lunes, 2 de diciembre de 2013

Capitulo 15

—Hola, soy Mariana. Una de las amigas de Peter. Me está ayudando en este momento.

Peter sube de nuevo y dice—: Vamos al centro comercial.


Capitulo 15

Tomando una respiración profunda, pongo en marcha el auto. Mientras conduzco, Candela se inclina hacia adelante. —Entonces ¿qué vamos hacer?
 
—Bueno, Mariana quiere comprar ropa nueva —afirma Peter.
 
—¡Oh que divertido! —grita Candela—. ¡Amo ir a comprar ropa!
 
Frunciendo el ceño, digo—: Es un poco más que eso. Necesito ayuda. Nunca he ido de COMPRAS, por así decirlo. He comprado ropa, pero no tengo sentido de la moda. Por lo tanto, estoy un poco desesperada por ayuda.
 
—Cariño, definitivamente puedo hacerlo —replica Candela, con una sonrisa—. Vas a ser una diva cuando termine contigo. —Eso hace que niegue vigorosamente.
 
—No quiero ser exagerada, simplemente agradable y normal.
 
—Entonces, ¿qué usas generalmente? —pregunta Candela.
 
—Lo estas mirando —replico.
 
Puedo ver a Candela por el espejo retrovisor. Se muerde el labio y mira mi conjunto.
 
—Está bien —dice finalmente—. ¿Usas alguna falda o vestido?
 
—No, porque yo no tengo ninguno.
 
—¿Has usado algo más ajustado que lo que llevas puesto? — pregunta.
 
—Mira, no sé qué luce bien en mí, así que no compro nada de eso — respondo.
 
Peter finalmente saca la pipa de la paz con esto.
 
—Ella necesita algo más a la moda. Sin ofenderte Lali.
 
—Nadie está ofendido, estoy de acuerdo contigo. —Resoplo—. Chico, estoy de acuerdo contigo.
 
—Si quieres ser más femenina, necesitas al menos unas faldas y vestidos —dice Candela—. Vamos a conseguir lo que necesitas.
 
Por el resto del viaje, Peter y Candela hablan sobre gente que no conozco. No me molesta porque tengo que concentrarme en conducir. Cuando llegamos al centro comercial, detengo el auto.
 
—En serio necesitas estacionarlo Peter.
 
—Sí. —Está de acuerdo conmigo—. No necesito que dañes otro auto. —Él se baja y pongo el freno de emergencia. Candela empuja la silla hacia adelante y sigue a Peter al salir del auto. Viene y abre la puerta para mí—. Hiciste un gran trabajo.

—Gracias —replico orgullosa.
 
Después de que entra y comienza a manejarlo, Candela viene hacia mí.
 
—¿Están saliendo ustedes dos?
 
—¡No! —exclamo—. ¿Por qué esa es la primera pregunta que a todos se les ocurre? Míralo a él y mírame a mí, ¿en serio?
 
—Pero, ¿te gusta? —―pregunta.
 
Sacudiendo la cabeza, tartamudeo.
 
—Él es lo más parecido que tengo a un mejor amigo. Así que no, solo somos amigos.
 
—Tenía curiosidad porque el hablo solo de ti anoche.
 
Volví mi cabeza hacia ella.
 
—¿Qué?
 
Rápidamente, ella susurra—: Nunca lo había escuchado hablar tanto sobre una chica.
 
—Eso es porque hemos estado juntos prácticamente sin parar recientemente. Él tuvo una cita el otro día.
 
—Bueno, entonces estoy equivocada. Era evidente que le gustas mucho como amiga entonces —murmura justo antes de que Peter se acerque. Inclino mi cabeza y lo miro por un segundo. Me sorprende que realmente hable acerca de mí. Quiero decir, ¿qué diablos dijo? Realmente espero que no sea nada malo. Dudo que lo fuera. Candela diría algo así. Ella no parece ser el tipo maliciosa.
 
Peter agarra mi mano.
 
—Vamos cariño.
 
Entramos en el centro comercial y Candela inmediatamente nos lleva a una de las tiendas más populares. Entro y estoy abrumada de inmediato. Volviéndose hacia mí, Candela pregunta—: ¿Qué te gusta?
 
Tímidamente encogiéndome de hombros respondo—: No lo sé.
 
—Bueno, vamos a comenzar por lo básico. ¿Qué talla de pantalón eres?
 
Respondo—: Umm, suelo comprar talla ocho.
 
Candela frunce sus cejas. Rápidamente se acerca y levanta un poco mi camisa. —¡Oye! —grito.
 
