domingo, 15 de diciembre de 2013

Capitulo 42

Entra en su habitación y cae sobre su cama. Me acerco y cierro su puerta. Silenciosamente, camino a mi habitación y cierro mi propia puerta. Sin saber qué hacer, me siento en mi cama. Es entonces que las lágrimas vienen, lágrimas por lo de anoche, lágrimas por Peter y Milagros. Pongo mi cara en mis manos y lloro.

Capitulo 42

Después de que dejo de llorar, me siento y miro fijamente a la pared. Sabía que la noche anterior no significo nada, pero saber que él lo olvido por completo. Eso hace que sea doloroso. No debería estar molesta, ¿verdad? Fue divertido y tal vez solo debería tomarlo como eso. Solo que no puedo deshacerme de este sentimiento persistente.
 
Y entonces añades a Milagros. Me duele saber que él está sufriendo tanto con esto, pero además una parte de mi se siente inquieta. El me llama su mejor amiga, pero, obviamente, nunca estaré a la altura de Milagros. ¿Está mal de mi parte sentirme de esta forma? Parte de mi se siente enojada o celosa acerca de lo cercanos que eran. Me hace sentir inadecuada. ¿Solo me está ayudando por ella? Cuanto de nuestra amistad es un recuerdo de ella y no acerca de nosotros o siquiera acerca de mí. Y la peor parte es que no puedo hablar de ello con nadie. Iría a Candela, pero no puedo decir nada sobre ello. Tal vez acerca de anoche, pero aun así, ¿quiero admitir eso? ¿¡Y qué pasa si Peter lo recordara!? No puedo, simplemente no puedo hablar sobre eso. Entonces, me siento y lloro un poco más.
 
Unas pocas horas después, reviso mis ojos una vez más para ver si siguen estando rojos. Finalmente, no lo están. Salgo a la cocina, tomo la tetera y la pongo en la estufa.
 
De repente, escucho mi teléfono. Camino hacia la mesa de la cocina. Mis cejas se disparan hacia arriba cuando veo que es Pablo.
 
Respondo rápidamente.
 
—¿Hola?
 
—¿Mariana?
 
—Sí, hola Pablo. ¿Cómo te va? —le pregunto, un poco torpe.
 
—Lo estoy haciendo bien y ¿tu?
 
Rodando mis ojos por el agotamiento, digo—: Bastante bien.
 
—Genial —responde—. De todos modos, Agus y muchos de nosotros vamos a Legend’s por pizza y a jugar mini golf. Nos preguntábamos si querías venir. Y Peter también, claro, si no lo encuentra aburrido.
 
Pienso sobre ello por un momento. Sabes que, necesito esto. 
 
—Está bien, Peter no se está sintiendo muy bien hoy, pero me encantaría ir. El único problema es que Peter está durmiendo y él es mi fuente de dinero. No se está sintiendo bien, entonces no quiero despertarlo, y me niego a hurgar en su billetera. Entonces, síp, no sé SI pueda ir.

—Oh, yo puedo pagar por ti. No es gran cosa en absoluto. Nos encontraremos en una hora y media. Si Peter está durmiendo necesitaras un aventón, ¿verdad?
 
—Si —me quejo—. Todavía no tengo mi licencia. Tengo que aprender a estacionar en paralelo y eso es todo.
 
—Bueno yo puedo recogerte. ¿Dónde viven?
 
Tratando de recordar, le doy indicaciones. —Si te pierdes —digo finalmente—, solo llámame.
 
—Tocare la bocina cuando llegue —Pablo dice muy felizmente—. Entonces… ¿te veré en un rato?
 
—Definitivamente —contesto, sonriendo—. Nos vemos en un rato.
 
Decimos adiós y cuelgo. Me quedo allí por un momento, en estado de shock. Sé que esto no es una cita, pero Pablo me llamo para hacer algo conmigo. Eso es bueno. Esto es grande. ¡Esto es épico! Voy rápido a mi cuarto. Abriendo mi closet, miro mi ropa. No tengo idea de que ponerme. ¡Candela! Inmediatamente marco su número.
 
Suena y suena y finalmente escucho su voz. —Hola, señorita Mariana.
 
—Hola —digo—. Necesito tu ayuda.
 
Sonando preocupada, Candela pregunta—: ¿Qué está mal?
 
—Nada está mal —suspiro—. Pablo acaba de llamarme y me pidió que hiciéramos algo. No es una cita, van haber otras personas allí.
 
