lunes, 5 de agosto de 2013

Capitulo 25

Capitulo 25

Lali

M e escapé de la casa de Peter a las seis de la mañana siguiente, mientras dormía. Su mamá no se había despertado tampoco, así que pensé que era el mejor momento para mi fuga. Mi mamá no se levantaría hasta dentro de una hora más o menos, y definitivamente no quería que me viera así. Me gustaría asearme y certificar lo mal que me veía.

Cuando me había despertado, nuestros cuerpos estaban atrapados uno con el otro. Mi vestido elevado  mi pierna descansaba sobre su muslo, y Peter me tenía ceñida a su pecho con su brazo alrededor de mí. La luz del sol que se filtraba por las persianas había iluminado su piel bronceada, dándole un aspecto dorado, y me fijé en la pacífica fisonomía por un momento antes de mala gana dejarlo.
 
Una vez que estaba dentro de mi casa, de inmediato subí al baño y me encerré en él. Mi cabeza daba vueltas con los pensamientos de Peter y lo inocente que se veía durmiendo. No me atreví a despertarlo, así que garabateé una nota rápida agradeciéndole por lo de anoche y hacerle saber que había ido a casa.
 
Me dirigí al lavamanos y abrí el grifo, salpicando mi cara con agua. Entonces me quedé allí, mirando hacia abajo, hasta que finalmente reuní el coraje suficiente para inspeccionarme en el espejo.
 
No me veía bien, pero podría verme mucho peor. Mis ojos rojos e hinchados y la piel alrededor de ellos estaba inflamada. No sólo eso, sino que el lado izquierdo de mi cara donde Benjamin me había abofeteado estaba un poco abultada también. Había también una magulladura desagradable en el lado izquierdo de mi cara junto con un rasguño que se había secado durante la noche.
 
¿Cómo diablos iba a explicarle esto a mamá?

Cautelosamente toqué el lado hinchado de mi cara y me estremecí cada vez que sentía una punzada de dolor. Gracias a Dios que era sábado y tenía el resto del fin de semana para sanar, pero no podía evitar a mamá. Me veía lo suficiente mal para que mamá me hiciera preguntas al respecto.
 
Cuando sonó el teléfono, casi salté fuera de mi piel. El nombre de Peter apareció en la pantalla y de inmediato contesté.
 
―¿Dónde estás? ¿Estás bien? ―preguntó Peter, antes de que pudiera incluso saludar.
 
Su preocupación hizo que las esquinas de mi boca volvieran hacia arriba en una media sonrisa.
 
―Estoy en casa. Te dejé una nota en tu mesita de noche. ¿No la viste?
 
―Espera. ―La cama crujió y se oyó un crujido, probablemente Peter recogiendo el papel―. Sí, lo veo ahora. Cuando me desperté, lo único que noté fue que te habías ido, nada más.
 
―Oh. ―Sus palabras hicieron que mis mejillas ardieran, y lamentaba haberlo dejado. No había nada que me hiciera sentir más segura que acurrucarme a su lado―. Tengo un problema, Peter. Mi cara está tan gorda como un pez globo.
 
Peter se rió en el otro extremo.
 
―Ven a la ventana.
 
―Está bien, espera. ―Con una mirada decepcionada de mi reflejo, abrí la puerta del cuarto de baño tan silenciosamente como pude y me fui de puntillas por el pasillo hasta mi habitación.
 
Cerré la puerta con llave antes de caminar hacia la ventana. Incluso desde esta distancia podía ver los moretones oscuros en el rostro de Peter. Había tumbado de culo a Benjamin, pero antes de caer logró lanzarle un par de golpes. Inmediatamente, me sentí mal que Peter se hubiera herido por mi culpa.
 
Mis ojos se desviaron y no pude dejar de admirar a Peter en toda su gloria sin camisa. No era la última vez que me preguntaría cómo había conseguido un cuerpo así.

Ahora sí que lamentaba dejarlo. Había sentido la mayor parte de su desnudo pecho anoche, pero al verlo a la luz del día era una cuestión completamente diferente.
 
―Diría que podrías verte peor, pero entonces estaría mintiendo. ―La voz en mi oído me sorprendió y se me cayó el teléfono.
 
¡Maldita sea! Me había olvidado de que Peter estaba todavía en la línea. Rápidamente agarré el teléfono y lo apreté contra mi oído.
 
