sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 12

Peter

Perdido en el amor

—¿Verdad o reto? —desafía Candela a Nacho.
 
—Reto.

—Te reto a que... hables con esa chica de allí. La del bikini rojo. —Candela señala a una hermosa rubia tumbada con un grupo cerca del agua.
 
—¿A eso lo llamas reto? —Nacho se levanta de su toalla. Se ajusta las gafas de sol—. Dame algo difícil para hacer. —Camina hacia el grupo, demostrando más coraje en diez segundos del que yo he tenido en toda mi vida. Excepto por la primera noche que besé a Lali. Nunca había hecho nada como eso.
 
—¿Verdad o reto? —le pregunta Lali a Candela.
 
—Verdad.
 
—¿Por qué no estás con Luca?
 
—Lali. La verdadera parte de Verdad o Reto es cavar en la mierda seria. No para cosas tontas que ya sabes.
 
—Esa es la cosa. No me has contado toda la historia.
 
Candela se inclina hacia atrás sobre su codo.

—Mi madre nos pilló haciéndolo en la piscina. Me amenazó con castigarme para el resto del verano si seguía viéndolo. ¿Qué más hay que decir ahí?
 
—Es solo que no me parece que tú te rindieras tan rápido.
 
—No lo hice. Sabes que no veíamos a escondidas.
 
—Pero ya no.
 
Lali me contó todo el drama del chico de Candela. Más de lo que yo quería saber. ¿De dónde sale la madre de Candela para decirle que el chico con el que sale no es lo suficiente bueno para ella?
 
Candela se levanta.
 
—Voy a entrar. ¿Vienes?
 
—Adelántate —dice Lali—. Quiero ver como Nacho hace un gilipollas de sí mismo.
 
Candela se dirige al agua, pasando a Nacho por el camino. Él finge no darse cuenta. Tienes que admirar su técnica. Cuando estás intentando impresionar a una chica, especialmente a una rubia caliente con un bikini matador, la única cosa que quieres es ser atrapado mirando a otra chica.
 
Un grupo de madres está pateando con un equipo de música de la vieja escuela. Estoy bastante seguro de que la música pública va contra las reglas de la playa. Pero a nadie parece importarle. Todo el mundo está en su zona con sus Ipods. Cuando una nueva canción suena, me rio cuando la escucho.
 
—No puedo creer que estén escuchando New Kids. ¿Demasiada nostalgia?
 
—¿Qué?
 
—Están tocando “Please Don’t Go Girl” la mejor canción de New Kids, sin duda.
 
—¿No eran New Kids más como… una banda de chicos muy blanda?
 
Niego con la cabeza con desesperación. Lali tiene mucho, mucho que aprender. Y yo no puedo esperar para enseñarle.
 
—No exactamente —digo—. Quiero decir, sí, su primer álbum fue blandito. Pero ahora tienen realmente talento. Él falsete de Jordan en “I’ll Be Loving You (Forever)” fue excepcional. Escucha lo bien que suena Joey en esta.
 
—Wow, sabía que te gustaba la música de los ochenta, pero esto es serio.

—Hay un video hilarante de “Please Don’t Go Girl” en vivo de 1988. La audiencia no tenía absolutamente ningún ritmo. Aparentemente existieron antes de que ondear las manos al aire o aplaudir al ritmo de la canción estuviese inventado. Joey y Jordan incluso acabaron en el medio de la pista por falta de ideas. Te enviaré el enlace.
 
Lali le empuja su toalla, así está tocando la mía. Se tumba en su sitio presionándose contra mí.
 
—Ohhh —dice ella—. Estás caliente.
 
—No tan caliente como Nacho. —Levantamos la vista para ver a Nacho matándolo con la chicha del biquini rojo. Ella está mostrando todas las señales de que está interesada: riendo demasiado alto, jugando con su pelo, posando. Nacho es la clase de chico con el que puedes tener un lio de verano y no mirar atrás. Yo estoy en el otro extremo de ese espectro. Algunas veces deseo poder ser más casual con las chicas. Cuando los chicos hablan de engancharse con chicas al azar, entiendo lo divertido que tiene que ser. Solo que no es para mí.
 
Observo a Lali mirando el Show de Nacho. Es increíblemente hermosa. ¿Qué hace ésta hermosa chica conmigo?
 
—Vamos —le digo—. Hay alguien que quiero que conozcas.
 
—¿Quién?
 
—Mi padre. —Quiero que esta cosa con Lali funcione. Lo que significa que tengo que superar la vergüenza por la casa destartalada de la playa de mi padre. Lali vino el otro día pero él no estaba en casa. No estaba en la pista la noche que fuimos, tampoco.
 
—¡Al fin! —dice Lali—. Estaba empezando a pensar que no vivía aquí exactamente.
 
—Oh, él vive aquí. Incluso tiene un negocio. Y vas a alucinar cuando descubras cual es.
 
—¿Cuál es?
 
—Ya lo veras.
 
—¿El sitio de bola de nieve?
 
—No.
 
—¿Crab Shack?
 
—No.
 
—¿Cuál es?

—Ya lo veras.
 
Recogemos nuestras cosas. Candela aún está nadando, así que Lali va a decirle a Nacho que vigile sus cosas. Mis nervios me están matando ahora que Lali va a conocer a mi padre. Fue diferente cuando Mery conoció a mi padre. Ella seguía preguntando cuando iba a conocer a mis padres. Había toda esta presión por presentarla. Pero nada se siente forzado con Lali. Todo simplemente fluye.
 