—Eso todavía puede ser considerado una cita —Candela contesta—. Pero eso es irrelevante. ¿Necesitas mi ayuda para qué?
 
Con un gemido, le digo—: ¡No sé qué usar!
 
—¿Qué van hacer en esta no cita?
 
—Mini golf y pizza —le respondo.
 
Hay un momento de silencio y luego ella dice—: La falda de cuadros negros y la blusa de botones roja. Usa las botas con ello.
 
—¡No voy a usar esas botas para jugar mini golf!
 
—Bien —dice riendo—. Usa los zapatos negros bajos. Tienes que llamarme más tarde y decirme como va.
 
Con un suspiro feliz, le digo—: Lo haré, pero voy a ir a prepararme. Gracias por la ayuda.
 
—En cualquier momento, ¡diviértete!
 
—Lo haré, gracias. —Con eso, cuelgo. Me desvisto rápidamente. Cuando saco un sujetador, agarro uno de los lindos. Si, no hay manera en el infierno en que él lo vea, pero hace que me sienta un poco más atrevida. Me pongo la falda y la camisa y me miro al espejo. Usando uno de los pequeños pañuelos, cubro mi cuello. Voy a ser muy feliz cuando deje de usar estos.
 
Cuando voy al baño para arreglar mi cabello y maquillaje. La puerta de Peter se abre. Mi corazón cae un poco. Continúo aplicándome maquillaje. Él camina a mi lado.
 
—¿A dónde vas?
 
—Voy a salir con Pablo —respondo sin emoción.
 
Hay una pausa incomoda, y luego Peter pregunta—: ¿Cómo en una cita?
 
—No lo sé —respondo—. Van a haber más personas allí, pero él me recogerá y pagara por mí. Por lo tanto no sé lo que eso sugiere.
 
Cruzando sus brazos, Peter de repente tiene un aire diferente a su alrededor. —Puedo darte dinero si lo necesitas. Él no tiene que pagar por ti.
 
—Peter —replico—. Tú estabas desmayado y con resaca, no iba a despertarte. Pablo se ofreció a pagar y creo que es amable de su parte. Es un buen chico.
 
—Sera mejor que te trate bien —gruñe.
 
Lo miro. —Pórtate bien y cálmate.
 
Peter da un paso adelante y pone sus brazos a mí alrededor. Lleva sus labios a mi mejilla y me besa suavemente. —Me preocupo por ti. —Ese beso envía escalofríos por mi espalda. De repente lo empujo y me alejo de él. Peter me mira preocupado—: ¿Qué está mal Lali?
 
—Nada —balbuceo—. Solo necesito prepararme.
 
Mi pecho se aprieta con la idea de él olvidándolo. Siempre recordaré que paso. Los toques y como se sintieron, pero eso no es ni siquiera una preocupación para él. ¿Entonces, que hago ahora?
 
—Hay algo mal —Peter declara—. Prometimos siempre ser honestos el uno con el otro.
 
Nerviosamente, saco mi brillo de labios y empiezo a colocármelo. Mi mano está temblando un poco. —No hay nada mal.
 
—Es por Milagros —gime y se aparta de mí—. No debí habértelo dicho.
 
—¡No! —exclamo—. Es bueno que me hayas dicho sobre Milagros. ¡No es eso! Bueno, está bien, tal vez un poco de eso, pero no de la manera que crees.
 
Apoyándose en el mostrador junto a mí, Peter pregunta—: Entonces ¿Qué es? ¿Qué está mal?

—Simplemente… me siento un poco incómoda. Como… no lo sé. Olvídalo, no es gran cosa. Nada de esto es gran cosa. Me alegra que me lo dijeras. Es algo bueno para ti.
 
—Mariana —Peter dice, dando un paso al frente—. Eres mi amiga y eso no tiene que ver con Milagros. Si, los primeros días, te ayude por ella, pero luego, bueno, empecé a preocuparme por ti. Eres muy diferente a ella, y eso no es algo malo. Te adoro. Eres una increíble persona y amiga. No quiero que pienses menos de nuestra relación. Como dije, ustedes dos se hubieran AMADO. Honestamente pienso que se hubieran olvidado de mí.
 
Resoplo—: Peter no creo que haya una persona en este planeta que pueda olvidarse de ti.
 
—Debido a mi diabólico buen aspecto —bromea.
 
Ahora, ruedo mis ojos. —No. Estoy hablando sobre tu personalidad. Eres muy carismático y divertido. Das una buena impresión a la gente.
 
