domingo, 15 de diciembre de 2013

Capitulo 39

Extrañamente, me siento un poco diferente. Hago una pausa y simplemente miro por delante de mí. Este sentimiento en mi pecho, no sé lo que es. Finalmente, sacudo la cabeza y voy a la cama.


Capitulo 39

El siguiente par de semanas pasan rápidamente. Peter, Vico, Candela o Nico me recogen de la escuela todos los días. Creo que es un poco tonto, pero Peter insiste. Vive demasiado lejos para caminar, pero yo le digo que hay una cosa llamada autobús. Ni siquiera obtengo una respuesta de él. Vamos a través de nuestra rutina diaria sin meternos en el camino del otro. Vivir con él no es tan raro como pensé que sería. En realidad es bueno tener a alguien alrededor que esté en su sano juicio.

Entonces un día me despierto. Es viernes, así que estoy emocionada de tener libre el fin de semana. Salgo de la cama y voy a tomar una taza de café. Entro a la cocina para encontrar a Peter apoyado contra la encimera.

—¡Buenos días! —digo alegremente.

Ni siquiera me mira y canturrea:

—Mmmm.

—¿Hay algo mal? —pregunto.

—Nop —articula bruscamente.

Permanezco ahí, mirándolo fijamente. Despacio me acerco y tomo una taza de café. No se mueve. Sólo sigue mirando hacia el suelo. Es realmente incómodo. Revuelvo el azúcar y lo veo.

—¿Estás seguro de que no hay nada mal?

—No Mariana, estoy bien —afirma con total naturalidad.

—¿Hice algo mal? —pregunto vacilantemente.

Los ojos de Peter me miran.

—No, no hiciste nada malo. Voy a alistarme para el trabajo. —Con eso se aleja.

Mi corazón cae en mi pecho. ¿Qué hice? ¿Por qué está tan enojado? Nunca lo había visto enojado. El resto de la mañana es muy tensa. El aire es denso entre nosotros. No digo nada. Solo me mantengo tranquila. El viaje en auto es aún peor. No me dice una sola palabra.
Cuando llegamos a mi escuela, susurro:

—Te veo más tarde.

—Voy a salir esta noche. —Es toda la respuesta que recibo—. ¿Estarás bien por tu cuenta, o quieres que alguien esté contigo?

—Creo que estaré bien por mi cuenta —contesto en voz baja—. Ha pasado el tiempo suficiente.

Asiente bruscamente.

—Te veré en algún momento en la mañana. Voy a dejar dinero sobre la encimera por si necesitas algo.

—Debería estar bien —murmuro—. Te veo mañana.

Sus ojos se vuelven hacia mí y parecen perdidos. Frunzo el ceño, pero aun así salgo del auto. Cuando se aleja, permanezco ahí por un rato con la mirada perdida en la distancia. ¿Qué demonios hice?

El día pasa sin novedad. Peter no me manda mensajes de texto o me llama en absoluto, lo cual es extraño, porque normalmente lo hace todos los días. Una pesadez se asienta en mi pecho porque siento que algo está terriblemente mal. Cuando llego a casa esa noche, no está por ningún lado. Encuentro dinero en el mostrador, pero ninguna nota. Paso la noche haciendo mis tareas, aunque apenas puedo concentrarme. Parte de mí quiere permanecer levantada hasta que llegue a casa, pero creo que se podría molestar por eso, por lo que en algún momento antes de las once, me voy a dormir.

En algún momento de la noche, soy despertada por un fuerte golpe. Me hace saltar de la cama. Ya que estoy sola en casa, eso me asusta. Hay algo de ruido viniendo de la sala. Me siento en la cama por un momento, tratando de pensar en lo que voy a hacer. La estúpida de mí dejó el celular en la mesa de la cocina. Escuchando aún más ruido, finalmente me levanto. Si voy a morir, prefiero ver cómo va a suceder.

Tomando una profunda respiración, abro la puerta de mi dormitorio. Todas las luces están apagadas, así que realmente no puedo ver nada. Avanzando lentamente por el pasillo, repentinamente enciendo la luz de la sala. Entonces chillo. Peter y una chica están besándose junto a la puerta.

—¡OH DIOS MIO! —grito—. ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! — Rápidamente apago la luz.

