martes, 11 de junio de 2013

Capitulo 20

Capitulo 20

Lali

Voy a matar a mi hermano. ¿Cuál hermano preguntas? Pablo Gabriel Esposito. Rochi y yo estamos en nuestro camino a un bar local en el que Pablo y Peter están en una mierda de borrachera. Sé esto sólo porque Pablo llamó a Rochi hace unos treinta minutos. Al parecer, le estaba vertiendo su corazón y le tomó toda laconversación telefónica hacerle derramar donde están. Nuestro plan es entrar y salir. Sí vamos a ver eso.
 
Hemos tomado prestado el coche de Simon desde que tengo el mío destrozado. Lo tuve por la graduación y no duró mucho después de eso. Aparcamos en la acera justo delante del bar. Caminando a través de la puerta, arrugo la nariz ante el olor a sudor y alcohol. Se ve como cualquier otro bar con sus stands a los costados y una pista de baile en el centro. El bar se encuentra al lado opuesto de la pista de baile y tiene unos lindos taburetes de cuero.
 
Escaneo el lugar por la familiar peluda cabeza rubia de mi hermano y el corte rapado de Peter. Me toma un minuto para darme cuenta de que miraba por encima de ellos. Peter está frente a la puerta principal y no lo reconocí porque le ha crecido el cabello hasta la barbilla. La cabellera rubia es recta y ordenada y mi corazón late más rápido en el conocimiento de que está más sexy que nunca.
 
—Ahí están. —Señalo hacia ellos para que Rochi los vea. Ella asiente y nos dirigimos de nuevo. Siento el nerviosismo a medida que nos acercamos. No sé cómo va a reaccionar al verme. Cuando finalmente llegamos allí y mira hacia arriba, todo el color se drena de su cara. Tenía miedo de eso.

—¿Quue diabblos, La? — Mi hermano borracho me insulta. Los ojos de Pablo se nublaron de intoxicación y parece que va a tratar de levantarse cuando se da cuenta de que Rochi está conmigo —. Rochi, bebé, lo logrr-aste.
—Sí Poli, lo logre. Ambos sonaban realmente idos en el teléfono, así que llegamos a llevarlos a casa para que no se hieran a ustedes mismos —dice con dulzura.
—De acuerdo. —Él responde intentando alcanzar su mano. Por supuesto, falla y casi se cae de la cabina, pero Rochi lo atrapa.
—Guau allí, muchachote. ¿Puedes caminar hasta el coche? Te traeré de vuelta a casa de Peter y Lali llevará la camioneta de Peter hasta allí. —Le da una palmadita en la espalda.
—Él no teen-drá essa camioneta nuunca más. —Él la mira borracho y yo lucho contra una carcajada.
—Está bien, los dejaremos averiguarlo, ¿está bien? Vamos a llegar a casa. —Se frota la parte superior de su cabeza y él la acaricia como un gato.
 
Después de ayudarlo a ponerlo en sus pies, los veo tambalearse hacia la puerta. Cuando no puedo ni verlos, me dirijo de nuevo a Peter. Está haciendo cualquier cosa menos mirarme. Sé que la he jodido a lo grande, pero haría cualquier cosa para borrar el dolor escrito en su rostro.
 
—Vamos, Peter, vamos a llevarte a casa —digo tratando de mirarlo a los ojos —. No tienes que ser de esta manera.
 
Una mirada de pura ira se apoderó de su rostro.
 
—En realidad, Lali, tengo que ser así. No me importa lo que tengas que decirme. No sé lo que crees que vas a lograr por venir aquí y ayudar. Malditamente no me interesa.
 
Bueno, ciertamente no está tan borracho como Pablo.
 
—No sé lo que estás pensando, pero sólo estoy aquí para llevarte a casa. Pablo llamó a Rochi vertiendo su corazón mientras estaba una mierda borracho. Ella dijo que estabas aquí también y que tendría que conducir la camioneta a casa.
 
Tuve un escalofrío que recorrió el centro de mi espina dorsal cuando vi nada menos que esa perra de Belen salir del baño de chicas. Eso habría estado bien y todo, pero cuando caminó hacia la mesa de Peter y se sentó junto a él, todo lo que podía ver era rojo. Tuve aún más furia cuando él parecía estar esperándola. Estoy totalmente rota.
 
—¿Qué demonios, Peter, había que bajar de grado? Puedes hacer algo mucho mejor que esta puta barata.
—¿Perdón? ¿Quién eres tú? —dice ella y realmente parece que no sabe quién soy. Genial, esto debe ser divertido.
—Soy Lali Esposito. ¿Te suena? Soy la razón por la que te tuviste que someter a cirugía plástica para reparar tu nariz ya falsa. —Me siento como si tuviera vapor saliendo de mis orejas.
 