Candela me mira. —Eres unas tallas más pequeña que un ocho. Estás usando un cinturón para sujetar tus pantalones.

—Dios —siseo, halando de vuelta mi camisa hacia abajo—. Solo compro lo que me queda.
 
—Eso no te queda Mariana, solo lo usas. Vamos, tengo que encontrar unas tallas más pequeñas. —Ella se acerca y mira algunos pantalones vaqueros—. Aquí, talla cuatro y seis. Vamos a ver cuál te queda, ya que son mucho, mucho, mucho más pequeños que un ocho.
 
Peter se acerca y también levanta mi camisa, Yo quito su mano.
 
—¿¡Que estás haciendo!? —grito.
 
—Mariana —dice—. Tienes un buen cuerpo.
 
—¡No levantes mi camisa! ¿¡Estás loco!?
 
El solo me sonríe.
 
—Estoy aquí para ayudarte a comprar ropa. Tengo que ver con lo que estoy trabajando.
 
—¡Ella puede ver! ¡Tú no! —siseo—. No estoy caminando hacia ti quitándote tu ropa.
 
—Eres bienvenida si deseas hacerlo —replica Peter, con una sonrisa retorcida.
 
Gimiendo, ruedo mis ojos y sigo a Candela a los vestidores. Me entrega uno de los pantalones vaqueros.
 
—Comenzaremos con esto. Voy a buscarte camisetas.
 
—Muy bien. —Me lamento, tomando los pantalones. Entro en el vestidor y me miro en el espejo. Curiosa, levanto mi camisa para chequearme a mí misma. ¿Tengo un cuerpo bonito? ¿En serio? Hmm, creo que nunca lo pensé. Nunca me he comparado con nadie, y no uso nada que muestre algo. Por último, encojo los hombros y me quito mis pantalones.
 
Por supuesto, trato con el jean talla seis primero. Realmente me queda bien. No me probare la talla cuatro. No quiero que luzcan marcados en mi cuerpo. Me giro y me miro en el espejo. Wow, tener un par de pantalones que realmente queden bien hace una gran diferencia. Huh, ¿quién lo habría pensado?
 
De repente, alguien golpea la puerta.
 
—¿Te has probado ambos? —pregunta Candela.
 
—No, solo el talla seis. Me queda bien —contesto, abriendo la puerta—. Ves.
 
Candela me mira de arriba a abajo.
 
—Probablemente podrías entrar en el talla cuatro.

—No quiero tener pegados mis pantalones, muchas gracias —replico.
 
—Bueno, cuando se trate de faldas y vestidos tendremos que ir a una talla más pequeña.
 
Me muevo incómodamente, murmurando.
 
—Está bien.
 
—Bueno, ¿puedo entrar ahí contigo? ¿O eres súper tímida? — pregunta Candela.
 
—Yo, bien, no, puedes entrar. Solo no te rías, ni nada por el estilo.
 
Con una mirada de perplejidad, Candela jadea. —¿Por qué me reiría?
 
—Porque la gente hace eso usualmente —respondo en voz baja.
 
—Eso es ridículo —chasquea ella—. Vamos. Me asegurare de que nadie se ría de ti.
 
La dejo entrar y probarme un montón de tops. Finalmente Peter llega a la puerta del vestidor y golpea.
 
—Sabes, probablemente debería estar ahí, también.
 
—No, pervertido —respondo.
 
—Seria estrictamente objetivo, sin perversión alguna.
 
—Sí, claro —responde Candela. Ella me mira—. Bien, voy a conseguirte algunas faldas y vestidos. ¿Quieres venir conmigo o confías en mí?
 
Enfatizando, le pido—: ¡Nada rosado por favor!
 
—Entendido —asegura, mientras sale del vestidor. Me doy vuelta y me miro en el espejo. Tengo un par de pantalones negros y una camisa roja de botones que le da forma a mi cuerpo. No me veo tan mal realmente.
 
Hay un suave golpe en la puerta. Grito—: ¿Si?
 
—¿Cómo te está yendo? —pregunta Peter.
 
—Bien —contesto felizmente—. ¿Cómo te va a ti?
 
Todo lo que escucho es un gemido.
 
—Estoy muy aburrido. Ustedes están teniendo toda la diversión y yo estoy de pie todo el tiempo sin hacer nada en absoluto.
 
—Consígueme un conjunto entonces —replico, rodando mis ojos. El guarda silencio por un minuto y luego contesta—: ¿Prometes probarte lo que te traiga?
 
—Claro, ¿por qué no?

—Recuerda que acabas de decir eso. —Oigo decir a Peter, mientras se aleja.
 