—Ah, eres tan linda —suspira, obviamente contento con mi comentario—. Así que, ¿necesito tener una conversación con Pablo antes de que salgan hoy?
 
Mis ojos giran y lo miro. —Te juro, que si haces eso, me convertiré en tu peor pesadilla.
 
—¿Vamos a eso de nuevo? Recuerda, Todavía me debes una por golpearme el pie en el trabajo. Oh si, pequeña, ¡no me olvidé de eso! Solo estoy esperando el momento más oportuno. Vendrá, te lo prometo, y será magistral.
 
Gimoteando, me quejo—: ¡Peter! Eso es totalmente injusto. ¡No me avergüences!
 
—¡Tú me avergonzaste! Delante de mis compañeros de trabajo nada menos. Bese a una chica y luego ella me hirió. ¿Qué dice eso acerca de mis habilidades seduciendo mujeres? —Peter pregunta dramáticamente.
 
—Oh cállate —chasqueo—. ¡No te avergüenzas!
 
Con una enorme sonrisa, Peter dice—: Tienes razón. No me avergüenzo, pero habrá venganza.
 
—Como sea, necesito prepararme. Pablo estará aquí pronto. —Vuelvo a seguir poniéndome mi maquillaje.
 
—¿Me prometerías algo? —Peter pregunta.
 
Titubeando, digo—: ¿Qué?
 
—Solo di que me prometerás algo.
 
—Está bien, lo prometo. ¿Ahora que estoy prometiendo? —pregunto con vehemencia.

Peter solo sonríe. —Qué le dirás a Pablo que si algo te sucede, tendrá que responder ante mí.
 
—¡Peter, no voy a decirle eso!
 
Él cruza sus brazos. —Lo prometiste.
 
Estrechando mis ojos, replico—: Te detesto.
 
—Me amas, no te mientas a ti misma —Peter se ríe.
 
—¿Vas a dejar que termine? ¡¿POR FAVOR!?
 
Dándome una mirada, Peter replica—: NO, voy hacer cualquier cosa para sabotear tu C-I-T-A.
 
—¿Qué? ¿Por qué harías eso? —Suspiro—. ¡Yo nunca te haría eso! — Entonces el recuerdo de anoche pasa por mi cabeza. Rápidamente giro mi cara y miro hacia otra parte.
 
—Quiero mantenerte toda para mí —Peter dice—. Nada de chicos.
 
Ahora, lo voy a ignorar. —Como sea Peter —Arreglo mi brillo labial y luego guardo todo. Él solo continúa mirándome fijamente. Saco mi plancha para pasarla de nuevo por mi cabello. Puedo sentir el peso de su mirada. Es como si estuviéramos en un duelo. ¿Quién va a ceder primero? Finalmente, el cruza sus brazos. No puedo más y empiezo a reír—. ¡Eres ridículo! —grito.
 
Él solo sonríe. —Realmente soy un imbécil, ¿no?
 
—¡SI! Gracias por admitirlo. —exclamo.
 
—Solo no quiero renunciar a ti. No me entusiasma que vayas a una cita.
 
—No es una cita, por así decirlo. Vamos todos juntos como amigos. Ellos también te invitaron, obviamente no es una cita —insisto.
 
Peter aplaude. —Voy a ir a prepararme.
 
—¡No! Por favor. Quiero hacer esto por mi cuenta.
 
El agarra su pecho y jadea. —¿No me quieres contigo?
 
—No es eso, pero pienso que serías un poco intimidante para Pablo, y si quiero tener una cita con él, que tu estés asustándolo, no es una buena manera de hacerlo —le respondo.
 
—¿Qué cosa divertida me estoy perdiendo, entonces? —pregunta
 
Peter haciendo pucheros.
 
Sonrió. —Pizza y mini golf.
 
Eso parece ser gracioso para Peter. —¿En serio?
 
—Síp, será divertido, así que mantén tu boca cerrada.

Él sonríe.
 
—Siempre y cuando te diviertas, no importa lo que hagas. Pienso que esto será bueno para ti, sin embargo, quiero darle una severa charla a Pablo.
 
—Podrías por favor dejarlo en paz —gimoteo.
 
—Nop, lo siento, ¿cómo se supone que voy a protegerte si dejo que algún chico deambule por tu vida, sin acribillarlo con preguntas?
 
Dejando mi plancha, me vuelvo hacia Peter. —Por favor, no arruines esto para mí.
 
