jueves, 15 de agosto de 2013

Capitulo 4

Peter

De vuelta a lo básico por ti

Me estiro para ayudar a Lali a levantarse. He estado muriendo por tocarla todo el día. La manera adorable en que acaba de caer es una oportunidad perfecta.
 
—¿Estás bien? —pregunto.

Lali alcanza mi mano. La levantó. Cuando ella se tambalea en sus patines, pongo mis brazos alrededor de ella. Se presiona contra mí.
 
—Estoy bien —dice ella.
 
Me toma un minuto dejarla ir. Quería sostener su mano antes cuando estábamos caminando alrededor. Y en el lugar de la nevada realmente quería besarla, saborear sus dulces labios tangerina en los míos.
 
Pero tengo que calmarme.
 
Si la toco y la beso como quiero, estaré en ello de nuevo. No puedo ir allí. Esta podría ser la última vez que nos veamos. Estoy sorprendido de que mi corazón disfuncional todavía esté latiendo luego del pisoteo que soportó. En la graduación. Por una chica que dijo que me amaba. ¿Quién deja a su novio en la graduación?
 
Oh, espera. Mi ex novia lo hace.
 
Resulta que Mery tenía todo un discurso de graduación preparado solo para mí. No quería que estuviéramos atados en la universidad. Sería demasiado doloroso solo verme unas pocas veces al año. Ella hasta sacó la clásica excusa de que las relaciones a larga distancia nunca funcionan. Para hacer las cosas aún más surrealistas, soltó todo esto mientras estábamos con nuestros birretes y togas antes de la ceremonia. Estábamos en el gimnasio con el resto de nuestra clase, esperando en fila para salir a la cancha de futbol. Al menos me llevó a una esquina a romper conmigo. Pero todos podían decir qué estaba pasando. En el espacio de cinco minutos, Mery aniquiló todo lo que éramos. Todo lo que pudimos haber sido.
 
Me arriesgué dándole ese oso por el día de San Valentín. Al segundo en que lo vi, supe que ella lo amaría. Supe que tenía que finalmente mostrarle que me gustaba. El oso era una señal de que era tiempo de dejar de tener miedo. Mery dijo que sí cuando la invité a salir. Todo estaba yendo perfecto. Nunca imaginé que nos estrellaríamos e incendiaríamos.
 
Este se supone que sería el mejor verano de siempre. Mi último verano de libertad. En su lugar, pasé la mayoría de este quejándome alrededor de la casa. Sin querer ir a ningún lado. Sin querer hacer nada.
 
Pero ahora Lali está tomando mi mano. Estamos impulsándonos en nuestros patines. Ella está volando aún más rápido que antes. Y lo sabe “Take It on the Run”.
 
Las cosas están dirigiéndose hacia arriba.
 
Cuando estamos cansados y sentados a un lado, un grupo de chicas teniendo una fiesta de cumpleaños en patines cerca. Una de las chicas está lanzando confeti a sus amigas. Alguna de ella cae en nosotros. Lali se ve como si tuviera cinco, sonriendo mucho mientras chilla por el confeti. Recoge un poco del banco y lo pone en su bolsillo. No estoy sorprendido de que quiera quedarse con un poco. El confeti es brillante. Lali se ve como una chica que le gustan las cosas brillantes.
 
Tomo nota mental de hacer algo con confeti en un collage futuro. Tal vez haré uno para Lali.
 
—Adiós, cabina de fotos —le dice Lali a la cabina de fotos mientras salíamos—. Hasta que nos veamos de nuevo.
 
—¿Has ido al Red Bank?
 
—Sí.
 
—Ese pueblo es intentarlo demasiado. La gente sigue diciendo cuán artística y genial es. Yo estoy como, sí, si tu definición de artístico es cafeterías forzadas y tiendas de cadena.
Pero está única tienda con otra cabina de fotos vintage.
 
—Cualquier lugar con una cabina de fotos vintage es genial.
 
—También tienen quitapenas.
 
—¡Me encantan las quitapenas!

—Por supuesto que sí.
 
