viernes, 12 de julio de 2013

Capitulo 3

Capitulo 3

Dos chicos en el círculo se lanzaron a acosar juguetonamente a Pablo, desviando efectivamente la atención lejos de Lali. De todos, excepto la de Peter, claro. No pudo dejar que sus ojos se desviaran hacia el sol, para buscar su cabeza oscura.

Un fuerte golpe en sus costillas atrajo su atención a la chica a su lado. Cuando se volvió a mirar a Mery, ella lo estaba mirando cuidadosamente, frunciendo el ceño. Aunque veía cierta preocupación en sus ojos, lo que mayormente vio fue ira.
 
El sexto período, el último del día y el favorito de Peter, era fotografía. Todos los de último año que tomaban cualquier tipo de arte electiva la tenían como su última clase del día. La mayoría lo veía como un período para holgazanear y relajarse. Peter lo veía como la única hora en que podía seguir su pasión.
 
Caminando hacia la clase, Peter colocó el bolso de la cámara en el suelo al lado de su escritorio y se deslizó en la silla. Él ya estaba imaginando los dos futuros trabajos más importantes del primer semestre: Naturaleza y personas. Peter esperaba un día hacer de su vida un fotógrafo de deportes. No es que nadie en el mundo supiera o le importara si lo hiciera. Su padre y Mery querían que él fuera un jugador de fútbol profesional. Su madre quería que el fuera un dentista como su padre, aunque ella estuvo de acuerdo con lo del fútbol por miedo. Todos sus amigos pensaban que cualquier tipo de arte era para endebles, así que Peter mantenía su amor por la fotografía para el mismo.
 
Él estaba mirando soñadoramente fuera de la ventana, pensando en lo que le gustaría fotografiar primero, cuando una voz como el terciopelo le hizo alzar la cabeza hacia adelante enfrente del salón. Su corazón se disparó cuando la vio. No podía detener la sonrisa tonta que curveaba sus labios cuando ella se giró y lo vio. Ella regresó su sonrisa con una propia. Hacía sudar sus palmas. Peter la observó mientras hacía su camino a través de los escritorios hasta el único asiento vacío en el salón —el que se encontraba detrás de él muy al final de la clase.
 
Peter le dio un minuto a Lali para que se acomodara antes de girarse y hablarle. Su corazón martillaba mientras pensaba en que le diría. Nunca en su vida había estado nervioso por hablarle a una chica.
 
No estoy realmente nervioso en sí, se dijo a sí mismo. Pero lo estaba. Por primera vez, que pudiera recordar, en realidad le importaba lo que una chica pensara de él, en realidad quería dar una buena impresión. Normalmente, ellas lo buscaban a para salir. Ni siquiera tenía que intentarlo. En absoluto. Incluso aunque hubiera estado saliendo cerca de cuatro años con Mery, nunca tuvo escasez de atención femenina. Aparentemente a las chicas no les importaba ya sea que estuviera tomado o no. Sólo lo querían. Punto.
 
Finalmente, aclarando su garganta, Peter giró en su asiento, colgando su brazo casualmente sobre la esquina del escritorio de Lali.
 
—Lali, ¿cierto?
 
¡Idiota! Pensó Peter. Ella sabe que tú conoces su nombre. Ahora acabas de sonar como un paciente mental.
 
—Sí —dijo ella, sus labios curvándose en esa angelical sonrisa—. No recuerdo tu nombre.
 
—Peter —respondió, extendiendo su mano y ofreciéndole un apretón de manos—. Peter Lanzani.
 
Lali miró hacia la mano de Peter y su sonrisa se amplió. Podía patearse a sí mismo.
 
¡Amigo! ¿Le estás ofreciendo un apretón de manos? ¿Le estás ofreciendo a una chica un apretón de manos?
 
