martes, 10 de diciembre de 2013

Capitulo 32

—De acuerdo —murmuro. Lo hacemos de nuevo. Y otra vez. Y otra vez. Cada vez me siento mejor, más controlada.
 
Cuando Peter finalmente viene a casa, estoy sentada a horcajadas sobre Vico en el suelo.


Capitulo 32

Solo levanta las cejas.
 
—¿Saben que Candela y yo podríamos tener un problema con que ustedes dos pasen el rato juntos?
 
Antes de que pueda responder Vico se recupera rápidamente y me voltea. —Nunca pierdas el enfoque jovencita.
 
—Quítate de encima —dice Peter—, o te voy a patear el culo.
 
—Sííí, me gustaría que lo intentaras —resopla Vico bajándose de encima de mí. Extiende la mano y yo la tomo.
 
Peter solo rueda los ojos.
 
—Yo no tengo tus años de experiencia.
 
—He estado aprendiendo desde los 10 años, esa es la razón por la que puedo contigo —replica Vico.
 
—Lo que sea, sigue inflando tu ego —gruñe Peter—. ¿Tuviste un buen día Mariana?
 
Asiento con fuerza.

—Ha sido increíble. Aprendí a defenderme y, tal vez, posiblemente a golpear. Además, ¡Vico me hizo los mejores panqueques del mundo!
 
—Bueno, me alegro de que te hayas divertido. ¿Qué quieren hacer para comer? —pregunta Peter.
 
—Tengo muchas ganas de salir de la casa —exclamo realmente de buen humor—. ¿Podemos salir a comer?
 
Peter asiente.
 
—Definitivamente. ¿Algo en particular?
 
—Ese pequeño restaurante mexicano al que me llevaste. ¡La comida fue fantástica!
 
Mira a Vico.
 
—¿Candela y tú quieren ir?
 
—Claro —contesta Vico—. Le enviaré un mensaje de texto.
 
—Ah, será divertido una cita doble —ríe Peter.
 
Eso me hace reír.
 
—Wow ¿Tú vas a ser mi cita?
 
—Pero por supuesto dama mía. Será mi más grande honor.
 
Poniéndome de puntillas lo beso en la mejilla.
 
—Voy a arreglarme.
 
—Yo también tengo tomar una ducha así que no uses toda el agua caliente —contesta Peter—. Huelo mal, pero claro que eso no es un problema para ti.
 
Me lanza una sonrisa malévola. Pongo una mirada de asombro en mi rostro y le doy un puñetazo en el brazo. Peter en realidad se lo agarra y grita—: Auch.
 
—Sigue hasta el final con un puño —declaro—. Golpea como si fueras a pasar al otro lado. Reúne más fuerza.
 
Vico simplemente se echa a reír.
 
—Mariana exigió que al menos le enseñara como dar puñetazos. Y aprende rápido.
 
—Recuérdame no hacerte enojar —se queja Peter—. Pero todavía soy más fuerte que tú y probablemente te bloquearía.
 
Sonrío.
 
—¿Quieres intentarlo?
 
—Si gano, te voy a hacer cosquillas hasta que te orines en los pantalones —replica Peter.

—Está bien. Entonces no, porque probablemente vas a ganar. No te lastimaría de verdad —me quejo.
 
Peter se inclina y me besa en la cabeza.
 
—Con mucho gusto entrenaré contigo otro día. Será bueno para ti seguir aprendiendo movimientos.
 
—Bueno, voy a arreglarme —afirmo, dando la vuelta para ir al baño.
 
De repente siento una palmada en el trasero. Me doy la vuelta.
 
—¡Peter!
 
Él solo sonríe.
 
—¿Qué? El desquite no es agradable
 
Le saco la lengua y me doy la vuelta. Cuando me visto y abro la puerta del baño, Peter está parado allí.
 
—¿Ya terminaste?
 
—Tengo que secarme el cabello —le digo—, de otra forma sabes queserá un desastre.
 
—Bueno, tengo muchas ganas de tomar esa ducha. Sal del baño, yo entro y tú puedes entrar a arreglarte el cabello —me instruye.
 
Se me cae la mandíbula.
 
—¿¡Quieres que haga que!?
 
—Oh vamos ¡no se ve nada! ¡Vico y yo estamos muertos de hambre y Candela ya viene para acá! —dice Peter con voz quejumbrosa.
 
Abro la boca de nuevo y la cierro. Finalmente hablo.
 
—¡Bien! No puedo creer que vaya a hacer esto.
 
—Necesitas aprender a RELAJARTE —dice Peter—. Ahora sal de aquí y te gritaré cuando puedas entrar. TE PROMETO que no verás nada.
 
