jueves, 6 de junio de 2013

Capitulo 6

Capitulo 6

Lali 

—¿Hola? —respondo mi teléfono. Sonaba un domingo y mataría al que me estuviera llamando. No me levanto los domingos antes de las cuatro. Necesito dormir y desde que tengo clase todos los días temprano, el domingo es mi único día libre para dormir.

—Dios mío, ¡he estado tratando de llamarte hace horas! La, ¡tienes que decirme quién es el!

La voz de Jessica salía del teléfono, me había olvidado de enviarle un mensaje cuando regresé a mi habitación anoche. Sólo había dicho “Lo encontré”.

Ruedo y me pongo de espalda en la cama apoyándome en las almohadas. Esta iba a ser una larga conversación.

—Prepárate, es bastante malo.
—¿Qué? ¿Es alguna clase de acosador o drogadicto o algo así? —me pregunta.
—No, Jess, es peor que eso. Oh, dios, no tengo idea de que voy a hacer.
—Mierda, es un viejo con esposa e hijos, ¿cierto?
Me rio de eso.
—No, Jessica, eso es una tontería. Es Peter Lanzani.

El silencio me sacude. Tengo miedo. Nosotras sabíamos su nombre porque Simon hablaba de él todo el tiempo, especialmente desde que este verano, Peter había decidido ir a la misma escuela que él.

—Por favor dime algo. Estoy enloqueciendo desde que lo encontré.
—Lo lamento, sólo estoy un poco sorprendida. Es el mejor amigo de Simon, ¿qué vas a hacer?
—Tengo una cita con él esta noche. Jessica, simplemente no puedo olvidarme de él y encontrar a alguien que los gemelos no conozcan.
—¿Qué lo hace tan especial?
—Me llama bebé y me ha dicho hermosa cientos de veces.
—Vaya. ¿Eso qué significa? Recuerdo a Simon diciendo algo acerca de que es un conquistador.
—Sí, Jess, es cierto. Deberías ver como se ve cuando lo dice, nunca he visto una mirada tan honesta en la cara de alguien.
—Maldita sea, ¿por qué eres tan afortunada? Cody no usa un apodo tierno conmigo y creo que sólo me ha dicho hermosa el día de nuestro matrimonio,¡ y era su obligación!
—Dale crédito al pobre hombre, Jess, está casado contigo.
—¿Qué se supone que significa? No olvides que estamos hablando de ti. Así que, ¿qué pasó? ¿Cómo lo encontraste?

Le cuento como Simon vino a buscar sus llaves con Peter. Estaba tan sorprendido de verme como yo, así que le di mi número y le envié un mensaje para que nos encontráramos en el estacionamiento.

—Me siento como una zorra. Lo hicimos en su camioneta, ¡donde nadie podía vernos! —Tomo un profundo respiro antes de seguir, nerviosa por su reacción—. E incluso me siento afortunada de haber tenido mi primer orgasmo seco follando con él.
—¿¡¿¡Qué?!?! —Supongo que ella dejó caer el teléfono porque no la escuchaba tan fuerte como debería. La escuché calmando a Jason que creía que ella estaba asustada por la forma en que gritaba. Luego siguió hablándome—. Lo lamento, tiré el teléfono. Como sea, esto es peor de lo que pensaba. Jesús, Lali, ¿qué diablos te pasa?
—No lo sé, pero estaba tan avergonzada y él me dijo que no lo estuviera. Me hizo sentir mucho mejor y luego me dijo que cenáramos esta noche.
—Bueno, al menos no está sólo tratando de meterte en sus pantalones, pues parece que ya estuviste ahí dentro anoche.
—Cállate, eso no es justo. Sólo no tengo control de mi cuerpo cuando estoy cerca de él. Nada de lo que dijera importaba. Había como un campo magnético juntándonos. Y ni siquiera quiero pensar en cuando él me tocó, el resto sólo pasó por instinto.
—Cielos. Eso es asombroso, es raro encontrar algo así actualmente, una conexión como esa. —Ella cubre el teléfono y grita algo que no pude escuchar.
—De acuerdo, La, tengo que irme. Los padres de Cody vienen a cenar y tengo muchas cosas que hacer. Te amo.
—Y yo a ti —digo colgando mi teléfono.

