jueves, 26 de diciembre de 2013

Capitulo 65

—No, no lo es —confirma Pablo.

Mirándome fijamente, Paula resopla. —Lo que sea.

Una ola de confianza me cubre. Doy un paso hacia ella.


Capitulo 65

—No te atrevas a pensar que puedes molestarme más. Bien puedes hablar con la pared, porque no me vas a molestar. No significas nada para mí. Solía pensar que lo tenías todo y acabo de darme cuenta de que no tienes nada. Es por eso que tú te la agarras con todo el mundo, pero cuando salgas de la escuela secundaria, vas a tener un terrible despertar. Esa personalidad no te llevara a ninguna parte. Créeme, mis amigos están en sus veintes. Ellos son los que me lo enseñaron. Mi mejor consejo, crece Paula. —Retrocediendo, tomo una respiración profunda—. Ahora, discúlpame, tengo que ir a clases. —Me dirijo a Pablo y Agus—. Los veo luego chicos. —Pablo en realidad choca los cinco conmigo, lo que me hace reír.
 
El resto del día es normal. En realidad tenía una de mis bufandas en mi casillero, así que me la puse. Todavía voy a matar a Peter. Esa noche llego a casa y huele delicioso. Peter está de pie en la cocina. Entro y veo un gran florero de tulipanes. —Awww. —Suspiro—. Esos son muy bonitos.
 
—Quería darte algo —replica Peter. Camina hacia mí y me besa. Envuelvo mis brazos en su cuello y se lo devuelvo con cariño. Cuando nos apartamos, Peter ríe—. Fui a ese lugar donde compras comida, está
preparada pero tienes que cocinarlo. Es increíble y delicioso.
 
—Genial —contesto, dejando caer mi mochila. Entonces miro la mesa—. ¿Dónde están los lirios?
 
Peter se da la vuelta. —Pensé que era momento de dejarlos ir.
 
—Oh Peter —digo en voz baja—. No, los amo. Son hermosos. No me molestan.
 
—De vez en cuando entonces —contesta él—. Por ahora, se trata de ti. —Sonrío.
 
Tenemos una velada romántica increíble. Es genial y no podría estar más feliz. Más tarde, después de ponerme mi pijama, Peter exige que bailemos en la sala. Hace que ría, pero estoy de acuerdo. Cuando estamos sosteniéndonos con fuerza, susurra—: ¿Entonces, que vamos hacer por mi cumpleaños?
 
Confundida, pregunto—: ¿Cuando es tu cumpleaños?
 
—El sábado —responde Peter—. ¿Qué es lo que vamos hacer?
 
Suavemente sonrió y digo—: Es tu cumpleaños. ¿Qué quieres hacer?
 
—Puedo pensar en algo —maliciosamente contesta. Ruedo mis ojos— . No lo sé. Salgamos a divertirnos. Vamos a bailar. Cenar y bailar, eso suena genial. Esta vez solo disfrutaremos de la compañía del otro como debe ser.
 
—¿Invitamos a los chicos y a Candela?
 
Asiente. —Sí, será divertido.

—Suena bien.
 
Entonces, el sábado llega y nos estamos alistando. Peter quiere ir al Steak House para la cena. Así que, Candela y yo fuimos a comprar ropa nueva, porque… bueno… somos chicas. Compré un bonito y suelto, vestido rojo sin espalda ni mangas y un par de zapatos de tacón. Candela me hizo practicar unos días en casa, así no me tropezaría y rompería el cuello después. Peter dijo que eran muy seductores. Me reí de él.
 
La cena es muy agradable. Nos reímos mucho. Peter desliza su mano por mi pierna, y yo se la aparto. Le dije a Candela que estamos juntos, pero no creo que los chicos tengan idea. No sé quién está más emocionada, Candela o yo.
 
Mucho más tarde, nos encontramos sentados en una mesa del club. Estoy dando tragos de una botella de agua. Peter y yo hemos estado en la pista de baile toda la noche. Estamos tratando de no ser obvios, pero tuvimos un montón de bailes calientes, aunque no nos hemos besado desde que salimos de la casa, y creo que puedo explotar. Finalmente, dejo la botella vacía en la mesa. —Necesito usar el baño.
 
