lunes, 19 de agosto de 2013

Capitulo 7

Lali

Sueños, ellos complican mi vida

Los mejores sueños románticos son aquellos realmente intensos donde el sueño todavía permanece después que despiertas. Si eres muy afortunado, el sueño perdura por días. Tuve uno de esos sueños anoche.

Sobre Peter.
 
Recuerdo como se sentía estar con él tan claramente. Como si fuera ayer en lugar de hace seis meses.
 
Me he estado preguntando cómo sería ir de vuelta a Sea Bright este verano. Cómo sería ver a Peter otra vez. Pero ni siquiera sé si estará ahí. Y el verano está a mucha distancia.
 
―Estás goteando ―me notifica Rochi.
 
Tierra a Lali: presta atención. Estás en una reunión de Un Mundo. Todos estamos pintando cartel para nuestra nueva iniciativa de viviendo verde. La parte ―verde― del ―ve verde― debería ir pintado de verde. No verde con manchas azules.
 
―Al menos que vayas por el efecto de una Tierra ―dice Rochi.
 
―No. Estaba… pensando sobre el verano pasado.
 
―¿Otro sueño con Peter?
 
―Oh sí. ―Esta no es la primera vez que tengo un sueño permanente sobre Peter. Ellos han estado ocurriendo más frecuentemente por alguna razón.
 
Mientras estoy borrando las manchas azules, Euge se acerca a donde Rochi y yo estamos pintando nuestro cartel en el suelo.

―¿Podemos irnos a las 4:30 en lugar de a las 4:00? ―pregunta ella―. Quiero filmar drama, pero ellos no empiezan a ensayar hasta las cuatro. Estoy haciendo un segmento de su adaptación de Grease.
 
―Eso es genial ―digo―. Me dará más tiempo para arruinar otro cartel.
 
―Oye, ¡felicidades por llegar a cien mil! ―le dice Rochi a Euge―. Eso es increíble.
 
Conseguir 100,000 suscriptores para Un Día en la Vida ha sido una meta para Euge por bastante tiempo. Ella en realidad, estaba obsesionada. Era como si llegar a ese número iba a hacerla sentir mucho más importante por encima de tener ya toneladas de admiradores. Pero tan pronto como lo consiguió, inmediatamente empezó a hablar sobre llegar a 150. No parece como si ella siquiera aprecie este logro en el que trabajo tan duro. O quizá solo está de mal humor debido a Nico.
 
―Las veo al frente. ―Mientras Euge se va, le dice adiós a Carly, la presidente de Un Mundo.
 
―¿Hay alguien a quién Euge no conozca? ―pregunta Rochi.
 
―No realmente. La chica es una superestrella.
 
―Entonces… ¿Te dijo algo con respecto a Nico?
 
―Solo lo que ya sabemos.
 
―Me pregunto por qué duró tanto tiempo fingiendo que todo estaba bien. ―Rochi se estira por la pintura púrpura―. Somos sus mejores amigas. ¿Por qué pretendería con nosotras?
 
―Es vergonzoso admitir que tu relación no es lo querías que fuera. ―Yo debería saberlo.Cada chico con el que he estado ha sido una colosal decepción. Excepto Peter.
 
―¿Pero si no le puedes decir a tus mejores amigas, entonces quién?
 
―Ella no le quería decir a nadie. Supongo que estaba esperando que las cosas mejoraran.
 
No hablamos por un tiempo. Solo pintamos. Siempre me sentía algo incómoda cuando Rochi y yo hablábamos sobre Euge. O cuando Euge y yo hablábamos sobre Rochi. No que eso me detuviera.
 
―Me pregunto si el sexo tiene que ser así ―dice Rochi.
 
―¿Así cómo?
 
―Como una vez que lo haces, jamás puedes regresar a sólo besar.

Euge y Nico tuvieron una enorme pelea la otra noche. Ellos estaban besándose en su habitación. Eso es todo lo que Euge quería hacer. No se sentía con ánimos de tener sexo. Ella me dijo que desde que empezaron a tener sexo el año pasado, Nico esperaba que cada vez que se besaban terminara en sexo. Cuando Euge le dijo a Nico que no se sentía de ánimos, él lo tomo como una ofensa. La acuso de no quererlo más. Por supuesto eso no era cierto. Ella simplemente no quería en ese instante.
 
Nico salto fuera. Ellos todavía no se hablan.
 
―Es un problema sin solución ―digo.
 
―Exacto. Ella no quiere romper, pero no pueden regresar a cómo eran antes.
 
―Ella dijo que quiere la magia de regreso. Quiere que las cosas se sientan como lo hacían cuando empezaron a salir.
 
―¿Cómo es el que sexo solo es emocionante por el primer año? No parece correcto.
 
―No creo que así sea para todos. Quizá…
 
―¿Qué?
 
