martes, 2 de abril de 2013

Capitulo 57

Capitulo 57

El domingo se fue increíblemente rápido. Estaba realmente emocionaba de ver a mi madre; no la había visto por más de dos semanas. Ella no tenía pensado volver hasta el próximo fin de semana pero en su lugar quiso volver esta semana. Era ahora justo después de las seis en punto, y llegaría en cualquier minuto. Estaba sentada en el regazo de Peter en la sala, prácticamente vibrando de emoción. Cuando escuché su auto detenerse afuera, corrí hacia la puerta, chillando alegremente.

Nico saltó al mismo tiempo que yo y me sujetó alrededor de la cintura, riendo mientras me tiraba al sofá.

—Yo primero, renacuajo —declaró, corriendo a la puerta delante de mí, haciéndome reír.
Lo seguí fuera de la puerta y atacamos a mamá en un abrazo.
—¡Hola, Nico. Hola, Lali! —gorjeó, abrazándonos fuertemente. Peter fue directo a la camioneta y sacó su equipaje. Cuando se empujó fuera del abrazo estaba sonriendo con lágrimas en los ojos—. Los extrañé chicos —dijo, besándonos a ambos felizmente—. Hey, Peter. ¿Tienes un abrazo para mí? —preguntó, sonriendo.
Él se rió y asintió.
—Siempre, Mechi —dijo, abrazándola fuertemente.
—Te has vuelto más guapo —declaró, palmeando su mejilla afectuosamente.
Se rió.
—No sé acerca de eso —contestó, sacudiendo su cabeza, sonriendo. Mordí mi labio; definitivamente se había vuelto más guapo en mi opinión. Mi mamá adoraba a Peter, siempre lo ha hecho. Él pasa mucho tiempo en nuestra casa, y desde que mi padre la dejó ella se hizo realmente cercana a Claudia y Pablo ahora que tenía “permitido” socializar.

—Entonces, ¿qué me he perdido? —preguntó, enganchando su brazo con el mío, caminando hacia la puerta, dejando que los chicos cargaran sus maletas. Sonreí sabiendo que iba a enloquecer cuando le contara acerca de Peter.
—Um, no demasiado. Me enamoré —dije alegremente.
Jadeó y me obligó a detenerme, mirándome tan sorprendida que no pude evitar reírme.
—¿Tú… Tú qué? —tartamudeó, mirándome con una expresión perpleja. Sonreí y la hice caminar dentro de la casa, tirando de ella dentro de la cocina.
—Tengo un novio —confirmé, sonriendo como loca.
—Oh, Lali, ¡nunca pensé que serías capaz de hacerlo! Estoy tan orgullosa de ti, cariño. Sé que tan difícil te es dejar que las personas estén cerca de ti —susurró, abrazándome apretadamente, lágrimas brillando en sus ojos de nuevo. Peter y Nico entraron; ambos recargándose contra el mostrador de la cocina. Peter me dio un pequeño guiño y sonreí en respuesta—. Bueno, ¿cuál es su nombre? ¿Lo conoceré mientras esté aquí? Oh espera, ¿Nico lo sabe? —preguntó, susurrando la última parte, probablemente pensando que estaba arrojándome a algo con mi hermano mayor sobreprotector.

Me reí y miré a Nico que estaba en proceso de mirar a Peter otra vez.

—Sí, mamá. Nico lo sabe —confirmé, riendo entre dientes.
—¿Bueno? ¿Quién es? ¿Cómo es? —preguntó, sonriéndome emocionadamente.
—Bueno, mayormente es un dolor en el trasero. Es arrogante y demasiado seguro de sí mismo. Pero por el lado positivo, es extremadamente ardiente —declaré, viendo la cara de Peter mientras él trataba de no reír.
—¡Las apariencias no duran, Lali! ¡No deberías basar una relación en cómo se ve alguien! —me regañó, sus cejas juntas en señal de desaprobación. No pude evitar reírme.
—No te preocupes, mamá, no lo voy dejar cuando deje de lucir guapo —bromeé.
—¡Más te vale que no! —advirtió Peter, moviéndose a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura.

Mi mamá miró entre los dos varias veces, una expresión sorprendida en su rostro. Sus ojos se movieron a Nico, su expresión desconcertada y confundida. Nico asintió un poco a regañadientes. De repente, ella empezó a reír y a menear la cabeza.

—¡Debí haberlo sabido! Todas las provocaciones y por el estilo, no me di cuenta que era tensión sexual —dijo, riéndose más fuerte cuando Nico bufó enojado.
—¡No quiero saber! —gruñó Nico, cubriendo rápidamente sus oídos, sacudiendo su cabeza mientras todos nos reíamos.
Mi madre me tiró en un abrazo.
—Estoy tan feliz por ti, Lali. Él es un chico tan bueno —susurró.
—Sé que lo es —coincidí mientras me soltaba. Tomé la mano de Peter, presionando mi costado contra el suyo. No pude evitar desear llevarlo a mi cuarto y tenerlo frotando sus manos sobre todo mi cuerpo de nuevo, no había estado con él desde esta mañana y se sentía como una eternidad.
—Felicidades, chicos —chilló, sonriendo. Peter apretó mi mano, sonriéndome felizmente, haciendo derretirse a mi corazón. Mi mamá sonrió un poco triste, mirando primero a Nico, luego a mí—. Chicos, necesito hablar con ustedes acerca de algo. Hay una razón por la que volví una semana antes —admitió, su voz tensa y seria.

