martes, 9 de julio de 2013

Capitulo 34

Capitulo 34

Mar

Puedo fácilmente caer en una rutina con Peter. Aunque, ¿cuán pronto es demasiado pronto? ¿Hay un libro de reglas que necesito seguir?

Peter y yo nunca compartimos un hogar. No fuimos juntos a la universidad y tuvimos la oportunidad de dormir en los dormitorios del otro. Estar aquí... es pacífico, compartiendo el mismo espacio que él. Casi como si las paredes disfrutaran en su presencia.
 
No me había ido desde Navidad. No discutimos si me quedaba. Solo me quedé. Supongo que eso me hace un poco como Pablo. Por las primeras noches él durmió en el sofá o en su estudio hasta que no pude resistirlo más. Finalmente encontré los nervios para empujarlo escaleras arriba conmigo y dentro de la cama. Él me sostuvo toda la noche, sus manos ni una vez alejándose de su lugar en mi cadera.

Estábamos aparentemente manteniendo las cosas platónicas incluso aunque sé que me quiere y yo a él.
 
Estoy temiendo el regreso a mi casa. La escuela comienza en unos cuantos días y mientras estas han sido unas agradables vacaciones, la realidad está empujándose de vuelta en mi vida. Atrapo a Peter y a Tacho discutiendo una posible mudanza a Beaumont. Sé que eso me haría feliz porque eso significa que Peter no está viajando de ida y vuelta todo el tiempo para trabajar. Y creo que Tacho tiene un flechazo por Eugenia. No hay duda que él tiene sus ojos en ella y mirándolo con las gemelas durante Navidad, tanto como odio decirlo, sé que Nico lo aprobaría.
 
Esta noche, Peter me prometió una noche llena de desenfreno. Él dice que nos hemos perdido demasiados Años Nuevos. Cuando le pregunté lo que la noche trae consigo, él solo sonrío y se alejó. Estaría mintiendo si dijera que no me estaba volviendo loca no saber sus planes.
 
Con Cris dentro del auto, el camino hacia casa de mis padres es estresante. Ellos no habían estado muy impresionados con el regreso de Peter, no es que pudiera culparlos. Porque de su relación con Cris, mis padres habían estado en las sombras. No es que no los quisiera alrededor, pero bajo las circunstancias pensé que es mejor dejar que Peter llegue a conocer a Cris sin mis padres amarrándolo a una estaca ardiente.
 
No puedo culpar a mis padres por sus sentimientos. Ellos fueron los únicos que tuvieron que recoger las piezas y cuidar de su hija adolescente embarazada. Mi mamá estuvo ahí, sosteniendo mi mano cuando tuve a Cris cuando debería haber sido Peter. Mis padres están resentidos, lo entiendo, pero la gente puede cambiar.
 
Esta sería la primera vez que veía a mis padres desde Acción de Gracias. Acababan de regresar de un crucero de vacaciones. Les dije de Pablo en un correo electrónico. No necesariamente la manera en que quería decirle a mis padres que mi novio de seis años se fue, pero tampoco quería que lo averiguaran a través de los chismes del pueblo.

Mi papá está esperándonos en el porche cuando estacionamos en el camino de entrada. Cris salta fuera del auto antes de que lo apague y corre a sus brazos. Si Cris no tuviera nueve diría que está emocionado de ver a sus abuelos, pero tengo la sensación de que es más acerca de la segunda Navidad que va a tener.
 
Cargo un brazo lleno de regalos dentro de la casa. Amo el olor de la casa de mis padres, el fresco pan horneado, pays y pasteles siempre saliendo del horno de mi madre le dan a su casa una bienvenida y la sensación de todo un hogar.
 
—Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo —digo mientras entro. Mis padres ya están sentados en el sofá escuchando a Cris parlotear acerca de todo lo que recibió por Navidad y de su nuevo amigo, Mateo.
 
Cada vez que menciona el nombre de Peter, mi papá me mira. Sabía que las cosas estarían un poco al borde, pero honestamente es mi vida y tomé la mejor decisión para mí y mi hijo. Debería ser respetada y no hecha para creer que he hecho algo mal.
 