Ella escupe tratando de pensar en una de regreso. Se vuelve a Peter.
 
—Pensé que habías dicho que te dejó.
—Ella si me dejó, Belen. Pablo llamó a Rochi, que es compañera de habitación con Lali —le dice, pero ella no parece entenderlo. ¿Mucho aire en la cabeza?
—Bueno, entonces, ¿por qué sigues aquí? ¿No ves que no eres querida? —Ella se acurruca junto a él y me siento mal. Ella toca lo que debería ser mío, lo dejé ir porque no podía manejar mis propios problemas.
—Sí veo que no me quiere. Me largaré de tu cabello. —Se necesita toda la fuerza de voluntad que hay en mí para decir esas palabras. He actuado de forma inmadura con Peter y lo he jodido a lo grande, por lo que es inútil tratar de arreglar algo que no puedo.
 
Me vuelvo antes de que esa perra loca tenga algo que decir a eso. Salgo por la puerta con la esperanza de que puedo lograr llegar muy lejos antes de que las lágrimas empiecen a caer. Ahí es cuando me doy cuenta de que no tengo un aventón a casa y los dormitorios están a diez kilómetros de distancia. Sí, voy a decir ahora mismo que el karma es una perra.
 
—Espera, Lali. —Le oigo decir a mis espaldas. Muy tarde, esas lágrimas estúpidas empezaron a llegar —. Deja que te lleve a casa. O puedes conducir porque he bebido unas cuantas.
 
Asiento sin darme incluso la vuelta. Camina y me pasa en el estacionamiento al lado del bar. Lo sigo al Audi de su hermano pequeño. ¿Qué clase de monstruo enfermo soy que le hice renunciar a Betty? Le encantaba esa camioneta tanto como su hermano.

Se sube en el lado del pasajero después de desbloquearlo. Camino hacia el lado del conductor y pauso tratando de tener mis lágrimas bajo control. Es inútil. Él se inclina y hace sonar la bocina y me asusta casi hasta la muerte. Me meto en el auto y lo miro. Está mirando por la ventana evitando mirarme de nuevo. No puedo controlar mis lágrimas ya mientras pongo mi frente sobre el volante y sollozo.

Peter

No puedo soportar esta mierda. No pude soportarla antes, cuando la amaba. Ahora la amo y la odio. Sé que ella no está haciendo esto para conseguir una reacción de mí. Lali nunca llegó a extremos dramáticos para conseguir lo que quiere.
 
—Oye, detén eso. Éstas haciendo doler mi corazón.
—No puedo... ellas nunca paran... sólo lloro así todo el tiempo... —solloza en sus manos. Su respiración comienza a ser errática, así que hago lo único que se me ocurre.
 
Pongo mis manos sobre sus hombros para traerla hacia mí.
 
—Lali, bebé, tienes que respirar. Por favor, no te desmayes aquí —le ruego —. Basta con mirarme a los ojos y respirar conmigo. —Aspiro a través de mi nariz y exhalo por la boca. Poco a poco empieza a imitarme y su respiración vuelve a ser normal. Entonces ella hace lo que yo no puedo resistir. Sus pequeños dientes blancos perfectos muerden el labio inferior.
 
Me muevo con rapidez antes de volver a mis sentidos. Sólo una noche más, me digo. Eso es todo lo que voy a tener antes de que ella salga de mi vida para siempre. Cuando nuestros labios se encuentran, siento que he vuelto a casa. Cuando nuestras lenguas se tocan, los últimos cuatro meses no importan, ni siquiera pasaron. Cuando pasa los dedos por mi cabello, está bien volver a respirar. Y cuando ella se sube encima de la consola y en mi regazo, ya no la odio en absoluto.
 
Ella tiene sus brazos enjaulados alrededor de mi cabeza chupándome entre ella y me encanta cada segundo de esto. No debería estar haciendo esto con ella. Sólo va a romper mi corazón otra vez, pero no puedo parar. Paso los dedos por el final de su camisa moviéndome hacia arriba, dentro para sentir su piel cremosa. Es mejor de lo que recuerdo.

Como siempre con Lali, ella no puede tomarse su tiempo con lo que sea. Aunque en este momento y al no haberla tocado en cuatro meses, estoy en su tren de alta velocidad. Mi camisa va por encima de mi cabeza y estoy a punto de perderla cuando ella empieza a correr sus manos arriba y abajo de mi piel desnuda. Quiero tocar su piel desnuda sobre mi piel desnuda, así que me encuentro quitándole la camiseta y la arrojo en el asiento trasero. Voy por su sujetador negro de encaje, que va y se une con la camisa en la parte posterior.
 
