sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 16

Peter

Justo cuando la beso, la farola sobre nosotros parpadea. Lali la mira y ríe.

—Por supuesto —dice ella.
 
—Vamos. Vamos a comer aperitivos.

—Suena elegante.
 
—Oh, lo es.
 
La llevo a El Palomar. El Palomar es un elegante hotel cerca de la plaza. Su restaurante cuenta con un salón donde puedes tomar aperitivos. Belen y yo lo descubrimos una noche cuando estábamos explorando. Lo que realmente quería hacer era alquilar una habitación aquí esta noche. Pero entonces vi los precios. No había manera.
 
La anfitriona nos acomoda en grandes cojines cuadrados. Nuestra pequeña mesa tiene una vela. La iluminación suave está en todo su efecto. Recuerdo cómo siguen bajando la intensidad de las luces conforme se hace más tarde. Para el momento en que cierran, casi no puedes ver con quién te vas. La cual podría ser la idea. Hay un bar que conecta todo. Ordeno trufas de palomitas de maíz.
 
—¿Palomitas? —pregunta Lali.
 
—Confía en mí. Estas no son unas palomitas cualquiera. Son las mejores palomitas. Se derriten en tu boca.
 
—Wow. Esas son palomitas serias.
 
—Seriamente delicias.
 
—Este lugar es impresionante. —Lali mira alrededor del elegante bar, la moderna clientela—. ¿Cómo lo encontraste?
 
Esperaba que no me preguntara eso. Hablar de Belen es lo úlTimo que quiero hacer. He aprendido que nada bueno sale de hablar de las ex-novias con las nuevas. Pero Lali es diferente. Quizás a ella no le importará.
 
—Fue... estaba con alguien. Esta chica Belen. Por un tiempo.
 
—¿Por cuánto tiempo?
 
—Pocos meses.
 
—¿Fue... serio?
 
—No.
 
—¿Por qué terminaron?

—No era justo para ella. Quería estar contigo todo el tiempo.
 
Lali sonríe.
 
—¿En serio?
 
—Por supuesto.
 
Llegan nuestras palomitas.
 
—¿Estás lista para esto? —advierto.
 
Lali toma una pieza de palomitas de maíz. No espera mucho cuando la pone en su boca. Pero la decadencia de la trufa instantáneamente agita su mundo.
 
—Oh, Dios mío —dice ella—. ¿Podemos tener cinco tazones de esto para la cena?
 
—Eso sería genial.
 
—Esto es lo mejor.
 
—Lo sé. —Y sólo por cuatro dólares.
 
Hablamos de clases, amigos y el verano pasado. Lali está estresada por algo de drama entre Euge y Rochi.
 
—Están actuando de forma incluso más extraña que antes —dice—. Normalmente me encanta pasar tiempo con ellas. Pero es como si cada vez que estamos juntas, me pusieran en el medio de su... sea lo que sea. —Lali toma un poco más de palomitas de maíz—. Odio que las cosas sean así de incomodas. Estar juntas solía hacerme tan feliz. Realmente extraño eso.
 
Lali me dice acerca de este altercado de ayer donde Euge dijo cosas y Rochi hizo cosas. Los detalles son borrosos. Los maliciosos dramas de chicas hacen que me desconecte. Intento concentrarme. Pero mi mente sigue regresando a nuestra conversación anterior. Ahora que Lali sabe de Belen, me pregunto si ella estaba con alguien el año pasado.
 
No quiero saber.
 
Tengo que saber.
 
—Entonces… ¿qué hay de ti? —me aventuro—. ¿Estabas saliendo con alguien?
 
—¿Cuándo?
 
—Este año pasado.
 
Lali asiente.

—Benja. Tampoco era serio.
 
—¿Rompiste con él?
 
—Sí. Justo antes de las vacaciones de primavera.
 
—¿Por qué?
 
—Porque él no era tú.
 
Amigo. ¿Dónde había estado esta chica toda mi vida?
 
Los restaurantes que elegí para la cena están todos a cinco cuadras el uno del otro. Llevo a Lali a cada uno para que pueda ver los menús puestos afuera. Elige el que yo creí que elegiría.
 
Ambos senTimos deseos de quedarnos fuera después de la cena. Así que vamos a explorar Center City. Ella me muestra cosas que yo no había visto antes, como un callejón desolado con pequeñas puertas a lo largo de la pared. Hago una nota mental para averiguar para qué son esas puertas.
 
—Esto es increíble —dice Lali en South Street. Una de las paredes de un edificio está cubierta con azulejos de todas las formas y colores.
 
