viernes, 2 de agosto de 2013

Capitulo 10

Capitulo 10

Peter

Todo el día había estado pensando en Lali. Me estaba volviendo loco. Primero, había actuado como una total esnob. Luego, habíamos estado compartiendo un momento en el que no quería arrancarle la cabeza de un mordisco. Y ahora, después de su ataque de pánico en el coche, no podía entenderla. Había estado devanándome los sesos todo el día tratando de darle sentido a lo que había dicho para hacerla reaccionar de esa manera. Le había hecho una simple pregunta y casi tuvo un colapso emocional. ¿Qué demonios estaba pasando con ella?

Luego estaba la foto de mi papá que ella tenía en su bolsillo. La única razón para que se hubiese llevado esa foto era que extrañaba los viejos tiempos. Extrañaba a mi papá y, tal vez, me extrañaba. A pesar del duro exterior que trataba de poner, se estaba haciendo obvio que se estaba rompiendo por dentro. Había un lado vulnerable en ella y si presionaba lo suficiente, tal vez saldría.
 
―Hey, hombre ―dijo Nico, uniéndose a mí en nuestro lugar habitual en la pared.
 
―¿Qué pasa? ―Me encogí de hombros mientras tomaba de mi lata de soda.
 
―No mucho. ¿Llenamos el sitio hoy?
 
―Estoy en eso. Sólo tengo que ver si Gaston puede hacerlo.
 
Nico sacó dos emparedados de su bolso y me entregó uno. Asentí en agradecimiento y lo devoré. Odiaba la mierda que servían en la cafetería y la mamá de Nico hacía la mejor comida. Siempre le daba a Nico comida extra para mí y no era de los que rechazaban.

Hubo un tiempo, antes de la muerte de papá, cuando mamá solía hacerme el almuerzo, pero ahora ella estaba perdida en su propio mundo.
 
Sin embargo estaba mejorando poco a poco. Había vuelto a trabajar hace unos años y parecía utilizarlo como una distracción para no pensar en papá. Algunos días ni siquiera podías decir que había algo en su mente, ahogándola. Ésos eran los días en que vivía.
 
Como si fuera una señal, Gaston entró al patio en una conversación con Euge. Ella sacudía la cabeza hacia él y parecía estar tratando de convencerla de algo. Estaban tan metidos en su discusión que no miraron alrededor hasta llegar a nosotros.
 
―Oh, hola, chicos. ―El rostro de Euge estaba sonrojado y parecía sin aliento. Me lanzó una sonrisa seductora y se sentó a mi lado.
 
―¡Hey, Euge! ―dijo Nico muy entusiasmadamente. Saltó a sus pies, quizás en un intento de ser caballeroso, embelesado por ella.
 
Rodé mis ojos y me dirigí a la única persona normal en nuestro grupo.
 
―¿Gaston, estas libre para tocar esta tarde?
 
Gaston sacudió la cabeza.
 
―Nah, no puedo. Mi mamá trabaja un doble turno esta noche, así que tengo que hacer de niñera de Aleli.
 
Aleli era la hermana de seis años de Gaston. El papá de Gaston estaba en el ejército, por lo que se ausentaba mucho y su madre trabajaba a tiempo completo en el hospital, así que Gaston tenía que intervenir y cuidar de su hermana. Así es cómo nos habíamos conocido. Nuestras madres trabajaban como enfermeras en el hospital y nos habían presentado. Si las personas no estuvieran tan obsesionadas con la cantidad de perforaciones que tenía Gaston, verían el chico increíble que era.
 
Eso es lo que más me molestaba. Todos éramos chicos geniales; solo queríamos hacer música, pero la gente no podía pasar por alto algo tan insignificante como nuestras apariencias. Nos etiquetaban como monstruos porque nos atrevimos a ser diferentes. Todos nos llamaban molestias y alborotadores porque nos gustaba la música rock y estábamos en una banda. Era malditamente estúpido. Esta ciudad se estaba yendo de veras a la mierda.
 
―Bueno, tenemos que practicar mucho más. Tenemos el concierto en Berkeley en un mes ―dije, a pesar de que no necesitaban recordatorio.
 
