domingo, 22 de diciembre de 2013

Capitulo 52

Se ríe. Pasamos el resto del día sin hacer casi nada. Hay algunas películas que vemos y hago pollo parmesano para la cena. Sólo somos nosotros y eso me hace muy feliz.

Capitulo 52

A la mañana siguiente nos preparamos como lo hacemos todos los días y me lleva a la escuela como todos los días de la semana. Peter me da un beso en la mejilla, lo que me hace sonreír. Entro a la escuela y veo a mis… amigos. Hablamos y así sucesivamente. Entonces, mientras me dirijo hacia mi casillero para el almuerzo, me cogen con la guardia baja.
 
—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —grito de felicidad.
 
Nico se levanta de estar apoyado en mi casillero. —Estoy siendo el viejo tipo sucio en la escuela secundaria.
 
Me acerco a él y lo abrazo. —Eso está muy bien, pero en serio, ¿qué estás haciendo aquí?
 
—Tuve un almuerzo temprano con Vico en el restaurante y me dijo que te trajera algo porque dije que no tenía nada que hacer —responde Nico, que saca una bolsa de detrás de su espalda—. Así que, aquí está el almuerzo.
 
—¡Alucinante! —le grito, quitándole la bolsa—. ¿Qué es?
 
Nico sonríe. —Una ensalada y una hamburguesa de tocino. Pensé que las papas fritas no serían buenas recalentadas. ¿Dónde podemos comer?
 
—Probablemente fuera, no creo que se suponga que debas estar en la escuela secundaria. Por lo tanto, vamos a salir en el jardín de enfrente — le digo, señalando el pasillo.
 
Caminamos y todas las chicas que pasamos giran la cabeza y miran a Nico. No importa lo que él diga, sé que eso le aumenta el ego.

Encontramos un lugar en el césped y nos sentamos. Bueno, yo me siento, Nico se acuesta sobre su espalda apoyándose en los codos.
 
—Así que, he decidido que no echo de menos la escuela secundaria. Extraño un poco tener chicas alrededor todo el tiempo. Muchas para  coquetear, con tan poco tiempo.
 
—Ustedes chicos son ridículos —le digo, abriendo mi ensalada—. Me pregunto cómo se meten en una habitación sin golpear sus cabezas siendo tan grandes.
 
Nico simplemente ríe a carcajadas. —Voy a mantener mi pervertida boca cerrada ante eso.
 
—Sí, guárdalo para ti. Peter no sería feliz contigo si estas siendo una mala influencia para mí.
 
—Oh, si fuera a ser una mala influencia, te llevaría a la tienda de tatuajes y te harías un tatuaje conmigo esta noche. Voy a hacerme algo más en el del costado —afirma Nico.
 
Inclinándome, le digo—: Quiero ver.
 
Nico levanta su camisa. Veo un dragón entero en su lado. Solo la mitad esta coloreado. —Bastante bueno, ¿eh?
 
—Totalmente, los tatuajes son geniales. Quiero algunos tulipanes cuando me haga uno. Cuando sea que eso suceda —le digo, tomando un bocado de mi ensalada.
 
—¿Qué te detiene? —me pregunta Nico.
 
Burlándome, respondo—: No sé nada de esas cosas. Y tampoco tengo dinero.
 
—¿Eso es lo único que te detiene? —Nico me pregunta con una sonrisa.
 
—Más o menos —le respondo—. ¿Por qué?
 
Una sonrisa diabólica pasa por la cara de Nico. —Si yo pago por ello, ¿te pondrías tu tatuaje esta tarde cuando yo siga con el mío?
 
Mi mandíbula cae. —¿Es una broma?
 
—No, en absoluto —dice Nico emocionado—. Vamos, hazlo, no seas una gallina. Yo soy el que te recoge la escuela hoy de todos modos. Podemos hacerlo y puede quedar entre nosotros. Vamos Mariana, sabes que quieres.
 
Tomando una respiración profunda, lo pienso. —Muy bien, lo haré. ¿Puede ser mi propio dibujo?
 
—Totalmente —dice Nico—. Dibuja algo, del tamaño que quieras, y entonces tienes que pensar en donde lo deseas.

—En algún lugar oculto, tal vez aquí en mi cadera y justo debajo de mi cintura.
 
La ceja de Nico sube. —Vas a tener que bajarte un poco los pantalones para eso.
 
Pienso en ello durante un minuto. —Tengo ropa interior linda puesta, así que está bien. Vamos a hacer esto. ¡Oh! ¡Estoy tan emocionada!
 
—¡Alucinante! —Ríe Nico—. Solo no dejes que Peter lo vea, ooohh ¿él ve esa zona de ti?
 