—Sabía que lo amarías.
 
—Esto de estar afuera hasta tarde es genial. Podríamos quedarnos toda la noche si quisiéramos.
 
—Podríamos.
 
—¡Genial!
 
—Pero probablemente no sería lo más seguro. —Yyyy el premio al mayor aguafiestas va para a mí. ¿Podría ser más patético? Simplemente no quiero que nada de suceda a Lali, paseando por algunas de estas raras calles a las tres de la mañana. No soy exactamente la primera opción de nadie como un guardaespaldas.
 
Regresamos al campus después de explorar un poco más. Mientras cruzamos el puente, esa misma sensación de regresar a casa me llena. Sería perfecto si pudiera hacer copiar y pegar este senTimiento en el corazón de Lali. Pero ser capaz de caminar con ella es casi tan bueno.
 
Eminem suena a todo volumen desde una de las casas de fraternidad en Locust Walk. Locust Walk atraviesa el campus principal. Es la parte más bonita del campus durante el día. Pero es molesto durante los fines de semana. Los chicos de la fraternidad sacan sofás, sillones y televisores afuera sobre el césped delantero. Se echan a mirar al mundo con un aire de poder. Oí a un tipo hacer sonidos de cochinito cuando pasó una chica. Íbamos en direcciones opuestas. Sus ojos se encontraron con los míos cuando se escucharon los oink. Ella pasó rápido, mirando fijamente al suelo. Yo fulminé al idiota que hacia los ruidos con la mirada. Me dio uno de esos asenTimientos petulantes como diciendo, Sí, soy genial. De nada.
 
Las noches de fin de semana son aún peores. Las fiestas de fraternidad resuenan con toda su fuerza. Montones de chicas escasamente vestidas acuden a ellas.
 
—Infiltrémonos en esa fiesta —dijo Lali.
 
—¿Qué?
 
—Por allí. Ésa es una fraternidad, ¿no?
 
—No entramos a fiestas de fraternidades.
 
—Razón por la cual deberíamos hacerlo. ¡Vamos!
 
Lali me arrastra a la casa de la fraternidad. Quizá tenga razón. Ir a esta fiesta podría ser divertido en una forma irónica.
 
Todo el lugar está iluminado con luces negras. Todos llevan camisetas blancas. Luce como si hubieran utilizado pintura de neón para dibujar en sus ropas y piel.
 
—¡Es una fiesta de resaltador! —grita Lali sobre Beyoncé.
 
—¿Qué es eso?
 
—¡Todos se dibujan entre ellos con marcadores! ¡LásTima que no estamos vestidos de blanco!
 
Las fiestas no son divertidas si no conoces a nadie. Estos dos chicos borrachos corren por ahí haciendo grafitis al azar sobre las personas con marcadores. Realmente no senTimos deseos de que nos dibujen, así que nos sentamos en el suelo junto al sofá. Es como tener nuestra propia mini fiesta privada, mientras que la gran fiesta se hincha alrededor de nosotros. Hay algo acerca de estar en una cursi fiesta de fraternidad con música a todo volumen y el bajo golpeando y Lali aplastada contra mí que es sorprendentemente sexy. Necesito estar a solas con ella.
 
—¿Podemos irnos ahora? —grito sobre Rihanna.
 
—Sólo porque no estamos vestidos de blanco.

Espero que Agustin pase la noche fuera. Cuando llegamos a mi habitación, él está metiendo apresuradamente cosas en su bolsa.
 
—¡Oh, hola! —dice—. Ya me estaba yendo.
 
—Ésta es Lali.
 
—Hola Lali, ¿cómo estás?
 
—Bien.
 
—Bien, bien. —El desodorante que Agustin está tratando de meter en su bolso vuela al otro lado de la habitación—. Sólo… me iré en un segundo.
 
Qué manera de ser sutil, hermano.
 
—¿Estás deslumbrada por nuestra gran institución de educación superior? —le pregunta  Agustin a Lali.
 
—Es… impresionante —dice ella, tratando evitar mirar su lado de la habitación.
 
Agustin se lleva el bolso al hombro.
 
—Nos vemos mañana. Pero, ya sabes, no demasiado temprano ni nada —me dice con una mirada mordaz.
 
Los intentos de Agustin de comunicar un subtexto son un épico fracaso. Pensarías que está más nervioso que yo sobre que una chica pase la noche en mi cama.
 
—Saldré yo solo —dice.
 
—Nos vemos luego, hombre.
 
Por fin estamos solos.
 