Uh oh. Creo que me voy arrepentir de esto. Un poco más tarde vuelve Candela. Ella trae tres faldas y dos vestidos. Una falda es con paletones, una a cuadros rojos. Esa hace juego con la camisa que estoy usando.
 
—Wow. —Es todo lo que digo—. No sabía que tendría este aspecto en una falda.
 
—Tienes bonitas piernas y un buen cuerpo. Solo necesitas llevar la ropa adecuada —dice Candela—. Ahora, prueba esa falda con este top.
 
Lo hago y no puedo evitar sonreír. De repente, hay otro golpe en la puerta.
 
—Tengo lo que quiero que te pruebes —afirma Peter, a través de la puerta.
 
—Está bien —contesto—. Dámelo
 
—Ahora, prometiste probártelo, recuerda eso.
 
Genial, no puedo esperar para ver eso.
 
—Tíralo. —Un vestido viene volando al vestidor. Candela lo agarra y lo sostiene.
 
—¡Peter! —exclama.
 
—¿¡Que!? —Se ríe—. ¡Lo prometió!
 
—¿¡No puedes estar hablando en serio!? —grito.
 
Candela sostiene un vestido negro ajustado. Es sin tirantes y no deja nada a la imaginación.
 
—Póntelo Mariana —dice al otro lado de la puerta.
 
—Peter —articula Candela—. Este es un vestido para ir a discotecas.
 
—Bueno, entonces voy a tener que llevarla a una discoteca. Póntelo jovencita. No rompas tu promesa.
 
Con una gran cantidad de molestia, digo bruscamente—: ¡NO!
 
—Mariana, mi amor, lo prometiste —murmura Peter a través de la puerta.  
 
Bien, si esta es la manera en que quiere que sea. Agarro el vestido de las manos de Candela. Siseando, digo—: No tengo puesto un sostén para esto.
 
—Umm, no necesariamente tienes que usar uno con eso.

—Genial —murmuro. Me quito la ropa que llevo puesta y me pongo el vestido. Mis ojos van al instante a Candela para obtener una reacción.
 
Ella sonríe y aplaude con sus manos.
 
—Te ves increíble.
 
—No puedes estar hablando en serio —resoplo.
 
—Mira —responde ella, girándome hacia el espejo.
 
Mi mandíbula cae. Me veo… bien… sexy, al menos eso es lo que yo creo. —Creo que esto es un poco demasiado —susurro.
 
—Así que, ¿te lo pusiste? —pregunta Peter.
 
—Síp —respondo, volviéndome para mirarme en el espejo—. Realmente luzco muy bien en él, o al menos eso creo yo.
 
—¡Maravillosos! ¡Déjame ver!
 
Riendo, respondo—: Nop, me lo probé como prometí. No hice ninguna promesa de mostrártelo.
 
Hay un jadeo de sorpresa al otro lado.
 
—¿Qué? Eso es ridículo e injusto.
 
—Pienso que está bien. —Me rio alegremente.
 
—¿Estás haciendo esto a propósito? —pregunta Candela.
 
Desconcertadamente, digo—: ¿Qué? ¿Por qué haría eso?
 
—¡Porque matas con ese vestido! —exclama ella.
 
—¿Quién mata en qué? —pregunta Peter.
 
—Nada —contesta Candela.
 
Hay un fuerte golpe en la puerta. Salto.
 
—¿¡Qué diablos fue eso!?
 
—Yo, golpeando mi cabeza contra la puerta con frustración — responde Peter de mal humor—. Recuérdame ¿por qué te invite, Candela?
 
Ella responde riendo.
 
—Porque ella me necesita. La verás algún día en él… tal vez… si eres un buen chico.
 
—¿Podemos al menos ir a una tienda con ropa para chicos? Quiero decir, puedo ir a empezar a coquetear con chicas para inquietarme, pero vine aquí para ayudar a mi amiga Mariana, no para estar mirando la puerta de un vestidor.
 
Suspirando me quito el vestido.

—Me pongo mi ropa de nuevo. Creo que tenemos suficiente material. Tengo que elegir lo que quiero de todos modos.
 
—Bueno, quiere tener voto ahí —replica Peter—. Caray, no soy simplemente su chofer.
 
—Wow, debimos pagarle al banco para tener un chofer tan caliente —grita con una gran sonrisa Candela.
 
Hay una risa de parte de Peter.
 
—Ten cuidado con lo que dices Candela. Tu novio tiene un buen gancho y no quiero estar en el extreme receptor.
 
—Sabes que soy una de las pocas chicas que puede resistirse a tu encanto —replica Candela.
 
—Sí, bueno, sé que muy adentro hay una llama ardiendo por mi buen aspecto.
 
