viernes, 12 de julio de 2013

Capitulo 2

Capitulo 2

 5 Meses Despues

Por primera vez desde que tenía memoria, Peter estaba realmente ansioso por llegar a clases. Normalmente, perdía el tiempo tanto como podía, empujando su llegada a los límites de lo que sus profesores tolerarían. Hace muchos años había aprendido que ser el quarterback estrella tenía sus ventajas.

En el día de hoy, sin embargo, Peter prácticamente estaba empujando a las personas para que salieran de su camino para llegar al laboratorio de Química. Realmente lo que menos le importaba era llegar tarde; sólo quería que hubiera una razón para que Mery se callara.
 
Durante más de una semana, ella había hablado incesantemente sobre su cumpleaños, dando indicios de lo que quería. Sólo un completo idiota fallaría en ver que quería un collar mariposa. Su obsesión con eso había empezado a destruirle la paciencia luego de una hora. Y eso había sido hace solamente una semana. Le estaba destrozando la paciencia, y él era un sujeto increíblemente paciente.
 
Luchando a través de la puerta para conseguir asiento, Peter le prestó poca atención a la diminuta morena parada en frente del salón hablando con la Sra. Goodman. Sólo quería agachar la cabeza por un minuto o dos antes de que la clase empezara. Mery le había dado los principios de un dolor de cabeza.
 
Cuando el timbre sonó, Peter levantó e inclinó la cabeza para recuperar su libro de Química de su mochila. Cuando se enderezó, sus ojos chocaron con los curiosos ojos marron de la chica sentada junto a él.
 
Peter estaba sorprendido. Mientras veía sus delicados rasgos, todo parecía familiar salvo por el cabello de color marrón oscuro largo hasta el hombro. Cuando esta chica lo había hipnotizado antes, ella había estado calva. Sin embargo, Peter la reconoció. Reconocería esos ojos en cualquier parte.
 
Las esquinas de su boca se curvaron en una sonrisa serena. Por alguna razón, la imagen de un ángel se le vino a la cabeza. Peter estaba seguro de que si alguna vez llegaba a ver la sonrisa de un ángel, así es como se vería.
 
Y cómo se sentiría. Estar cerca del sol no podía haberlo hecho sentir más cálido.
 
De repente, Peter se vio obligado más allá de la razón a averiguar quién era la chica. No sabía por qué importaba tanto. Simplemente sabía que lo hacía.
 
Le correspondió la sonrisa, pero antes de que pudiera hablar, una voz mordaz interrumpió el momento.
 
—Miras mucho. —Zumbó la voz de Mery desde el asiento en frente de él. Por el rabillo del ojo, pudo ver que ella había girado su cabeza para fulminar con la mirada a la chica nueva.
 
Peter se estremeció interiormente a la vez que la sangre se apresuraba a sus mejillas. Estaba seguro de que se había ruborizado dos veces en su vida. Y ambas veces habían sido frente a esta chica y se debieron a Mery.
 
—Sólo ignórala —dijo él bruscamente, poniendo sus ojos verdes en blanco.
 
La chica nueva volvió a sonreír, primero a Peter y luego, sorprendentemente, a Mery. Cuando Mery resopló y se dio la vuelta malhumoradamente hacia el frente de la sala, la chica volvió a mirar a Peter y le guiñó un ojo.
 
Para consternación de Peter, la Sra. Goodman escogió precisamente ese momento para empezar la clase. Peter habría dado lo que fuera para hablar con la chica nueva unos pocos minutos más.
 
—Antes que empezáramos, me gustaría que todos ustedes le den la bienvenida a nuestra nueva estudiante. Su nombre es Lali Esposito y ha llegado desde Dakota del norte. Bienvenida, Lali.

—Lali —dijo Peter en voz alta. Realmente no había querido. Simplemente se le escapó. Pero consiguió que ella se girara en su dirección otra vez, así que supuso que valió la pena la vergüenza—. Fantástico nombre —dijo casualmente, intentando parecer que no pasaba nada.
 
—¿Qué clase de nombre es Lali? —murmuró Mery delante de él.
 
Lali no respondió, o siquiera la reconoció de algún modo distinto que sonreír otra vez. Sus labios se curvaron pacíficamente, como si estuviera completamente tranquila por la actitud de Mery.
 
A lo largo del resto de la clase, Peter robó numerosas miradas en dirección a Lali. No estaba seguro de por qué la encontraba tan fascinante, pero así era. Sólo aumentaba su curiosidad que ella no le prestara atención a nada.
 