Peter me mira fijamente durante un minuto. —No quiero que te hagan daño, y una parte de mi no quiere ser apartada por un nuevo chico en tu vida.
 
—Estoy más preocupada acerca de cuándo consigas novia — declaro—. Tendrás ciertos impulsos que no puedo llenar. —Mientras esas palabras salen, mi corazón cae—. Quiero decir —tartamudeo—. Sería diferente.
 
Hay una pausa y luego Peter aparta la vista rápidamente. —Puedo prometerte, que no cambiará las cosas entre nosotros.
 
—Es bueno saberlo —susurro nerviosamente.
 
Es un poco incómodo por unos minutos. Digo, si él no lo recuerda, ¿Por qué está actuando tan raro? Finalmente, dice—: Luces muy linda por cierto.
 
—Gracias —respondo, mirando hacia abajo—. Candela me dijo que ponerme.
 
—¿Llamaste a Candela para pedirle ayuda? —Peter pregunta, luciendo sorprendido.
 
Me congelo. —Por supuesto, no sé cómo vestirme para estas cosas. Ella es mi amiga ahora y una chica, su consejo fue apreciado.
 
—Yo habría ayudado —dice Peter, casi haciendo pucheros.
 
—Tú estabas desmayado debido a la resaca. No iba a despertarte para que me ayudaras a escoger conjunto.
 
Él se acerca a mí y susurra:
 
—Me gusta saber qué es lo que está sucediendo en tu cuerpo.
 
Girando mis ojos, lo empujo lejos. No quiero pensar en que le guste algo de mi cuerpo en este momento. —Solo cállate, quiero que otros chicos quieran saber qué pasa con mi cuerpo.
 
Peter se detiene y dice con rudeza—: Oh… Supongo que es verdad. Pues bien, no quiero meterme en el camino. —Se voltea y se va. 

—¡Peter! —exclamo. El camina por el pasillo fuera de mi vista. Gimo y agarro mi plancha. Cuando he terminado, debo admitir, que me veo bien, hasta linda. Enderezó mi falda y camino hacia la sala de estar. Peter está bebiendo un vaso de agua—. ¿Estás seguro de que deberías estar bebiendo tan rápido? —le pregunto.
 
El prácticamente golpea el vaso al bajarlo. —Pienso que sé cómo beber.
 
—¡Bueno, lo siento! —chasqueo—. ¿No eres un idiota con resaca? Me alegro de que vaya a salir, puedes hacer un berrinche cuando me vaya. —Oh Dios mío, NO acabo de decir eso.
 
Lentamente, él se voltea y gruñe:
 
—¿Qué es lo que acabas de decir?
 
—Nada, lo siento —susurro.
 
—Oh no, estás en muchos problemas —Peter grita. Viene corriendo hacia mí y yo me muevo rápido fuera del camino. Salto sobre el sofá y él me sigue. Siendo bastante rápida, corro a mi habitación saltando sobre las cosas. No muy lejos de mi cama, me agarra. Caemos al suelo y Peter me atrae hacia él.
 
Lanza una pierna por encima, sentándose encima de mí. —Ahora, ¿Qué voy hacer?
 
Riendo, respondo—: Un berrinche.
 
Inmediatamente, empieza hacerme cosquillas y grito. —¿Estoy comportándome como un qué?
 
—¡Idiota! —jadeo. El solo me hace más cosquillas—. ¡Alto! —grito.
 
Inclinándose, Peter susurra—: ¡Nunca!
 
Con un poco de fuerza, hago lo que Vico me enseño y empujo a Peter fuera de mi estómago. Invierto posiciones sentándome encima de él. Agarro sus muñecas, trato con fuerza de mantenerlas en su pecho. — Dije alto. Ahora juega justo.
 
—Tú fuiste la atrevida. Tan imprudente de repente, ¿qué pasa contigo? —Peter pregunta, con una enorme sonrisa.
 
—Tal vez estas sacando mi lado travieso —respondo, riendo.
 
Sus cejas se alzan. —Lado travieso, ¿de verdad? No sabía que tuvieras un lado travieso. ¿Esto va con alguna lencería traviesa?
 
Mi estado de ánimo cambia de repente. Estoy encima de Peter y estamos en una especie de lucha libre. Los recuerdos vienen hacía mí, especialmente, la sensación de su tacto en mi piel. Quiero inclinarme y besarlo. Besarlo con pasión como nunca ha visto antes. Eso me hace vacilar. Me levanto rápido y salgo de encima de él. —No hay lencería traviesa. Nunca he estado en una situación donde necesite tener lencería. Necesito ponerme mi abrigo.
 