Cuando veo sus perfectos pequeños pezones rosados, creo que mis ojos se cruzan. Entonces me encuentro inclinándome hacia adelante a chuparlos en mi boca y lamiendo el infierno fuera de ella. Ella tiene sus brazos enjaulados alrededor de mi cabeza de nuevo, con la espalda arqueada y la cabeza echada hacia atrás. La piel de su espalda se siente tan suave cuando la abrazo hacia mí, succionándola. Ella gime, frotando su calor en mi ingle y sé que esto va a ser muy rápido. Casi antes de que comience, dejo ir su pezón con un chasquido audible y busco los ojos verde chispeante.
 
—¿Estás mojada, bebé? —pregunto sin aliento
 
En respuesta, cierra los ojos y asiente. Mis manos llegan bajo su falda para tirar de sus bragas negras cortas de chico y tenemos que maniobrar alrededor, hasta que esta fuera dejándola en tan sólo su falda. Veo su sexo en la luz de la lámpara desde el exterior y mi pene late dolorosamente. Hago estallar el botón superior y tiro de la cremallera y luego ella se hace cargo de tomar mi miembro fuera de mi ropa interior. Inclina su cabeza hacia abajo a la mía y pone sus labios en los míos, y entonces nos devoramos como lo que solía ser.
 
Sus suaves manos haciendo un puño alrededor de mi dureza y tiran hacia arriba y hacia abajo volviéndome loco. Rompo el beso y tiro de un condón de mi cartera que está en el tablero de instrumentos.
 
Rasgo el paquete de aluminio y enrollo la cosa por mi pene. Levanto la vista y miro fijamente a sus ojos, deseando decirle que no y salir a hacer algo más que tener sexo conmigo en el coche de mi hermano. Ella no hace caso y en poco tiempo está deslizando su humedad sobre mi longitud, haciéndome salvaje. Sigo sus caderas con las manos y la sostengo mientras todavía la empalo lento en mí. Los dos dejamos escapar un gemido cuando estoy en ella hasta el final. Es tan apretada y encaja como un guante.
 
Ni siquiera ha empezado a dar vueltas en mi cabeza el hecho de que estoy dentro de ella y ya empieza a mover sus caderas en un movimiento circular. Eso se siente tan increíblemente bien. Llevo mis manos por sus costados, más allá de sus pechos, hasta los hombros en su pelo y llevo la frente para que descanse en la mía. Nos miramos a los ojos mientras me monta. La lentitud que está usando está volviéndome loco, así que pongo mis manos en sus caderas atrás y empiezo a moverla de arriba abajo más rápido. Mi pulgar se mueve hacia abajo para frotar en la protuberancia hinchada y ella gime bajo y profundo. Ni una sola vez aparta la mirada de mis ojos.
 
La veo cuando está a punto de llegar. El fuego en sus ojos brillantes y su boca forma una perfecta O. Sus movimientos se vuelven bruscos y deja escapar un grito mientras su canal ordeña mi polla por todo su valor. Libro su cuerpo al mío mientras me corro, gimiendo. Ni una sola vez sus ojos dejan los míos.

***

Después del alucinante sexo, nos ponemos la ropa de nuevo de la forma en que se supone que es y ella conduce a mi casa. No hemos dicho nada entre nosotros. No sé ni qué decir. Me está comiendo lo que acabamos de hacer. Eso tiene que ser la cosa más estúpida que he hecho en toda mi vida. Tú no tienes relaciones sexuales con tu ex-novia mientras todavía estás enamorado de ella. Ella pensará que está bien volver a mi vida. Bueno, tengo noticias para ella. Hemos terminado y vamos a seguir así. Ella rasgó mi corazón aún latiendo fuera de mi pecho y lo pisoteó. No se puede dejar a una conexión como la nuestra ir como ella lo hizo. No voy a perdonarla por algo por lo que ni siquiera perdono a mi padre.
 
A medida que nos acercamos a mi casa, mis manos comienzan a sudar y realmente hay un nerviosismo en mi
estómago como si hubiera tragado mariposas. ¿Cómo le dices a alguien que no quieres ser demasiado cruel,
pero que se pierda? Sí, esta va a ser una de mis conversaciones favoritas de todas. Se detiene en el camino de entrada y apaga el motor.
 
No decimos nada y después de un tiempo, ella sólo sale y se dirige a mi casa. Bueno, eso no fue tan bien.
 
Rápidamente me bajo del auto y corro tras ella sólo para descubrir que agarró una manta de la parte posterior del armario de la ropa y se acurrucó en el sofá para dormir.
 