―¡P…perdón! ¿Qué…? ¿Qué has dicho?
 
―Nada. Sólo una broma de mal gusto. ―Hizo una pausa―. La inflamación desaparecerá en el próximo par de días y tus moretones se desvanecerán al final de la semana. ¿Ustedes chicas no tienen algún tipo de maquillaje mágico para cubrir esa mierda?
 
―Estás muy optimista al respecto.
 
―Está bien, está bien. Tengo una agenda oculta. Quiero sacarte hoy. ―Ladeó la cabeza mientras esperaba mi respuesta.
 
Inmediatamente, mi mano se disparó a la cara y le di la espalda a la ventana para que no pudiera ver la devastación que se había deslizado en mi cara. No quería salir. No quería ir a ninguna parte. No quería ojos puestos en mí. No quería que la gente hablara de mí. Sólo quería meterme debajo de mis sábanas y no salir nunca.
 
―La, ¿qué pasa? ―La preocupación en su tono de voz era inconfundible. Realmente se preocupaba por mí y no era su culpa que estaba teniendo dificultades para dejar ir lo que había sucedido la pasada noche. Yo sabía que él estaba tratando de hacerme dejar de pensar en todo.
 
―No quiero que nadie me vea así. Voy a tener un tiempo suficientemente difícil de explicar a mamá. No quiero que la mitad de la ciudad chismeé sobre ello tampoco. ―Y sabía que chismearían. En eso era lo único que este pueblo fantasma era bueno.
 
―Confía en mí, a donde vamos no va a haber ningún alma.

***

De alguna manera, dejé que Peter me convenciera de encontrarme con él delante de su casa en una hora. Mamá sin duda estaría despierta para entonces y tendría muchas explicaciones que dar sobre mis lesiones. Entonces, tomé el consejo de Peter.
 
Sentado frente a mi espejo del tocador, puse todo mi maquillaje en una pila y pasé los siguientes treinta minutos aplicando capa tras capa en la cara.
 
El corte y los moretones eran bastante fáciles de ocultar, pero era la hinchazón en la cara que no lograba disimular. Con un suspiro, finalmente me di por vencida y decidí que tomaría mis riesgos y vería qué reacción mi mamá tendría.
 
Cuando me puse un par de pantalones vaqueros y una camiseta, y me estudié en el espejo, decidí que no me veía tan mal como esta mañana. La parte blanca de los ojos no estaban más inyectados en sangre, se veían algo normal. Eso es lo quepensaba de todos modos, o tal vez estaba desesperada por convencerme de esto.
 
Mientras me dirigía abajo, podía oír el movimiento en la cocina. Genial. Mamá se había levantado. No había manera de que me pudiera colar a través de ella, así que puse una sonrisa falsa y esperé que mamá creyera la mentira que estaba a punto de darle.
 
Mamá levantó la vista al oír el sonido de mis pasos y luego sus ojos se ampliaron por encima del borde de la taza que estaba tomando un sorbo. Depositó de golpe la taza y el oscuro líquido se derramó por la mesa y sobre el suelo, y se levantó de su asiento. Apenas había tomado dos pasos antes de que pasara una mano por mi cabello y me diera esa mirada como si estuviera a punto de caerme muerta en cualquier momento.
 
―¡Lali! ¿Qué en el mundo te ha pasado? ¡Te ves absolutamente horrible! ―dijo esto como si no supiera ya que mi cara era del tamaño de un globo de helio
 
―Por Dios, mamá. Sí que sabes cómo hacer que me sienta mejor ―le dije rodando mis ojos mientras trataba de escapar de sus garras.

Dio un paso atrás y me observó con sus severos ojos oscuros.
 
―Lali Esposito, dime quién te hizo esto.
 
Forcé una sonrisa y la alejé con la mano.
 
―Oh, mamá, estás reaccionando de una forma exagerada. Nadie me hizo esto. Me caí en el camino a la hoguera.
 
Mamá me miró incrédula y levantó una ceja.
 
―¿Tienes este aspecto porque... te caíste?
 
―Eso fue lo que dije. ―Suspiré y me acerqué a la nevera para que no pudiera ver mi cara. Agarré una jarra de jugo de naranja y me serví un vaso―. Mi cara no estaba hinchada hasta cuando me desperté esta mañana. Fue por eso que vine temprano a casa. Así podría hacerme ver un tanto decente antes de salir.
 