Con mi corazón latiendo fuera de mi pecho, me lanzo a mi habitación y cierro de golpe la puerta. Pongo mi mano sobre mi cara con mortificación. ¡No acabo de ver eso! Una parte de mí me duele. Al igual que hay dolor en mi pecho. ¿Estoy teniendo un ataque cardiaco? Voy y me siento en mi cama. Lágrimas comienzan a brotar de mis ojos y dejo caer mi cabeza. ¿Qué diablos está mal conmigo? En serio Mariana, ¿qué pensaste que iba a suceder? Tarde o temprano esto iba a suceder. Sin embargo no pensé que tendría que verlo. Mi pecho se levanta con esfuerzo como si se apretara aún más.

De repente, hay un golpe en la puerta. No contesto. Solo me siento ahí, mirándola. Unos segundos después, hay otro golpe, esta vez más fuerte.

—¿Qué? —exclamo—. ¡Voy a volver a dormir!

Peter abre mi puerta y deja que se balancee abierta. Está apoyado en la entrada con las manos sobre el marco.

—No estás en la cama —articula—. Es difícil ir a dormir, cuando no estás en la cama.

—Lo siento tanto —susurro, poniéndome de pie—. ¡No lo sabía! Escuché un ruido y tenía que revisar. Quiero decir, después de todo lo que he pasado, ¡no puedes culparme!

—No —dice en voz baja—. Tenías todo el derecho de salir. Siento que hayas tenido que ver eso.

El dolor que siento es insoportable.

—Regresa ahí —siseo—. Prometo solo ir a dormir. Ve, haz… lo que sea que ibas a hacer.

—Ella se ha ido —dice Peter en voz baja.

Eso me hace gemir.

—¡Lo siento mucho Peter! ¡No quise que eso sucediera! No tenía idea. A partir de ahora, voy a permanecer en mi habitación. Incluso si voy a morir, permaneceré en mi habitación.

Resopla y se ríe.

—La envié a casa.

—¿Por qué? —pregunto—. ¡Olvídalo! ¡No es asunto mío!

Está oscuro, pero veo sus ojos observándome. Se ven tan tristes.

—¿Alguna vez sólo has necesitado el toque de alguien Mariana?

Está bien, ahora eso me molesta.

—Peter —chasqueo—. ¿En serio? ¿ME estás preguntando eso?

—¿Sólo la sensación de alguien?

—Peter —grito—. ¡Nunca he sentido el toque de nadie! ¡Nunca, en mi vida entera! ¡La única persona que me ha mostrado algún cariño eres tú! Así que, sí, he anhelado mucho el toque de alguien, pero yo no tengo esa opción. Así que lo siento, no te comprendo. ¿Por qué la enviaste a su casa si eso es lo que necesitabas? No me importa lo que haces.

Hay silencio mientras me mira fijamente. El aire es muy pesado y tenso.

—Ella estaba vacía. Su toque estaba vacío.

—¿Estás borracho? —pregunto.

—Tal vez —dice—, sólo un poco.

Rodando mis ojos, solo digo:

—Oh Jesús.

—Mariana, NECESITO tener el toque de alguien. Alguien que me importe. —Peter se ve muerto para mí.
Mi corazón se detiene y ni siquiera sé qué decir. Mi boca se abre y se cierra.

—¿Qué soy yo... —Empiezo.

Antes de darme cuenta, Peter se precipita hacia mí. Planta sus labios en los míos y me besa. Me toma un segundo porque soy tomada muy fuera de guardia. Peter empieza suave pero tan pronto como le devuelvo el beso, me encuentra con impaciencia. Los besos se vuelven apasionados. Ahora, nunca he experimentado esto antes, así que me pongo tensa.

Levanta sus manos y sostiene mi cara con ellas. De alguna manera mis manos se encuentran envueltas a su alrededor. Nos apretamos el uno contra el otro. Mi cuerpo está sintiendo cosas que NUNCA ha sentido antes. Una parte de mí siente como si mis piernas se fueran a rendir.

Peter separa mis labios con los suyos y me besa de una manera que nunca lo ha hecho antes. De hecho tomo una rápida respiración. Bien, no esperaba esto. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo?

Es como un fuego que comienza a construirse dentro de mí. Jalo a Peter fuerte contra mí. Finalmente retira sus manos y me aleja. Jadeo ligeramente. Caminando conmigo, me regresa a la cama. No siendo capaz de no hacerlo, me siento. Alcanzándola, Peter se quita la camisa. En serio, bien, en esta situación, eso no me ayuda a calmarme.