―No lo sé. Quizás ellos no son la mejor pareja.
 
―Pero ellos siempre lucen felices. Oh, mierda. ―Rochi baja su pincel. Sostiene fuera su bufanda plateada y limpia un poco de pintura purpura que cayó sobre ella―. De todos modos. Esta es la primera gran pelea que tienen.
 
―Que sepamos. Nunca puedes saber todo lo que está sucediendo en la relación de alguien más. Ni siquiera las personas en la relación saben todo.
 
―¿Benja sabe sobre Peter?
 
―No. ―Benja y yo hemos estado saliendo por dos meses. Él me llama su novia y todo. Es un gran chico. Pero no pienso en él como mi novio. Nunca lo he llamado así.
 
Carly coloca su cartel sobre la mesa para que se seque. Ella dibujo diferentes ejemplos de cómo reducir nuestro impacto ambiental. Hay secciones para cosas como plantar árboles, compartir el auto y reusar. Carly es tan apasionada sobre proteger nuestro Planeta. Ella definitivamente va en Ciencias Ambientales.
 
Debe ser genial saber qué quieres hacer. Sé que quiero hacer del mundo un lugar mejor. Simplemente aún no sé cómo exactamente.
 
Rochi y yo nos acurrucamos en nuestros suaves abrigos, sombreros, guantes y bufandas. Mientras estamos esperando afuera por Euge y empieza a nevar. Rochi y yo tenemos muchas cosas en común. Amor por la nieve no es una de ellas. ¿Qué puedo decir? Soy una chica devota al verano.
 
―¡Woo! ―Rochi corre alrededor en círculos. Ella ama todo sobre la nieve. Jugar en ella, hacer hombres de nieve con ella, deslizarse. La nieve regresa a Rochi al preescolar. Pero este incesante y frío febrero me hacer querer que el verano llegue aún más rápido.
 
Me quedo parada bajo la nieve mirando arriba hacia el gran y blanco cielo. Desearía saber dónde está Peter ahora mismo. Podría estar en cualquier sitio. Probablemente en alguna universidad muy lejana. ¿Pero que si no está tan lejos? ¿Está nevando donde él está? Me mata pensar que él podría estar en algún lugar cerca de New Jersey, o quizá incluso en New Jersey, pero no hay manera para mí de averiguarlo.
 
―¡Lo siento, lo siento! ―Euge se acerca a nosotras―. ¿Cuándo empezó a nevar?
 
―Hace unos minutos ―digo.
 
―¿Y Rochi todavía no ha hecho un hombre de nieve?
 
―No se va a adherir ―intuye Rochi.
 
―¿Cómo lo sabes? ―pregunto.
 
―Mira cuán liquida está sobre el suelo.
 
―Todo en lo que puedo pensar es chocolate caliente ―dice Euge―. Vamos.
 
Esto no es solo cualquier chocolate caliente. Estamos hablando de un decadente chocolate caliente hecho con tres tipos diferentes de chocolate. Es legendario. La mejor parte es que viene con un esponjoso rectángulo de malvavisco casero deliciosamente derretido justo arriba.
 
Cuando llegamos a la Fuente, estamos felices que nuestro sofá este libre. La Fuente es esta heladería a la vieja escuela con banquetas repartidas a lo largo del mostrador y lindas mesas por todo el lugar. Pero no estamos interesadas en sentarnos en ningún lugar excepto el sofá purpura de terciopelo.
 
Rochi corre hacia nuestro sofá. Lanza su bolsa para reclamarlo. Luego se da vuelta y nos hace gesto con un fluido movimiento.
 
―¿Asientos VIP, señoritas?
 
No hay nada como estar calientita adentro con tus mejores amigas cuando está helando afuera. Vamos por nuestros chocolates calientes y nos apretujamos sobre el sofá con Euge en el medio.

―¿Dónde está tu malvavisco? ―le pregunta Euge a Rochi.
 
―Nueva dieta ―explica Rochi―. Ninguna comida blanca.
 
Rompe mi corazón cada vez que Rochi empieza una dieta nueva. Ella es hermosa justo de la manera en que es. Pero nunca me escucha cuando le digo eso. Es como si hay algo empujándola a buscar por la dieta perfecta que la hará perfecta.
 
―¿Así que, como te fue en drama? ―le pregunto a Euge.
 
―Bien. Todavía no estoy segura. Aiden Harris me estaba distrayendo.
 
―¿Con su hermosura?
 
―¿Con que más?
 
―Sus ojos ―dice Rochi embelesada.
 
―Su todo ―agrego.
 
―Pero creo que puedo improvisar un clip decente ―dice Euge.
 
―Um, estoy segura que Srta. Cien mil saldrá con algo brillante ―digo.
 
―Como sea. La chica gatitos tiene cerca de un millón de suscriptores.
 