Era imposible olvidarse de nuestro próximo concierto. Cuando pensaba en ello, mi estómago se torcía en nudos. Claro, nos habíamos presentado en algunos bares alrededor de la ciudad, pero las personas de allí no apreciaban nuestra música. No nos comprendían. Pero Berkeley era un bar donde la escena de la música subterránea era popular. Teníamos que cruzar la frontera del estado y conducir durante un par de horas para llegar hasta allí, pero todo valía la pena. Las personas en la industria musical exploraban Berkeley buscando las bandas más recientes en ascenso. Teníamos que clavar nuestra presentación.
 
―Necesitamos nuevo material ―dijo Nico, quitando su atención lejos de Euge―. ¿Tienes algo en elaboración?
 
―Estoy jugando con algunas ideas, pero nada con lo que esté contento todavía. No puedes presionar el genio musical ―dije con una sonrisa.
 
Gaston escupió la bebida energética de la que acababa de tomar un trago.
 
―Sí, eres un verdadero Mozart, Peter.
 
Nico y Euge se echaron a reír y fruncí el ceño.
 
―Vaya amigos que son.
 
Unos segundos más tarde, no pude evitar unirme. 
 
A medida que nuestra risa se calmaba, me di cuenta de que una pequeña multitud se reunía alrededor de los bancos donde siempre se sentaban los deportistas y porristas. Nunca dejaban que nadie más se sentara allí a menos que se considerara “popular”. Esas personas sufrían seriamente un complejo de superioridad.
 
Fue entonces cuando noté a Lali de pie dándome la espalda. Estaba hablándole a esa perra, Mery, quien estaba burlándose de ella. A pesar de que no podía ver la cara de Lali, mi instinto me dijo que algo estaba mal.

―Me pregunto qué está pasando con las Barbies hoy. ¿No saben cómo jugar bien? ―comentó Euge. Ella también había notado la hostilidad entre las supuestas mejores amigas.
 
Ese lenguaje corporal era inconfundible. Había tensión en el aire y todos los ojos estaban sobre ellas. La gente por aquí podía sentir una pelea de la forma en que un tiburón podía sentir una gota de sangre en el agua. ¿Iban a tener un enfrentamiento, estilo mexicano?
 
―Lali fue expulsada del equipo de porristas ―dijo una voz tranquila a nuestra izquierda. Pertenecía a Hope, que estaba a pocos metros de distancia, con los ojos fijos en Lali y Mery.
 
―¿Ella qué? ―Mi boca cayó abierta ante la inesperada noticia.
 
Sabía que Lali estaba molesta ayer, pero nunca le había preguntado por qué. Pensé que era debido a su mamá.
 
―Creo que es lo mejor que he escuchado en todo el año ―dijo Euge al mismo tiempo.
 
Hope se unió a nosotros en la pared y comenzó a juguetear con un mechón de su cabello rubio fresa.
 
―Sucedió ayer en el entrenamiento. Mery se sintió culpable por la manera en que Lali me había intimidado, por lo que le dijo al entrenador todo. El entrenador suspendió a Lali por tiempo indefinido.
 
Dudaba seriamente que Mery se sintiera culpable por nada. La muchacha no tenía conciencia alguna.
 
―¿Entonces hay una nueva capitana? ―preguntó Euge.
 
Incluso antes de que Hope dijera nada, ya sabía la respuesta.
 
Mery era la única persona lo suficientemente vengativa como para lograr que Lali se metiera con Hope y luego volverse contra ella, así conseguía echarla del equipo y podría convertirse en la capitana del equipo de animadoras.

Ahora, tenía sentido por qué Mery no había recogido a Lali esta mañana. Obviamente ellas no se hablarían después de algo como eso.
 
―Mery es la nueva capitana ―dijo Hope simplemente y continuó girando su cabello alrededor de un dedo―. Quiero decir, no puedo decir que lo siento por ella. No después de lo que me hizo o la forma en que trata a todos los demás. Mery fue la única lo suficientemente valiente para enfrentársele.
 
Lo qué Hope decía era verdad, pero eso todavía me fastidiaba. Una parte de mí tenía que defender a Lali, independientemente de la forma en que actuaba hacia mí.
 