—Peter. —Apenas susurro.

—Hmmm —tararea, empujándome hacia abajo. Sus labios encuentran los míos de nuevo. No puedo evitarlo, me pierdo y le devuelvo el beso. Peter me agarra por la cintura y me empuja más hacia arriba en la cama.

Cuando retrocede y comienza a besar mi cuello tartamudeo:

—Peter, ¿qué estás haciendo?

Juguetonamente me muerde.

—Estoy disfrutando. ¿No lo estás tú?

—Oh si —gimo—. Lo estoy.

—Bien. —Respira contra mi piel.

Para ser exactos mis ojos ruedan hasta la parte de atrás de mi cabeza, pero cuando su mano comienza a tirar de mi ropa, se abren de golpe.

—Peter —grito.

Se sostiene a sí mismo sobre mí.
 
—¿Sí?

—¡No voy a hacer eso contigo! —grito.

Levantando sus cejas, Peter pregunta:

—¿Qué no vas a hacer conmigo?

—Tener sexo —siseo.

Dejando caer su cabeza, Peter suspira.

—Mariana, puedo estar borracho pero no soy estúpido. No tendría sexo contigo justo ahora. Esa no era mi intención.

—Oh, perdón.

—¿Quieres parar? —me pregunta, mirándome a los ojos. No sé qué decir con respecto a eso, pero la palabra “No” sale de mi boca.

Peter se inclina de nuevo y me besa. Instantáneamente, es como si mi cuerpo tuviera mente propia. Nos empujamos y jalamos el uno al otro desesperadamente, como si estuviéramos tratando de llevar al uno a
 través del otro. El mundo desaparece y todo en lo que puedo concentrarme es en Peter, el contacto de él en mis dedos, el calor de su cuerpo sobre el mío, el increíble impulso que siento de permanecer conectada a él.

Minutos, una hora, o un momento después, finalmente nos separamos. Peter solo respira pesadamente contra mis labios.

—Tenemos que parar.

Asintiendo, chillo:

—Sí, eso es probablemente una buena idea.

Hay un momento de silencio y luego dice:

—No quiero.

—NECESITAMOS hacerlo —enfatizo—. Vamos, deberías dormir.

Sin moverse, Peter permanece mirándome. Finalmente susurra:

—Bien. —Se recuesta a mi lado en la cama y rueda sobre su espalda.

Nos quedamos allí en silencio durante unos minutos.

—¿Estás enojado conmigo? —Finalmente pregunto.

Volteando a verme, Peter responde:

—¿Por qué estaría enojado contigo?

—Porque quise parar —respondo.

—No —murmura—. Nunca podría estar enojado contigo por algo como eso.

Nerviosamente, sonrío.

—Está bien.

—Ven aquí —dice Peter, abriendo sus brazos. Me acerco y me acurruco en ellos—. Vamos a dormir.

—Muy bien —susurro. Nos tumbamos allí, pero no mucho tiempo después siento a Peter respirando rítmicamente.

Entonces mi pregunta es, ¿se quedó dormido o se desmayó? No entiendo la bebida. Espera, ¿es por eso que esto sucedió? ¿Porque estaba borracho? Si lo fue... ¿cómo me voy a sentir acerca de eso? Presiono mi cara en el pecho de Peter y cierro mis ojos. Debería saber que esto es sólo lo que es. Peter necesitaba el toque de alguien y yo estaba aquí. Creo que prefiero ser yo a una extraña al azar. Creo que eso es lo que él quería también. Tomando una respiración profunda, cierro mis ojos y trato de dormir.

MARATON
+15

28 comentarios :

  1. al parecer se va a empezar a saber sobre los secretos de peter espero y no la cague creo q seria my triste igual y se entiende q no es perfecto........... mas porfaaaaa

    ResponderEliminar
  2. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  3. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  4. Quiero más, quiero saber q va decir Peter cuando despertar.

    ResponderEliminar
  5. Massssss noveeeee diossss me encanto a ver si hacen algo ya dos lentos son

    ResponderEliminar
  6. DIOSH MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

    ResponderEliminar
  7. MMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS

    ResponderEliminar
  8. Que le pasa a peter por que tan serio con lali
    Me encanta subí más noveeee


    ATTE: Valeria : )

    ResponderEliminar
  9. mas quiero saber su reacción y en que quedan..!!

    ResponderEliminar