¿Es ridículo que haya hecho una mezcla de música para esta noche? Bruce Springsteen sale primero con “She’s The One”. Mi corazón golpea ante lo que podría suceder.
 
—Así que… tú… —Intento mantenerlo casual—. ¿Estás cansada?
 
—Más o menos. —Lali está sacando ropa de su bolso—. ¿Tú?
 
—Es difícil de decir. La emoción de que estés aquí supera todo lo demás.
 
—Aw. —Lali me besa—. Vuelvo en un momento. —Toma un poco de ropa y una bolsa con cremallera con corazones por todas partes al baño. La ducha se enciende.

¿Debería cambiarme? Normalmente sólo duermo en bóxers y quizás una camiseta, si hace frío. ¿O debería quedarme vestido? Decido acostarme en la cama y hojear la copia de Agustin de “Si te encuentras con un Buda en el camino, ¡mátalo!
 
Cuando Lali sale, lleva una linda camiseta rosada sin mangas y shorts de pijama rayados. Se saca el broche del cabello. Éste fluye como miel sobre sus hombros. Ella huele a aire fresco.
 
—¿Qué estás leyendo? —pregunta.
 
—Uno de los libros de filosofía de Agustin.
 
—¿Te estás interesando en la filosofía?
 
—Me parece más atractiva ahora que él ya no es un idiota.
 
Lali ríe. Se acuesta junto a mí en la cama.
 
—Hey —dice.
 
—Hey. —Dejo el libro a un lado—. Te ves muy bonita.
 
—Gracias.
 
Deslizo mis dedos por su brazo.
 
—¿Por qué es tan suave tu piel?
 
—¿Lo es?
 
—Sí. Es como… —Rozo su mejilla con la mano. No hay palabras.
 
Lali mete la mano debajo de mi camiseta. Frota mi espalda con la mano.
 
—Deberías quitarte esto.
 
Inmediatamente me siento y ella me saca la camiseta. “All My Love” de Led Zeppelin suena.
 
—¿Estás tratando de seducirme con canciones de amor? —se burla Lali.
 
—¿Y si es así?
 
—Entonces tendría que decir que está funcionando.
 
No estoy exactamente seguro de cuándo sale el sol. Hay una buena probabilidad de que acarábamos de establecer un nuevo récord mundial de besuqueo. Lali sólo tiene puesto su sostén y ropa interior de encaje. Yo estoy en mis bóxers. Obviamente, queremos seguir besándonos para siempre. Pero en algún momento nos dormimos. Estamos sobre las sábanas, yo de espaldas, Lali en su estómago con la cabeza sobre mi pecho y una pierna doblada sobre la mía, cuando Agustin entra abruptamente.
 
—¡Whoa! —grita.
 
Me despierto de golpe, registro lo que está sucediendo y tiro la manta sobre Lali.
 
—No vi nada —dice Agustin.
 
Que tu compañero de cuarto te despierte mientras tu novia duerme semidesnuda encima de ti no es la mejor manera de despertar.
 
Nos quedamos despiertos hasta por lo menos el amanecer. Así que por supuesto son las 12:30 ahora. Lo que significa que apenas tenemos tiempo para el almuerzo antes de que Lali tenga que tomar su tren. Ella usa el baño primero. Cuando salgo de mi ducha, Lali y Agustin están sentados en la cama, riendo de algo en su laptop.
 
—¿Qué es tan gracioso? —pregunto.
 
—Estoy mostrándole Agustin A Day in the Life —dice Lali—. Euge acaba de Los Alumnos del ÚlTimo Año de la Escuela Secundaria de Mierda Dicen.
 
—Éste —proclama Agustin—. Es mi nuevo sitio favorito.
 
—Sí
 
—Aquí. —Agustin pone su laptop sobre el escritorio—. Voy a seguirla en este momento.
 
—¡Genial!
 
—¿Lista para comer? —le pregunto a Lali.
 
—No podría estar más hambrienta.
 
Vamos a Diner en la Plaza. El cual Lali ama. Porque a pesar de que tiene gustos caros, también aprecia la calidad sin pretensiones. Luego la acompaño hasta la estación de tren y me siento con ella en la plataforma. No quiero que tenga que esperar sola.
 
Decir adiós es lo más difícil que he tenido que hacer.
 
—Recuerda —dice Lali—. No es “adiós”. Es “hasta la próxima vez”.
 
Sólo deseo que siempre pueda ser la próxima vez.

+25

28 comentarios :

  1. +++++++++++++++++++++++++++

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  3. vas a seguir subiendo hoy ???????????

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  4. Están llevando muy bien la distancia, y los momentos en k se pueden ver.

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