Nico se puso rígido, su rostro endureciéndose.

—No queremos verlo si eso es lo que vas a decir —dijo severamente, moviéndose para pararse a mi lado protectoramente.
Mamá meneó la cabeza.
—No es así de simple. No quiero tener que decir esto, él me ha puesto en una posición tan difícil y lo lamento —dijo en voz baja. 

Peter y Nico ambos se movieron más cerca de mí inconscientemente, así que estaba completamente apretujada entre los dos. Por Dios, ¿por qué demonios se ponen tan preocupados acerca de eso? ¡Él no está aquí ahora!

—Mamá, ¿de qué estás hablando? No dejaré que ese imbécil se acerque a Lali —gruñó Nico enojado.

Ella empezó a llorar así que empujé a los chicos y envolví mis brazos alrededor suyo. Mierda, esto era malo. Lo sea que fuera, ella estaba realmente alterada sobre ello.

—¿Qué está mal? —susurré, obligándome a no llorar también. Odiaba ver a mi mamá alterada, siempre era la fuerte.
—Necesitó sentarme —dijo en voz baja, limpiando su cara con fuerza, secando las lágrimas mientras tomaba un profundo respiro. La seguí a la sala, sentándome en el sofá, apenas capaz de respirar. Pensamientos de ellos dos volviendo a estar juntos, él queriéndose mudar con nosotros, demandando para vernos, incluso él queriendo la custodia de nosotros, todos estos pensamientos pasaban zumbando a través de mi cerebro tan rápido que me hizo sentir enferma. Peter se sentó a mi lado, envolviendo fuertemente sus brazos a mí alrededor. Me presioné a él por apoyo, esperando que ella lo dijera.

—Tú padre se ha mudado a esta ciudad —dijo suavemente.
Nico saltó de su asiento.
—¡Hijo de puta! ¡Le dije que se mantuviera lejos! —gritó furioso, viéndose como si quisiera golpear algo.
Mi madre asintió.
—Nico, él quiere estar en contacto con ustedes dos de nuevo. Dice que lo lamenta y que ha cambiado. Quiere que le den otra oportunidad.
—¿Quieres decir que quiere otra oportunidad para tratar y violar a Lali? —gritó Nico. Me estremecí mientras los recuerdos volvían. Los brazos de Peter se tensaron a mí alrededor, sus manos apretándose en puños. Mi madre sacudió su cabeza, mirándolo suplicante.
—¡Nico, no me gusta esto más que a ti, así que por favor deja de gritarme! Odio que sea yo quien tenga que decirles eso, pero no es mi culpa —dijo, llorando de nuevo.

Nico suspiró y meneó la cabeza, arrodillándose enfrente de ella y tirándola en un abrazo.

—Lo siento. No debí desquitarme contigo —dijo, aun sonando enojado. Presioné mi cara en el hombro de Peter, inhalándolo. Lo sentí poner sus labios en mi cuello y me concentré en la sensación de su respiración soplando tranquilizadoramente por mi espalda, tratando desesperadamente de no enloquecer. Luego de un minuto de silencio, Nico habló—: ¿Por qué vuelve? ¿Por qué no sólo le dijiste que no queríamos verlo? —preguntó.
Ella cerró sus ojos y sonrió tristemente.
—Se volvió a casar. Tiene un hijo de un año, es su medio hermano. Aparentemente, la mujer con la que se casó ya tenía un hijo. Él tiene diecisiete. Su padre quiere que conozcan a su nueva familia —dijo, burlándose ligeramente en “nueva familia” un poco al final.

Mierda, ¿tengo un hermano pequeño, y un hermanastro?

Nico saltó.

—¡Ese hijo de puta debió haber sido castrado! ¡No debió haber tenido permitido tener más hijos! —gritó, pasando sus manos por su cabello apretadamente.
—Necesitaba volver hoy y hablar con ustedes porque el chico más grande, Victorio ese es su nombre; él va a empezar en su escuela mañana. Sabe acerca de ustedes dos —dijo, mirándome excusándose.

Nico pateó la mesa de café, fuerte, mandándola volando. Peter saltó y se paró enfrente de mí protectoramente mientras Nico gritaba blasfemias y pateaba la mesa una y otra vez, probablemente lastimándose el pie. Me paré y empujé a Peter, apartando sus manos mientras trataba de impedirme acercarme a mi hermano. Agarré el brazo de Nico, haciendo que se detuviera y me mirara. Su cara era pura ira y pienso que si mi padre estuviera aquí justo ahora, estaría muerto. El hombre necesitaba mantenerse malditamente lejos de Nico. Envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, sabiendo que necesitaba tranquilizarlo antes de que se hiriera a sí mismo. La única manera de calmar a Nico cuando enloquecía así era hacerle creer que estaba alterada, eso usualmente lo sacaba de su ira bastante rápido.

