viernes, 19 de abril de 2013

Capitulo 8

Capitulo 8

Lali

El humo se acurrucó en el suelo del escenario, cuando las luces estroboscópicas se encendieron y gritaron los fans. Peter me levantó contra él y me besó en los labios. 

—Tú te quedas aquí. Voy a venir de ida y vuelta entre los descansos. Quiero verte mientras estoy cantando.

Asentí con la cabeza, con entusiasmo, y dio un último beso en mi frente antes de salir corriendo hacia el escenario donde los otros miembros de Cold Soul ya se encontraban en su lugar y listos para tocar. La intensidad total de las luces del escenario se encendieron y Peter se unió al baterista y bajista en una abertura natural e intensa en una canción que no reconocí. 

Peter se paseó hasta el micrófono mientras sus dedos bailaban a través de las cuerdas de la guitarra. Tuve ganas de gritar junto con el centro cívico atestado de gente. La ajustada camiseta gris que vestía destacó cada ondulación deliciosa en su estómago. Agradecí que la guitarra le cubriera los impresionantes abdominales. No me gusta la idea de escuchar chicas gritando su nombre para conseguir una imagen de su cuerpo perfectamente formado.

Volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. Un destello de placer brilló en ellos, luego me guiñó un ojo. Por supuesto que había oído mis preocupaciones. No era de extrañar que a él le gustara el hecho de que no me alegrara que otras lo mirasen. La sonrisa maliciosa en sus labios aumento y su hoyuelo sexy brilló hacia mí.

Le lancé un beso con una mano y él actuó como si lo atrapara, se tocó los labios con dos de sus dedos antes de volver a la multitud.

Honestamente, estoy muy cerca de desmayarme aquí mismo. ¿Quién hubiera pensado que la muerte puede ser tan increíblemente dulce?

De repente, la multitud gritando se calló, en el momento justo y Peter abrió la boca para cantar.

Cae el sol lejos cuando te miro.
La oscuridad reclama en el cielo y me gustaría que supieran que nada se puede hacer para impedirme estar contigo.
Pero me quedo fuera de vista y sólo te susurro a ti.
Las palabras que no puedo decir.
Palabras que no es necesario escuchar.
Las palabras que no puedo evitar que se enreden en mi camino.
Ahora bien, no puedo estar solo.
Ahora, estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado. 
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.
 

Mi corazón se aceleró mientras sus ojos se volvieron hacia mí. No había oído esta canción antes y tenía todos sus discos en mi iPod. Su lengua apenas se asomaba de sus labios cuando se los humedeció,
entonces capturo mi mirada y abrió la boca otra vez. 
  
Te quedas con ganas de más de lo que jamás podría comprender.
Yo estoy indefenso, necesitando ceder a tus órdenes.
Esperando verte sonreír, me está consumiendo y atando de manos.
Nada de lo que ofrezco podría ser digno de tu amor.
Es un milagro que me vieras y no huyeras nunca.
Voy a pasar toda mi vida tratando de ser el hombre que tu crees que soy.
Ahora bien, no puedo estar solo. Ahora, estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado.
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.

Sus labios fruncidos, me lanza un beso antes de volver su atención a la multitud y seguir cantando.
  
Mantienes el fuego dentro de tu mirada.
Hipnotizas a todos los que entran en tu laberinto.
No sé nada de tus pensamientos, pero tengo que tomar el sol en el calor de tus rayos.
Nada de lo que hacemos cada vez podría estar equivocado.
Eres por siempre perfecta en todo sentido.
Ahora bien, no puedo estar solo. Ahora, estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has
mostrado. Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.”

La canción llegó a su fin y la multitud comenzó a gritar su nombre. El orgullo brotó dentro de mí al pensar que este brillante chico... era mío.

—¿Así que eres la nueva aventura de Peter? —Miré hacia atrás por encima del hombro para encontrar el origen de la voz sarcástica. La chica tenía una sonrisa molesta es su rostro muy atractivo. Una cabeza llena de rizos negros que le llegaba casi hasta la diminuta cintura que parecía injusta teniendo en cuenta el tamaño de su pecho. La parte superior de la camiseta sin mangas que llevaba dos copas D que se derraman fuera de la línea del escote de corte bajo. Si me dijera que acababa de salir de una sesión de fotos para la revista Playboy no me hubiera sorprendido. —Normalmente acude a... bueno, un tipo más notable. Me sorprende que lo mantengas muy ocupado.

Sí, no me había equivocado del tono sarcástico en su voz. La chica no me agradaba. Pero lo que decía no tenía sentido. Sabía a ciencia cierta que Peter no tenía "aventuras amorosas" y que yo era la única relación que jamás había tenido, no estoy segura de cómo responder a su evidente falta de conocimiento acerca de él, así que dirigí mi atención de nuevo a el escenario y vi que él llevaba a miles de personas a un frenesí de excitación.

—Demasiado buena para hablar conmigo, ¿verdad? Bueno, ya lo veremos. He estado por aquí mucho más tiempo que tú y mi papá es el patrocinador de Cold Soul, todos me conocen. A Peter no le gustara que seas grosera conmigo.

Finalmente, no pude morderme la lengua por más tiempo y giré mi cabeza para encontrarme con su mirada. 

—Cuando digas algo que valga la pena contestar, con mucho gusto te responderé. Pero es obvio que no sabes nada de Peter en absoluto. Si te escuchas, te darías cuenta de lo increíblemente estúpido que suena. —Sus ojos se iluminaron con furia y me entraron ganas de reír por su reacción. La chica podía insultar, pero que no soportada una contestación.
—Espero que hayas disfrutado de tu paseo, zorra, porque ya se acabó. Peter no se conformara con tan poquita cosa como él. Soy demasiado importante como para alterarme.
Mi sangre comenzó a hervir y di un paso hacia ella 
—¿Acabas de llamarme zorra? —Susurré.

