domingo, 16 de junio de 2013

Capitulo 13

13

Cerrando mi boca fuertemente, me giré para deslizar mi tarjeta y entré al dormitorio, Benjamin me siguió por la puerta. Di vuelta para decirle que no quería hablar y vi a Peter agarrando la puerta justo antes de que esta se cerrara. Pasando junto a mí, fulminó con la mirada a mi ex, el aire estaba cargado entre ellos en el momento que Benjamin giró y lo notó.

—¿Estás bien, Mariana? —preguntó Peter, sus ojos nunca se desviaron de mi ex.

—Peter… —comencé a reiterarle verbalmente que Benjamin no era ninguna amenaza física para mí, cuando él resopló una risa arrogante, mirando detenidamente a Peter.

—¿Espera… tú no eres el tipo de mantenimiento? El que repara el aire acondicionado a las casas —Él me miró y de vuelta a Peter.

—¿Qué pensaría la administración de ti husmeando alrededor de los estudiantes? —La mirada de Benjamin sobre el rostro de Peter era feroz, pero él se mantuvo firme sin reacción, ignorando la pregunta de Benjamin como si no le hubiera preguntado nada. Él giró sus ojos a mí, esperando mi respuesta.

—Estoy bien. Lo prometo —Contuve mi aliento, esperando que él me creyera. La gente cerca de la puerta se estaba empujando entre sí y susurrando

—¿Estás enganchándote con este tipo, también? —lanzó Benjamin.

—¿También? —pregunté, pero yo sabía lo que él quiso decir antes de que él lo confirmara.

—Además de Maxi.

Los bordes de mi visión se cerraron —¿Qué? —Benjamin tomó mi brazo solamente encima del codo, como si él pretendiera escoltarme lejos, y la mano de Peter se extendió, agarrando su muñeca y quitando su mano de mí fácilmente.

—¿Qué carajo? —La voz del Benjamin era un gruñido bajo mientras él sacudía su brazo del agarre de Peter. Se puso ligeramente delante de mí, enfrentándose con Peter, mientras todos miraban el desarrollo del espectáculo, completamente inmóviles y con la boca abierta.

Los dos se veían muy parejos, pero yo sabía de la habilidad de Peter de primera mano. Benjamin perdería y Peter sería expulsado.

Di un paso alrededor de mi ex y puse una mano sobre su antebrazo. Era duro como una piedra bajo mis dedos. —Benjamin, déjalo.

—No te voy a dejar con este…
—Benjamin, déjalo.
—Él es el encargado de mantenimiento, Lali…

—Él es un estudiante, Benjamin. —Decidí no indicar que Peter estaba en nuestra clase de Economía, en caso que él lo reconociera como el tutor de clase y lo delatara por salir conmigo. Benjamin inclinó su cabeza, su expresión transformándose en preocupación, la frente ligeramente fruncida, sus ojos buscando los míos.

—Hablaremos la próxima semana. Cuando estemos en casa —Su significado era claro y dirigido hacia Peter. Los dos estábamos a punto de pasar varios días en nuestra ciudad natal, donde él tendría acceso sin restricciones a mí, sin el fastidio de interferencias. Quise decirle que yo no tenía nada para decirle, no ahora o entonces, pero mi mandíbula estaba apretada tan fuerte que no podía hablar.

Todavía insegura de lo que debería hacer, incluso en las vacaciones de Acción de Gracias. Ignoré su implicación de que nosotros estaríamos entonces solos. Juiciosamente, él no trató de tocarme otra vez, aunque su expresión letal competía con la de Peter cuando ellos se enfrentaron. No exhalé hasta que él atravesó la puerta.

La decepción de los espectadores era palpable. Unos cuantos se quedaron alrededor para ver si había un bono de pelea entre Peter y yo. La adrenalina estaba claramente todavía bombeando a través de él, su cuerpo estaba tenso, como el alambre duro de las cuerdas de mi bajo, cuando extendí una mano a su antebrazo, éste era granito bajo capas de piel y franela.

—Honestamente, estoy bien. —Suspiré pesadamente.

—Bueno, tan bien como puedo estar después de esto. —Entrecerré los ojos hacia él—. ¿Exactamente cuántos empleos tienes, de todos modos? ¿Barista, gurú de defensa propia, chico-arréglalo-todo, oficial de estacionamiento?, a propósito, ¿eso significa que me diste la papeleta que conseguí la primavera pasada por estacionar en doble fila, por dos miserables minutos cuando entré corriendo a la biblioteca para devolver un libro?