Sin embargo, era muy tarde para anular el gesto, así que Peter mantuvo su posición, rezando porque ella no pensara que era un completo imbécil y corriera tan rápido como pudiese en la dirección opuesta. Lentamente, para el alivio de Peter, ella deslizó sus dedos dentro de sus manos y dio un apretón sorprendentemente firme.
 
La piel era fría y tan suave como nada que hubiese sentido antes. Peter se preguntó distraídamente si su mejilla se sentía de la misma manera. Él imaginó que lo hacía.
 
—Mucho gusto en conocerte, Peter.
 
Ellos sacudieron la mano, sonriendo a los ojos del otro por varios segundos antes de que Lali apartara su mano de él. Cuando lo hizo, Peter apretó sólo por un momento, poco dispuesto a dejarla ir.

—Dado que ustedes dos ya hicieron sus presentaciones —dijo el Sr. Gault justo detrás de Peter, causando que él diera un salto y liberara la mano de Lali—. ¿Por qué no la ayudas a ponerse al corriente sobre lo que se ha perdido y le muestras un poco los alrededores, Peter? De todos modos, sólo estamos discutiendo luces naturales en este punto, y parece que Lali sabe tanto sobre ello como tú. Dudo que los dos se pierdan mucho.
 
Peter aclaró su garganta otra vez.
 
—Sí, señor.
 
Peter mantuvo a propósito sus labios en una línea neutral mientras se giraba de regreso en su asiento. Tomó un poco de esfuerzo suprimir la burbuja de risa tonta que estaba haciendo cosquillas en su pecho. ¡Simplemente no podía creer su suerte!
 
Después de que el Sr. Gault terminó con los anuncios, asintió hacia Peter. Estirándose por el bolso de su cámara, Peter se giró tranquilamente hacia Lali.
 
—Vamos. Hora de empezar el tour.
 
Peter casi extendió su mano para que Lali la tomara. Afortunadamente, se dio cuenta a tiempo, y en su lugar metió la mano en el bolsillo.
 
No tenía idea que estaba mal con él, por qué estaba actuando con Lali como lo estaba haciendo; sólo sabía que tenía que ser los más educado posible. Por alguna razón ella lo estaba haciendo sentir algo loco, y en todos los años que Peter podía haber proporcionado algo de locura, éste no era ninguno de ellos.
 
El primer lugar al que llevó a Lali fue a la habitación oscura.
 
—Este lugar está fuera de los límites para alguien que no esté en la clase de Fotografía, pero aun así tenemos una hoja de registro ya que somos pocos. Está establecido para que dos personas trabajen aquí a una hora, así que siempre deberías ser capaz de entrar —explicó Peter—. De hecho, si quieres, puedo anotarte para que estés aquí en mis horas. Sólo para que seas capaz de ponerte al corriente y esas cosas. Sabes…

Lali sonrió con su dulce y ligeramente triste sonrisa, y el estómago de Peter dios vueltas.
 
—Gracias. De verdad lo aprecio. No sé cuántas veces seré capaz de venir, pero me gustaría intentar seguir el ritmo.
 
Lali inclinó su cabeza a un lado y dejó salir un pequeño suspiro, estirándose hacia adelante para pasar un dedo melancólicamente a lo largo del borde de una bandeja. Él quería desesperadamente preguntarle qué quería decir con eso, pero algo sobre su expresión lo detuvo.
 
Inseguro de qué decir y vacilante en interrumpir sus pensamientos, Peter tomó el portapapeles colgando de la pared. Mientras revisaba la lista de las horas asignadas, él maldijo a cada persona que se había anotado para compartir la hora con él. Sin embargo, todavía había unos espacios libres, así que garabateó el nombre de Lali al lado de su nombre en cada último lugar.
 
—Así que, ¿estoy asumiendo que has revelado antes tus propias fotos?
 
Lali asintió distraídamente.
 
—El año pasado teníamos permitido usar cámaras digitales para un par de proyectos, pero la mayor parte del tiempo quería que nos apegáramos con el método de la vieja escuela a blanco y negro.
 
Otra vez, ella asintió.
 