—Nico, detente. Me estás asustando. ¿Por favor? —susurré, aferrándome a él para calmarlo.
Estaba temblando por la rabia mientras envolvía sus brazos alrededor de mí.
—Está BIEN. Shh, todo está BIEN. Lo siento —murmuró, acariciando mi espalda, su naturaleza sobreprotectora revelándose.
—Lo siento —murmuró mi madre, sollozando detrás de nosotros.

Salí de los brazos de Nico y me senté junto a ella.

—Está BIEN, mamá. Nada de esto es tu culpa. Ya veremos qué hacer. Ni Nico ni yo queremos verlo, así que simplemente no lo veremos —declaré, pretendiendo que sería así de fácil.
—¿Qué sobre este chico, Victorio, tu hermanastro? Él va estar en tu escuela mañana. Él sabe quién eres pero no sabe sobre qué paso en aquel entonces. Tu padre me dijo que su nueva familia piensa que no quieres verlo debido al rompimiento de nuestro matrimonio, nada más —dijo ella sacudiendo la cabeza.
Nico se rio sin humor.
—Sí, ¿por qué el invertebrado bastardo le diría a su nueva esposa que golpeó por años a su vieja familia antes de finalmente tratar de violar a su propia hija? ¿No es algo que puedas sacar en una conversación normal cierto? —escupió de manera repugnante. Me estremecí otra vez. Odiaba la palabra violar, era horrible.
—¡Nico, maldita sea! ¿Dejarás de decir eso? —chilló Peter, mirando hacia él con enojo mientras se sentaba enfrente de mí, tomando mi mano.
—Lo siento, La, no pensé —Nico murmuró en tono de disculpa.

Sacudí mi cabeza y fingí una sonrisa.

—Está bien, Nico, no te preocupes. —Agité la mano con desdén, pretendiendo que no estaba afectada por toda esta situación—. ¿Cuál es el nombre del bebé? —le pregunté a mamá, queriendo saber sobre el hermano pequeño que ahora tenía.
Ella sonrío tristemente.
—Amado.

Sonreí. Amado. Era lindo, me gustaba. Podía sentir la histeria creciendo dentro de mí aunque sabía que necesitaba estar sola.

—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Victorio mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaré segura de eso mientras me ponía de pie—. Voy a recostarme. Tengo dolor de cabeza —dije mientras empecé a alejarme. Necesitaba salir de aquí antes de tener una crisis enfrente de Nico, eso sólo lo haría volverse loco otra vez.
Peter tomó mi mano.
—¿Quieres algo de compañía? —preguntó en voz baja, mirándome con una cara de perrito. El condenado chico sabía que no podría decirle no a esa cara.
—Sí, de acuerdo. —Asentí ligeramente y empecé a caminar hacia mi habitación.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a Nico a limpiar la mesa —dijo Peter, asintiendo hacia el desastre de madera rota que solía ser nuestra mesa de café.

Asentí y me alejé rápido. Podía escucharlos susurrando detrás de mí, sabía que ellos estaban hablando sobre mí, pero simplemente no me importaba. Me enrollé en una bola en mi cama y sollocé mientras pensaba al respecto. Mi padre estaba en el pueblo y quería tener contacto con nosotros otra vez. Tenía una nueva familia. No podía evitar preguntarme si los trataba bien o si los amaba, y si los trataba bien y los amaba, ¿Por qué demonios no pudo haber sido así con nosotros? ¿Por qué no nos amó?

Uno minutos después Peter entró, envolviendo su cuerpo alrededor del mío, dejándome sollozar en su pecho hasta que me dormí. La última cosa que pasó por mi cabeza fue que sabía que todo en mi vida era demasiado perfecto. Sabía que no debía poner mis esperanzas por un final feliz. Yo nunca tenía un final feliz.

47 comentarios :

  1. necesito mas!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. otro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  3. otro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  4. otro otro otrotro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otroo otro

    ResponderEliminar
  5. otro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  6. ++++++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  7. otro otro otro otro
    otro otro otro otro

    ResponderEliminar
  8. otro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  9. otro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  10. otro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otrootro otro otro otro

    ResponderEliminar
  11. ++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  12. otro otro otro otro++++++

    ResponderEliminar
  13. otro otro otro otro!!!

    ResponderEliminar
  14. otro otro otro otro+++

    ResponderEliminar
  15. otro otro otro otro
    mas

    ResponderEliminar
  16. otro otro otro otro
    m
    a
    s
    s

    ResponderEliminar
  17. otroooooooooooooooooooooooooooooo

    ResponderEliminar
  18. obvsesionada por tu nove

    ResponderEliminar