En un momento dado, Lali pareció perder el interés en lo que la Sra. Goodman estaba diciendo. La vio girarse hacia la ventana y ver hacia el día soleado, ausentemente golpeando su lapicera contra su mejilla. Se encontró preguntándose lo que estaba pensando y si estaba sonriendo. Se imaginó que lo estaba. Siempre parecía estar sonriendo.
 
Al final de la clase, Peter se tomó deliberadamente su tiempo para recoger sus cosas. Estaba esperando secretamente que Mery se frustrara y fuera por delante de él para poder tener un par de minutos con Lali. Pero ella no lo hizo. De hecho, Mery rápidamente hizo lo imposible para quedarse con él una vez que comenzó a enemistarse con ella.  

—¿Puedes creer lo de esa chica, mirándote fijamente de esa manera? O sea, vamos. ¿Tan grosera?
 
Al menos estaba fingiendo mantener la voz baja. Ella estaba susurrando en voz alta, en lo que Peter supo que era un intento por intentar transmitir su punto sin parecer demasiado venenosa. Peter estaba bastante seguro de que Lali podía escucharla, aunque no mostrara ningún signo visible. Parecía agradable y fresca como una lechuga.

Con un suspiro tan fuerte que pareció un gruñido, Peter colgó su bolso sobre su hombro y salió del laboratorio de Química por delante de Mery. Pudo escuchar el claqueteo de sus zapatos mientras intentaba alcanzarlo.
 
—¿Cuál es tu problema? —gritó detrás de él una vez que estuvieron en el pasillo. 

Cuando Peter no redujo la velocidad ni la reconoció, Mery se lanzó hacia delante, agarrando su brazo.
 
—¡Oye! ¿Cuál es tu problema?
 
Cuando Peter se dio la vuelta y vio su expresión, el enojo lo atravesó.
 
—¡Eres tan grosera y desagradable! A veces no entiendo por qué sigo contigo.
 
Inmediatamente, se arrepintió de sus palabras. A pesar de que eran ciertas, no tenía la intención de herir sus sentimientos, lo que supo que había hecho cuando sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.
 
—Lo siento —dijo ella en voz baja, parpadeando sus gruesas pestañas para detener el derramamiento de lágrimas—. Ella no hizo nada malo. Sé que estaba siendo agradable, pero no puedo evitar sentir…
 
Dejó la frase inconclusa, sorbiendo lágrimas de manera lamentable, trabajando en el único ángulo seguro para conseguir que Peter se calmara: La culpa.
 
—¿Sientes qué?
 
—Siento que te estoy perdiendo —terminó, bajando sus ojos—. Estuviste distraído todo el verano. Esperaba que eso cambiara una vez que empezáramos nuestro último año, pero no ha sucedido.
 
Peter suspiró, pasando sus dedos a través de su corto cabello marrón con frustración.
 
—No me estás perdiendo, sólo… —Peter se detuvo, sintiendo una fuerte puñalada en la zona de su conciencia por mentir. Se consoló con el pensamiento de que ella realmente no lo estaba perdiendo; él ya se había ido. Era solo cuestión de tiempo que lo supiera—. Estoy intentando enfocarme en el fútbol, eso es todo. Sabes lo importante que es este año para mí. Papá está intentando que los exploradores salgan y me noten, y tengo que mantener mi cabeza en el juego. Lamento parecer distante.
 
Mery agarró su mano, pasando sus dedos entre los de él a medida que hablaba:
 
—Estaría devastada si algo nos pasara. Te amo. Lo sabes.
 
—Lo sé —dijo Peter, tirando sus dedos de los de ella para envolver su brazo alrededor de su cuello y arrastrándola. Por alguna razón, no quería que Lali saliera de clases y los viera allí parados—. Tenemos que movernos o llegaremos tarde.
 
—¿Desde cuándo ése es un problema para ti? —preguntó ella, alzando la mirada para mirar su cara como si el sol saliera y se pusiera bajo sus órdenes.
 
—Buen punto —bromeó Peter mientras doblaban la esquina para dirigirse a sus casilleros.

***

El almuerzo siempre era una producción en Seminole Senior High, al menos si comías en el tercer grupo con los miembros del equipo de fútbol. Había un grupo de chicos alborotadores que servían como entretenimiento para todos, y cada uno parecía estar sentado cerca de ellos. Siendo el quarterback, Peter parecía siempre ser el centro de todo, incluyendo a Charlie y Robert, dos de los más alborotadores.
 
