miércoles, 5 de junio de 2013

Capitulo 2

 Capitulo 2

Peter 

—Amigo, ésta fiesta está encendida —dice Simon a mi derecha. Los cuerpos se balancean al ritmo de la música. Creo que es una canción de Lady Gaga, ella es sexy y todo, pero prefiero algo no tan pop. Comienzo a responder pero su rostro se llena de asombro.
 
—¿Qué sucede, amigo? —grito por sobre la música.
—Mi hermana menor acaba de entrar. ¿Cómo demonios se enteró de ésta fiesta? Ella ni si quiera se junta con este grupo. —Frunce el ceño y comienza a caminar en esa dirección.
—Espera, ¿cuál es el problema? Déjala que se divierta, hombre. —Casi rio por la expresión de su rostro. Por la forma en la que habla de su hermana menor, creerías que tiene doce en lugar de dieciocho.
—Puede divertirse en su dormitorio lejos de todos éstos jugadores de fútbol americano fogosos. —Mira con desagrado algo y me giro para ver qué es. Personalmente, no veo nada, pero qué más da. No voy a detenerlo.
 
Mientras lo veo caminar, un par de manos cálidas hacen su camino bajo mi polo. Sé que es Belen incluso antes de mirar por sobre mi hombro para encontrarla. Nadie tiene pechos tan grandes como los de ella, y justo ahora los está presionando contra mi espalda.
 
—¿Qué quieres, Belen? —le pregunto a pesar de que ya sé qué es lo que quiere.
—Sólo te quiero a ti, dulzura —ronronea en mi oído.
Mis manos recorren sus brazos hasta llegar a sus manos, y las alejo de mí.
—Lo siento, pero ya no estoy en el menú.
Se ve completamente enojada conmigo y veo su cara tornarse roja.
—No puedes rechazarme, soy tu novia.
 
Alzo una ceja y sonrío. Salimos durante toda la secundaria y juntos decidimos venir a estudiar aquí para que  pudiéramos estar juntos, pero la semana en la que empezamos clases, ella decidió que quería salir con otras personas.
 
—No, no lo creo. Recuerdo que me botaste hace más de ocho semanas.
 
Sus opacos ojos azules se encienden en llamas. Sé qué hará toda una escena, y ya estoy cansado de su drama. Honestamente, fue un alivio cuando me dejó.
 
—¡Yo no te boté! ¡Estábamos en una pausa! —me grita a la cara.
—Sí, lo hiciste. Ahora vete porque esta noche no tengo tiempo para tu loca mierda, perra. —Puede que llamarla perra haya sido demasiado.
—¿Acabas de llamarme perra? ¡Nadie me llama perra! —Cuando creo que va a irse, toma el vaso de una chica que está cerca y procede a arrojármelo. Pero no sólo me da en la cara, sino que también a una chica que intentaba interponerse. Y esa chica luce molesta.
 
No puede medir más de metro y medio, porque la sobrepaso notoriamente. Su largo cabello rizado está pegado a su cara, y el líquido gotea por entre su escote empapando su camisa oscura. No sé qué era lo que me esperaba que hiciera, pero no era el pequeño acto de encajarle a Belen un puñetazo en la cara.
 
—¡Es mi camiseta favorita! ¡La firmó M. Shadows, y tú la arruinaste! ¡Te voy a matar! —Aquella cosita está gritándole a Belen en la cara. Y Belen tiene aquella expresión de ciervo a punto de ser atropellado en su rostro, sumándole a eso la sangre que gotea de su nariz rota. No creo que nadie jamás se le haya enfrentado, y ella no sabe cómo tomarlo.

—Está bien, calmémonos un poco, alejémonos de la princesa perra y vayamos a conseguirte algo de ropa seca.—Envuelvo mi brazo alrededor de su cintura y descubro que ella no pesa nada. Lo cual es un cambio con respecto a Belen, que es casi tan alta como yo y bastante voluptuosa, lo cual no es malo, solamente diferente—Belen, deberías ir al hospital a que te arreglen eso. —Le sonrío con suficiencia y le hago un gesto de despedida con la mano.
 
Tomo la mano de la pequeña chica y la halo a lo largo de las escaleras para que subamos a mi habitación. Abro la puerta, la halo a ella hacia adentro y cierro. Dejé la luz encendida hace rato y me sorprende que aún no haya ninguna pareja haciendo sus cosas aquí. Soy un maniático del orden, y no encuentro nada fuera de su lugar. Mi cama con su edredón azul está tendida y mi escritorio en la esquina tiene todos los papeles en orden.
 
—Siéntate en la cama. Puedo encontrar algo en lo que no quedarás nadando.
—Lo dudo, eres enorme —lo dice justo antes de ruborizarse—. ¡Por Dios! Lo siento, no quiero que me malentiendas. —Miro hacia atrás para verla y veo su rostro ruborizándose con un hermoso rosado. En ese momento me doy cuenta de lo hermosa que es, con su cara en forma de corazón y sus ojos marrones como el chocolate. Me siento atraído por sus labios, que son únicos. El superior es casi invisible y el inferior es más grueso, con aquella apenas perceptible peca al lado derecho de su boca. No puedo evitar pensar en lo fácil que sería morderla y chuparla con mis propios labios. Después de ello, limpiaría toda la cerveza de su pálida piel con mi lengua.
 