En el paseo marítimo, pasamos el juego de la pistola de agua donde gané su unicornio púrpura.
 
—¿Algo más que quieras? —pregunto.
 
—¡Sí! —Lali lanza sus brazos alrededor de mí, levantándose del suelo y girando. Besa mi mejilla una y otra vez. La gente que pasa caminando se nos quedaba mirando.
 
—¿Hacer una escena de nuevo?
 
—¿Y? —dice Lali entre besos.
 
—Así que es increíble. Me encanta cuando estás afligido con estallidos esporádicos de retardo.
 
Llegamos a la pista. Esto es todo.
 
—¿Lista? —digo.
 
—¿Para qué?
 
Señalo a la pista.
 
—Estamos aquí.
 
El rostro de Lali se ilumina.
 
—¡De ninguna manera! Tu padre es el dueño… —Sus ojos se oscurecen. Se queda mirando el letrero de neón.
 
—¿Qué pasa?
 
—Nada. Sabes que me encanta este lugar.
 
Cuando entramos, papá levanta la mirada desde detrás del mostrador. Le está sonriendo ampliamente a Lali.
 
—Hola, papá. Esta es Lali.
 
—Lo sé —dice papá—. Nos conocemos desde hace mucho.

Al principio creo que está bromeando. Pero luego veo la forma en la que se están mirando el uno al otro. Como si se hubieran conocido antes.
 
—¿Se con… Conoces a mi padre? —pregunto.
 
—Nosotros…
 
—Lali pasó hace un rato. Desarrollamos lazos por la nostalgia de los ochentas.
 
Lali sonríe educadamente, frotándose el brazo.
 
—Oh —digo.
 
—No sabía que era tu padre —explica Lali—. O te lo habría dicho.
 
—Y yo no sabía que era tu Lali —dice papá—. Creo que fue justo antes de que me hablaras de ella cuando ustedes reconectaron.
 
—Lo fue. —Lali asiente enfáticamente.
 
—¡Bueno, entonces creo que hemos superado las presentaciones! —digo.
 
Hubo un silencio incómodo.
 
Cuando me imaginaba a Lali conociendo a mi papá, estaba esperando que congeniaran de inmediato. Comenzarían a hablar y reír y esas cosas. Ella le diría lo mucho que ama la pista. Él descubriría lo dulce que ella es. Luego nos iríamos a casa y haríamos unos filetes a la parrilla. Esta extraña sensación no era parte de la imagen.
 
Papá está mirando a Lali. Lali está mirando al suelo.
 
—Así que, eh. Supongo que nos vamos —me rindo.
 
—Que se diviertan —dice papá.
 
—Adiós —dice Lali.
 
—Es bueno verte de nuevo.
 
Tan pronto como salimos.
 
—¿Qué fue eso?
 
—¿Qué?
 
—Esa rareza.
 
Lali sigue yendo por el paseo marítimo.

—Si ustedes ya desarrollaron lazos o lo que sea, entonces ¿por qué parece que no podías esperar a irte? ¿No te gusta mi papá?
 
—No. Quiero decir, ¡sí! Por supuesto que me gusta él.
 
—¿Entonces cuál es el problema?
 
—No hay problema. ¿Podemos hablar de esta noche? Ya que es tu última noche, yo estaba pensando que podríamos…
 
—Lali. Detente. —La mantengo inmóvil por lo que tiene que mirarme a la cara—. Dime lo que está pasando.
 
—Tu padre realmente debería ser el único que te lo diga.
 
—¿Decirme qué?
 
—Dijo algunas cosas. Antes de que supiera que te conozco. Pero yo no sabía que él era tu padre hasta ahora. Lo juro.
 
—¿Qué dijo?
 
—Él estaba diciendo cómo la pista le recuerda a tu madre. De todo lo que eran. Me habló de cuando se conocieron y cómo fue el mejor momento de su vida. Dijo que le gustaría poder conseguir esa magia de nuevo.
 
—Entonces, ¿qué, quiere volver con mi mamá?
 
—Puede ser. Él no dijo eso exactamente, pero...
 
—¿Qué? Sólo dime.
 
—Es la pista. Esta... cerrando.
 
—¿Por la temporada?
 
—No. Está cerrando. Para siempre.
 
No puedo creer lo que estoy oyendo. ¿Cómo puede ser que la pista cierre? Papá nunca haría eso. Tal vez entendido mal.
 
—¿Te dijo por qué? —pregunto.
 
—Dijo que el negocio no ha sido bueno. La pista ha estado perdiendo dinero. Supongo que no puede permitirse el lujo de mantenerlo abierto.
 
Esto es una mierda. No sólo sobre la pista. ¿Cómo podía papá decirle todo eso a un completo desconocido y ni siquiera decirle a su propia familia?

—Deberías ir a hablar con él —dice Lali.
 
—No. Es mi último día. Quiero pasarlo contigo.
 
—Pero…
 
—Shhh. —Tomo a Lali en mis brazos y la abrazo con fuerza. No quiero volver a dejarla ir. Pero el mañana vendrá. Vamos a ir por caminos separados de nuevo. Excepto que esta vez será diferente. Esta vez vamos a estar juntos.
 
Mañana no es un adiós. Mañana es sólo un hasta pronto.

+10

15 comentarios :

  1. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar