viernes, 19 de julio de 2013

Capitulo 16

Capitulo 16

La fila se movió rápidamente, mucho más rápido de lo que a Peter le gustaba. Lali había dejado su mano en la suya y Peter podía pasar toda la noche sosteniéndola. En su silencio, él estaba completamente enfocado en la sensación de su pequeña mano en la suya: lo tibia que estaba, lo suave que era, cómo la electricidad parecía brincar y subir por su brazo, incluso con un contacto inocente.

Él se ofreció a sostener el oso polar. Ella no dejó que lo tocara. Ambos se rieron.
 
El resto del tiempo, Peter miró a Lali por el rabillo del ojo. Él miró alrededor ocasionalmente para ver lo que ella estaba viendo, pero la mayor parte, no podía dejar de verla. Ella miraba a la gente alrededor. Parecía curiosa y fascinada. Al mismo tiempo un bonche de fans carnavalescos bajaron de la rueda de la fortuna, y ella sonrió con lo que parecía anticipación y apretó su mano emocionada. Su corazón latía más fuerte cada vez que lo hacía.
 
Cuando fue su turno, Peter tomó el oso polar y la ayudó a subir al pequeño carro. Se sentó junto a ella, situando al animal en el otro lado.
 
—¿Estás lista? —preguntó, sabiendo cuál sería la respuesta. Ella casi zumbaba de la emoción.
 
Lali lo miró a los ojos. Levantó su mirada hacia él antes de que asintiera y sonriera. Por un momento, Peter se preguntó si ella estaba lista para algo más, algo como él, pero ella rápidamente se giró y el momento se fue. Él no estaba completamente seguro de si se lo había imaginado sólo porque lo deseaba tanto, la quería tanto.
 
Cuando las ruedas empezaron a girar y hacían su camino a la cima, después de detener su rutina para que los nuevos pasajeros reemplazaran los viejos, Peter se sentó a mirar a Lali. Ella estaba inclinada hacia adelante, mirando al suelo. El viento levantaba su cabello y esparcía su deliciosa esencia por todo el rostro de él. Cuando él se sentó también, el carro se tambaleó, meciéndose amenazadoramente.
 
Con un gritito, Lali se inclinó hacia atrás, aplastándose contra el carro. Sus ojos estaban muy abiertos cuando se giró hacia Peter. Él se dio cuenta de que la había asustado.
 
—Lo siento. No lo hice a propósito.
 
Lentamente, los labios de Lali se convirtieron en una sonrisa.
 
—Hazlo de nuevo —dijo ella, cuidadosamente inclinándose hacia adelante una vez más.
 
Sonriéndole a su valentía, Peter se inclinó rápidamente hacia atrás, y luego adelante, haciendo que su carro de nuevo se meciera. Lali medio gritó, medio se rió, claramente emocionada. Peter sintió el sonido en su pecho como un organismo vivo.
 
Cuando la rueda de la fortuna había subido a todos sus pasajeros, empezó un suave movimiento circular, levantándolos del suelo y luego bajándolos. Lali se inclinó hacia adelante y miró a todo, se dio cuenta de todo. Peter estaba sentado hacia atrás, su brazo cruzaba el asiento detrás de ella, e ignoró todo para ver sólo a Lali.
 
Ella le preguntó cosas ocasionalmente, pero de otra manera permaneció callada mientras asimilaba todo. Peter estaba hipnotizado por ella, un estado en el que se encontraba más y más seguido. Cuando el Ferris los llevó en su tercer ascenso, Lali se inclinó atrás en su asiento, su cuerpo encajaba en el hueco de sus brazos como si estuvieran diseñados para hacer eso. Peter acalló la urgencia de envolver su brazo alrededor de ella y jalarla más cerca. Él retuvo su respiración cuando ella suspiró e inclinó su cabeza contra su hombro, mirando hacia el claro cielo nocturno.
 
—Nunca he visto una noche más hermosa —dijo ella.
 
Peter tuvo que trabajar duro en alejar sus ojos de Lali, pero lo hizo, mirando arriba a lo que la había impresionado tanto.

Al principio, la noche parecía exactamente igual como lo hacía cualquier otra noche: oscura con estrellas, como él se había imaginado la noche en cualquier parte del mundo. Antes de que regresara su atención a Lali, él trató de ver la vista tan ampliamente como ella la miraba, ver lo que ella estaba viendo. Fue entonces cuando Peter se dio cuenta que el cielo no sólo estaba oscuro; era el color del terciopelo azul oscuro, rico y lujoso. Las estrellas brillaban como muchos diamantes brillantes y la luna perfectamente redonda colgaba en medio como un medallón brillante plateado. Era la misma noche que había visto toda su vida, pero esta noche quitaba la respiración.
 