―La chica gatitos es intelectualmente desafiada ―le recuerdo―. ¿Realmente estás comparando Un Día en la Vida a esos otros canales? Incluso los buenos no son tan exitosos. El Chico Ideas de Arte tiene mucho menos suscriptores que tú y es divertidísimo.
 
―Más que hilarante ―dice Rochi―. Viste una en la que está etiquetando objetos cotidianos como arte y sale este tipo que duerme en el sofá y él dice como, ¿tu hermano desempleado de cuarenta años que no hace nada y vive con su madre? ¡Arte!
 
―Y esa es su exhibición de arte, sí.
 
―¡Doble Arte! ―gritamos.
 
Una pareja de ancianos compartiendo un sundae nos mira y parecen molestos. Es difícil calmarse cuando nos ponemos así. Me encanta cuando las tres estamos drogadas en amistad. Nuestras voces suben unos diez decibeles en volumen. Nos ponemos todas vertiginosas y gritonas y todo nos hace reír. Yo puedo decir que la droga de amistad está haciendo a Euge sentirse mejor. Su mal humor se está desintegrando rápidamente.
 
―Me gustan las verduras paranoicas ―continúo.
 
―Me gusta el tipo que toca las verduras ―dice Rochi.

―Un Día en la Vida necesita algo de verduras ―decide Euge.
 
―Verduras cantando ―sugiero.
 
―¡Verduras quemándose! ―exclama Rochi.
 
La pareja del Sundae está alarmada.
 
―No, entonces sería como ese tipo que se sopla la nariz y luego lo muestra a todo el mundo ―le digo.
 
―¿Cuántos usuarios tiene? ―Quiere saber Euge.
 
―No vas a volar cosas para conseguir suscriptores. Mira cuántos ya tienes sólo por ser tú misma. Mantenlo con clase.
 
―Al igual que el hombre que sopla su nariz y luego lo muestra a todos ―dice Rochi.
 
―¡Eeeeewww! ―gritamos Euge y yo.
 
La pareja del Sundae no está feliz.
 
―No hablen tan alto chicas, están asustando a los viejitos ―advierte Euge.
 
―Ese tipo que vocifera sobre el fin del mundo, da miedo ―dice Rochi.
 
―Súper terrorífico ―aclara Euge―. Las predicciones paranoides son taaan del año pasado.
 
―No es necesario que utilices un truco publicitario ―le aseguro a Euge―. Todo el mundo te ama.
 
―Ellos me aman aún más por compartir la magnificencia de Aiden Harris. Suponiendo que me concentré lo suficiente como para encender la cámara. ¿Cómo dejé que me distrajera tan fácilmente?
 
―Aiden Harris distrae a todo el mundo ―dice Rochi―. Es la ley.
 
―Nico me mataría si supiera que estamos coqueteando.
 
―No si Aiden estaba haciendo todo el flirteo ―le digo.
 
Euge mira hacia el techo, tomando su chocolate caliente. El acto inocente exagerado no está engañando a nadie.
 
―¿De cuánto coqueteo estamos hablando?
 
―Suficiente para que él sepa que estoy interesada.

Rochi y yo intercambiamos una mirada detrás de Euge.
 
―No sabía que estabas tan enojada con Nico ―dice Rochi.
 
―¡Por supuesto que estoy enojada! ¿Cómo te sentirías si tu novio esperara tener sexo cada vez que viene?
 
―No lo sé ―murmura Rochi.
 
―Solíamos ser felices. Antes quería hacerlo todo el tiempo. Pero ahora es como si… todo es acerca del sexo. Si yo no tengo ganas de hacerlo, Nico lo toma como algo personal. Y si me da la gana de hacerlo, le preocupa que no esté realmente interesada en hacerlo. ¿Por qué está haciendo todo tan complicado?
 
―El sexo complica las cosas ―dice Rochi.
 
―Esto viene de alguien que ni siquiera tiene un novio ―contraataca Euge. Ella está agarrando su taza con tanta fuerza que me sorprende que no se agriete en mil pedazos.
 
Rochi parpadea hacia ella.
 
―Lo siento ―dice Euge―. Estoy en estado vil. Debo irme.
 
―¡No! ―Agarro el brazo de Euge―. No te vayas.
 
―Está bien. Tengo un montón de trabajo que hacer si quiero revisar el sitio para el próximo mes. ―Euge se levanta y se pone su abrigo―. Nos vemos luego.
 
Vemos a Euge irse. Colapsar luego de un saludo con amigas es duro.
 
―Ni siquiera notaste a esos chicos, ¿verdad? ―pregunta Rochi.
 
―¿Qué chicos?
 
―Lo sabía.
 
―¿Qué chicos?
 
―Por ahí. ―Rochi inclina la cabeza en su dirección.
 