―Mery no es valiente. Es una perra y cien veces peor de lo que fue Lali alguna vez.
 
Mis amigos se quedaron mirándome en atónito silencio, como si no me conocieran. Finalmente, Nico rompió la incomodidad.
 
―¿Tú... acabas de defender a Lali Esposito o toda la hierba se me subió a la cabeza?
 
―Sabes, has estado actuando realmente extraño desde que Lali vino a tu casa. ¿Hay algo entre ustedes dos?
 
Gaston era perceptivo. Sólo él notaria un pequeño cambio en mí e inmediatamente lo enlazaría con Lali.
 
―Chicos, ya déjenlo. Por supuesto que no hay nada entre ella y yo. ―La mentira vino tan fácil a mis labios que incluso me sentí culpable por ello.
 
Además, realmente no había nada entre nosotros. Claro, ella había irrumpido en mi casa y me había besado. Y cuando había estado molesta le había hecho sentirse mejor, y hoy la había traído a la escuela. Pero esas cosas no tenían importancia y definitivamente no cambiaban lo que sentía por ella. Era arrogante y egocéntrica y tenía que recordarme eso contantemente.
 
―Sí, déjalo en paz. Como si alguna vez fuera tras alguien como ella. Peter tiene mejor gusto que eso. ―Euge me disparó una sonrisa coqueta mientras rozaba su mano contra mi muslo.

Sabía lo que esa mirada significaba. Quería un enganche y estaba feliz de hacerlo. Además, conseguiría que dejara de pensar en toda esta mierda de Lali. Euge era una chica atractiva, lo más importante, era relajada y fácil de tratar, y si estaba encantada conmigo, no iba a rechazarla.
 
Agarrando a Euge alrededor de la cintura, acerqué mi cabeza más hacia la suya.
 
―Ven a mi casa esta tarde y te mostraré cuán bueno es realmente mi gusto.
 
El verde de sus ojos brilló con emoción y asintió entusiasmadamente.
 
―No puedo esperar.
 
Llevó sus labios a los míos y me dio un beso breve antes de alejarse. Nico gimió, dejando de lado su emparedado.
 
―¿Tienen que hacer eso aquí? Estoy tratando de comer.
 
En momentos como estos mis sospechas parecían muy acertadas. Estaba empezando a ser obvio que Nico realmente sentía algo por Euge, pero ella nunca acababa de notarlo. Y aquí me estaba metiendo en el camino.
 
Rodé mis ojos y miré hacia donde se encontraba Lali. Era bastante obvio que Mery estaba diciéndole cosas desagradables, la malicia en su cara lo decía todo. Maldición, me moría de ganas de ir allá y averiguar lo que estaba pasando, pero tenía que aprender a no preocuparme por ella. Así como ella no se preocupaba por mí.
 
Había estado avergonzada por ser vista conmigo esta mañana y quiso fingir que no le había hecho un favor. Por mucho que yo intentara romper sus defensas, no me dejaba.
 
Todavía quería saber lo que estaba escondiendo, pero no tenía que involucrarme con ella personalmente. Si quería mantenerse alejada de mí, le daría exactamente lo que quería, sin importar lo difícil que fuera.
 
* * *

Lali 

Una pequeña multitud estaba formándose alrededor de mí y de Mery mientras discutíamos, pero no me importaba. Lo que me importaba era hablar del asunto con ella y arreglar el problema antes de que se pusiera peor. Sabía que Mery estaba pasando un rato difícil por el divorcio de sus padres y era como si se las estuviera cobrando conmigo. Estaba enojada con ella, pero podía perdonarla. Mi reputación era importante para mí.
 
―¿Cómo puedes hacerme esto Mery? ―demandé―. Sabes lo importante que es ser porrista para mí. No entiendo qué fue lo que hice para que me odiaras.
 
Mery se veía aburrida por mi afirmación.
 
―No estoy enojada contigo, tontita. Te compadezco. Necesitaba separar a las buenas de las malas. De todas las personas, tú deberías entenderlo. Después de todo, ¿no fue eso lo que intentaste hacer con Hope? No puedo tener a alguien como tú en el equipo. Por lo que sé, podrías ser la hija de un proveedor de drogas, o de un ex convicto.
 
