domingo, 7 de abril de 2013

Capitulo 71

Capitulo 71

Peter se movió. Oh, gracias a Dios, ¡por fin!

—¿Un aborto? ¿Qué? ¿Por qué?! —exclamó, sorprendido.
Lo miré, me estaba mirando, horrorizado, como si acabara de sugerirle un sello o algo así.
—Debido a que hay que hacerlo —le dije, mirando a otro lado en vez de a su intensa mirara. Me volví hacia el doctor—. ¿Puedo hacerlo hoy? ¿Qué debo hacer? —le pregunté con nerviosismo.
—Bueno, hay dos maneras: un aborto médico, que es una píldora hoy y mañana, que básicamente traería un periodo. O una cirugía que tendrías que hacerte bajo anestesia general, y que, básicamente, eliminaría todo —explicó en un tono de negocios.

Me encogí. Odiaba cómo sonaba eso, pero tenía que hacer esto. No podía pensar en él como un bebé, un pequeño Peter, porque de lo contrario no sería capaz de deshacerme de él.

—¿Puede darnos un minuto? —pidió Peter. El médico asintió y salió rápidamente—. Ángel, ¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó Peter una vez que estábamos solos. Tomó mis manos, mi miró como si me hubiera vuelto loca o algo así.
—¡Peter, no podemos tener un bebé! Tengo dieciséis años. Irás a la universidad. No podemos —expliqué, sacudiendo la cabeza.
Negó con la cabeza.
—Ángel, piensa esto, ¿por favor? Te amo, me amas. Quiero tener niños contigo algún día. Quiero decir, mierda, esto es mucho más pronto de lo que pensaba. — Sopló una bocanada, pasándose una mano por el pelo, nerviosamente.
—Peter, no podemos. Vas a ir a una universidad en Boston, por el amor de Dios; no puedo criar a un bebé por mi cuenta. ¡No seas ridículo! —grité, sacudiendo la cabeza. Él no estaba pensando correctamente.
Se subió a la cama, acostándose a mi lado.
—Ángel, escúchame, ¿está bien? —rogó. Asentí y lo miré, incapaz de ver qué podría decir para hacer esto correcto. No había nada que él pudiera sugerir, no había otra manera—. Te amo más que a nada en este mundo. Antes de que esto sucediera iba a rechazar mi beca e ir a una universidad aquí en cambio —comenzó. Abrí la boca para decirle que estaba siendo estúpido, pero me tapó la boca, mirándome suplicante—. Quería pedirte que vinieras conmigo a Boston. Pero no podía pedirte que te alejaras de tu casa, de Cande y de tus amigos, así que decidí quedarme aquí contigo, en su lugar —dijo, encogiéndose de hombros.

Cristo, es tan adorable, dulce y considerado. Pero, ¿cómo demonios algo de esto relacionado con nosotros teniendo un bebé, significa que él probablemente no iría a la universidad de todos modos ya que tendría que abandonar y conseguir un trabajo? Yo tendría que abandonar la escuela sin siquiera graduarme.

Él sonrió mientras continuaba tratando de convencerme.

—Podemos hacer que esto funcione; sé que mi mamá nos ayudará. Iré a la universidad y conseguiré un empleo en las noches y los fines de semana para ganar algo de dinero. Tú podrías terminar la escuela por correspondencia, o podríamos tener una niñera para que pudieras ir a la escuela. O tal vez incluso mi mamá lo haría —sugirió, mirándome esperanzadamente—. Este de aquí es nuestro primer bebé, Ángel. Es un bebé que hicimos juntos. ¿Puedes pensar en ello, por favor? Será difícil por cierto tiempo, pero una vez que firme un contrato con un equipo, seré capaz de darte cualquier cosa que quieras. A ustedes dos —arrulló, frotando ligeramente su mano sobre mi estómago.
—Peter, no quiero arruinar tu futuro —susurré.
Él sonrió y me besó suavemente.
—Ángel, tú eres mi futuro —contrarrestó él, deslizando la mano bajo mi top, y ubicándola en mi estómago.