—Está bien —murmuro saliendo al pasillo.
 
Peter cierra la puerta y yo solo dejo que mi cabeza cuelgue.
 
—¿Qué estoy haciendo? —susurro bajito.
 
Un momento después lo escucho gritar. Tomando una respiración profunda abro la puerta y camino dentro del baño. Saco mi secadora y comienzo a secarme el cabello.
 
—Así que —se burla Peter— ¿qué tan nerviosa estás ahora?
 
—Cállate —disparo—, estoy tratando de arreglarme.
 
—Mmhmm —canturrea en respuesta—tu champú huele bien. ¿Qué es?
 
Ruedo los ojos.

—Eucalipto y menta.
 
—Lo voy a usar.
 
—Haz lo que quieras —gimo—, simplemente báñate.
 
Suavemente canta para sí mismo mientras se baña.
 
—Estoy frotando con jabón todo mi maravilloso cuerpo —declara Peter.
 
—¡Peter! —grito—. ¡Cállate!
 
Está riéndose al otro lado de la cortina.
 
—¿Qué? ¿No te gusta pensar en eso? ¿En lo ardiente que soy?
 
—¿Por qué me molestas? —pregunto.
 
—Es parte de mi trabajo —contesta—. Lavando, lavando, lavando.
 
Bajo el secador.
 
—Juro que si te sigues burlando de mí ¡voy a devolvértela!
 
—¿Qué? ¿Te gustaría ayudarme? —Él se ríe.
 
—Te lo advertí. —Camino hacia el sanitario y jalo la cadena.
 
Eso lo hace gritar dos segundos. Abre la cortina. Ahora, soy yo la que chillo y me volteo.
 
—¡Gracias a Dios no vi nada!
 
Lo siento allí de pie. No tengo ni idea de lo que va a hacer.
 
—Tú… señorita... ¡estás en SERIOS problemas!
 
—Lo siento, ¡pero me estabas tomando el pelo! ¡Por favor, cierra la cortina!
 
—¡N-O-P! Vamos a tener un enfrentamiento. ¿Vas a alcanzar la salida del baño a trompicones antes de que llegue a ti?
 
¿¡Qué!?
 
—¡Peter, no te atrevas! Te lo juro, voy a hacerte daño.
 
—Discúlpate entonces —dice con firmeza.
 
—Lo siento, de verdad ¡de verdad lo siento! ¡Por favor, cierra la cortina!
 
—Bueno —contesta con burla—, tengo que esperar a que el agua baje de 1.000 grados. Por lo tanto, nos limitaremos a quedarnos aquí y esperar.
 
Eso hacemos. ¿¡Por qué tarda tanto tiempo el sanitario en llenarse!?
 
—Listo, el agua ha vuelto a la normalidad —dice finalmente, se mete y corre la cortina.

Pasan unos segundos antes de que quite la mano de mis ojos. Gracias a Dios está de vuelta en la ducha.
 
—¡A veces TE DETESTO! —grito.
 
—Me amas. No mientas. De todos modos tú comenzaste. No comiences cosas que no puedes terminar y, siempre gano porque sé cómo hacerte sonrojar.
 
Eso me enloquece. Puedo terminar después con el cabello. Me lanzo de nuevo al sanitario, tiro de la cadena y corro hacia la puerta. Peter solo grita de nuevo y cierro la puerta detrás de mí. Vico me mira desde la mesa del comedor.
 
—¿Qué demonios estaban haciendo ahí?
 
—Nada, absolutamente nada —me río, danzando hacia mi habitación.
 
Unos minutos más tarde se abre la puerta del baño. Rápidamente cierro la puerta de mi dormitorio. Oigo un ligero golpe.
 
—Mariana... cariño... necesitamos tener una charla.
 
—¡No! —me río.
 
—Abre la puerta o me las arreglaré para entrar —declara.
 
Voy y me pongo contra la puerta.
 
—¡Vete!
 
Él trata de abrirla y yo empujo en respuesta. Peter suspira.
 
—Mariana, no quiero que te hagas daño.
 
Trato de mantener la puerta cerrada.
 
—Entonces deja de empujar —gruño.
 
—Te lo advertí. —Peter empuja y yo derrapo por todo el suelo.
 
Está de pie envuelto en una toalla.
 
—Como comprenderás, has sido una niña traviesa.
 
—¡Hey! —le grito—, dijiste que no más toallas.
 
Peter se cruza de brazos.
 
—Eso fue antes de tu pequeño truco. Ahora es tiempo de que recibas lo que te has ganado. —Camina hacia mí y se dobla. De repente, me carga encima de un hombro.
 
