viernes, 5 de julio de 2013

Capitulo 26

Capitulo 26

Mar

Paso otra noche en el sofá, pero esta vez no duermo. Me quedo mirando al suelo, mis manos, la imagen de la ventana que Pablo instaló hace unos años —cualquier cosa para mantener mi mente alejada del completo desastre en lo que mi vida se había convertido y al hombre arriba en mi habitación inconsciente durmiendo su borrachera.

Cuando Peter me envió un mensaje anoche, quería llorar. No solo por mí, sino también por Pablo. A través de todo lo que había pasado, todo lo que yo había hecho mal nadie se había detenido a considerar sus sentimientos. Debí ponerlo primero. Él ha sido el que ha estado ahí desde el primer día, incluso antes de que empezáramos a salir él estuvo allí para Cris.
 
Y ahora está sufriendo debido a mí incapacidad para superar a Peter. Nunca pensé que Peter regresaría.

Pero él está aquí y me hace sentir cosas que no he sentido desde que dejé de pensar acerca de él. Quizá nunca verdaderamente deje de hacerlo. Quizá solo enmascare mis sentimientos. Amo a Pablo, pero no de la misma manera que amo a Peter. Peter fue mi primer todo, pero eso no es suficiente para renunciar a Pablo.
 
Cuando el café estuvo listo. Serví una taza y la coloqué en una bandeja con una tostada y tocineta. Él pocas veces está así, entonces no sé cómo maneja sus resacas, especialmente cuando tenemos que sentarnos con sus padres en unas horas.
 
Subo las escaleras cuidadosamente, empujo la puerta de nuestra habitación con mi pie. Él se encuentra acostado sobre su espalda, sus brazos extendidos. De haber estado yo en la cama me habría golpeado en el rostro. De pie allí, lo estudio, su cabello castaño desordenado. La colcha está sobre el suelo al pie de la cama, una sábana lo cubre de la cintura para abajo. Observo mientras su pecho definido se mueve arriba y abajo con su respiración. Estoy aliviada de que no haya vomitado en medio de la noche.
 
Coloco la bandeja en la mesita de noche, camino hacia la ventana y la abro para que entre aire fresco. Trepo hasta la cama cerca de él y no puedo evitar estirarme y tocarlo. Paso mis dedos por su pecho, trazando sus músculos. Se estremece un poco y aleja mi mano. Trato de reprimir una risa, pero sé que puede escucharme.
 
De repente, su brazo se envuelve alrededor de mi cintura y me empuja a través de su pecho, su otro brazo descansando en mi espalda. Él está despierto. Me sostiene mientras me acurruco más cerca.
 
—¿Cómo te sientes?
 
—Como si fuera a morir — responde con voz ronca. Tiene que toser un par de veces para aclarar su garganta.
 
—Tuviste una noche difícil.

Él no dice nada. Nos rueda para que estemos frente a frente. Sube el dobladillo de mi camisa como si fuera a perderse si no me sostiene.
 
—Bebí mucho anoche y tengo el sentimiento de que hice algo estúpido.
 
Asiento, no queriendo avergonzarlo. Él ya ha hecho bastante de sí mismo. Muevo su cabello lejos de su rostro, un rostro del que me enamoré hace años.
 
—Te hice algo para desayunar.
 
—¿Vas a decirme que hice?
 
Me encojo de hombros.
 
—No sé todo, solo un poco cuando llegue allí. Supongo que tú y Peter intercambiaron unas palabras porque él me escribió que estabas borracho y me dijo que te buscara.
 
Pablo cerró sus ojos y hundió su cabeza en mi pecho. Me empuja más cerca, necesitando la misma reconfirmación que yo, de que todo estará bien.
 
—Estoy intentándolo Mar. De verdad lo estoy. No sé qué me pasó anoche. Caminé hacia Ralph y todos estaban volviéndose locos por él y todo lo que podía pensar es como estoy perdiendo todo por este tipo que no lo merece. Empecé a beber y sé que le dije algo, pero no puedo recordarlo.
 
—No me voy a ningún lado, Pablo.
 
Después de desayunar, se ducha mientras Cris y yo lo esperamos a que baje. Estoy segura de que Peter no dirá nada sobre la pelea, especialmente enfrente de Cris, así que le digo a Pablo que no necesitamos mencionarlo más.
 
Está vestido con unos pantalones grises oscuros y una camisa blanca, su corbata colgando sin hacer cuando baja por las escaleras. Me encuentro con él al final de la escalera y la ato por él. Me empuja en un profundo abrazo hasta que Cris empieza a exclamarnos.

—Solo espera hasta que tengas tú novia —dice Pablo mientras me ayuda a ponerme mi abrigo.
 
—¡De ninguna manera! Las chicas tienen piojos y no entienden el fútbol.— Pablo sostiene su mano en alto para chocar los cinco. Y pongo los ojos en blanco. Mis chicos son incorregibles.
 
La cena de acción de gracias en casa de los padres de Pablo siempre es interesante. Mis padres se nos unen y es una gran festividad. Navidad es un evento mucho más pequeño. Mientras todos estamos sentados alrededor de la mesa, sosteniéndonos las manos por una oración, estoy agradecida de que mi familia está completa, al menos por hoy.
 
Después de la cena los hombres tienen la tarea de limpieza mientras las mujeres charlan sobre los anuncios del Viernes Negro para la excursión de compras mañana. No tengo ni idea de qué comprar para Cris y Pablo para navidad y estoy esperando ver algo que llame mi atención.
 
Pablo y yo hemos esquivado la charla sobre el matrimonio, incluso aunque hemos hablado sobre establecer una fecha después de las fiestas. Queremos pasar navidad sin la presión de las personas preguntando dónde nos vamos a casar.
 
