sonrió.
—Es lindo. Es un dolor en el trasero, especialmente cuando llora en la noche, pero es lindo. Tengo una foto si quieres verla —ofreció, sacando su billetera y tendiéndomela.

Sonreí e impacientemente la abrí, queriendo ver al pequeño bebé. Mi aliento quedó atrapado en mi garganta cuando vi la foto, no era sólo el bebé, era una foto familiar. Miré a mi padre; él estaba sonriendo orgullosamente con un brazo alrededor de su nueva esposa y el otro alrededor de Victorio quien estaba sosteniendo a un niñito rubio. Mi padre parecía más viejo, su cabello había cambiado y se había vuelto un poco más grisáceo, pero sus ojos eran lo que más me llamó la atención. Recordaba esos ojos siendo duros y fríos y siempre furiosos, pero estaba diferente aquí, sonriente y cálido, lucía amable y bondadoso.

—Lindo, ¿eh? —dijo Victorio.

Aparté mis ojos de mi padre y miré al pequeño bebé; era lindo, regordete, cabello rubio, ojos marrones y una gran sonrisa. Miré a la señora en la fotografía; ella tenía cabello marrón y ojos marrones igual que mi mamá y yo. Se veía agradable.

—¿Esta es tu mamá? —pregunté, señalándola.
Él sonrió y asintió.
—Sí. Su nombre es Melody —dijo, recuperando su billetera cuando terminé.

No podría sacar de mi cabeza la imagen de mi padre sonriendo. ¿Él había cambiado? Inspeccioné a Victorio, parecía feliz, sin raspones o cortes, ni cojera delatora ni mueca de dolor ni nada.
 
—Así que, ¿te la llevas bien con él? —pregunté con curiosidad, observando su rostro por su reacción.
—¿Con Amadeo? Sí él está bien. Será mejor cuando sea más grande y pueda hacer más cosas —respondió, encogiéndose de hombros.
Tragué.
—No, me refiero a mi padre —aclaré, tratando de no retroceder ante la idea de él. Victorio se encogió de hombros y asintió, pero no dijo nada—. Debe ser difícil tener a un tipo viniendo después de años de ser sólo tú y tu mamá —declaré, tratando de empujar por una respuesta.

¿Mi padre estaba lastimándolo a él también, o tal vez al bebé, o a su mamá? Inmediatamente estuve agradecida de que no hubiera otra chica viviendo con él. El abuso físico era malo; Nico se llevó la peor parte de eso, pero el abuso sexual, eso dejaba cicatrices mentales que sabía que todavía no habían terminado. Los recuerdos de esos domingos destellaron en mi mente y me mordí el interior de la mejilla para evitar llorar.

Él asintió y miró al suelo.

—Fue un poco difícil, pero ellos han estado juntos por más de dos años ahora, así que… —Su voz se desvaneció, y se encogió de hombros. Abrí la boca para empujar el asunto más allá pero él me interrumpió—. Así que, ¿por cuánto tiempo han estado juntos Peter y tú? —preguntó, arrancando un poco más de hierba y rodándola en sus manos para hacer una bola.

Sonreí ante el pensamiento de Peter.

—Una semana y media.
—Él es amigo de tu hermano, ¿cierto? —preguntó.
—Sí. Lo he conocido desde que tenía cuatro años —confirmé, amando hablar de Peter. Incluso estaba extrañándolo en realidad. Me quedé acostumbrada a verlo todo el día el fin de semana así que era difícil volver a verlo sólo durante el almuerzo—. Así que, cuéntame más acerca de ti —sugerí, apoyandome sobre mi piernas y acostando mi cabeza en mis manos, mirándolo.

Él se acostó también y habló sobre su vida, lo que le gustaba y lo que no. Era un patinador aficionado y entraba en competiciones y otras cosas los fines de semana, hacía acrobacias y piruetas. Extrañaba a sus amigos. Nunca ha tenido una novia. Su comida favorita era el pollo al curry. Acababa de comenzar a decirle la mía cuando divisé a Peter trotando hacia mí a través del estacionamiento, tan apuesto que era casi doloroso mirarlo. Me puse de pie de un salto y sonreí cuando él envolvió sus brazos alrededor de mí, levantándome y estrellando sus labios contra los míos. Le devolví el beso hambrientamente.