Después de que hemos alcanzado, los regalos son entregados. Cris está enterrado bajo la montaña de regalos que mis padres le han dado.
 
—¿Puedo empezar? —pregunta. Mi papá ríe y le dice que empiece a desgarrar. No me gusta la Navidad de esta forma, es demasiado rápida y te pierdes lo que está siendo abierto. Mantengo mi pila de regalos, todos suéteres, faldas y bufandas, lo mismo de cada año, en el piso y miro a Cris.
 
—¡Oh, cool! Un auto a control remoto. A mi papá le va a encantar esto.
 
Mi papá gruñe y sale airado de la habitación. Me levanto y lo sigo a la cocina. Sus manos agarran el borde del mostrador mientras murmura para sí mismo.
 
—Papá —digo tocando su hombro. Él se levanta y me mira con tristeza en sus ojos—. Sé que estás molesto acerca de Peter, pero no puedo dejar que Cris te vea o escuche así. Él no conoce otra cosa que Peter siendo su papá. Él está tratando realmente duro en construir una relación con Cris y necesitamos apoyarlo. Sé que no te gusta, pero necesito que pongas una cara de juego para tu nieto.
 
—Él va a lastimarte, Mariana.
 
Sacudo mi cabeza.
 
—No lo hará, papá.
 
—Tú no…
 
—Lo hago, puedo sentirlo. Las cosas son diferentes. Él no sabía acerca de Cris. Deberías haber visto su cara cuando lo averiguó. Supe justo entonces que habría estado ahí, papi. Lo sé en mi corazón.
 
Tiro a mi papá en mis brazos y lo sostengo. Ha sido mi roca por largo tiempo. Sé que tiene miedo de que Peter vaya a correr por las colinas, pero tengo que confiar en mi corazón con esto.
 
El resto de la tarde va bien incluso aunque cada vez que Cris menciona a Peter, mi papá lucha con una mueca y pega algún tipo de sonrisa. No puedo imaginar cómo se siente. Él estuvo ahí cuando más lo necesité, pero ahora necesito a Peter.
 
Cris también necesita a Peter. Él necesita a su papá e incluso aunque tenía a Pablo, no puedo negar el instantáneo vínculo que Peter y Cris tienen. Era evidente la primera vez que los vi juntos. Cris sabía que Peter era su papá y lo trató como tal sin llamarlo. Sé que estaba tomando la decisión correcta.
 
Beso a Cris de buenas noches después de que comemos una temprana cena. Prometo recogerlo mañana en la tarde para nuestra fiesta anual de fútbol universitario en casa de Eugenia. Mis padres no me preguntan por mis planes para esta noche, pero estoy dejando a mi papá susurrarme que sea cuidadosa.
 
Conducir de vuelta a mi casa parece irreal. Cuando abro mi puerta, está frío y poco atractivo. Por primera vez miro a las paredes y pienso que están apagadas y en necesidad de un serio trabajo de pintura incluso aunque las acabo de pintar en la primavera. Todo se siente como si le faltara vida. Sé que si quiero estar con Peter, necesito mostrarle. Las palabras no van a ser suficiente no para él al menos. Él necesita sentirlo en su corazón que estoy comprometida con él. Quiere que nosotros seamos una familia y quiero eso también. No quiero pasar más noches más lejos de él.
 
He estado esperando desde que tenía quince para tener la oportunidad de despertar en sus brazos día tras día. Así que, ¿qué si tuvimos un obstáculo en el camino de diez años? La oportunidad está aquí ahora y necesito tomarla.
 
Tomo una rápida ducha, con cuidado de no conseguir mi cabello húmedo así puedo rizar las puntas. Esta noche he optado por un vestido de un hombro azul rey metálico. Eugenia y yo lo encontramos en una venta después de Navidad que era demasiada buena para pasar. Mis manos tiemblan mientras aplico mi maquillaje. Lo estropeo demasiadas veces para contar y tengo que volver a empezar. La última vez que estuve así de nerviosa fue mi primera cita con Peter. Por supuesto cualquier chica es un manojo de nervios cuando están yendo a su primer gran baile, pero era más para mí entonces y es lo mismo ahora.
 