Mi boca estaba seca y tenía dificultad para hablar. De alguna manera y sin saberlo, me había convertido en una forastera. Mery me había usado para conseguir lo que quería y, ahora era ella la que estaba a cargo. Lo tenía todo, excepto por una cosa. No tenía a Benjamin. Yo aún tenía una oportunidad con él, aún tenía una oportunidad de restaurar mi reputación.
 
Benjamin estaba sentado en la mesa observando la confrontación entre Mery y yo. Bennett estaba sentado detrás de él, con una mezcla de sorpresa y simpatía en su rostro. Al menos él aún se preocupaba por mí. Sabía que siempre podría contar con él.
 
Ignorando a Mery, caminé hacia Benjamin. No me sonrió como usualmente hacía, había algo extraño en la forma en que me miraba. Estaba segura de que Mery no lo tenía aún. ¡Sólo había pasado un día, por el amor de Dios!
 
―Esto es una estupidez, ¿no te parece? ―le pregunté.
 
Benjamin se encogió de hombros, mirando más allá de mí.

―No lo sé, Lali. Intento mantenerme al margen del asunto.
 
De acuerdo, eso era bueno. Aún tenía una oportunidad en eso. Aún podía invitarlo a salir, mantener una buena reputación y refregárselo en la cara a Mery.
 
Le iba a dar su lección por sacarme del equipo. No podías librarte de Lali Esposito tan fácilmente.
 
Acaricié el brazo de Benjamin y le disparé una tímida sonrisa. Siempre había habido química entre nosotros y esperaba poder usar eso a mi favor.
 
―Has estado entrenando tan duro. Deberías salir y divertirte un poco. ¿Por qué no hacemos algo esta noche?
 
Antes de Benjamin pudiera decir algo, Mery me empujó a un lado y enlazó su brazo con el de él.
 
―No está interesado en salir con una perdedora como tú. Está más interesado en chicas que estén a su nivel. Alguien que no sea una bastarda como tú.
 
Benjamin colocó un brazo alrededor de la cintura de Mery y le susurró algo al oído. Mery se rió y dejó que le diera un suave beso. Mi corazón se hundió ante su indiscreción. Y me di cuenta de que ya no tenía nada que perder. Mery me lo había robado todo.
 
―Entonces, ¿están juntos ahora? ―pregunté―. Qué rápida eres, Mery.
 
―De hecho ―comenzó Mery, con una expresión de satisfacción en el rostro―. Benjamin y yo pasamos un increíble fin de semana, ¿cierto?
 
Benjamin asintió y le plantó un beso en el cuello, prácticamente amasándola en el proceso. Mientras los miraba, sentía cómo rápidamente perdía el control sobre mi vida. Benjamin era el único chico al que verdaderamente quería, ahora Mery me había quitado eso también. La extensión del peso de la traición me aplastaba y me mordí el interior de mi mejilla, insistiendo en que no derramaría ni una lágrima frente a ellos.
 
Sólo había una cosa que podía hacer. Me llevaría a un par de amigos conmigo y comenzaríamos nuestro propio grupo, lejos de Mery y de su juguetito. Bennett era uno de mis amigos más cercanos y el único con el que podía contar. Había sido mi amigo por más tiempo que Mery y era todo lo que me quedaba.
 
Cuando lo miré, estaba mirando fijamente hacia el piso.
 
―¿Bennett?
 
Levantó la mirada al oír mi voz y liberó un suspiro. Levantándose, me tomó por el codo y me alejó de los otros. ¡Gracias a Dios tenía a Bennett! No sé qué habría hecho sin él. Sabía que no escucharía a Mery o me dejaría sola.
 
Bennett dejó de caminar y me volteó para que lo enfrentara. No dijo nada al principio y comencé a preocuparme porque eso no era típico de él. Para este momento él habría estado quejándose de lo que Mery me había hecho. Su silencio era mortificante.
 