—Okey, bueno, déjame enseñarte el “conservatorio” —dijo Peter, usando sus dedos para hacer comillas en el aire.
 
—¿Hay un conservatorio aquí?
 
Peter odiaba decepcionar a Lali cuando ella parecía tan impresionada por eso.
 
—Uh. —Se rió—. No, en realidad no. Sólo que así es como lo llaman. Vamos. Lo
verás.

Peter guió a Lali fuera de la habitación oscura, por el pasillo y hacia el sol de la tarde. Incluso aunque había vivido en Florida toda su vida, el calor tardío del verano de vez en cuando todavía lo golpeaba como una cachetada en el rostro. Él tomó una respiración.
 
—¡Oh Dios mío, hay demasiado calor!
 
Lali no dijo nada, simplemente lo siguió a lo largo del camino pavimentado, pasando el edificio de horticultura. Peter rodeó la esquina hacia la parte trasera de la estructura de ladrillos y luego se desvió a la izquierda, continuando por la pista hacia abajo con una ligera inclinación hasta un invernadero antiguo. Se detuvo a unos cuantos metros enfrente de la puerta y extendió su brazo en un gran y dramático gesto.
 
—El “conservatorio” —anunció con un gesto gracioso.
 
Aislado de cualquier otra estructura de la escuela, el invernadero estaba construido de nervaduras de hierro, brumosas y envejecidas plexiglás atravesando el espacio entre ellos. Las secciones de panel en la parte superior se abrían para permitir la liberación de aire caliente, indudablemente enfriando las sofocantes temperaturas en el interior.
 
—¿El “conservatorio” es un invernadero? —preguntó Lali, las esquinas de su boca torciéndose.
 
—Y ésa no es ni siquiera la mejor parte —declaró Peter, caminando hacia adelante para sostener la puerta abierta para que Lali entrara.
 
—Oh, ¿hay más? —preguntó, siguiendo el juego con una voz emocionada.
 
—¿Crees que tu corazón puede soportarlo?
 
Lali se rió ligeramente y murmuró bajo su aliento:
 
—Mi corazón no es el problema.
 
Peter no estaba seguro de haberla escuchado correctamente, pero una vez más, estaba reacio a hacerle preguntas personales. La imagen de su delicado rostro debajo de un cuero cabelludo sin cabello todavía pasaba por la periferia de su mente, haciéndole difícil abordar cualquier tema delicado.
 
Dejando la puerta cerrada detrás de ella, Peter dirigió la atención de Lali al verde follaje que cubría las mesas de trabajo y estanterías de varios niveles en el lado izquierdo y derecho.
 
—La clase de Horticultura usa esto para sembrar plantas, jugar con barro y todas esas cosas. No sé mucho sobre ello. Es bastante aburrido —dijo Peter, moviéndose lentamente por el estrecho pasillo que corta a través del centro del invernadero —. Sin embargo, hay una cosa bastante genial.
 
—¿Qué es? —preguntó Lali, girando su cabeza de un lado a otro para ver cada planta que pasaban. 
 
Por un momento, Peter estaba en silencio, sintiéndose un poco deslumbrado por la suave mirada de apreciación en el rostro de ella. Mirando rápidamente hacia las sosas plantas verdes que había visto docenas de veces, se preguntaba qué encontraba ella tan interesante y qué estaba pensando mientras observaba el follaje.
 
—Está aquí atrás —dijo en voz baja, girándose para guiar a Lali alrededor de la única esquina del invernadero.
 
Una pequeña ampliación había sido construida a un lado de la estructura. El cristal estaba más claro y la temperatura era ligeramente más cálida en el pequeño espacio. Las instalaciones eran notablemente más nuevas y con mayor tecnología, también. Ésas eran las cosas que Peter notaba normalmente y estaba preparado para comentar.
 
Pero no hoy. Hoy, sólo estaba pendiente de la chica enfrente de él y la expresión maravillada que llevaba. Por primera vez pensó que quizá podría estar viendo lo que ella veía.
 