Maldita sea, tengo que sacar mi cabeza de aquel sucio lugar.
 
—Entonces, ¿cómo conseguiste que M. Shadows firmara tu camiseta? —le pregunto, tratando de poner mi cabeza en su lugar. Las ocho cervezas que tomé antes están nublando mi juicio.
—Oh, entré por detrás del escenario el año pasado durante el Edgefest cuando estaban tocando. También tengo una foto con los demás de la banda en mi pared en casa. —Luego, parece algo confusa—. ¿Sabes quiénes son Avenged Sevenfold?
 
Me rio y señalo el póster de Nightmare que está en la puerta del armario.

—Sí, tengo todos sus álbumes. También fui al Edgefest el año pasado pero no fui por detrás de escena ni nada por el estilo. ¿Aunque no pensaste que era algo enfermo? Con el solo de batería y todas las luces destellantes y la forma en la que se veían en 3D en la multitud.
 
Ella sonríe y casi caigo sobre mis rodillas. Su rostro se ilumina completamente y juro que es un ángel.
 
—¡Dios mío, no sabía lo de 3D, estaba tras de escena! Eso fue algo locamente genial.
 
Todavía estoy algo atónito cuando ella hala la camiseta sobre su cabeza. Tiene un top de encaje blanco debajo, el cual está mojado y se puede ver a través de él. Mis pantalones comienzan a apretarme en la parte de la ingle cuando logro ver el sujetador negro que está debajo. Mientras comienza a caminar hacia mí, creo que debo estar soñando. Cuando llega a donde estoy, me quita la camiseta que encontré de las manos y se la pone. Había olvidado que encontré mi camiseta de fútbol juvenil. En ese entonces tenía alrededor de 12 años, y a ella le queda perfecta. De alguna manera me siento bien a verla usándola.

Lali 

Me encanta aquella mirada posesiva de su rostro. Aún no puedo creer que me quité la camiseta en frente de él, tuvo que ser el alcohol, porque nunca haría algo así en mis 5 sentidos. Tal vez seis tragos de vodka estuvieron algo de más.
 
Examino su rostro, y juro que lo conozco de alguna parte, es que me es tan familiar. Su cabello castaño cortado a máquina mide como tres centímetros desde su cuero cabelludo, y tiene los más hermosos ojos verdes, que me recuerdan a una esmeralda. Tiene pómulos altos, una mandíbula fuerte con una barba de pocos días, y una nariz perfectamente recta. Veo las líneas de expresión alrededor de sus gruesos labios y me pregunto a qué sabrán. No he besado muchos chicos en mi vida, pero entraría aún siendo inexperta solamente para sentir sus labios contra los míos.
 
La temperatura de la habitación se eleva y desearía sólo llevar puesto el top mientras el sudor aparece en mi frente. Tal vez es sólo porque su cuerpo es ardiente. Quiero recorrer su amplio pecho con mis manos y también sus brazos. Puedo ver los músculos a través de las mangas de la camiseta y son enormes. Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos, quiero decir, estoy cuerda todo el tiempo, no me pongo caliente y húmeda sólo por un tipo que ni si quiera conozco.

—Creo que ahora debemos cambiar tu camiseta. —Pestañeo pensando que no pude haber sido yo quien dijo eso.
 
Me sonríe y alza una ceja de forma presuntuosa
 
—¿Con que es así, nena? ¿Vas a ayudarme?
Me da un escalofrío cuando me llama nena y me pregunto por qué me gustó que lo hiciera.
—Hmmm, no lo creo. —Le sonrío con inocencia—. Imagino que no estarás tan ebrio como yo.
—No, pienso que estoy más ebrio que tú y estoy bastante seguro de que necesito tu ayuda. —Toma mi mano y la pone en el dobladillo de su suéter. No puedo creer que él esté coqueteando conmigo, y aún menos puedo creer que yo también le esté coqueteando. Halo la camiseta de sus abdominales, los cuales están marcados, y luego de sus pectorales, que están muy bien definidos, luego la halo de su cabeza para dejarla en el suelo. Y no sé si pueda culpar al alcohol cuando comienzo a mover mis manos sobre su estómago y las subo hacia su pecho y sigo hasta abrazar su fuerte cuello.
 
Él sonríe y pone sus manos en la parte posterior de mis muslos, alzándolos para que mis piernas rodeen su cintura. Cuando sus labios encuentran los míos, me da un escalofrío y mi piel se pone como de gallina. Se siente lo mejor del mundo cuando su lengua juguetea con la mía y nuestros labios se mueven en sincronía. El beso se extiende infinitamente y apenas puedo respirar. Empieza a caminar hacia adelante y luego caigo.
 