—Voy a llevarla —replica inmediatamente Peter. Nico solo se encoge de hombros como si nada. Rápidamente bajamos las escaleras. Cuando nos metemos en la parte de atrás, instantáneamente nos lanzamos sobre el otro. Dando tras pies en el camino hacia el baño.
 
Después de un minuto, tomo aliento. —Necesito usar el baño.
 
—Apúrate entonces —contesta. Me doy la vuelta y cierro la puerta tras de mí. Cuando salgo, no veo a Peter. Frunzo mi ceño. De repente me hacen cosquillas a los lados—. ¡Boo!
 
Gruñendo, le doy una palmada. —Eso no es divertido.
 
—Oye, puedes ser mi novia ahora, pero todavía tienes que aguantarme.
 
Estrecho mis ojos y sonrió. Rápidamente, lo empujo a la pared y lo beso. Peter me da la vuelta y nos abrazamos. Un rato más tarde, escuchamos una tos desde el otro lado. Nos soltamos y miramos. Nico, Vico y Candela están parados allí. Nico luce un poco estupefacto. Vico simplemente se echa a reír. —Vinimos a ver porque se tardaban tanto, pero puedo que los estaba deteniendo.
 
Cuando miro a Peter, tengo que quitar el lápiz labial de su rostro. — Oops —es todo lo que puedo susurrar.
 
—¿Así que… hacen esto a menudo? —pregunta Vico.
 
—Solo desde que empezamos a salir —contesta Peter con una sonrisa—. Lo siento, tendemos a distraernos.

Nico levanta sus manos. —¡Por fin! Querido Dios, nos preguntábamos cuando iban a entrar en razón.
 
Todos reímos. —Trate de detenerlos, lo siento —declara Candela.
 
La mandíbula de Vico cae. —¡Tú lo sabías!
 
—Por supuesto que lo sabía —contesta Candela. Ella se mofa—. Nosotras las chicas tenemos tendencia a contarnos todo. Aprenderás eso.
 
—Oh, por todos los demonios —gime Vico. Ahora que todos lo saben, Peter y yo finalmente mostramos nuestro afecto. Y lo hacemos, demasiado.
 
El tiempo pasa volando y se acerca la navidad. Cuando más se acerca, más se revuelve mi estómago. Mientras hacemos las maletas para ir a Texas, pregunto—: ¿Estás seguro de que quieres que vaya?
 
—Por supuesto —contesta Peter, como si fuera la pregunta más estúpida de todas—. Ellos te amarán.
 
—Sí —murmuro—, pero no conocí a Milagros. Tal vez, a ellos no les gustaré. Quiero decir, no tengo ni idea de cómo comportarme.
 
Peter se acerca y lleva sus manos a los lados de mi rostro. —Solo actúa como tú misma. —Se inclina y me besa.
 
La navidad no es tan mala. Ellos son las personas más amables que he conocido. Por supuesto, hacen que Peter y yo nos quedemos en habitaciones separadas, ya que no estamos casados. Pienso que es gracioso. Peter solo rueda sus ojos. Hacen que monte uno de sus caballos pura sangre. Eso es lo más genial de todo.
 
Estoy muy emocionada de que tengan un árbol de navidad. Lo decoramos mientras estoy allí. Les contamos de mi vida familiar, a la falta de ella. Nos hacen sentir más que bienvenidos en su casa. Los Rivas harán una fiesta con baile en el salón. Así que Peter pasa el día enseñándome a bailar el vals, así estaré lista.
 
Durante la fiesta, el padre de Milagros, Roberto se me acerca. —¿Me permite este baile? —Mis ojos se dirigen a Peter, y el agita su mano hacia la pista de baile. Le doy una mirada rápida y tomo la mano de Roberto.
 
Vamos hacia la multitud, y Roberto sonríe. —Voy a tomar las cosas con calma. —Con eso, comenzamos a bailar.
 
Sonrojándome realmente duro no lo miro. Él ríe y pregunto—: ¿Qué?
 
—Tú me recuerdas a Milagros de alguna manera. La única persona con la que se sentía cómoda bailando era Peter, también —contesta.
 
—¿En serio? Usted era su padre —digo.