Sonrojándome realmente, le digo—: No, él no ve esa área.
 
—Bueno, entonces está todo listo. Llamaré a la tienda de tatuajes cuando me vaya. Ahora, acaba de comer —me insta Nico.
 
Cuando termino, doy a Nico un abrazo y un beso en la mejilla. Él se despide y se aleja. Camino de vuelta a la escuela para ir a mi casillero. Me encuentro a Pablo parado allí. —Hola —le digo.
 
—Hola —dice, pero con una mirada de preocupación—. ¿Está todo bien?
 
—Sí —le respondo, un poco perpleja—. ¿Por qué?
 
—Agus me habló sobre la noche del sábado, y quería asegurarme de que estabas bien. Agus dijo que Peter parecía como si fuera a matar al tipo.
 
Mis ojos se hacen grandes y silenciosamente exclamo—: ¡Oh, no! ¡Fue una buena cosa! Era Howard, el tipo que me agredió.
 
—¿Lo atraparon? ¡Eso es genial!
 
Asiento con la cabeza y sonrío. —Sí —le susurro—. Finalmente se terminó. Me siento mucho mejor.
 
—¡Mariana! —Oigo que gritan junto a nosotros. Doy la vuelta para ver a Agus—. ¿Está todo bien?
 
—Sí —le contesto, mirando a Pablo por el rabillo de mí ojo.
 
Agus sólo se ve anonadado. —Parecía que Peter iba a meter a ese tipo a través de la pared.
 
—Sí, obviamente, alguien tiene problemas de ira —Oigo que otra persona dice. Me vuelvo para ver a Paula. Ella sonríe—. Es un poco bárbaro, ¿no crees, o estaba borracho?
 
—No saben de lo que estás hablando —Pablo interviene, dando un paso hacia adelante—. Solo déjenlo pasar chicos.
 
Paula rueda los ojos. —¿Ahora ella te ha envuelto alrededor de su dedo, también?

—¿Qué? —Pablo dice bruscamente, luciendo un poco confundido—. No, Paula, no tienes ni idea de lo que estás hablando.
 
—Sí —agrego—. Solo tienes que mantener la boca cerrada esta vez. Peter no estaba borracho, ni es un BÁRBARO.
 
Ella se cruza de brazos y me mira con condescendencia. —Sabía que él tendría problemas. Todo el mundo pensaba que era tan perfecto. Mejor ten cuidado Mariana, a veces los chicos pueden volverse contra las chicas.
 
—Estúpida... —le grito, saltando hacia ella.
 
Pablo me agarra y dice—: Mariana, no tienes que hacer esto.
 
El pasillo ahora se ha calmado y todo el mundo está mirándome. Paula se ríe—: ¿Qué, estás tomando el lugar de Peter ahora? ¿Es que ambos tienen problemas de ira, es lo que los atrae el uno del otro?
 
—¿¡Quieres saber lo que pasó!? ¿¡Eh!? —grito—. ¿¡Quieres saber quién era ese tipo!?
 
—Mariana, no tienes que hacer esto —dice Pablo en susurros.
 
Inclinando la ceja, Paula replica sarcásticamente—: Quién era Mariana, ¿alguien más al que te le lanzaste?
 
—¡NO, BRUJA ESTÚPIDA! Él era el tipo que me agredió —le grito a todo pulmón. Paula calla rápidamente. Retorciéndome salgo del agarre de Pablo. Me acerco a la cara de Paula—. Sí Paula, te voy a dar un poco de munición real, vamos a sacar mis trapos sucios para que todos escuchen. ¿Está todo el mundo escuchando? —grito—. Porque si no se los digo, Paula lo hará, porque ese es el modo en que ella es. Hace unas semanas, estaba en casa, en mi habitación, haciendo mi tarea. Cuando el novio de mi madre alcohólica entró, y me tiró en la cama. Sí Paula, ¡en mi cama! ¿¡Están siguiendo esto!? Él trató de violarme, pero mi mamá entró y lo detuvo. ¿Pero deseas aún MÁS munición para tu arsenal contra mí? ¡Mi estúpida madre borracha, me culpo a mí! Sí, ella me dijo lo mismo que tú dijiste, que me arrojé a él. Así que, ¿es eso lo que piensas? ¿Eh? ¿¡Quiero ser asaltada en mi propia cama, en mi habitación, en mi casa!? Hablas mierda de Peter, pero ¿sabes lo que ha hecho por mí? Él me ha acogido, me ha dado un verdadero hogar. Él se preocupa por mí como nadie lo ha hecho antes. Siento que tú hayas crecido con la imagen de la vida perfecta, ¡pero yo no la he tenido! Por lo tanto, ¿quieres burlarte de mí un poco más por ello? Adelante. ¡Aquí está todo mi equipaje para que el mundo lo vea! 
 