Al principio, parecía muy contenta con mi ira, pero luego desapareció su sonrisa divertida y una expresión de terror iluminó su rostro. Empezó a retroceder lejos de mí. Me entraron ganas de reír en voz alta. Me recordó a uno de los matones de la escuela primaria del que todos hablaban. Una vez que gritaban, se acobardaban. Sentí una sensación de poder para manejar esta situación por mi misma. No iba a esperar a Peter para decirle lo perra que era.

—No —La chica retrocedió contra la pared y me quedé con mi mirada enojada fija en ella, amando su expresión de horror. Esto era muy divertido.
—Lali, detente.

Me quedé inmóvil ante el sonido de la voz Peter mientras se interponía entre las dos. El sudor de su pecho había empapado la camisa y se aferraba con más fuerza a la piel. Luego se volvió y miró a la otra chica.

—¿Qué está pasando? —Le oí preguntar. ¿Qué? ¿Por qué estaba preocupado por ella?
—Me atacó, yo sólo trataba de hablar con ella y me atacó — Balbuceó la joven con lágrimas. ¿Está llorando? Maldita sea, incluso sonaba creíble.
—No la toqué…
—Ahora no, Lali —Peter me interrumpió y me quede con la boca abierta hacia a él y la chica que aparentemente consolaba. ¿Acaso había entrado en un universo alternativo? Nada de esto tiene sentido.
—Ella... ella me siseo —Tartamudeó la muchacha, señalando con una de sus largas uñas rojas en mi dirección. Bueno, tal vez lo hubiera hecho. Pero me llamó una zorra.
—Me llamó… —Empecé y una vez más Peter me cortó.
—Espera, Lali.

La confusión se convirtió rápidamente en ira y no iba a esperar hasta que terminara de hablar con la chica y escuchándola con su boca llena de mentiras. Debería haberme preguntado si yo estaba bien. No a ella. No iba a estar aquí de pie para seguir escuchando esto. Y te aseguro que no iba a quedarme para intentar defenderme si no iba a siquiera darme la oportunidad de hablar. Me fui hacia la puerta de atrás, esperando que Peter me siguiera, pero una vez que abrí la puerta, noté que él no había estado detrás de mí.

Herida, furiosa y confundida miré fijamente hacia la noche. No tenía un coche. Peter no iba a venir detrás de mí. Y dependía completamente de él y me dejó colgada. Las lágrimas borbotearon de mis ojos y empecé a limpiarlas y decidí dejarlos solos. No quería que nadie me viera llorar.

—Te llevaré a casa —La voz de Pablo me sobresaltó. Giré y lo encontré apoyado contra su camioneta, mirándome.

No quería que me viera llorar, me sequé las lágrimas que corrían por mi cara. No podía irme con Pablo. Era un espíritu maligno detrás de mi alma. El ceño fruncido en su rostro me recordó al muchacho que llegó al hospital a verme después de mi accidente. Había estado tan preocupado que había dormido en la sala de espera toda la noche. En mi vida entera, Pablo había estado allí cuando yo necesitaba a alguien. Nada en él fue alguna vez espantoso. Ni una sola vez me ha defraudado. Miré hacia la puerta cerrada, deseando que Peter caminara a través de ella, pero no pasó nada. La ira me quemó la garganta y me dolió el corazón.

—Claro, gracias, Pablo. Me vendría bien un paseo.

Peter

Dejar a Lali caminando apagada, herida y molesta había sido casi imposible. Sin embargo, la distancia que puse entre ella y la criatura sin alma, delante de mí, era mejor. La ira y el dolor rodando fuera de ella eran muy molestos. Tenía que averiguar lo que era esta cosa. No podía hacer eso con la angustia de Lali detrás de mí. Quería terminar con ella y tenerla en mis brazos y tranquilizarla, pero no podía darle a este asunto una oportunidad de escapar. 

—¿Quién eres? —Gruñí, bajando la mitada a la chica

Sonrió y se enderezó, olvidándose de su actuación una vez que Lali dio vuelta a la esquina. 

—Nadie que conozcas, Juan Pedro —Respondió, y llevó una larga uña roja hasta mi camisa—, pero eso podría cambiar.
 
Le di una palmada a su mano con fuerza suficiente como para que gritara de dolor. Bien. Quería hacerle daño. Había estado demasiado cerca de Lali. Y mi niña tontamente valiente había estado mirándola como si ella pudiera con el demonio. 

—Estás por debajo de mí —Le recordé con una voz fría—. Ahora, dime por qué estabas cerca de mi Lali. —pregunté.
Se encogió de hombros y cruzó los brazos sobre el pecho. 
—Hice lo que me dijeron que hiciera. Es mi trabajo, Juan Pedro. A ti también te toca cumplir con tu trabajo, ¿No?
—No juegues conmigo. Quiero las respuestas ahora. Necesito alcanzar a
Lali. No tengo tiempo para esto. 

Se rió y el miedo helado se apoderó de mí. 

—Demasiado tarde —dijo con una voz cantarina antes de desaparecer. 

No queriendo creer que el martilleo en mi cabeza era verdad, me eché a correr por el pasillo por el que Lali había corrido tan sólo unos minutos antes. No había ni rastro de ella. Abrí la puerta de atrás y el estacionamiento se encontraba lleno de autos vacíos. Nada. Cerrando los ojos. Busqué por su alma. Y por primera vez desde que la conocí no pude escucharla. 

—¡NOOOOOOO!

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