Miro. Dos chicos lindos están sentados junto a la ventana. Yo podría reconocerlos de la escuela, pero no estoy segura.
 
―Son lindos y todo, pero…
 
―Pero ya tienes un novio.
 
―¿Ahora le estamos diciendo así?

―Y Euge ya tiene un novio ―suspira Rochi. Ella bebe un sorbo de chocolate caliente sin malvaviscos. Me gustaría que no se privara a sí misma de su exquisitez esponjosa.
 
―¿Qué pasa contigo? ―le pregunto.
 
―Los chicos siempre se fijan en ti y Euge. Nunca me notan. No me malinterpreten, estoy feliz por ustedes. O trato de estarlo. Es como si mi tanque de autoestima se quedara atascado en la cuneta a veces.
 
―Oh. ―Me deslizo a Rochi y pongo mi brazo alrededor de ella―. Los chicos se fijan en ti.
 
―No es así.
 
―¿Cuánto tiempo te has sentido así?
 
―Mucho tiempo.
 
―¿Por qué no dijiste nada?
 
―Porque yo sabía que iba a sonar como que estoy lanzando un partido de la compasión. y suena como que estoy lanzando un partido de la compasión.
 
―No, no es así.
 
―Ni siquiera podemos tener torta en esta fiesta. No hay alimentos blancos.
 
Aprieto su hombro con simpatía.
 
―Se siente como si voy a estar sola para siempre.
 
―¿Qué hay de Pablo?
 
―¿Qué pasa con Pablo? Ni siquiera sabe que existo.
 
―Te notaria si empezaras a hablar con él.
 
―¿Quieres decir que hable con él y lo invite a salir para que se muera de la risa justo en frente de mí? Gracias, pero paso.
 
―Tienes que tomar un riesgo si quieres que las cosas cambien.
 
―No tengo que hacerlo. Benja empezó a hablar contigo. Benja te invitó a salir. Lo mismo con Euge y Nico.
 
―Pero es aterrador acercase a alguien ―le digo―. No importa quién empiece.
 
―Sí, pero es menos aterrador cuando no eres la que toma el riesgo.

―¿Qué pasó con lo de seguir a tu corazón? ¿No es eso lo nuestro?
 
Rochi sorbe el resto de su chocolate caliente sin malvaviscos. La mirada desesperada en sus ojos me pone triste. Todos hemos estado allí. Sentir que las cosas nunca van a mejorar. Al igual que nunca encontraremos a alguien para amar. Pero Rochi es increíble. Ella debe tomar totalmente el riesgo con Pablo. Seguir a tu corazón significa permitir la posibilidad de encontrar el verdadero amor y ser más fuerte que el miedo al rechazo.

****

El reconfortante olor a salsa para pasta fresca me saluda cuando llego a casa.
 
―Ven a ayudarme a picar la ensalada ―llama mamá desde la cocina.
 
Me encanta cortar ensalada. La ensalada sabe mucho mejor cuando esta troceada. Cortar todas las verduras en trozos pequeños me pone en una zona catártica.
 
―¿Cómo estuvo tu día? ―pregunta mamá.
 
―Estuvo bien. ―Tomo la lechuga romana del colador y la apilo en una tabla de madera grande. Entonces corto en el centro de la pila y comienzo a mecer el cuchillo hacia atrás y adelante.
 
―¿Está segura de eso? ―dice mamá mirándome desesperadamente cortar.
 
―¿Alguien puede ser feliz? Quiero decir, ¿es la felicidad algo que en realidad se puede lograr? ¿O es sólo una promesa elusiva que seguimos persiguiendo siempre?
 
―¿A qué viene todo esto?
 
―No lo sé. Todo.
 
Mamá pone un poco de zanahorias peladas en la tabla de cortar.
 
―Por supuesto que es posible ser feliz. Pero nadie está feliz cada minuto de cada día. Hay demasiadas variables cambiantes.
 
Pienso en Benja. Él es un buen tipo. ¿Acaso no soy feliz con él a causa de algo que falta entre nosotros? ¿O es que solo estoy feliz cuando pienso en estar con Peter?
 
―Voy al cine con Benja el sábado por la noche ―le digo.
 
―Debes estar en casa a la una.
 
Mis padres siempre han sido buenos en dejarme hacer lo que sea. Ellos me dan mucha más libertad que a otras chicas. Me gusta haberme ganado su confianza. Papá dice que es porque nunca les he dado ninguna razón para dudar de mi juicio. Me ven como una buena chica que nunca haría nada impactante.
 
Limpio mis cajones de la mesa después de la cena, encuentro el brillante confeti que guardé del verano pasado en la pista de patinaje con Peter. Primero el sueño. Luego pienso en lo que le decía a Rochi de seguir tu corazón. Y ahora esto.
 
Tengo que encontrarlo. Tiene que haber una manera.

4 comentarios :