—¡Suéltame! —grito.
 
—No —contesta Peter. Se vuelve y nos lleva hacia el baño.
 
Le pego en la espalda.

—¡Bájame Peter! —No hay respuesta, solo más risas. Le hablo con brusquedad—. ¿Qué estás haciendo?
 
—Te estoy proporcionando una nueva experiencia —responde. Trato de zafarme de su control y no lo logro. Aparte, realmente no quiero caerme. Peter cierra la puerta del baño.
 
—¿Qué demonios estás haciendo? —pregunto acalorada. La única respuesta que obtengo es la risa. Peter nos mete en la ducha.
 
—La venganza es una perra. —Me deja en el suelo. Al instante trato de salir de la ducha, pero él me alcanza y me abraza por la cintura con un brazo—. No, no vas a ninguna parte.
 
—¿¡Qué estás haciendo!? —le grito—. ¡Déjame salir!
 
—Nop. Ahora podrás decir que tomaste una ducha con un hombre.
 
Retorciéndome, le digo—: ¡No voy a tomar una ducha contigo!
 
—Sí que lo harás —asegura Peter—. Mi hombría te tiene toda caliente y mojada, ahora necesitas una buena... ducha… FRÍA. —Después de decirlo nos mete al agua y ¡está helada!
 
La sorpresa me quita el aliento. Peter me empuja bajo el agua más
profundamente. Entonces grito.
 
—¡PETER!
 
Envuelve más sus brazos alrededor de mí.
 
—Sí Mariana —me susurra.
 
—¡Cierra el agua! ¡Cierra el agua! ¡Está congelada! ¡Cierra el agua! — Peter se inclina y gira la otra perilla. El agua empieza a calentarse.
 
—Ahora —murmura en mi oído—. ¿Quién ganó?
 
—¡Eres un idiota! —suspiro. Peter me agarra y me da la vuelta—. Mi ropa está toda mojada. ¡Muchas gracias!
 
—¿Quién es el rey de las venganzas? —pregunta con su sonrisa impresionante.
 
Sacándole la lengua, me burlo.
 
—Tú lo eres, pero espera un tiempo. Voy a pensar en algo. Inclinándose me contesta.
 
—No puedo esperar.
 
Nos quedamos ahí un rato mirándonos el uno al otro. Cualquiera pensaría que estando de pie en la ducha con la ropa puesta nos haría reaccionar, pero por alguna razón que no es clara nos quedarnos donde estamos. Peter parece a punto de decir algo cuando oímos un gran estruendo en la puerta del baño.
 
—Sí —dice en voz alta.
 
—¿Pueden ustedes dos, por favor, dejar de hacer LO QUE SEA que estén haciendo y arreglarse? Candela está aquí y tenemos hambre — grita Vico a través de la puerta.
 
—Sí —dice Peter. Me mira—. ¿Estás enojada?
 
Mi boca se abre y se cierra. La tensión en el aire es espesa. Es como si no pudiera encontrar mi voz.
 
—No —susurro finalmente.
 
—Bien —murmura. Se estira más allá de mí y cierra el agua. Girándose agarra mi toalla de la pared. La tomo y nuestras manos se tocan. Eso hace que sienta escalofríos.
 
Me seco la cara.
 
—Gracias —le digo.
 
—Ven —dice Peter dando un paso fuera de la ducha—, vamos a sacarte.
 
Tomo su mano y salgo. De repente me resbalo. Extiendo las manos para aferrarme a él. Caemos golpeando el suelo con fuerza. Aterrizo sobre Peter. Nos quedamos así por un segundo sin movernos, sin decir nada.

14 comentarios :

  1. PORQUEEEE TIENEN QUE SERRR TANNN LINDOSSS!!!!... Lali idolaa!! Y peter Oo Re sexy Jjajajajaajja Si yo fuera lali me lo ubiera chapado en la bañera Jajajjajajjajaj Bue.. Sube mas, Me encanta la adaptación :D

    ATT: Andrea Antequera
    @AntequeraCruz
    Laly angels

    Subi masss!! :D

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  2. No podes haber dejadp asi el finaaalll ... ojalá se de un besoopo ... quiero maas porfiiiis

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  3. más más más más me encanta!

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  4. Besooooo quiero besooo.......por favor subi otro cap!!

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  5. Ahi tiene q terminar justoooo! Jaja seguro q los vuelve interrumpir vicooo.. maassss

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  6. Aaaaa me encanta
    Son tan lindos quiero más laliter
    Subí más noveeeee

    ATTE: Valeria : )

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  7. quiero otro por fa! besos Naara

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  8. maas mas mas porfiiiiiiiiiiiiiiiiis

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