Sus hombros se relajaron con mi tono de broma y fui recompensada con la sonrisa fantasma. —Me acojo a la quinta enmienda sobre eso. Escribo muchas multas de estacionamiento. El, hum, chico-arréglalo-todo es una cosa rara. Y soy voluntario a tiempo para autodefensa.

Lo que yo había dejado de esta lista y lo que él no añadió: Tutor de Economía.

—¿Creo que deberíamos añadir uno más, huh? —dije, mirándolo de cerca.

Él tenía una cara de póker magnífica. Ninguna reacción en absoluto.

—¿Defensa personal de Mariana Esposito? —La débil sonrisa apareció otra vez.

—¿Otro empleo voluntario, Peter? —Pregunté con timidez, levantando las cejas—. ¿Cómo tienes tiempo para estudiar? ¿O algo de diversión?

Sus manos se aproximaron a mí, sujetando los huesos de mis caderas y tirándome hacia adelante. Bajó la mirada hacia mí, y el tono de voz —Hay algunas cosas para las que haré tiempo Mariana.

Inclinándose hacia mí, besó el punto exacto delante de mi oreja, el punto que hacia mi respiración superficial. Y luego, él dio la vuelta y corrió hacia su motocicleta, dejándome de pie en la puerta de entrada. Una vez que él estuvo fuera del fondo de luz que rodea el edificio, yo no podía verlo. Di vuelta y caminé a mi habitación en las nubes.
***

“Mariana,
Tu documento está bien. Investigación sólida. Pienso que el Dr. V estará complacido con ello. Noté un par de pequeñas inconsistencias y un lugar en el que puedes haber excluido una citación. Aparte de eso, pienso que es un argumento válido, bien sostenido. He adjuntado la hoja de trabajo para la sesión de mañana. Estás inmersa ahora y pareces tener un buen conocimiento sobre el nuevo material, pero seguiré enviándote las hojas de trabajo para las dos últimas semanas de clase, si lo deseas. 


¿Asumo que irás a casa durante las vacaciones? Me dirigiré a casa el miércoles por la mañana. No hay Wi-Fi allí, entonces estaré sin dinero hasta el domingo.
JL”
  
“Juan,
Parece que puedo conseguir entregar ese documento antes, lo que es un alivio. Gracias por tu ayuda. Sí, por favor continúa enviándome las hojas de trabajo. 

Mis padres están esquiando durante las vacaciones, pero yo prefiero irme a casa durante unos días y pasar el rato con los viejos amigos que quedarme aquí en el campus. Ellos alojarán a Coco, el malgeniado pequeño perro de mamá, entonces debería estar pacífico y tranquilo.
¿Volarás a casa? te recuerdo diciendo que eras despreocupado.
ME”
  
“Mariana,
¿Tus padres están esquiando y no te llevaron? ¿Estarás en casa el día de Acción de Gracias sola?
Pediré que alguien con un automóvil me dé un aventón. La casa no está lejos, aunque parezca otro mundo de vez en cuando.
JL”
  
“Juan,
Mis padres pensaron que yo estaría con mi ex. Hemos comprometido el último par de años en lugar de tratar de unir las comidas de ambas familias, este era su año. La familia de mi mejor amiga estará en la cabaña de sus abuelos fuera de Boulder y no estoy de humor para cargar a alguien más.
Preferiría estar sola. ¿Esto es extraño, huh?
ME”
  
“Mariana,
No es raro para mí. Pero quizás soy simplemente raro, también, y no lo sabía.
Extrañaré tus correos electrónicos.
JL”

 
“Juan,
Lo mismo, Que tengas unas buenas vacaciones.
ME”

***

No podía mirar hacia atrás a Peter durante la clase el lunes, sin pensar acerca del sábado por la noche. Su mirada encubierta me hizo pensar que él tenía el mismo problema. Después de que lo sorprendí mirando fijamente la parte posterior de la cabeza de Benjamin, no volteé de nuevo. Cuando la clase se terminó, Benjamin se dio vuelta y me sonrió. Forcé mis labios en una línea y giré mi espalda para empacar. Esta clase, este semestre no podía terminar tan pronto, por muchos motivos para contarse.

—Yo solamente puedo decir, que tu ex es magnífico, pero él parece un idiota engreído. —Benji metió a la fuerza su espiral dentro de su mochila que se veía como si esta pudiera estallar con papeles flojos en cualquier momento.