―¿Vas a salir? ¿Dónde? Realmente debes quedarte en casa y descansar un poco.
 
―Estoy bien, mamá ―dije encogiendo los hombros―. Voy salir con Peter.
 
La boca de mi mamá se abrió y se quedó boquiabierta como si le hubiera dicho que estaba embarazada.
 
―¿Vas a salir con Peter? Para alguien que supuestamente lo odia, has estado pasando mucho tiempo en su casa.
 
Tomé un trago del jugo de naranja y rodé mis ojos.
 
―Mamá, eres tan sobre dramática. No vamos a salir de salir en una cita. Sólo vamos a caminar, pero no dijo dónde.
 
La mirada en la cara de mamá decía claramente que pensaba que algo más estaba pasando entre Peter y yo. Ugh. Mi mamá estaba tan atrapada en su “mundo de la escritura” que no se dio cuenta de que personas reales no funcionan de la manera en que los personajes de sus libros lo hacen. No había una épica historia de amor cuando se trataba de Peter y yo. Había sólo confusión. Mucho de esto.
 
―Bueno, asegúrese de volver a casa si no te siente bien, ¿de acuerdo?

―Te preocupas demasiado. ―Su preocupación me hizo querer decirle la verdad. Acurrucarme en sus brazos y decirle todo lo que había estado ocurriendo durante las últimas semanas. Quería que me sostuviera y me abrazara mientras lloraba, pero no podía hacerlo. Sólo quería seguir adelante y olvidarme de él. No quería tener que repetir la misma historia una y otra vez, porque sabía que mamá me haría ir a la policía y no era algo con lo que quisiera lidiar.
 
―Estaré en mi trabajo ―dijo mamá, besándome en la parte superior de mi cabeza. Cada vez que lo hace, me siento como una nena de nuevo.
 
―Adiós, mamá. Dile a Cris que lo amo.
 
Estaba tan contenta de estar fuera de la casa y lejos de mamá. Ella me amaba a muerte, pero tenía este talento increíble para conseguir la información de mí. La noche pasada era sin duda algo que no quería confiarle, aunque me estaba comiendo por dentro. No había secretos entre nosotras, y le estaba ocultando algo importante. Si alguna vez se enterara, sabía que iba a quedar devastada por eso.
 
Las hojas secas crujían bajo mis sandalias mientras caminaba por la entrada de mi casa y di la vuelta en la cerca de la propiedad de los Lanzani. La camioneta de Peter estaba estacionada en la calzada con el maletero abierto. Estaba de espaldas a mí mientras ponía algo dentro y rápidamente cerró la puerta.
 
Se veía un poco como su antiguo yo, vestido de jeans negros vaqueros y una camiseta que decía The Clash(banda británica de punk), ¿era el nombre de una película o algo así? Mis ojos se detuvieron en la camiseta mientras admiraba la manera que encajaba perfectamente en él, mostrando sus hombros anchos y cintura delgada. Había un ligero crecimiento de barba en su mentón que francamente le hacía atractivo. Sus ojos centelleaban, como si supiera lo que estaba pensando, y me dedicó una radiante sonrisa que me debilitó las rodillas.
 
Consideré pellizcarme de modo que me distrajera y dejar de mirarlo fijamente, pero no quería hacer más obvio que lo estaba mirando.
 
―Así que, ¿a dónde vamos? ―le pregunté en cambio.

La sonrisa en su rostro se amplió, y juro, mi estómago me abandonó.
 
―Ya verás muy pronto ―dijo con un guiño.

30 comentarios :

  1. Eeem qe tramara esqe chiquillo jaja beso :)

    ResponderEliminar
  2. hay q lindooooo
    amo como peter cuida de lali
    es un amor!
    beso

    ResponderEliminar
  3. Que lindooooos quiero saber que pasa en su salidaa.. Maaaaaaasss

    ResponderEliminar
  4. A donde iran? Quiero saber q pasaaa porfiii :)

    ResponderEliminar
  5. Jaja me encanta la noveee, quiero el prox porfii..

    ResponderEliminar
  6. Me muero muerta quiero maaaaaass

    ResponderEliminar
  7. Otrooooooooooooo pooooor favoooooooorr (grito de desesperación)

    ResponderEliminar
  8. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  9. Massssss noveeeeeeeeeeee!!!

    ResponderEliminar