Tomo una respiración profunda y luego gruño—: Estoy cansada de que me molestes. Te burlaste de esos pañuelos que llevaba, pero ¿sabes qué?, ¡tuve que llevarlos! Tenía que ocultar los moretones que ese idiota me dejo cuando me ahogaba. Sí, he dicho AHOGARME. Casi me  desmayé. No quería que nadie los viera, así que los cubrí. ¡No quería que nadie lo supiera, pero, obviamente, tuve que decírselo a todo el mundo para proteger a mi amigo! Peter es la persona más amorosa y amable que conozco, y ¡no voy a tolerar que hables mal de él! Tu serias muy afortunada de tener a alguien como él en tu vida, ¿pero ese es el problema no, Paula? Te gusta Peter y estás celosa, lo que te impulsa a meterte conmigo aún más. Así que, ADELANTE, metete conmigo, pero tengo a Peter y tú no. Así que ¡BESA MI TRASERO!
 
De repente, todo el pasillo estalla en aplausos. No me perturba. Miro a Paula fijamente a los ojos y no me inmuto. No puedo entender completamente la mirada en su cara. Es como la ira y la vergüenza, todo en uno, con un poco de lágrimas en la cara. Ella niega con la cabeza y dice—: Eres tan dramática.
 
Agus se adelanta y dice—: ¿No sabes cuándo callar? ¿Eres realmente tan estúpida?
 
—Nunca —dice Paula, obviamente nerviosa.
 
—Escúchame, Paula —gruño con rabia—. Puedes meterte conmigo todo lo que quieras. Estoy acostumbrada a ello, pero que Dios te ayude, si me entero de que empiezas a meterte con alguien más, voy a arruinar tu vida. ¿Me entiendes?
 
Su mandíbula cae. —¿Me estás amenazando?
 
—No, sólo te advierto, las amenazas vendrán después —replico.
 
Paula resopla y se da la vuelta para irse. Me toma unos segundos, pero finalmente vuelvo a respirar. Me doy la vuelta para hacer frente a mi casillero. Pablo envuelve sus brazos alrededor de mí y se queda allí. Agus sale por el otro lado y dice—: ¿Estás bien?
 
—Creo que voy a vomitar —le susurro.
 
—Tal vez deberías salir de aquí —Pablo responde—. Te puedo llevar a alguna parte.
 
Niego con la cabeza, —No, tengo que pasar a través de esto. Si no lo hago, todo esto no habrá valido la pena. Tengo que mantenerme firme con ella.
 
—Lo siento —murmura Agus—. Siento que hayas tenido que pasar por eso.
 
Volviéndome para mirarlo, le respondo—: Gracias.
 
De repente, suena el timbre. —Tenemos que ir a clase —dice Pablo—. A menos que quieras irte.
 
—No —le digo—. Estoy bien, mejor que bien de hecho.
 
—Está bien —responde—. Vamos entonces.

Al caminar por el pasillo, la gente sonríe y asiente hacia mí. Bueno, esa no es la reacción que esperaba. Es difícil no sonreír. El resto del día pasa volando. No sé si estoy en un subidón de adrenalina o qué. Cuando llega la clase de arte, me muero por ver a Paula, pero ella no se encuentra en ninguna parte. Suena el timbre para la clase y nunca aparece. Sus dos compinches están en clase. Me siguen mirando.
 
Así que, finalmente, me dirijo a ellas y suelto—: ¿Qué?
 
Nerviosa, Belen dice—: Sabes, no estamos de acuerdo con ella todo el tiempo, y sabemos que está súper celosa por Peter. Te pedimos disculpas por lo sucedido. Ella fue a su casa porque no quería enfrentarse a ti, si eso te hace sentir mejor.
 
Resoplo y rio. —Eso es medio gracioso.
 
Belen me devuelve la sonrisa. —Pensamos que podrías sacar partido de ello. No dejes que te afecte. Ella se mete con nosotras, también. Es lo que hace. No sé porque la toleramos. Supongo que entre más viejas nos hacemos más viejo se pone. Lo sentimos si alguna vez herimos tus sentimientos.
 
—Gracias —le digo. Ellas sonríen y vuelven a lo que estaban haciendo. Saco mi cuaderno de bocetos y con una nueva inspiración, me pongo a dibujar.
 
Al final del día, hago una carrera hacia afuera. Nico está de pie junto a su auto, sonriendo a las chicas de nuevo. Corro hacia él y salto a sus brazos. Él dice—: Vaya, hola, también estoy feliz de verte.
 
