Capitulo 16

Capitulo 16

Peter

A la mañana siguiente Lali fue a la escuela en mi coche y esta vez, no me hizo dejarla a la vuelta de la esquina. Al principio nadie nos había prestado mucha atención, pero cuando entramos en el patio supe que alguna mierda estaba a punto de descender.

―Peter, ¿qué te pasó? ―Euge fue la primera en notarme. Estaba sentada en la pared con Hope y Nico, quien parecía que estaba tratando de sacar el mayor provecho posible de mi ausencia. Sin embargo, no parecía como que Euge mostrara mucho interés y no pude evitar sentirme mal por el hombre.
 

Me pase una mano por el cabello libre de gel, sintiéndome cohibido.
 

―Ya era tiempo de cambiar.
 

―Me gusta. Mucho ―dijo Euge, levantando sus cejas sugestivamente. De repente, cambió toda su actitud y estrechó sus ojos hacia algo detrás de mí―. ¿Qué quieres, Barbie?
 

Mi corazón se hundió y miré sobre mi hombro para ver a Lali de pie detrás de mí pareciendo condenadamente nerviosa. Mierda. Casi me había olvidado de ella. Le hice señas para que Lali se acercara, y dio un paso junto a mí, torciendo una parte de su cabello alrededor de un dedo.
 

Cuando puse mi brazo alrededor de ella, las cejas de Euge se dispararon tan altas que casi desaparecen en el nacimiento de su cabello.
 

―Está conmigo.

―¿Ella qué? ―La boca de Nico colgaba abierta mientras nos miraba como si esperara a que alguien saltara y gritara: ¡Día de los inocentes!
 

―Ya me oíste. Está conmigo. Estamos saliendo.
 

La cara de Hope se volvió pálida, y agarró la cadena alrededor de su cuello, como si eso la protegiera de mis palabras.
 

―Eso es... um... eso es...
 

―…¡Una mierda! ―Euge terminó con voz tan fuerte que atrajo la atención de todos. Genial. Ahora teníamos audiencia―. Quiero decir, esto es obviamente una especie de broma, ¿no es así, Peter? Sólo estás jugando con nosotros, ¿no? Bueno, nos atrapaste, así que Barbie puede largarse ahora.
 

Antes de que pudiera decir algo, Lali habló.
 

―Mi nombre es Lali, no Barbie, y la única broma por aquí es tu cabello grasiento.
 

Oh, mierda. ¿Por qué no podía Lali sólo mantener su maldita boca cerrada? Euge parecía como si quisiera caerle a palos a Lali.
 

―¿Qué acabas de decir?
 

―¿Tienes problemas de audición? ―preguntó Lali fríamente, levantando una ceja―. Puedo arreglar eso para ti si lo deseas.
 

―Está bien, es suficiente de dulce conversación para un día ―dije y puse una mano sobre la boca de Lali. Luchó contra mi agarre mientras me inclinaba hacia su oído―. No me hagas besarte otra vez, porque lo haré. ―Inmediatamente dejó de luchar y me lanzó una mirada furiosa. Con una sonrisa, la solté y volví hacia mis amigos.
 

Euge estaba viendo nuestro intercambio con furia en sus ojos.
 

―Así que esa es la verdadera razón por la que no conectaste conmigo el otro día, el por qué desde entonces no me has invitado, debido a ella.

―Euge, sabías que las cosas entre nosotros no eran serias. ―Me sentí como un completo idiota, pero no sabía qué más decir.
 

―¡Lo sé! ―espetó Euge―. Pero no pensé que me cambiarías por una egocéntrica, egoísta estúpida.
 

―¿Qué sucede? ―preguntó una suave voz detrás de nosotros.
 

Genial. Gaston estaba aquí.
 

Era él, al que me preocupaba más enfrentar. Gaston me conocía mejor, y mis sentimientos eran generalmente bastante transparentes para él.
 

Era el único con el que tendríamos que esforzarnos de convencer de toda esta farsa. De lo contrario, vería a través de ella en diez segundos.
 

Puse un brazo alrededor de la pequeña cintura de Lali y la atraje hacia mí. Ella pareció sorprendida por mi franqueza, pero no se alejó. Si lo hubiera hecho, habría sido evidente que no estábamos juntos.
 

Teníamos que hacer que todo el mundo pensara que éramos una verdadera pareja, no que simplemente estábamos fingiendo.
 

―Están saliendo ―dijo Nico lentamente, haciendo un gesto con la cabeza hacia mí.
 

Gaston miró de Lali a mí, con una expresión neutra. Se rascó la cabeza de manera cómica antes de abordarme.
 

―¿Estás malditamente loco? ¿Estás saliendo con ella? La odias. ―Lo dijo en un tono tan casual que a Lali le tomó un momento asimilar sus palabras.
 