Aterrizo en la cama antes de darme cuenta de que está encima de mí. Descansa parte de su peso en sus antebrazos, que están cerca de mi cabeza, y sus dedos acarician mi cabello. Me pregunto por qué no está besándome, entonces veo sus intensos ojos verdes.
 
—Eres muy hermosa, nena —dice finalmente y luego posa sus labios sobre los míos.  

Mis manos agarran su cuello, aferrándose al beso de mi vida. Sus labios sueltan los míos de nuevo, para poder levantarse sobre sus rodillas. No puedo evitar pensar cuán hermoso es, con su piel bronceada y sonrojada. Él agarra el dobladillo de mi camiseta tirándola, así que me levanto para que pueda halarla de mi cabeza. Tanto la camiseta como el top que llevaba debajo caen al suelo, dejándome en sujetador y pantalones de mezclilla. Así que voy un paso más allá y desabrocho los ganchos de la parte de atrás del sujetador y lo boto al suelo junto a mis camisetas.

Se pasa la mano por la cara y exhala un chorro de aire. Entonces me empuja hacia abajo y sus manos se ahuecan sobre mis pechos desnudos. De nuevo me encuentro sin aliento cuando sus labios devoran los míos. Después, los besos se alejan de mi boca y empiezan a bajar por mi cuello en forma de lametones y mordiscos, y hago todo lo posible para no gemir. Cuando llega a mi pezón derecho y lo chupa con su boca, sólo puedo gemir.
 
—Haz ese sonido de nuevo, nena —me dice mientras se mueve hacia mi pezón izquierdo y lo hago. Lo suelta con un pop y hace el mismo camino de subida a mi boca, y me besa de nuevo.

Peter 

No puedo creer que esto esté pasando. Quiero decir, sé que estoy bastante ebrio pero ésta es la chica más atractiva que alguna vez he visto y ahora está en mi cama con el torso desnudo. Sus pechos son perfectos, del tamaño correcto como puñados con pequeños pezones rosados. Su vientre es plano y tiene un tatuaje asomándose bajo sus pantalones de mezclilla, y no puedo estar seguro pero creo que dice “Sin palabras”. Supongo que simplemente tendré que averiguarlo. Desabotono sus pantalones de mezclilla y halo la cremallera hacia abajo. Muevo mis manos hacia su cintura y levanta su cadera para que yo pueda tirar de ellos.
 
Caray, su tatuaje realmente dice sin palabras, y sus pantaletas coinciden con el sujetador que se quitó. Lo tengo tan duro que realmente duele, así que me muevo para quitarme los pantalones de mezclilla y mi bóxer se va con ellos. Cuando éstos caen al piso, dejándome desnudo, vuelvo a donde estaba con ella en la cama. Me recuesto en mi lado junto a ella y se mueve justo cuando yo lo hago, y nuestros labios se encuentran de nuevo. Sus manos se mueven alrededor de mi cuello y me dan escalofríos por su ligero tacto. No puedo creer lo encendido que estoy. Nunca ha sido así con nadie más.
 
Muevo mi mano bajo sus pantaletas y deslizo mis dedos hacia adentro. Ella arquea su espalda cuando introduzco uno de mis dedos dentro de ella, y suelta un gemido en mi boca. Y en ese momento alguien golpea en la puerta.
 
—Mierda, espera un minuto, nena, y me desharé de ellos —le digo. Asiente con su rostro hermosamente sonrojado mientras me levanto para ponerme el bóxer y abrir la puerta. Apago la luz antes de abrir ya que ella está prácticamente desnuda.
 
Abro la puerta y veo a Simon.

—¿Qué pasa, hombre?
—Tengo que irme, así que necesito mi chaqueta. Imaginé que estarías echándote un polvo, pero necesito mis llaves. —Él sonríe.
—Mierda, olvidé que la habías dejado aquí. —Me giro y la alzo de la perilla interna de la puerta—. Aquí tienes —le digo cuando se la entrego.
—¿Quién está ahí? —me pregunta inclinando su cabeza hacia mi habitación a oscuras—. Oh, y, ¿quién rompió la nariz de Belen?
—Ummm, ¿podemos hablar de eso luego? Estoy en medio de algo. —Le doy una mirada que claramente dice “vete ahora mismo”.
 
Él se aleja de la puerta sosteniendo la chaqueta sobre su hombro.
 
—Lo lamento hombre, ya mismo me salgo de tu cabeza. Te veré mañana en el juego. —Se gira y baja por las escaleras.
 
Sacudo mi cabeza y vuelvo a mi habitación. Cierro la puerta y vuelvo a prender la luz para poder ver cada centímetro de ella. Ella yace allí, con los brazos sobre su cabeza dormida. Me rio entre dientes en voz baja para no despertarla. Apago la luz de nuevo y me meto en la cama a su lado y la halo hacia mí. Suspira en sueños y pone sus brazos alrededor de mí. No pasa mucho tiempo antes de me quede dormido.

35 comentarios :

  1. Mas por favor esta Nove me encanta!

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  2. Cuando puedes subir el siguiente cap??

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  3. El Proximo por favor

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  4. Subeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  5. +++++++++++++++++++++++++++++++

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  6. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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