—¿Qué estás haciendo? —pregunto por razones que no tengo ni idea.
—Me voy a dormir, ¿qué te parece que estoy haciendo? —responde sin ni siquiera abrir los ojos.
—No vas a dormir en el sofá, Lali. Puede que no estemos juntos, pero no soy un completo idiota. No te dejaré dormir ahí, así que ve a mi habitación y estréllate en mi cama. —Espero que se levante y salga, pero ni siquiera se inmuta—. Lali, quiero decir que vayas a dormir a mi cama. Voy a dormir en el sofá. Diablos, es lo menos que puedo hacer ya que me trajiste a casa.
—No voy a dormir en tu cama, Peter —lo dice con severidad, como una madre o algo así.

Empiezo a estar realmente cabreado aquí.
 
—¿Por qué mierda no? —Casi grito.
—¡Maldición, porque huele a ti, idiota! —me grita y espero que no despierte a Poli o Stefano.
—¿Qué tiene eso que ver con nada? —Me siento en el sofá porque estoy tan cansado de estar de pie.
—¿Qué tiene eso que ver con nada? ¿Eres idiota? ¿En serio? Joder, te amo y tú no me quieres amar nunca más. ¿Cómo se supone que voy a dormir en algún lugar que huele a ti y tener todos esos recuerdos? Me duele sólo estar en tu casa. Me siento como si alguien me estuviera apuñalando en el intestino sentada aquí contigo.—No me mira mientras dice esto, pero siento el dolor saliendo de ella en oleadas. Coincide con el mío.
—Sabes que este sofá tiene muchos recuerdos. Quería quemarlo, pero a Stefano no le gustaba la idea. —Me recuesto a descansar sobre el respaldo del sofá. Siento que podríamos sacar algunas cosas de nuestro pecho y quiero estar cómodo.
 
—Sí, bueno, no huele como tú, así que es más fácil estar aquí que ahí arriba —afirma señalando con el dedo hacia arriba por las escaleras a mi habitación.
—¿Por qué lo hiciste entonces? No hacía falta que me dejaras, habría estado allí para ti. Podríamos habernos ahorrado cuatro meses de dolor. Podrías tenerlo de todos modos. —Miro fijamente la parte posterior de su cabeza y se va a dar la vuelta y hablar conmigo. Dime por qué ella me hizo esto.
 
Ella empieza a juguetear con sus dedos en su regazo.
 
—Fue demasiado para mí. Sé que no fue tu culpa, pero todavía el dolor de lo que perdí y luego tener que verte herido también. Era abrumador. Era inmadura y no podía soportar el dolor que tenía que llevar. Así que te dejé ir pensando que sería fácil, pero no lo fue. Creo que sólo lo empeoraba todo.
 
—Siento que pensaras que tenías que llevar esa carga toda por tu cuenta. Para alguien que tiene tantos miembros de la familia como tú, no veo por qué tienes que hacerlo todo sola. Me gustaría haber estado allí para ti, Lali. De hecho, siempre estoy aquí para ti, para siempre y por siempre. —Suspiro frotando mi mano por mi cara—. Tú no eres la única que estaba herida, lo sabes. Creo que lo que hiciste fue egoísta. Somos los únicos que pasamos por ello. Y me dejaste ir a través de ello por mi cuenta. Diablos, te dejas ir por esto sola. Tienes razón en el hecho de que lo hiciste peor de lo que tenía que ser.

—Lo sé y lo siento. Lo siento mucho por todo. No te merecías lo que te he hecho pasar. Eso es lo que hago cuando entro en pánico. Corro y empujo a la gente lejos. Sé que lo que teníamos era especial y quiero que vuelva a ese lugar. Quiero que seamos felices otra vez.
 
Siento que mi ira hierve la sangre en mis venas.
 
—¿Así que crees que puedes ir andando de vuelta a mi vida y todo volverá a la normalidad? ¿Quién es el estúpido ahora? No puedo estar de nuevo contigo, Lali. Simplemente no puedo. Tú dejándome fue lo peor que he tenido que pasar y no voy a hacerlo de nuevo.
 
Lágrimas silenciosas empiezan a caer por sus ojos y quiero abrazarla, y se necesita de toda mi fuerza de voluntad para no correr con ella.
 
—¿Así que está bien follarme en el coche de tu hermano en público, pero no está bien estar conmigo? Qué manera para hacerme sentir como una puta.
 
Me estremezco.
 
—Eso no es de lo que se trata y lo sabes. Tenemos una conexión fuerte y las cosas suceden. Tú no eres una puta ni nunca vas a ser una puta.
—Sí, entiendo lo que estás diciendo. Me voy a ir ahora —dice y la veo salir por la puerta principal. Quiero levantarme de este sofá y correr tras ella, diciéndole que todo va a estar bien. No lo hago, sólo lloro.



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