Capitulo 18
Mar
Mis manos sudan.
Miro el reloj.
Miro el reloj.
El minutero se mueve increíblemente lento. El eco de cada tic resuena alrededor de la tienda. Envío a Cande a casa temprano porque seguía riéndose de mí y nada de esto es gracioso. Debería haber llamado y haberle dicho que caminaría a casa pero no tengo su número y no es como si pudiera llamar a la guía telefónica y pedir el maldito número de Peter Vargas.