Apoyándose en sus codos, Peter pregunta—: ¿Que está mal? Has estado actuando rara y diferente todo el día. Realmente pienso que algo está mal. Es sobre Milagros ¿no es así?
 
—¡No! —exclamo—. ¡Ella no tiene nada que ver con esto!
 
—¡Ves, hay algo! ¿Qué está mal contigo? Estas actuando muy peculiar.
 
Me doy la vuelta. —Tú estás actuando igual de raro. Un minuto estas bromeando y al siguiente estas cabreado.
 
—Tengo resaca, ¿Cuál es tu excusa? —Peter replica.
 
Poniéndome de pie, aliso mi falda. —Nada está mal. Solo estoy nerviosa por salir con Pablo.
 
Peter me mira pensativo. —No te creo.
 
—Por favor… déjalo. Estoy bien. No hay nada malo ente tú y yo. 
 
—Pienso que estas mintiendo —Peter murmura, mientras se da la vuelta para levantarse—, pero te dejare en paz.
 
De repente hay un bocinazo desde afuera. —¡Oh! —chillo—.¡Ese es Pablo! ¡¿Cómo luzco?!
 
Con un profundo suspiro, responde—: Fabulosa. Diviértete, pero se cuidadosa ¿está bien?
 
—Si —digo, voy hacía a él. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y lo abrazo. El me atrae más cerca. Gentilmente besa mi cabeza—. Está bien —retrocedo—. Te veré más tarde.
 
—Aquí estaré. No voy a salir esta noche, necesito… descanso… mucho descanso. Aquí en realidad se ve bien —murmura, cayendo sobre mi cama.
 
Me rio y salgo del cuarto. Con rapidez, corro y agarro mi abrigo. Grito—: ¡ADIOS! —La única respuesta que obtengo son algunas quejas. Abro la puerta y bajo la escaleras. Cuando llego abajo, me detengo no quiero parecer idiota.

FIN DE LA MARATON
Gracias por las firmas!!!
nos leemos mañana!!!

17 comentarios :

  1. no lo podes cortar acaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  2. seguilooooooooooooooooooooooooo

    ResponderEliminar
  3. No se como te llamas pero GRACIAS POR TANTO PERDON POR TAN POCO
    AMO las adaptaciones

    ResponderEliminar
  4. noo!!! xq fin de la maraton maass :'(
    maaass

    ResponderEliminar
  5. ooohh maaas. bueno me conforma con saber que mañana abra mas

    ResponderEliminar
  6. aaaaaaaaa massssssssssssss

    ResponderEliminar
  7. Esta historia es muy buena, me encanta!!

    ResponderEliminar
  8. noooo porfaa maaaass ..uno mas dale dale daleee

    ResponderEliminar
  9. aaaaaaaaaaaaaa es genial!!!!!!!!!!! mas noveeeeeee

    ResponderEliminar
  10. Holaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! PORFIN RECUPERE MIII CUENTA DE GOOGLE!! Perdon por no estar en la maraton, Sali con mi mama ¬¬ Me encanto la maraton, La verdad no me imaginaba lo de milagros, Mas bien pensaba que en vez de una amiga ere la hermana, e sorprendi un poco.. No me gusto tampoco que peter no recordar lo que habia hecho con lali, es triste eso :c .. Nose esto de milagros depronto colocoque las cosas mas incomodas con respecto a peter y lali, Y pablo lo va a complicar mas ¬¬ ... Bue.. Pero igual me encanta tu adptacion .. Sube mas!!!


    Att: Andrea antequera
    @AntequeraCruz

    ResponderEliminar
  11. Ay que no pase nada entre lali y Pablo : ( quiero laliter o bueno si así se da cuenta de que lo que quiere es peter y deje a un lado a Pablo subí más noveeee me encanta

    ATTE: Valeria : )

    ResponderEliminar
  12. ay me encanta está nove la amo! Gracias por la maratón besos Naara

    ResponderEliminar
  13. que situacion fea q peter no se acuerde que paso la otra noche
    pobre lali
    horrible la historia de peter, ahora obviamente se aclararon la mayoria de las dudas que tenia
    me lei todita todita la maraton
    GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSS por hacerla!!!
    besotes y buen comienzo de semana

    ResponderEliminar
  14. más más más maratón!!! Recién terminaste uno y yo quiero otro ;)

    ResponderEliminar