Él se apartó después de unos segundos.
—Necesito tener algo de tiempo a solas contigo —susurró mientras me besaba de nuevo, más tierno esta vez.
Sonreí.
—¿Qué, justo ahora? ¿No puedes esperar hasta que lleguemos a casa? —bromeé.
Él sacudió la cabeza.
—No, pero puedo esperar hasta el estacionamiento en la parte de atrás del gimnasio después de que dejemos a Nico —sugirió, sonriendo perversamente.
—En tus sueños, Peter —dije, riendo y poniendo los ojos en blanco.
—Probablemente —acordó mientras me bajaba, sosteniéndome cerca de su lado, riendo ante mi expresión horrorizada. Victorio se empujó hacia arriba y estaba allí parado torpemente—. Gracias por cuidar de mi chica por mí —dijo Peter, sonriendo amigablemente.
—Sí, no hay problema —murmuró nerviosamente Victorio, pateando su zapato contra la hierba. Nico caminó hacia nosotros, mirando entre Victorio y yo con una expresión confundida—. Bueno, supongo que los veré mañana chicos. Gracias por dejarme pasar el tiempo contigo, Lali —dijo Victorio, sonriendo.
—Sí, fue divertido. Oye, vamos a ver ese auto tuyo antes de que te vayas —sugerí, asintiendo hacia atrás al estacionamiento. Él sonrió orgullosamente.
—¿Qué auto tienes? —preguntó Nico curiosamente y comenzamos a caminar.

Sabía que eso atraparía el interés de Nico. Sonreí y tiré de Peter un poco hacia atrás, dejando que Nico y Victorio fueran al frente, dándoles un pequeño momento. Nico necesitaba ver por sí mismo que Victorio estaba bien antes de que dejara de fruncirle el ceño. Para el momento en que los alcanzamos, Nico estaba sentado detrás del volante de un BMW Z4 azul medianoche, frotando sus manos por el tablero cariñosamente.

—Oh mierda, este es un bonito auto —ronroneó Peter, deslizando la mano por el techo con los ojos ensanchados. Agarró mi mano y me acercó a él—. Cuando sea un jugador de hockey multimillonario, te compraré uno de estos —declaró, enredando su mano en mi cabello, mirándome a los ojos y haciéndome sentir ligeramente ingrávida. Me presioné contra él y mordí ligeramente su barbilla.
—Prefiero tener un Ferrari —bromeé.
Él suspiró dramáticamente.
—Vaya, OK, espero firmar con un buen equipo si vas a ser así de exigente — respondió, mientras me besaba, haciéndome anhelar que deslizara sus manos por mi cuerpo.

Después de otros diez minutos de babear sobre el auto de Victorio finalmente salimos y fuimos a dejar a Nico en el trabajo. Salté al asiento delantero y sostuve la mano de Peter durante todo el camino a casa, emocionada por un momento de intimidad. No es que fuese a ser fácil con mi mamá en casa durante la semana, pero estoy segura de que nos las arreglaremos. Incluso sólo abrazarse en el sofá sonaba como el cielo justo ahora.

37 comentarios :

  1. ++++++++++++++++nove+++++++++nove

    ResponderEliminar
  2. otro otro otro !!!!!!

    ResponderEliminar
  3. otro otro otro !!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. otro otro otro asdsa

    ResponderEliminar
  5. otro otro otro 3333333333

    ResponderEliminar
  6. otro otro otro 555555

    ResponderEliminar
  7. otro otro otro 777777

    ResponderEliminar
  8. otro otro otro asdsa

    ResponderEliminar
  9. otro otro otro sadsa

    ResponderEliminar
  10. otro otro otro asdasdadasdas

    ResponderEliminar
  11. otro otro otro sadsa

    ResponderEliminar
  12. otro otro otro qweqw

    ResponderEliminar
  13. otro otro otro rtytr

    ResponderEliminar
  14. Pero son mas tiernos!! me encanta que esten asi!Espero mas, Giu

    ResponderEliminar
  15. OOOH ME ENCANTA LA NOVE ESTA BUENISISISIMA

    algo no me cierra con vico... y con el PAPA MENOS !

    ojala no pase nada malo :)

    OTROOO PORFAA ! lo primero que hago cuando llego del cole es ver si subiste jajajajaja

    :D

    cuidate !

    ResponderEliminar