Roberto ríe y niega con la cabeza, —Si, pero no soy Peter. Él era todo para ella. —Eso hace que rápidamente baje la mirada—. No lo dije para hacerte sentir incomoda. Mi esposa y yo queríamos darte las gracias. Peter es como un hijo para nosotros. Después de que Milagros muriera, una parte de él murió. No era el mismo. Estaba cambiado.
 
—Lo sé —susurro.
 
Con una sonrisa, Roberto dice—: Tú lo trajiste de vuelta a la vida. Él es el mismo de siempre y muy increíblemente feliz. Solo queríamos darte las gracias, gracias por traerlo de vuelta con nosotros.
 
—Él es todo para mí, también. Así que supongo que Milagros y yo tenemos eso en común. —Eso hace reír a Roberto.
 
La noche de la víspera de navidad es maravillosa. Hacemos chocolate caliente y nos sentamos alrededor del fuego. Me cuentan historias terriblemente divertidas de Peter. Hay un par de veces que él gruñe—: Ella va a terminar conmigo muy pronto conmigo.
 
—Lo siento, no puedes deshacerte de mi tan fácilmente —contesto, acurrucándome a su lado. Él solo me besa en la frente.
 
En la mañana, despierto con Peter metiéndose en la cama conmigo. —¡Peter! —siseo en un susurro—. Se van a enojar si te encuentran aquí.
 
—Somos adultos —responde—. De todas maneras, solo vine a despertarte, para darte tu gran regalo de navidad.
 
Eso hace que me siente rápidamente. —¿Qué es? Espero, que nada pervertido si es por eso que estás aquí.
 
—No —Ríe—. Es esto. —Peter me entrega un sobre.
 
—¿Que en este mundo cabria aquí? —pregunto.
 
Rodando sus ojos, Peter dice—: Ábrelo Mariana.
 
Rápidamente lo abro. Dentro hay extracto bancario. —¿Qué es esto?
 
—Tu cuenta de banco —dice, sentándose conmigo. Abro mi boca para protestar y Peter rápidamente pone un dedo en mis labios—. Escucha, este dinero no es para que lo gastes. Es un fondo para la universidad. Quiero que vayas, y no quiero que lo que nos pueda pasar afecte eso.
 
—¿Que nos podría pasar? —pregunto, asustada.
 
Sus ojos se abren. —Nada por mi parte. Es solo por si acaso.
 
—No puedo aceptar esto —digo.
 
Peter toma el sobre de vuelta y me mira a los ojos. —Vas aceptarlo. Por favor, por mí, en este mismo segundo. Esto es lo que quiero para ti más que nada en el mundo. Basta con tomarlo, pero te juro que si lo usas para otra cosa que no sea la escuela, voy a gritarte hasta quedar afónico.
 
Saltando hacia él, Lo tumbo y lo beso tan fuerte como puedo. Me devuelve el afecto. Cuando finalmente me alejo, susurro—: Gracias.
 
Quitando gentilmente mi cabello, Peter responde—: No hay de que, ahora. Vamos, están haciendo panqueques.
 
El día de navidad es maravilloso. Ellos les dieron a todos sus empleados el día libre, así que somos Norma y yo en la cocina. Ella es muy dulce, y todo lo que siempre pensé que una madre debería ser. Todo el día es increíble. Los Rivas me compraron una computadora portátil. Le doy una mirada rápida a Peter y él me la devuelve como diciendo que no diga nada. Les doy las gracias y un gran abrazo a los dos. Es una computadora genial. Cuando es mi turno de darles su regalo hago que Peter se los de.
 
—Esto es de parte casi exclusivamente de Mariana —declara Peter— . Aunque es mi idea. —Pone en sus manos, un gran paquete.
 
Norma nos da una mirada inquisitiva. —¿Qué es?
 
—Solo ábrelo cariño —dice Roberto. Miro nerviosamente a Norma abriendo el regalo. Sus manos van instantáneamente a su rostro cuando ella ve el retrato—. Es Milagros —Roberto afirma con una sonrisa.
 
—Es hermoso —susurra Norma—. Gracias.
 
Esto me hace sentir orgullosa. —De nada.
 
Estoy un poco triste cuando tenemos que irnos. Los Rivas dicen que tenemos que volver pronto. Estamos de acuerdo y nos abrazamos. Cuando llegamos a casa más tarde ese mismo día, me siento en el sofá… y comienzo a llorar. Peter rápidamente se acerca. —¿Qué ocurre?
 