Cuando Peter finalmente miró de nuevo a Lali, ella estaba viéndolo esta vez. Sus ojos brillaban más que la luna y una dulce sonrisa adornaba sus labios.
 
Peter abrió su boca para hablar, pero no salieron las palabras. Él estaba impresionado de ella: su belleza, su visión y su increíble alma.
 
Él nunca había experimentado anteriormente a otra persona. Pero él experimentaba Lali. Sentía como si su presencia fueran dedos transparentes que lo envolvían de calor, envolviéndose alrededor de su corazón como un capullo. Él sabía que nunca sería lo mismo sin ella.
 
El cabello de ella estaba contra su camisa y ella asintió.
 
—Lo sé —dijo ella enigmáticamente.
 
Peter sabía que ella probablemente se estaba refiriendo al cielo (como ¡Lo sé, es lindo!) pero él no podía evitar preguntarse si él tenía el corazón en la mano y ella sabía lo que él estaba pensando. Incluso si ese era el caso, no podía evitarlo, no podía evitar lo que él estaba sintiendo. Sabía que su vida nunca estaría completa, que incluso nunca se sentiría de nuevo completo si tenía que vivir sin Lali.
 
Ella giró su rostro hacia el cielo y la mente de Peter daba vueltas mientras la rueda de la fortuna iba hacia el suelo.

¿Cómo puedo sentirme así por alguien que acabo de conocer? Esto no puede ser real. Estoy en la preparatoria, ¡por el amor de Dios! Además, no tengo lugar para ella. Ella no encaja en mi vida, en mi futuro.
 
Pero incluso cuando los pensamientos pasaban por su cabeza, Peter sabía que nada importaba. Lo sentía muy profundo. Lali era un cambio. Ella era su cambio.
 
Varios minutos después, Peter estaba callado moviendo la barra de metal que lo sostenía con seguridad en el carro y ayudó a Lali a llegar al suelo. Ella parecía más pacífica en contraste con el tumultuoso mar de emociones que corría dentro de él. Peter se encontró arrastrado a él, arrastrado a ella, al igual que la primera vez que la vio en el parque hace varios meses. Había un brillo dentro de Lali que compartía su luz en los rincones oscuros del alma de Peter, que iluminaba el pálido futuro que su padre le había planeado.
 
Peter reconoció lo que ella le hacía sentir. Esperanza. Lali le daba esperanza.
 
—Ahí estás. —Escuchó Peter decir una voz profunda a su izquierda mientras él y Lali caminaban lentamente para alejarse de la rueda de la fortuna. Él probablemente no lo hubiera pensado una vez más, creyendo que el chico le hablaba a alguien más, si no hubiera sido por el hecho de que Lali se detuvo. Cuando él se giró para verla, ella estaba congelada.
 
—¿Qué pasa? —preguntó Peter. Cuando ella no respondió, él siguió con sus ojos al chico que estaba parado a unos cuantos metros de donde ellos estaban. Él estaba sonriendo y a Peter le cayó mal instantáneamente.
 
—¿Benjamin?
 
—¡Hola bebé! —dijo él familiarmente, abriendo los brazos como si ella fuera a correr directo a ellos.
 
El corazón de Peter cayó a sus pies cuando Lali dejó su lado y caminó directamente al abrazo de Benjamin. No le pasó desapercibido a Peter que ella no corrió o que ella parecía rígida a su lado. No alivió el dolor en el pecho cuando ella se alejó rápido. Él solo miró al chico más perfecto del mundo: Alto y rubio sonreírle a la chica más perfecta del mundo, a la chica de la que Peter estaba seguro que se había enamorado.
 
—¿Qué estás haciendo aquí?
 
—Tu mamá dijo que habías venido al carnaval con un amigo de la escuela a tomar algunas fotos —dijo Benjamin, llevando un mechón de cabello de Lali detrás de su oreja. El corazón de Peter se apretó por la intimidad del gesto.
 
—No, me refiero a, ¿qué estás haciendo aquí, en Middleton?
 
La sonrisa de Benjamin se amplió.
 
—Decidí ir a la Universidad de Florida para poder estar más cerca de ti.
 
Incluso cuando él sentía que era un intruso en una íntima reunión, Peter no podía moverse. Se sentía como si estuviera parado en la bahía viendo que su más grande tesoro era arrebatado por el mar. Y no había nada que pudiera hacer para detenerlo.
 
—Pero dijiste…
 
—Sé lo que dije, bebé —interrumpió Benjamin, frotando sus manos arriba y abajo por los brazos de Lali—. Pero estaba equivocado. Te extraño. Quiero estar contigo.
 
El corazón de Peter dejó de latir por un segundo cuando Lali volvió su cabeza y lo miró por encima de su hombro. Fue entonces cuando Benjamin lo reconoció, casi como si Peter ni siquiera hubiera sido registrado como un bache en el radar hasta ese mismo momento.
 