Cerré rápidamente mi mochila. —Sí, él lo es totalmente. —Esperamos a que Benjamin pasara antes de movernos hacia el pasillo, evité cuidadosamente el contacto visual. Yo estaba más que preocupada sobre su afirmación de que nosotros hablaríamos cuando ambos estuviéramos en casa; no podía imaginar lo que él podría tener que decirme que yo querría escuchar.

Seguimos a nuestros compañeros por las escaleras, todos animados con la anticipación del fin de semana largo que venía, Benji me dijo que él volaría a casa a Georgia y saldría con su padre, el único miembro de su familia al que él no le había dicho. —Mamá sabía que yo soy gay desde que tenía trece años.

Estaba preocupada en su lugar —¿Tu papá estará… molesto?

Él sonrió. —Pienso que él lo sabe. Él solamente no está seguro si esto quiere decir que voy a aparecer en un vestido o algo así —El pensamiento de Benji en un vestido no era una linda imagen y yo no podía contener mi risa. Él se rió también, agregando: —¿Lo sé, correcto?

Peter se fue, o eso pensé, hasta que Benji y yo salimos al transitado vestíbulo y lo vi apoyado en la pared del fondo, cerca de la puerta lateral que por lo general yo tomaba para salir del edificio. Él nos vio acercarnos, pero parecía sumamente consciente de que todos los demás también. Lo imaginé buscando al Doctor Vazquez.

—No le has contado todavía que tú sabes, ¿verdad? —Benji preguntó, hablando de un lado de su boca.

Negué con mi cabeza.
 
—No lo hagas sufrir demasiado. Él se ve medio vulnerable.

Reí entre dientes. —Correcto. Un chico fuerte y musculoso como él —quien está entrenado para golpear a la gente y miente sobre quién es él a las chicas—, es tan vulnerable.

Él apretó mi brazo por encima del codo y sonrió.

—Él tampoco es un idiota para rivalizar con todos los idiotas delante de él, o hay una razón para esas mentiras.

Suspiré. —Desearía poder leer los pensamientos.

—Puede que no quieras, una vez que sepas que hay allí.
—Si alguna vez lo hago.

Benji se encogió de hombros en acuerdo y viró hacia el largo vestíbulo que conduce a la salida sur, girando para decirme: —Ten unas buenas vacaciones, Mariana.

—Tú también.

Alcancé a Peter y él dio vuelta para seguirme, inclinándose cerca para empujar la puerta abierta. —¿Puedo verte esta noche? —murmuró.
 
Me pregunté si me estaba convirtiendo en alguien para una cita sexual. O si esto es todo lo que alguna vez había sido para él, si esta fuera su razón para no decirme que él era Juan Lanzani. —Tengo una prueba mañana en astronomía. Tenemos el grupo de estudio en nuestra habitación esta noche.
 
Eché un vistazo hacia él, andando al lado mío con sus manos metidas en los bolsillos delanteros de sus vaqueros. Su mirada fija continuamente escaneando sobre la multitud de gente, como si él estuviera en guardia.
 
—¿Mañana por la noche? —Bajó la mirada hacia mí cuando nos acercábamos al edificio y noté que él parecía saber exactamente a dónde iba yo.
 
—Tengo un ensayo de conjunto mañana. Por lo general paso las mañanas del domingo en la sala de música, pero ayer falté.

Yo no le había contado a Peter que tocaba el bajo. Se lo había dicho a Juan.

—¿Dormiste hasta tarde?

Asentí.

—Yo, también.

Alcanzamos la entrada y nos paramos al lado de la puerta. —Tengo que empacar mi bajo, también, ya que lo voy a llevar a casa conmigo —Esperando para ver si él reaccionaba, miré sus ojos, que hacían juego con el gris del cielo nublado, mientras su mirada se desvió sobre los rostros alrededor de nosotros.

—Tendré mucho tiempo para ensayar durante las vacaciones.

—¿Cuándo dejarás la ciudad? —Él apartó de un empujón el cabello de sus ojos, evitando el tema de mi instrumento completamente.

—El miércoles por la mañana. ¿Tú?

—Igual —Él cambió el borde de su labio inferior atrapado entre sus dientes, luego de repente, resuelto y calmado. Sus ojos se encontraron con los míos, firmes—. Envíame un mensaje si terminas temprano. O si cambias de planes. De otra manera, te recogeré después de las vacaciones.

Él sacudió el hombro sobre el cual lanzó su mochila y añadió: —Hasta luego, Mariana. —Antes de girar y mezclarse con el flujo de estudiantes, su cabeza oscura alzándose por encima de la mayor parte de ellos.
***

—Detente. ¿Entonces el tutor, Juan y el chico caliente OBBP Peter son la misma persona? —Los ojos de Maggie estaban tan redondos por el shock que yo podía ver el blanco alrededor de sus irises marrón claro.