—Eso fue maravilloso, muy maravilloso, y ellos son geniales. Es solo que… no puedo dejar de pensar en mi madre. ¿Qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido un poco diferentes? ¿Y si ella fuera un poco más como Norma? No sabía qué días de fiesta como ese existían.
 
Peter pone su brazo alrededor de mis hombros y me acerca a él.
 
—Sé exactamente como te sientes. Sigo pensando que para ti fue un poco más fuerte que para mí, pero aun así, sigo como te sientes. Nos tenemos uno al otro ahora, y siempre haré de la Navidad algo especial. Puede ser nuestro día de fiesta especial.
 
—Tuve un buen momento —sollozo—. Puedo imaginar que Milagros era igual de amable.
 
—Ella lo era —susurra Peter—. Roberto y Norma te adoran, sin embargo. Ellos dijeron lo mismo de ti.

Poniendo mi rostro en su pecho, susurro—: Pienso que extraño a mi mamá, de una manera bizarra y sádica.
 
—Bueno, ella es tu mamá. ¿Quieres ir a verla? —pregunta él amablemente.
 
Pensando en ello por un segundo, contesto—: No, no realmente. ¿Cuál sería el punto?
 
Nos sentamos por un momento en silencio. Luego Peter gira mi cabeza y nos besamos, después de eso, el mundo desaparece. Comienza de nuevo la escuela, la vida es genial. Unas semanas pasan, cuando voy a mi casillero al final de la escuela. Cuando levanto la mirada, mi estómago cae porque mi madre está parada allí. —Hablando de la mujer del diablo —murmuro. Caminando hacia ella, pregunto—: ¿Que quieres?
 
—Vine aquí a hablar contigo —afirma ella—. ¿Podemos ir a algún lugar privado?
 
—No tengo mucho que decirte —replico, abriendo mi casillero.
 
Mi madre mira los anillos en su mano. —Por favor Mariana, solo dame diez minutos.
 
Pienso por un minuto y luego cierro de golpe la puerta de mi casillero.
 
—Bien —gruño—. Podemos ir hablar a mi auto.
 
—¿Tienes un auto? —mi mamá pregunta.
 
—Hay un montón de cosas que tengo de las que no sabes —digo, comenzando a caminar por el pasillo. Mi mamá me sigue en silencio.
 
Cuando llegamos, mi mama se detiene. —Este auto es realmente genial.
 
—Tengo un novio que me ama desesperadamente y se asegura de cuidarme —contesto—. Alguien que me cuida para un cambio. — Abriendo la puerta, digo—: Entra.
 
Después de eso hay un silencio sepulcral por el primer minuto cuando nos sentamos en el auto. Finalmente mi mamá susurra—: Quería decir que lo siento.
 
—¿Por qué?
 
—Tu vida —contesta—. He sido una madre horrible.
 
Eso me hace resoplar. —En serio, eso no es una noticia nueva.
 
—Solo déjame hablar… por favor —dice, así que me callo—. Cuando paso lo de Howard, te falle de forma colosal. La policía vino a hablar conmigo. Me mostraron las fotos y en ese momento estaba sobria. Eso hizo que me viniera abajo.

Ahora enojada, grito—: ¡Te viniste abajo! ¿Cómo piensas que me sentí? ¡No tenía nada! Si Peter no hubiera estado en el cuadro, ¿a dónde habría ido? ¡Ya no podía quedarme contigo! ¡No era seguro!
 
—Lo sé, Mariana, al día siguiente fui a buscar ayuda.
 
—¿Qué clase de ayuda? —pregunto sarcásticamente.
 
—Comencé a ver un consejero y nos hemos estado encontrando dos veces por semana. Tengo un patrocinador. He estado sobria desde ese día, ni una gota de alcohol —dice orgullosa mi mamá.
 
Un tanto estupefacta, me quedo mirándola. —¿En serio?
 
—Sí, sé que no estoy curada. Estoy lejos de estarlo, pero lo estoy tratando. Es duro, pero me lo tomo día a día. Tengo un diario ahora. De todo lo que escribo es de ti. Como me gustaría poder hacer las cosas diferentes. Poder compensarte por todos mis errores. Te extraño. Te amo Mariana, incluso si nunca te lo demostré.
 