Sosteniendo la puerta abierta para Lali, saludo al tipo detrás del mostrador. Lali no lo nota. Lo que es algo bueno. El tipo detrás del mostrador es mi papá. Quién no se supone que esté aquí hasta más tarde. Casi choco en patines contra la pareja en frente de nosotros cuando lo vi entrar. Lali pensó que sólo nos iba a comprar unas bebidas, pero fui a hurtadillas hacia mi papá y le pedí que nos ignorara. No quiero que Lali sepa que a él le pertenece la pista. Papá es bueno dándome privacidad cuando hay chicas involucradas. Se ha puesto cada vez más genial últimamente en general. Todo lo que usa ahora son camisetas andrajosas y jeans desgarrados que lo vi usando en fotos de la universidad. Además está hablando acerca de comprar una motocicleta. Hasta lo vi ver catálogos de viajes en su pieza de lugares como Islandia y Australia.
 
Lali claramente le encanta este lugar. Sabía que lo haría, lo que es porque vinimos. Estoy seguro de que ella querría conocer a mi papá. Pero es algo embarazoso cuán duramente a la vieja escuela es este lugar. Sin renovar. Cayéndose a pedazos. El techo tiene fugas en un aguacero. Una mirada a las enormes casas en la colina me dijo que esta chica está acostumbrada a cosas más finas. Ella espera un cierto nivel de elegancia. Es una cosa para ella divertirse en la pista. Descubrir que le pertenece a mi papá podría desencantarla. Su papá probablemente es uno de esos doctores de renombre mundial de quién es imposible obtener una cita. En tanto que Lali me esté ayudando a escapar, quiero ser el chico que pueda estar a su nivel.
 
Hoy ha sido asombroso. Es refrescante salir con alguien que no me conoce como El Chico Que Fue Abandonado en la Graduación. Toda esa angustia se evapora cuando estoy con Lali. Si la presentara a mi papá, estaría dando un paso más cerca a dejarla entrar.
 
No puedo. Ir allí.
 
Mientras caminamos por el paseo tablado; debato si sostener o no la mano de Lali. Ella de pronto se detiene en frente de un puesto de juego. Es ese raro donde tienes que lanzar agua en las bocas de los payasos.
 
Ella suspira dramáticamente.
 
—Me encanta.
 
—¿Quién?
 
—Él. —Ella apunta la fila de animales de peluche colgando sobre los payasos—. El unicornio morado.
 
—¿Deberíamos intentar ganarlo?

—Es escurridizo. He intentado un montón de veces. Pero tengo una puntería horrible. Intentaría de nuevo, pero de hecho tengo que irme.
 
Mi corazón cae. Estaba esperando que pudiéramos pasar el rato un poco más esta noche.
 
—Tengo esta estúpida comida que mis padres hacen cada año —explica—. Es como un requerimiento que esté allí.
 
—Suena enloquecedor.
 
—Oh, son tiempos salvajes. Los vecinos invaden nuestra casa para hablar acerca de la falta de mujeres de la limpieza y presumir sobre donde pasarán el invierno.
 
—Conversación chispeante.
 
—Pero puedes reunirte mañana en la mañana antes de que te vayas, ¿no?
 
—Totalmente. ¿Nos encontramos en la gaviota a las nueve? —La gaviota es esta estatua de gaviota donde comienza el paseo entablillado. Es donde nos encontramos hoy.
 
—Bien.
 
Estoy intentando no pensar en lo que pasa después de mañana. Después de que digamos adiós. Voy a darle a Lali mi información de contacto. Con suerte, me dará la de ella.
 
Lali me abraza. Le devuelvo el abrazo. Realmente quiero besarla. Pero es incómodo. La gente está pasando cerca. Este chico al otro lado del camino está discutiendo con su papá que el algodón de azúcar no arruinará su cena. Y ha estado sofocante todo el día. No quiero saber a qué huelo.
 
—Así que… te veo mañana —dice Lali.
 
—Sí. Mañana.
 
Entonces nos vamos en caminos diferentes.

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