—Lo que no entiendo, es por qué no le reclamaste sobre aquella mierda inmediatamente. —Cande tenía su cara de participante de talk-show. En cualquier momento, ella me llamaría chicaaa y comenzaría a relatar las patadas en el culo que ella estaría dando si estuviera en mis zapatos. Después de que ella había terminado con Agus, era mucho menos tolerante con chicos saliéndose de la línea. O aparentando.

Suspiré enojada y deseé nunca haberle contado. —¿Que ocurrió con bromear con él y agarrarlo y el rebote y la operación fase chico malo?

Las tres nos sentamos en un edredón sobre el piso del dormitorio, bebiendo café y comiendo Oreos, con los textos de astronomía y apuntes todos extendidos alrededor de nosotras, sin haberlos tocado durante la última media hora mientras hablábamos de Juan/Peter en vez de gigantes planetas de gas y la navegación celestial.

—Él se supone que sea una cita sexual. Y no al revés. —La voz de Cande resonó con autoridad.
 
—Sí —Maggie intervino—. ¿Por qué no le envías un mensaje para que ustedes se reúnan más tarde?

Hice rodar mis ojos. —Porque tengo un examen a las 9:30 de la mañana, para el cual, se supone estamos estudiando ahora mismo. Y también, pienso que necesito una pequeña distancia…

Cande me miraba. —Oh, no, infiernos, ¿te estás involucrando emocionalmente, no es cierto? —Me recliné con mis manos cubriendo mi rostro. ¡Ughhhh!

—Por la manera, en que hablas de cita sexual, ¿qué es eso que escuché sobre Maxi y tú?

—Él definitivamente es mal material de novio —reflexionó Maggie—. ¿Lo agregaste al cuadro OBBP sin decirnos?

Le di una mirada suplicante a Cande entre mis dedos.

—Maxi está lleno de mierda. Tú lo sabes, Maggie —se mofó ella.

Maggie asintió. —Cierto… además, me enredé con él, el primer año. Él no era muy bueno, de lo que recuerdo. Demasiado baboso. —Ella se estremeció.

—¿Qué pasa con los besadores babosos? ¿Ellos están intentando ahogarnos en saliva? Quiero decir, Jesús, traga de vez en cuando. —Su mano apretando mi hombro, Cande se rió, mientras yo podía escuchar el tono forzado, Maggie no lo hizo. Sabía a dónde estaba yendo la mente de Cande. Yo no le había dado muchos detalles y ella no había pedido ninguno. Era bastante difícil hablar de aquella noche con generalidades. El punto era que había pasado y lo que casi sucedió, no los por menores de ello.

—¿Entonces no estás enganchada con él? —Maggie presionó.

Ella estaba sólo curiosa, pero dolió tener mi nombre unido con el de Maxi de cualquier modo.

—Al igual que Cande dijo, él está lleno de mierda. Tenía curiosidad. Morbosamente así que, quizás. ¿Por qué, él está diciendo algo de mí?

Ella se encogió de hombros. —Trisha dijo que el novio de su hermana pequeña le dijo que Maxi fue a hostigar a Benjamin sobre ello. Esos dos son como las cabras grandes que topan cabezas para conseguir a las cabras hembras. Creo que Maxi todavía está molesto de que él fuera el legado y Benjamin aun así le ganara por postularse como presidente de la clase.  

Esta era la complicación que yo no podía recordar antes, el importantísimo conflicto inicial entre ellos. El principio de su extraña rivalidad fraternal. Tortuosa. —Pero Benjamin era legado, también.

Maggie se lamió las migajas de Oreo de sus dedos. —Sí, pero Maxi era legado y su padre fue candidato a la presidencia de la clase. Él pensó que lo tenía resuelto.

Me senté, enfureciéndome mientras las motivaciones de Maxi se volvían más claras. Sus razones para lastimarme eran nada más que molestar a mi ex. — ¿Y eso se traduce en la necesidad de Maxi para difundir mentiras de que yo me acosté con él? —Por no mencionar el hecho de que realmente él me había agredido.

—No dije que esto tenía algún sentido.

Cande tiró sus apuntes en su regazo. —¿Muy bien damas, qué constelaciones creemos que tendremos que trazar en la parte del mapa estelar de esta prueba? —Dando a mi mejor amiga una mirada agradecida por el cambio de tema, empujé los pensamientos de Maxi tan lejos de mi consciencia como pude conseguir hacerlo.

11 comentarios :

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