Miré su apuesto rostro; sus ojos verdes estaban centelleando con amor mientras acariciaba mi estómago con la mano.

—No hice esto para atraparte —dije nerviosamente.
Él se echó a reír y puso los ojos en blanco.
—Me atrapaste cuando tenías cuatro años de edad. Estabas usando un vestido azul oscuro con un lazo en la espalda, y pequeñas medias blancas. La primera vez que te vi estuve atrapado. Esto, —Dibujó un pequeño patrón en mi estómago con un dedo—, esto es una bendición. Seguro, no estaba esperando esto hasta dentro de unos cinco o seis años, pero aun así… es una bendición —dijo, sonriendo.
¿Podíamos realmente hacerlo? ¿Él se quedaría aquí conmigo?
—¿En realidad te quedarías aquí conmigo y renunciarías tu beca? —pregunté un poco conmocionada. Trabajó tan malditamente duro por esa beca, era una oportunidad tan increíble, ¿y renunciaría a eso por mí y un bebé?
Él sonrió.
—Ángel, si quieres deshacerte del bebé porque no lo quieres, entonces podría entender, pero no hagas esto por mí. Quiero quedarme aquí contigo. Si no estuvieses embarazada todavía estaría rechazando esa oferta —prometió, acercándose a mí en la cama, envolviendo sus brazos alrededor de mí.

Enterré mi rostro en su pecho y cerré los ojos; también quería tener hijos con él un día. Podía verme a mí misma sujetando a un pequeño bebé que tuviese los ojos verdes y el cabello desordenado de Peter. Garantizado, cuando me lo imaginaba yo era mucho más mayor que ahora, pero todavía podía verlo, y me gustaba. Quizá podíamos hacer que esto funcionara. Al bebé no le faltaría amor, y una vez que las personas superaran la impresión de esto, entenderían. En mi mente no tenía dudas de que la mamá de Peter ayudaría también. Y Nico, una vez que superara la ira inicial de todo, sería un tío genial.
Peter se alejó un poco de mí.

—Te juro que seré el mejor papá del mundo —prometió.
Sonreí; no dudé eso ni por un segundo. Besé sus labios, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, acercándolo. Lo amaba demasiado, más que nada. Sabía que podíamos hacerlo funcionar, una pequeña familia. Se alejó del beso y me miró con una expresión de esperanza en su rostro.
—Está bien —acepté.

Sonrió y me besó de nuevo, moviéndose de modo que tenía medio cuerpo sobre mí. Noté que no puso nada de su peso sobre mi estómago, estaba siendo súper tierno. Me besó hacia abajo por mi cuello, bajando más y más. Levantó mi top y besó todo mi estómago antes de levantarse para sonreírme.

—Te amo —susurró.
Lo halé más cerca de mí.
—También te amo, papi bebé —me burlé, haciéndolo reír.

Envolvió sus brazos alrededor de mí, acostándose cerca de mi lado. Apoyé la cabeza en su pecho y escuché el latido de su corazón volando mientras deslizaba una mano bajando por mi cuerpo, apoyándola en mi barriguita, frotando la punta de mis dedos ligeramente sobre ella.
Besé el pecho de Peter. ¿Cómo demonios un chico tan adorable, apuesto, dulce, bondadoso, divertido, talentoso y responsable podía quererme? ¿Cómo podía amarme tanto como puedo ver que lo hace? No pude evitarlo, pero sonreí. Yaciendo en los brazos de Peter, en realidad me sentía como la chica más afortunada del mundo. Voy a tener un bebé con el hombre que amo.

5 comentarios :

  1. acabo de leer la verdadera nove y esta buenisimaaaaaaaaaaaaaa el final es sdfghjkjhgfdfghjhgfg <3
    pero igual seguire leyendo la tuya LALITER me gusta mas :D

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  2. Peter es un tiernooo!
    Sube otro! :)

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  3. ++++++++++++++NOVE+++++++++++++NOVE+++++NOVE

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  4. me encanto....
    http://lalitertodalaeternidad.blogspot.com/2013/07/mi-alma-gemela.html

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