Miro alrededor de mi cuarto rosa. Es como si una botella de Pepto Bismol se hubiera regado aquí. La cama doble de Rochi está hecha, con su consolador rosa escondido en la pared. Sus almohadas están organizadas en la cabeza de la cama y son de un rosa pálido que combina con los volantes del cubrecama

Y esa estúpida alfombra afelpada. En serio la odio. Rochi y yo nos tropezamos con ella todos los días.

Afortunadamente, el escritorio es café y está entre las dos camas. Tenemos que compartirlo. Mi cama tiene un edredón verde lima pero nunca hago la cama y mi ropa está por todo mi lado de la habitación. No había traído ninguno de mis pósters pero tenía fotos de mi familia por todo el muro. Pero estas no cubrían la fea pared gris que alguien había pintado antes de que nos mudáramos.

Hay suficiente espacio entre las camas y la puerta, para un sofá y una mesa de café. La mesa es negra y el sofá es, sí, rosado. Estoy sorprendida de que siquiera podamos dormir aquí. Me imagino que es como estropear nuestro chín o algo así. Pierdo la concentración y lo único que veo es la cara de Peter. No sé absolutamente nada acerca de él pero siento que nos conocemos desde siempre. Suena muy cursi, pero así es como me siento.

Pienso que si abro la ventana en este momento y salto podría volar. Si esto es que te guste un chico, entonces no quiero que se detenga, pero además temo como se sentirá el amor, porque esto ya es demasiado.

Todavía puedo sentir sus tibias manos sobre mi fría piel. Olía a sándalo y sabía cómo a menta fresca. Sin embargo, eso no había conseguido enfriarme, sólo calentarme más. Todavía no podía creer que había tenido mi primer orgasmo de esa manera. Finalmente entendía todo el alboroto que causaba el tema. Sacudí mi cabeza, necesitaba hacer otras cosas en vez de pensar en Peter Lanzani. Estaba a punto de sacarme los auriculares de los oídos y trabajar en un ensayo que tenía pendiente cuando mi celular sonó, había un mensaje.

Peter: Buen día, hermosa.

Mi corazón se derritió más por él. Empezaba a sentir mariposas en mi estómago de sólo pensar en nuestra cita de hoy o quizá era sólo el hecho de que le estaba escribiendo.

Yo: Hola.

Caray soy una idiota.

Peter: ¿Qué haces?

Yo: Trabajo en un ensayo que tengo pendiente esta semana. ¿Tú?

Peter: ¡Oh, suena super divertido! Estoy viendo películas con mi hermano. Sólo quería decirte buenos días. Te dejaré volver a tu ensayo.

Yo: Ok
Peter: Te veo esta noche…

Peter

—¿A quién le escribes? —pregunta Stefano con su boca llena de palomitas de maíz.
—Lali —murmuro mientras espero que me responda.
—Espera, ¿quién? ¿La hermana de Simon? ¿Porque le escribes a ella? —Está lleno de preguntas esta tarde.
—Sí, la hermana de Simon. Le escribo porque es la chica de la otra noche.
—Oh, caray. Quiero tu camioneta cuando él te mate —se ríe y lo golpeo en la cabeza.
—Cállate, no le puedes decir a nadie. Voy a tener una cita con ella esta noche y él no se puede enterar.
—Relájate Pitt… no le voy a decir a nadie si es lo que quieres. Sólo estoy bromeando.

Mi teléfono suena y me apresuro a ver que me había escrito. Me envió una carita feliz e imagino su sonrisa. Mi corazón comienza a latir más rápido y siento como si estuviera volando.

—Amigo, luces como enfermo, ¿estás bien? —Stefano puso su mano sobre mi frente para ver si tenía fiebre. Quito su mano.
—No estoy enfermo, en realidad me siento demasiado bien.
—¿Estás enamorado o algo así? —Suelta una risita burlona y me mira para que le diga que no.
—No estoy enamorado, idiota; sólo me gusta, y mucho. Es tan hermosa y puedo decirte que no lo sabe. Cuando me mira me siento como la única persona en el mundo y hace esos gemidos tan sexys cuando estamos haciéndolo. —Puedo sentir una sonrisa tonta en mi cara.
—Peter, esa es demasiada información. —Frunce el ceño y se levanta para ir por más palomitas. Me rio y descanso mi cabeza en el espaldar del sofá. No puedo creer todo lo que ella me hace sentir. Es como si estuviera a tres metros de altura y nadie me pudiera bajar. Sentía que estaba perdiendo el control y eso no me gustaba.