—NO, hoy fue EPICO, ¡regañe a Paula! —exclamo regocijándome.
 
—¡Genial! —grita Nico—. Cuéntamelo en el auto. Tenemos citas a las que llegar.
 
Así que, en nuestro camino a la tienda de tatuajes, le digo todo. Al final, Nico sonríe y dice—: Muy bien. Peter se sentirá orgulloso.
 
—No puedo esperar para decirle. —Suspiro mirando por la ventana.
 
—Sí, dile de eso, no de esto —responde Nico, mientras se detiene en la tienda.
 
Tomo una respiración profunda. —Estoy nerviosa. ¿Esto va a doler?
 
—Oh sí, probablemente —se ríe—. Sin embargo, sostendré tu mano. Le dije a Peter que te llevaría a donde mis padres para cenar, y dijo que estaba bien. Por lo tanto, tenemos tiempo.
 
Mi corazón está casi golpeando fuera de mi pecho. —Está bien — chillo—, aquí vamos.
 
Cuando entramos a la tienda de tatuajes, no es lo que esperaba. Me imaginaba a algún motociclista grande, las paredes oscuras y gente extraña sentada en la esquina. No este lugar, todo está cubierto de baldosas blancas y negras. Todo está muy limpio. Una chica con tatuajes cubriendo todos sus brazos está sentada detrás del mostrador. Ella sonríe—: Hola Nico. ¿Estás listo para que te lo termine?
 
—Sí —responde—. Y tengo a una nueva recluta.
 
Ella levanta la mirada hacia mí. —¿Tienes 18 años?
 
—Sí —le respondo.
 
—Voy a tener que ver y hacer una copia de tu identificación —afirma.
 
Bajo mi mochila y saco mi cartera. —Aquí —le digo, entregándole mi identificación.
 
—Mariana... Hmm, de acuerdo Mariana, ¿qué quieres hacerte?
 
—Esto —le digo, sacando mi cuaderno de dibujo. Arranco la imagen y se la doy.
 
Los ojos de la chica se agrandan. —¿Calcaste esto?
 
—No, lo dibujé yo misma —me río.
 
—Esto es increíble —replica—. ¿Tienes algo más que pueda ver?
 
Eso me pone un poco nerviosa. Miro a Nico. Él sonríe. —Renee no va a burlarse de ti. Si piensas en ello, ella también es una artista.
 
Con un profundo suspiro, le entrego mi cuaderno de bocetos. Renee sonríe y lo pone en el mostrador. Nico se inclina hacia delante para mirar también. Lo abre y parece mirar con cuidado cada dibujo. —Estos son geniales —dice Renee finalmente—. Me encantaría que hagas algún trabajo para mí. Es decir, la forma en que capturas a las personas. A mis clientes les encantaría eso. Yo te pagaría.
 
—¿En serio? —le pregunto, probablemente demasiado entusiasmada.
 
—Si esto es realmente tu trabajo, sí —responde Renee—. ¿Quién es el chico caliente?
 
Nico gime—: Ese es Peter, su pareja.
 
—Él no es mi novio —replico.
 
Resoplando Nico dice—: Sí, pero él sigue siendo su pareja. Maldición, es como si los dos estuvieran casados.
 
—Dices eso como si fuera algo malo —murmuro.
 
—No, no —exclama—. No, en absoluto Mariana, no es así. Quien quiera que venga va a tener una competencia feroz con ustedes dos.
 
—Sea quien sea —Renee bromea—: Él es caliente.
 
Sonrío. —Sí, lo es.

—Basta de hablar de mi amigo, vamos a entintarnos —dice Nico, frotándose las manos.

Si quieres que te avise cuando suba nuevo capitulo dejame tu Twitter.

24 comentarios :

  1. ++++++++++++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  2. Mas nove xfii.. queremos un capi mas q salga peter hoy xfii sabemos q sos genia y vas a subiur :)

    ResponderEliminar
  3. jajajaja se pasa Nico
    es un loco que vive la vida a full
    bien Lali, por fin enfrento a Paula
    si bien fue contarle todo lo malo que paso en algun momento tenia que defenderse de la forma en que lo hizo
    quiero masssss
    beso

    ResponderEliminar
  4. massssss q pensara peter del tatuaje? o mas bn q pensara de q le oculte ? hahahahahaha necesito otro cap porfa y necesito q esos dos se digan los sentimientos de una vez por todas me hacen sentir nerviosa todo el tiempo piens q algo malo va a pasar si no se dicen rapido

    ResponderEliminar