Quiero que todo sea perfecto.
 
Lavo mi cara y comienzo otra vez, subiendo al mostrador porque apenas puedo estar de pie sin tener mis rodillas temblando. Me pongo mis auriculares y enciendo algo de música relajante. Con profundas respiraciones calmantes, me concentro en hacer mis ojos ahumados.
 
Me toma más de lo normal arreglar mi maquillaje y cabello. Coloco mi cabello a un lado, lejos del hombro que va a ser expuesto. Mis aretes de diamante en forma de lágrima están puestos y estoy lista para mi vestido. Que es lo que me digo a mí misma mientras me paro en frente de mi closet  mirándolo mientras se burla de mí. ¿Qué si no le gusta el vestido? ¿Qué si piensa que estoy tratando demasiado duro? Tal vez debería solo usar vaqueros y botas de vaquero. A él siempre le gustó ese look.

Pero eso era antes de que fuera a Hollywood y se convirtiera en famoso y tuviera mujeres: preciosas, hermosas mujeres lanzándosele. En vestidos mucho más cortos no menos. Sacudo mi cabeza para tratar y conseguir la imagen fuera y darme a mí misma una charla de motivación. No puedo pensar así porque si lo hago, sé que tendré los nervios destrozados para el tiempo que llegue a casa de Peter. Removiendo mi atuendo cuidadosamente del gancho, doy un paso dentro de él, oscilando hasta que pueda empujar mi brazo en la manga.
 
Doy un paso dentro de mis tacones con los dedos al descubierto y tomo una profunda respiración antes de mirar en el espejo. Estoy de pie ahí con mis ojos cerrados e imagino a Peter mirándome. En mi mente, él está sonriendo mientras sus ojos vagan sobre mi cuerpo. Él está recordando cómo me siento bajo su toque y como sus labios hacen a mi cuerpo cantar para él. Me empuja a él y me carga escaleras arriba, nuestra noche olvidada porque sabe que estoy lista.
 
Lista para él y nadie más.
 
Mis palmas sudan. Mi cuerpo está ruborizado. Abro mis ojos y miro a la mujer en el espejo. Mirando de vuelta está una chica que una vez conocí, una que brillaba y destellaba cada vez que estaba a punto de ir a ver a su novio. Esta chica luce feliz.
 
Trato de no acelerar mientras conduzco de regreso a casa de Peter. Estoy ansiosa y mi corazón está corriendo. Mis manos se deslizan repetidamente del volante. Mis pies pierden el acelerador demasiadas veces. Soy un peligro para la gente en el camino, pero no puedo apurarme. Mi mente está nublada con pensamientos de mí bajo Peter mientras me hace el amor. Necesito hacer que Peter me desee tan desesperadamente como yo lo deseo a él.
 
Peter está en la puerta antes de que pueda poner mi mano en el pomo. Trago duro cuando lo veo. Está vestido de pies a cabeza de negro. Las mangas de su camisa están enrolladas, mostrando los tatuajes en sus antebrazos.

Lamo mis labios en anticipación de ser capaz de trazar cada uno con mi boca. Él está usando un brazalete de cuero negro en su muñeca derecha y un reloj en la otra. Quiero sacar ambos para que así esté libre de cualquier obstáculo cuando finalmente consiga tocarlo. Sus ojos verdes están oscurecidos mientras me mira. Cuando lame sus labios, quedo débil en las rodillas y tengo que balancearme sosteniéndome en el marco de la puerta.
 
No sé si mi cita es con Vargas o Lanzani, pero pienso que esta noche me gustaría salir con Peter Vargas.

3 comentarios :

  1. Otroo massss porr favorr quierooo unoo masss!!

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  2. otro...otro...otro...otro... quiero saber q pasara en esa cita???

    INES

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