Mis sentimientos están fuera de control y le escondo cosas a mi mejor amigo. Me gusta todo en este lugar y ella me hace sentir fuera de base.

—Oye, Pitt, ¡tierra llamando a Pitt! —grita mi hermano y siento una palomita golpeándome la cara.
Me siento mirándolo.
—¿Qué?
—¿Qué película quieres mirar luego? —Me sonríe y me lanza un montón de DVD.

***

Me estoy alistando en el baño cuando alguien golpea la puerta abierta. Imagino que Stefano ha venido a molestarme, me volteo y me congelo. Mierda, es Simon y no tengo idea de por qué está aquí ni como me voy a deshacer de él a tiempo para mi cita.

—¿Qué pasa, amigo? —me pregunta cuando salgo del baño.
—No mucho, sólo me estoy alistando para una cita. —Muevo mi mano hacia el escritorio invitándolo a sentarse.
—Mierda, lo siento, voy a decir lo que vine a decir y luego me desaparezco —afirma mientras se sienta en la silla—. Necesito un consejo.

Puedo decir que está nervioso por el hecho de que no deja de mover su pie en el piso.

—Dispara.
—De acuerdo, hay una chica. No soy bueno para esto, así que no tengo ni idea de que decirle, realmente me gusta pero estoy estancado, dios, lo siento estoy balbuceando. —Suelta una risita nerviosa y pone sus manos en las rodillas.
—Esto parece un serio problema, déjame llamar a mi cita y le digo que estaré allí un poco más tarde. —Me volteo, vuelvo al baño y cierro la puerta

Saco el teléfono de mi bolsillo y le marco a Lali. Suena por unos segundos antes de que ella conteste con un susurro

—Hola.
—Hola hermosa, mira, tu hermano está aquí y necesita hablar conmigo, así que voy a llegar un poquito tarde a recogerte, ¿está bien? —Estaba nervioso de que me fuera a cancelar.
—Sí, está bien, tomate tu tiempo, oh... ¿Peter? —pregunta con una alegre vocecita.
—¿Sí, bebé? —No sabía por qué le había dado un apodo cariñoso. Simplemente lo había dicho una vez sin pensarlo y ahora sólo lo decía.

Puedo casi sentir el escalofrió que me causa escuchar su voz.

—No puedo esperar para verte.
Sonrío como un niño en una dulcería.
—Yo tampoco, sólo dame 30 minutos y paso a recogerte.
—Bien, adiós —dice y cuelgo.

Trato de recomponerme antes de salir a hablar con Simon. Espero que él no sienta mi excitación. Estaba listo para tener que mentirle acerca de mi cita y me sentía muy mal por eso. Así que salgo a hacer lo que tengo que hacer.

Me siento en la cama y él empieza a hablar.

—Su nombre es Rochi. Está en el equipo y es compañera de cuarto de Lali. No creo que a Lali le importe, pero ese no es obviamente el problema. Estoy pidiéndote que me ayudes a hablar con ella. —Por último, se frena para tomar aire y pude decir que eso era realmente difícil para él.
—Eso es excelente, Simon; te voy a ayudar a hablarle, no hay problema. —Estoy feliz de que necesite mi ayuda con algo, me quita un poco de culpa.
—Eso es bueno, vendré mañana. No te quieres perder tu candente cita. A propósito, ¿quién es?
—Umm, sólo una chica que conocí el otro día. No la conoces, realmente no es para tanto. —Me rio nerviosamente, no miento lo suficientemente bien y siento que me va a atrapar en la mentira.
—Ahh, bien hombre, te veo luego. —Camina hacia la puerta y sale de la casa.

Eso estuvo cerca, voy a tener que trabajar en mis tácticas de evasión si voy a salir con su linda hermana.

30 comentarios :