Ella levantó la cabeza para estudiarme.
 

―¿Le dijiste que me odiabas? ―preguntó en voz baja―. ¿Realmente nos hundiste en un agujero, no?
 

Las miradas de todos estaban dirigidas a mí, a la espera de respuestas, esperando una explicación. Ayer, habíamos pasado posibles escenarios que tendríamos que afrontar, pero era un infierno mucho más difícil tratar de recordarlos cuando tus amigos te estaban mirando como si estuvieras llevando un tutú. Era como si tu mente se pusiera en blanco mientras mirabas el cañón de un arma.
 

Tragué saliva.
 

―Chicos, no los culpo si no entienden, pero respeten que Lali y yo estamos juntos y dejen de molestarme. Sucedió y nos estamos conociendo. No es gran cosa.
 

―Por lo tanto, ¿no fue gran cosa cuando ella lanzó café sobre Hope y la humilló frente a mitad de los estudiantes? ―exigió Euge.
 

Era natural que Euge defendiera a Hope, aunque sospechaba que también tenía sus propias razones. Hope había estado siempre en buenos términos con nosotros, pero después de la semana pasada empezó a estar con nosotros a tiempo completo. Normalmente, estaba tratando de hacerse amiga de los deportistas y porristas, pero no querían nada que ver con ella ahora que había dejado a las porristas. Así como no querían nada que ver con Lali.
 

Lali y Hope estaban en el mismo barco. La única diferencia era que Hope era una chica agradable y Lali era, bueno, una perra.
 

―¿Es ese el por qué tu cabello esta diferente? ―preguntó Gaston―. ¿Por qué ella quería que lo cambiaras?
 

Sacudí mi cabeza.
 

―No, no tiene nada que ver con ella. Lo cambié antes de que nos juntáramos. Estaba harto de la misma apariencia, así que volví a mi color natural. ―En serio, ¿por qué mi cabello era un tema de conversación importante? Era cabello, supérenlo ya.
 

―Entonces, ¿va a pasar el rato con nosotros ahora? ―preguntó Nico.
 

Lali se puso rígida a mi lado y cuando la miré, estaba fulminando a Nico con una mirada que podría matar.
 

―En primer lugar, tengo un nombre, utilízalo. En segundo lugar, deja de hablar de mí como si no estuviera parada aquí. Tengo oídos, ¿sabes?

―Solamente te trato de la manera en que siempre nos tratas. No es muy agradable cuando estás en el extremo receptor, ¿verdad? ―La boca de Nico formó una línea apretada y parecía como si quisiera patear algo―. Y apuesto a que ni siquiera sabes mi nombre.
 

Lali inclinó su cabeza hacia un lado mientras lo estudiaba.
 

―¿Es Mitchell, no?
 

Gemí internamente. Estaba dándole el punto a Nico, y estaba en lo cierto. Lali siempre nos había tratado como a la mierda y él sólo estaba regresando el favor. No podía culparlo por eso y definitivamente no podía hacérselo igual que ella.
 

Nico se rió fríamente y meneó la cabeza.
 

―Ni siquiera estás cerca.
 

Corté para impedir que Lali dijera algo provocativo otra vez.
 

―Para responder a tu pregunta, sí, Lali va a salir con nosotros de ahora en adelante. No hay que guardar rencor por las cosas que ha hecho en el pasado. No es así ahora. ―Realmente no sabía cuán convincente sonaba, porque sabía que Lali no había cambiado en absoluto.
 

―Bien ―dijo Euge incrédulamente―. En una semana ha tenido una gran transformación. No queremos a alguien así en nuestro grupo. Cuando no estemos prestando atención nos apuñalará por la espalda.
 

―Déjalo, Euge. Lali se queda. ―Mi tono era final y nadie discutió conmigo después de eso. No era que creyera lo que estaba diciendo, pero sabía que cualquier individuo se pondría de pie por su novia. Si queríamos que todos compraran esto, teníamos que prestar atención a los detalles para convencer a los demás desde todos los ángulos.
 

Pasar tiempo con Lali y pretender salir con ella no era mi idea de diversión, pero hace siete años la había alejado y terminado nuestra amistad por mis propias razones egoístas. Una parte de mí sentía que le debía algo.
 

―No puedo creerte, Peter. ¿No ves cuán malvada es? ―exigió Euge.

Su animosidad realmente estaba poniéndome de los nervios.
 

―Mira quien habla, Euge. No puedes ver ni siquiera lo que está ante tus propios ojos.
 

Euge frunció el ceño.
 

―¿De qué estás hablando? ―Automáticamente, me volví en dirección a Nico. Su rostro estaba rojo brillante mientras Euge lo miraba fijamente confundida. Finalmente, ella me lanzó una mirada asqueada antes de agarrar a Hope―. Ven, vámonos. No puedo soportar estar cerca de ella. ―Salieron y entraron al edificio de la escuela, dejando a Nico y a Gaston detrás.
 