Eso me hace gemir.
 
—Caray, Peter, ¿te valoras demasiado a ti mismo?
 
—Siempre. —Se ríe.
 
Termino de ponerme los zapatos, y abro la puerta del vestidor.
 
—¿Estás contento ahora? Puedes verme.
 
—Sí, pero no llevas puesta ninguna de esa ropa. ¿Qué divertido es eso?
 
—Bueno, puedes ayudarme a llevar todo esto al mostrador para que podamos irnos —contesto, girando y agarrando ropa.
 
Llegamos a la cajera y ponemos todo en el mostrador.
 
—¿Qué quieres? —pregunta Peter.
 
—Todo —suspiro—. Pero no tengo mucho. Así que, ¿qué crees que debo comprar?
 
—Hmm, No sé. Sabes creo que dejaste un vestido en el vestidor.
 
Confundida, digo—: ¿Qué vestido? ¿El negro? Está aquí. —Lo sostengo—. Y no dije que fuera a comprar este.
 
—No, ese otro vestido, simplemente ve a revisar en el vestidor. — Insiste, empujándome en la dirección de los vestidores.
 
Sacudiendo mi cabeza, camino de vuelta al vestidor. Por supuesto, no hay nada allí. Es tan raro a veces. Cuando hago me dirijo de vuelta hacia la cajera, está empacando cosas.
 
—Alto, alto, ¡espera un minuto! ¡No separe lo que llevaré!
 
—Lo sé —replica Peter—. Solo vamos a comprarlo todo.

—¡Peter! ¡No tengo tanto dinero! ¿¡Que estás haciendo!? —grito.
 
Candela suspira.
 
—Está comprando todo para ti, porque necesitas desesperadamente un par de zapatos que vayan con todo esto y el prometió comprarme un par a mí por ayudarte hoy.
 
—¿Puedo hablar un momento contigo? —chasqueo hacia Peter.
 
—Claro —responde con una sonrisa.
 
Lo empujo hacia un lado y pregunto—: ¿Por qué estás gastando tanto dinero en mí?
 
—Porque quiero.
 
—Peter, eres un mecánico de motocicletas. ¡No quiero que te endeudes por ayudarme! ¡Esto es ridículo! —exclamo en voz alta, probablemente demasiado alta.
 
Levanta su mano y lentamente pasa sus dedos por mi rostro.
 
—Tengo el dinero. Digamos que soy bueno ahorrando. ¿Déjame hacer esto? Me hace feliz verte feliz.
 
Aww, está bien eso es dulce.
 
—Bien —murmuro—. Pero voy a pagártelo todo de alguna manera.
 
—Bien, puedes ayudarme a limpiar mi apartamento.
 
—Ya voy a hacer eso. —Me quejo—. También necesito hacer algo más.
 
Peter frunce el ceño.
 
—No piensas que de verdad iba a hacerte limpiar mi apartamento por ayudarte con esa chica, ¿cierto?
 
—Bueno, iba hacerlo para mostrarte mi gratitud.
 
Niega con la cabeza.
 
—No espero que hagas nada por mi Mariana. —Luego Peter sonríe— . Soy el ardiente hada padrino haciéndolo todo pro-bono. Así que en lugar de varita mágica, tengo una cuenta bancaria.
 
—Prometimos siempre decirnos la verdad, ¿cierto? —pregunto vacilante. Peter asiente—. ¿Alguna vez has robado un banco?
 
—No. —Se ríe—. Nunca he violado la ley. Bueno, tal vez haya excedido la velocidad, pero, ¿quién no lo ha hecho?
 
Cruzando los brazos, pregunto—: ¿Y qué tan rápido ibas en tu auto?
 
—Eso lo dejaremos en el pasado —responde, mientras camina de vuelta hacia la cajera.

20 comentarios :

  1. Me encanta subí más plissss
    Laliter : D

    ATTE: Valeria : )

    ResponderEliminar
  2. más me encanta! besos Naara

    ResponderEliminar
  3. más más más más más más más

    ResponderEliminar
  4. maassss me encanta fijo peter es heredero o algo por el estilo para mi el siente algo por ella y ella también pero no quiere confundir las cosas massss

    ResponderEliminar
  5. dios tengo que estudiar soso no me puedo concentrar entro cada minuto al blog para ver sí subiste!

    ResponderEliminar
  6. Me estoy enamorando de este chico!!! Donde hay uno así!! Más me encanta!

    ResponderEliminar
  7. Quiero maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    Atte: LUDMI (:

    ResponderEliminar
  8. Me divertí un monton con este cap.

    ResponderEliminar