Cris, Pablo, y los otros hombres se dirigen afuera para jugar fútbol. El clima está cambiando y sé que pronto nevará. Cris tiene un juego más antes de que la temporada haya terminado y Peter prometió estar allí.
 
Peter. No sé qué hacer con respecto a él. A veces deseo que él no hubiese regresado o hubiera visto a Cris ese día. Creo que las cosas serían mucho más fáciles, pero entonces Cris no habría conocido a su papá. Y creo que todo niño debería conocer a ambos padres y darles la oportunidad. Luz y Aleli apenas tendrán recuerdos de Nico cuando sean mayores. No quiero eso para Cris.

Los chichos regresan, con las mejillas sonrosadas y sucios. Pablo me besa, deslizando sus manos frías abajo de mi abrigo. Lo aparto, pero me sostiene fuerte.
 
—Te amo —dice él contra mis labios.
 
—También, te amo.
 
Él coloca mi cabello detrás de mí oreja.
 
—Quiero ir a donde Eugenia.
 
—¿Por qué? —pregunto. Peter está allí y no los quiero peleando, especialmente enfrente de Cris.
 
—Necesito pedirle disculpas a Peter. No quiero que lo de anoche pese sobre nuestras cabezas y creo que a Cris le gustaría verlo. Quizá podamos detenernos en casa y él puede empacar un bolso y quedarse con Peter esta noche. Darnos un poco de tiempo a solas.
 
—Me gustaría eso —digo antes de plantar mis labios sobre los de él.
 
Cris está más que feliz de quedarse con Peter esta noche. Cuando nos estamos estacionando en la entrada de Eugenia, Cris está fuera del auto antes de que Pablo haya terminado de acomodarse en el espacio. Pablo y yo caminamos de la mano hasta la casa de Eugenia. Cris ya está sentado con Peter, tratando de empujar lejos a Aleli. Eugenia está en la silla con Luz. Por un breve momento miro hacia Peter, tan cómodo en la casa de Eugenia y me pregunto si pudiera estar pasando algo entre ellos.
 
Ha sido ella la que lo ha hecho sentir bienvenido, abriéndole su casa, invitándolo para acción de gracias y ahora está acostado sobre el suelo, Aleli descansando sobre su estómago, como si fuera dueño del lugar.
 
Él se sienta cuando me ve observándolo, Pablo detrás de mí. Sé que estoy imaginando cosas, pero no puedo evitarlo. Mi mente está enloqueciendo con imágenes de ellos juntos. Eugenia cierra su libro y mueve a una dormida Luz para poder pararse y recibirnos.

—¿Qué ocurre? —dice ella, bostezando.
 
—Pensamos que a Peter le gustaría ver a Cris —digo, mirando a Peter—. Pero si están ocupados…
 
—No creo que ver TV constituya estar ocupados, Mar. Me alegra que Cris este aquí —me dice Peter. La manera en que me está mirando dice que sabe lo que estoy pensando. Hemos pasado por el camino de los celos antes y acaba de crecer unos muy feos sobre mi cabeza otra vez.
 
—Siéntanse como es su casa. Haré un poco de café. — Peter se pone de pie y ayuda a Eugenia con Luz. Mis ojos lo siguen por el pasillo mientras la lleva a su cama. Aparentemente también las pone en su cama.
 
—Lanzani —dice Pablo cuando Peter camina de regreso a la sala—. Vayamos afuera para hablar. —Peter no dice nada solo asiente y camina afuera por la puerta que guía a la entrada. Pablo me besa en la mejilla y promete ser bueno.
 
—Sé que quieres escuchar —dice Eugenia cuando me extiende una taza de café. Me hace señas para que la siga a la cocina.
 
—¿A dónde van? —pregunta Cris antes de que yo deje la habitación.
 
—Solo a hablar. —Y me giro de regreso a Eugenia.
 
—¿Qué está pasando contigo? —pregunta ella tomando un trago de su taza.
 
—Nada, solo me tomó desprevenida por cuan natural lucía todo cuando entré, eso es todo. Supongo que no esperé que siguieras adelante tan pronto.
 
Eugenia escupe café de su boca, arruinando su camisa blanca.
 
—¿Estás bromeando, Mar? Crees que Peter y yo… oh, Dios ni siquiera puedo decirlo. Acabo de enterrar a mi esposo. No tengo intención de buscar algo con nadie. Peter está aquí porque no quería que estuviera solo en acción de gracias y Aleli quería a alguien para ver el fútbol.

—Solo pensé…
 
—Pensaste mal. Él solo estuvo de acuerdo porque le daba a Cris un lugar para venir hasta que pueda comprar una casa. — Eugenia se movió hasta el fregadero para limpiarse—. En caso de que no lo sepas, ese hombre todavía está loco por ti.
 
—Sé que lo está —murmuré. Soy tan estúpida por pensar que Eugenia empezaría algo con él.
 
Eugenia limpia sus manos en la toalla y se inclina contra la encimera.
 
—¿Qué demonios estás haciendo Mar?
 
Miro a Eugenia y de regreso a la puerta antes de mirarla otra vez. Lágrimas llenan mis ojos. Escondo mi rostro y me dejo caer en sus brazos.

8 comentarios :

  1. Eres lo mas gracias por subir, pero subí unito mas dale.....!!!!!siiiiii :)

    ResponderEliminar
  2. Siiiii yo apoyo esa moción otro cap. mas por favor por favor no seas así por fis por fis.....
    Patty

    ResponderEliminar
  3. Otrooooooooooo, me encanta! Besoo

    Arii

    ResponderEliminar
  4. Vos vas a hacer maratón tb......??????? dale di que si...........
    Maru

    ResponderEliminar