Gaston se encontró con mi mirada y ladeó su cabeza hacia la derecha.
 

―¿Podemos hablar, Peter?
 

Mierda. Realmente esperaba que no me fuera a interrogar. No sabía cómo podía mantener esta mentira con Gaston haciéndome veinte preguntas.
 

―¿Estaría bien? ―le pregunté a Lali.
 

Se encogió de hombros y arregló hacia atrás su cabello largo y sedoso.
 

―No necesito que me cuides. Voy a estar bien.
 

Era increíble cómo alguien tan dulce podría tener tanta actitud. La dejé por la pared y me alejé con Gaston a pocos metros. Nico nos siguió, claramente no queriendo quedarse a solas con Lali, y parecía estar recuperándose de la sugerencia que le había hecho a Euge sobre él.
 

―¿Qué está sucediendo contigo? ―preguntó Gaston tan pronto como estuvimos fuera del alcance del oído de Lali.
 

Me hice el loco.
 

―¿Qué quieres decir?
 

―Se refiere a que pareces realmente extraño hombre. Estas actuando... extraño ―dijo Nico con el ceño fruncido―. La semana pasada juraste cuánto odiabas a la chica y esta semana estás ligando con ella. Es como si te hubieras convertido en una persona diferente durante el fin de semana.
 

Puede que Lali no tenga verdaderos amigos, pero seguro como el infierno que yo sí, y estos chicos me conocían demasiado bien. Nunca había ocultado mi aversión hacia Lali y eso haría que fuera difícil convencerlos de lo contrario.
 

―Ha tenido una semana de mierda. Perdió a todos sus amigos y la echaron de las porrista. Eso la cambió.
 

―Parece la misma para mí ―dijo Gaston.
 

Incluso Gaston, la brújula moral del grupo, no estaba comprando la idea de Lali y yo saliendo. Gaston era generalmente razonable, pero había un límite para nivelar lo que podría soportar. ¿Realmente valía la pena hacer todo esto por una chica que, hasta ayer, no había dado una condenada cosa por mí? Y todavía no lo hacía. Lali ya había perdido todo, no tenía nada más que perder, pero yo todavía tenía a mis amigos y no había manera de que dejara que Lali arruinara eso para mí.
 

Sin embargo, me quedé pensando en cuando éramos niños y la forma en que siempre habíamos estado allí el uno para el otro. Algunos días ella había ido a ver a otros niños con sus papás y cuando regresaba a casa, lloraba. Había odiado verla así, así que iba a su casa, me subía a la cama con ella y la abrazaba hasta que se calmaba. Entonces le decía que podría pedir prestado a mi padre cuanto quisiera y su rostro se le iluminaba.
 

Había vivido por su sonrisa y habría hecho cualquier cosa para hacerla reír. Siempre me hacía sentir como si hubiera logrado algo cuando aparecía ese hoyuelo en su mejilla. Ahora las cosas eran diferentes, pero eso no significaba que no pudiera ayudarla esta vez.
 

La había lastimado en el pasado cuando la alejé y terminé nuestra amistad. Esto era lo menos que podía hacer por ella. Cuando todo esto terminara y ella tuviera a sus amigos otra vez, podría volver a mi vida y fingir que nada de esto había pasado. Era lo mejor. Queríamos vivir en mundos completamente diferentes y sabía que tenía que dejarla ir.

―Denle una oportunidad, sólo por esta vez. ―Hubo un toque de desesperación en mi tono, y vi la caída de los hombros de Gaston.
 

―Muy bien ―dijo Gaston, sonando derrotado―. Sólo mantenla lejos de Euge. Suceden cosas malas cuando están cerca la una de la otra.
 

―Gracias, hombre. ―Choqué los puños con Gaston y Nico antes de meter mis manos en los bolsillos de mis vaqueros―. Entonces, ¿ensayo esta tarde?
 

El rostro de Nico se iluminó y el tema de Lali se olvidó rápidamente.
 

―¡Sí, definitivamente! ¿Estás libre, Gaston?
 

Gaston asintió.
 

―No tengo que cuidar a Aleli esta noche, así que puedo hacerlo por unas horas. Tenemos que ser perfectos durante la práctica. Sin errores.
 

―Sin errores ―coincidió Nico, antes de lanzarse con una serie de ideas que tenía para el logotipo en nuestras camisetas de la banda.
 

Escuché mientras Gaston y Nico intercambiaron ideas, pero mi mente estaba en otra parte. Había logrado convencerlos sobre Lali en esta ocasión, pero tenía la sensación de que la próxima vez las cosas no serían tan fáciles.

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