—Éste debe ser tu amigo —dijo Benjamin, extendiendo su mano hacia Peter y parándose hacia adelante mientras ponía su otro brazo casualmente (y posesivamente, pensó Peter) alrededor de los hombros de Lali—. Benjamin Amadeo. Un placer conocerte, hombre.
 
Con una sonrisa que sabía que estaba apretada y forzada, Peter deslizó su mano en la del otro chico y la sacudió brevemente.

—Peter Lanzani —dijo él abruptamente, dando un paso atrás y cruzando sus brazos sobre su pecho. Peter sabía que la postura probablemente parecía confrontativa, pero no le importaba. A él no le importaba lo que este Benjamin pensara de él; él solo quería irse con Lali.
 
—Así que eres uno de esos artistas como Lali, ¿verdad? ¿También estás en Fotografía?
 
El tono condescendiente de Benjamin no le pasó desapercibido a Peter, y él soltó:
 
—Sip.
 
Benjamin frunció el ceño mientras miraba de Peter a Lali una y otra vez.
 
—¿Dónde está tu cámara?
 
Peter miró a su pecho, que estaba libre de la cámara que debería estar colgando ahí de su cordón negro. Miró a Lali y ella estaba haciendo lo mismo. Cuando sus ojos se encontraron con los de ella, ellos brillaban con travesura. Él sabía que su risa saldría de sus labios. Cuando finalmente lo hizo, cayó sobre él como una marea tibia, y él también se rió.
 
—Ups —fue todo lo que ella dijo, su sonrisa dejaba saber que la intimidad dentro de su broma, lo que habían compartido no estaba solo en su cabeza. Ella también lo disfrutó, y ella no se había dado cuenta que habían dejado sus cámaras en el carro de Peter.
 
Peter nunca olvidaría ese momento. Era el momento cuando se dio cuenta que lucharía a muerte por ella.
 
Desafortunadamente, su euforia vivió poco. El oportunista que Peter sospechaba que era Benjamin brincó para tener una oportunidad de tener a Lali sola.
 
—Bueno, como ambos olvidaron sus cámaras, no te molesta que lleve a Lali a casa ahora, ¿verdad?
 
Para Peter, la sonrisa de Benjamin parecía una mueca y como la de un tiburón, pero era un poco lo que se podía hacer para alejarlo. Él no podía discutir con su lógica sin admitir algunos de los sentimientos más que amistosos hacia Lali. Y él no podía hacerlo hasta que tuviera más tiempo con ella, tiempo para convencerla de que ellos debían estar juntos. Así que Peter hizo lo que él podía hacer… darse por vencido con elegancia. Por el momento.
 
—Cualquier cosa que Lali quiera hacer está bien para mí.
 
Peter pensó que él podía ver culpa en el rostro de Lali, pero no podía estar seguro. Si solo fue un flash, rápidamente fue transformado en serenidad. Ella también parecía como si quisiera decir algo, pero Peter de nuevo se preguntó si solo se lo imaginó porque quería verlo.
 
Finalmente, después de unos tensos segundos, los labios de Lali se curvearon y asintió, primero a Peter y luego a Benjamin. Él sonrió como el gato que comió al canario. Peter esperaba que se atragantara con las plumas.
 
—Estoy estacionado por aquí —dijo Benjamin, apuntando a la dirección opuesta de donde Peter estaba estacionado. Él movió su cabeza cortantemente hacía Peter—. Nos vemos por ahí, hombre.
 
Peter asintió una vez y miró mientras Benjamin guiaba a Lali lejos de él.
 
—Nos vemos mañana, Peter —prometió Lali, sonriendo tímidamente hacia él—. Gracias por traerme esta noche. —Sus ojos parecían gritarle que ella se refería a mucho más, pero esa sólo era una cosa más de la que Peter no podía estar seguro que no se estuviese imaginando.
 
Ellos sólo habían caminado unos metros cuando Lali volteó a mirar a Peter y volvió a sonreír. Su corazón se rompió y derritió al mismo tiempo, dejándolo sintiéndose insatisfecho y… perdido. Se quedó mirándolos irse hasta que se perdieron de vista.

11 comentarios :

  1. wtf diosssssssssssssssssssss tuvo bueno pero pore peter...yo en la rueda de la fortuna le hubiese comido la boca de un besoooooooooooooooooooo

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  2. Que tierno luchara por ella :'). Seguila!!

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  3. Dios mio, escribis tan bien!
    casi muero de ansiedad por cada capitulo

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  4. Nooo ya sabia yo qe era todo lindo! Beso :)

    Arii

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  5. ayyyy mas noveeeeeee pobre Peter!

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  6. Estoy ansiosa por la maratónnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :) :)
    Patty

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  7. MARATONNNNNNNNNNNNNNNN

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  8. siiiiiiiiiiiii, estoy esperando el maraton

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