Seco las lágrimas que caen por mis mejillas. —Mamá… no sé qué decir. Hay tantas heridas en el pasado. Sabes, pase una maravillosa navidad con las personas más amables que he conocido. Son lo que debe ser una familia. No la mierda que nosotras tenemos.
 
—Quiero darte eso Mariana. Todo lo que pido es una oportunidad y esa es una gran cosa para pedirte, lo sé.
 
Mirando fijamente el parabrisas, finalmente susurro—: Peter y yo estamos muy enamorados, y soy extremadamente feliz. Más feliz de lo que he sido alguna vez. Tengo geniales y sinceros amigos. Por fin tengo autoestima. Las cosas son maravillosas en este momento. No quiero echarlo a perder.
 
—Tienes todo el derecho a decir que no —dice mi mamá—. Entiendo. Puede que no haya vuelta atrás.
 
Sin saber qué pensar, solo me froto la cabeza. —¿Puedes darme un poco de tiempo? ¿Darme tiempo para pensarlo y hablar con Peter?
 
—¿Él es tan importante? —pregunta ella.
 
—Sí —murmuro—. Lo es.
 
Mi madre mueve nerviosamente sus dedos. —¿Por qué no hacemos esto, por qué no hago la cena del domingo, y si vienes, está bien? Te daré la elección.
 
—Va a ser realmente horrible si no voy, mamá. Quiero decir, no quiero que empieces a beber de nuevo.
 
Ella pone sus manos al frente. —Puedo manejar esto. Necesito ser capaz de hacerle frente a las cosas. Hay una reunión esa noche, así que si lo necesito, puedo ir a buscar un poco de apoyo.

Tomando una respiración profunda, contesto—: Iremos. Lo juro mamá, tienes una oportunidad. Eso es todo.
 
—Voy a tratar de hacer lo mejor posible para no decepcionarte otra vez —afirma—. Así que, ¿el domingo como a las 5:30?
 
Lentamente, asiento con la cabeza. —Síp, Peter y yo estaremos ahí.
 
—Gracias —exclama mi madre—. No estarás decepcionada.
 
—Espero que no.
 
Se queda sentada torpemente por un segundo. —Está bien, te veré entonces.
 
—Adiós —digo, agitando mi mano. No voy a abrazarla. Mi madre sonríe y se baja del auto. Cuando se va, me echo a llorar. Gracias a Dios, mis ventanas son polarizadas.

Si quieres que te avise cuando suba nuevo capitulo dejame tu Twitter.

22 comentarios :

  1. Ayy masssss que la mama no le falle y que Peter la siga cuidando massss y ojala que venga rock laliter mass

    ResponderEliminar
  2. es tan buena lali
    ojala la madre no la decepciones
    besos

    ResponderEliminar
  3. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSS.....
    ME ENAMORE DE TU NOVE,SOS GROSA,SABELO,

    ResponderEliminar
  4. CLAROOO YO NO VEO LA PAGINA POR DOS SIMPLES DIA Y QUE HAY?????? LALITER JUNTOS,MAMA SOBRIA, LALI DEFENDIENDOSE DE PAULA ....No volvere a dejar la novela por dos dias pero Ja la navidad no me dejo Jajjajaja Me encanto la maranton, pablito lo amo jajjaja si se que dije que lo odiaba re bipolar yo pero hizo que lali se diera cuneta de lo que sentia, espero que la mama enserio cambie y no la deccepcione, DIOS TANTOS SENTIMIENTOS POR UN DIA ME VOY A DESMAYAR ¬¬ Jajjajaj sube mas..

    Att: andrea antequera

    ResponderEliminar
  5. Me encanta no me canso de decirlo amo a laliter son lo más
    Subí más noveee porfíss

    ATTE: Valeria : )

    ResponderEliminar
  6. Otro porfi queremos saber q pasaa!!!

    ResponderEliminar
  7. Mas soy nueva y me leei varias noves en estas vacaciones a si espero segirte leyendo ajajaj att españa

    ResponderEliminar
  8. mas mas mas porfiiiisss dale daleeee

    ResponderEliminar