Todos en la mesa de Peter habían terminado de comer y se habían congregado afuera en el césped. En este momento, todos estaban parados en un círculo flojo mirando las repugnantes travesuras de Charlie y Robert. Estaban escupiendo en el aire y atrapándolos a medida que caían. Aunque era más o menos divertido, seguía haciendo agua la boca de Peter ver el limo bajar por sus barbillas cuando casi fallaban.
 
La multitud los estaba animando entre ataques de risa y gemidos de repugnancia. Un par de chicas que pasaban justo detrás de Charlie y uno de ellos le llamó la atención.
 
Usando su dulce sonrisa distintiva, Lali estaba bajando la pendiente del césped con una chica que reconoció, pero no conocía. Estaba bastante seguro de que era una de las estudiantes de Arte, del tipo que no se involucraba en deportes o fiestas, las que no eran de las actividades en las que la multitud de Peter a menudo se veía envuelta. La única atención que él le prestó fue notar que estaba caminando con Lali. Más allá de eso, ella fue inmediatamente olvidada.
 
El par caminó en la luz del sol. La luz dorada centelleaba sobre el cabello de Lali, destacando el tono castaño y las leves ondas que no había notado antes. Había visto una buena cantidad de las revistas de Mery para saber que las chicas matarían por un cabello como el de Lali. Era espeso y rico, muy alejado de la cabeza calva que había visto antes.
 
—¡Mierda, qué buena!
 
El explicativo atrajo la atención de Peter de vuelta hacia Pablo, cuya cabeza estaba dada vuelta mirando también a Lali.
 
—¿Qué? —preguntó Peter, ya sintiéndose defensivo por la respuesta probable que iba a recibir.
 
—¿Quién es ésa?
 
Aunque no tenía ningún sentido, Peter quiso golpear a su mejor amigo en la boca. Un notorio mujeriego, Pablo tenía la reputación de perseguir cualquier cosa en falda, y, aunque era un chico agradable en el fondo, Peter tuvo un gran problema con la manera en que estaba mirando a Lali.
 
—Es nueva. Nadie que te interese —contestó Peter, intentando sonar casual a pesar de su ira punzando.
 
—¿Por qué no, Peter? Ella sería perfecta para Pablo. —Se metió Mery, haciendo que Peter apretara los dientes con frustración—. A él le gustan las flacas. Mira, Pablo —dijo ella, abordando al mejor amigo de Peter—, parece como un muchachito de doce años. ¡Perfecto!
 
—No, no se ve así —discutió Peter un poco bruscamente.
 
—¡Sí, lo hace! Mírala. Es recta como un palo y no tiene pechos.
 
—Sólo es delgada. Y sus ropas están flojas.

—Eso no es “sólo delgada”, Peter.
 
—Me gusta su cuerpo —interrumpió Pablo.
 
—Te gustaría —se burló Mery.
 
—Sabes que me gustan de cualquier manera en que pueda conseguirlas, ¿o no, Mery? —El comentario de Pablo calmó efectivamente a Mery, su boca cerrándose con un chasquido de sus dientes. Ella y Pablo tenían una historia, y él sabía cómo empujar sus botones.
 
—No creo que sea tu tipo de todas maneras, Pablo —dijo Peter.
 
—Cualquier chica es mi tipo.
 
—Cualquier chica, excepto las chicas buenas. —Mery se sintió ofendida por el comentario de Peter, resoplando y golpeando su brazo en un ataque de resentimiento—. Sabes que no me refería a ti —aclaró Peter, rodando los ojos.
 
—¿Cómo sabes que es una chica buena de todos modos? —preguntó Mery—. Ni siquiera la conoces.
 
Peter no tenía una respuesta a eso. Mery tenía razón; no conocía a Lali. No realmente. Pero, de alguna manera, sentía como si la conociera. Y ciertamente quería conocerla.
 
Buscando cualquier excusa para cambiar de tema y desviar la atención de Lali, Peter se puso su sonrisa más traviesa y bromeó con Pablo.
 
—Mejor aclaras los pensamientos de tu cabeza, Pablo. Tienes las manos llenas, ¿recuerdas? ¿No se supone que era Sol a quien pillarías en una semana? ¿Y cuánto ha pasado hasta ahora? ¿Seis?
 
Dos chicos en el círculo se lanzaron a acosar juguetonamente a Pablo, desviando efectivamente la atención lejos de Lali. De todos, excepto la de Peter, claro. No pudo dejar que sus ojos se desviaran hacia el sol, para buscar su cabeza oscura.

7 comentarios :