Orquídeas de cada especie y tonalidad se alineaban en las mesas de metal en cada lado del pasillo. Comparado justamente con la monótona vista en la habitación más grande, éste parecía vibrar con color y vida. Las diferentes esencias florares de las orquídeas mezclándose, dándole al aire un dulce y seductor olor que nunca antes había notado.

Pero la cosa más increíble de todas era Lali. Sus ojos marrones estaban amplios con asombro y sus carnosos labios se encontraban ligeramente entre abiertos. Ella movió su cabeza ligeramente, absorbiendo cada detalle que veía.
 
Forzado a fotografiar la naturaleza en una manera que nunca antes había visto, Peter silenciosamente abrió su bolso y removió su cámara. Después quitó la tapa de la lente y tomó un par de fotos de las hermosas flores, Peter se encontró a sí mismo enfocándose en una vista algo diferente. Un rostro: El de Lali.
 
El brillante sol de la tarde vertía sobre la parte superior de su cabeza. Mientras ella se inclinaba hacia adelante, ahuecando las delicadas flores de una orquídea de un color púrpura profundo y enterrando su nariz en el centro de sus pétalos, su rostro cayó dentro de las sombras. A través de la lente de su cámara, Peter observó sus ojos cerrarse e inhalar. Él estaba cautivado. Tomó fotos mientras ella probaba los encantadores aromas de las diferentes orquídeas. Cada vez que alzaba su cabeza, se sentía un poco más enamorado con la dulce y triste sonrisa que parecía siempre presente.
 
Finalmente, Lali se giró hacia Peter, ladeando su cabeza a un lado como si dijera: ¡Estás en problemas, señor! Peter sonrió, lanzando fotos por cada acción, y ella rió y sacudió la cabeza.
 
—No recuerdo haberte dicho que estaba bien que me tomaras fotos —regañó gentilmente.
 
—Es el precio por llevarle de tour, madame. Precio del tour —dijo Peter por detrás de su cámara.
 
—¿Es por esto que el “conservatorio” —dijo ella, alzando sus dedos al aire haciendo comillas como él había hecho—, está incluido en el tour de la clase de Fotografía?
 
Peter bajó su cámara.
 
—En realidad, más o menos lo es. El Sr. Gault los convenció de dejarnos usar esto para algunos de nuestros requerimientos en el curso. La luz y los colores son geniales, especialmente aquí atrás. cuando llueve, es difícil ir afuera y tomar fotos, y ése es uno de nuestros principales enfoques este año, la naturaleza.
 
—Bueno —dijo Lali, alzando la mirada hacia el sol mientras giraba complemente en círculo—. Aquí definitivamente hay algo de bonita naturaleza.
 
—Eso es exactamente lo que estaba pensando —murmuró Peter perplejo. La cabeza de Lali se volvió para fijar sus ojos en los suyos. Por unos tensos segundos ella no dijo o hizo algo. Su expresión simplemente estaba en blanco.
 
Pero entonces, lentamente, como si alguien estuviera pintándolos con pinceles desde el cielo, sus mejillas brillaron con color y sonrió otra vez. Peter estaba seguro que nunca había visto nada más impresionante que su sonrisa. Era radiante. Arrebatadora. Desgarradora.
 
O como para destrozar un corazón.

5 comentarios :

  1. lindo lindo capitulo masssss por favorrr

    ResponderEliminar
  2. por favor que lali no este tan enferma me daría mucha pena:(

    hasta yo imagine que estaba en el invernadero con las orquídeas :) lindo

    ResponderEliminar
  3. mas mas mas mas mas
    mas mas mas mas mas
    mas mas mas mas mas

    ResponderEliminar
  4. Con que no se muera ya la armamos. Laa frase que dijo "Mi corazon no es el problema" me mato literal. Ya me veo llorando Ja
    ajaja me encanta.

    ResponderEliminar