Tal vez estaba molesto porque había tenido que dejar el grupo por mí. Era un sacrificio que tenía que hacer y ambos tendríamos que acostumbrarnos a que nos trataran diferente.
 
―Gracias por hacer esto ―dije, esperando que mis palabras lo alentaran a hablar.
 
Ben miró hacia arriba con sus oscuros ojos y mi corazón se hundió. No, no. No podía ser lo que parecía. Ben siempre había estado de mi lado. No había forma de que los eligiera a ellos, en vez de a mí. Obviamente había malinterpretado su expresión. Estaba exagerando.
 
―No me agradezcas, Lali ―dijo―. No lo merezco.
 
En ese momento supe que me estaba abandonando. Había elegido quedarse de lado de Mery y Benjamin en vez de mí. Las lágrimas luchaban por escapar de mis ojos, pero me rehusaba a llorar. Ya había llorado demasiado en las últimas horas y no les mostraría mi lado débil de nuevo. Tenía que ser fuerte, sin importar lo que sucediera.
 
A pesar de que sabía la respuesta, quería oír su justificación por ser tan idiota.
 
―¿Por qué, Ben? ¿Por qué me haces esto?
 
Ben suspiró, y parecía como si la decisión se lo estuviera comiendo por dentro.

―Eres una de mis mejores amigas, pero este es mi último año. No quiero ser un exiliado, quiero estar con esos chicos. ―Asintió hacia la mesa donde estaban los idiotas―. Somos un equipo, jugamos juntos y no puedo abandonarlos. No puedo elegirte, lo siento.
 
El dolor y la furia hervían en mi pecho, hasta que sentí como si estuviera por explotar. Todos los que me importaban me estaban dejando. Primero el Sr. Lanzani, luego Peter y ahora Bennett. Tal vez estaba maldita. Tal vez perdería a mamá y a Cris también. Quiero decir, mamá ya pensaba que era una persona horrible. No había forma de volver de eso.
 
―No. Te. Atrevas. A. Disculparte. ―Mi voz tembló con cada palabra. No quería la media disculpa de Bennett. Sólo quería que me dejara tranquila.
 
La preocupación inundó sus ojos, colocó una mano en mi brazo, probablemente creyendo que me reconfortaría. En realidad, tuvo el efecto contrario, sólo sirvió para enfurecerme.
 
―Lali, no seas así. Aún podemos ser amigos.
 
Su toque, lo empujé tan fuerte como pude.
 
―No, Ben. No podemos ser amigos. Los amigos no se traicionan. Tú y Mery son iguales.
 
Los ojos de Bennett se endurecieron.
 
―Bien, si quieres actuar toda poderosa, entonces adelante, pero tienes lo que te mereces.
 
Se dio la vuelta y regresó con sus amigos, dejándome sola en el medio del patio.
 
Respiré hondo y decidí ponerme a salvo en la biblioteca donde estaría sola con mis ardientes pensamientos. Mientras me dirigía al interior del edificio, noté que Peter me miraba intensamente. Estaba claro que había escuchado mi conversación con Bennett, pero su expresión era difícil de descifrar. Lo más probable era que pensara que me lo merecía.
 
Eugenia, quien prácticamente estaba sentada en su regazo, mostraba claramente sus sentimientos. Sus ojos brillaban y tenía una enorme sonrisa en su rostro. Parecía a punto de estallar de alegría Al parecer mi humillación pública le había hecho el día.
 
Disparándoles a Peter y a sus amigos una mirada, bajé la cabeza y apresuré mi paso.
 
Peter era igual que el resto. Me había dejado, se burlaba de mí con sus espeluznantes amigos, me trataba como si yo fuera el problema. No necesitaba gente como esa en mi vida. No necesitaba a nadie. Todo lo que necesitaba era preocuparme por mi misma.
 
Superaría esto sola.

29 comentarios :

  1. ++++++sssssssss++++++++++++

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  2. mas porfavor, me da mucha lastima lali

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  3. q hdp ben cuando ella lo ayudo a llegar a todo eso me dio pena de lali
    mas porfa
    mica

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  4. Ahora me da lastima, peter no la va a dejar sola ! Más Me encanta!

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  5. massssssssss nove
    me encanta

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  6. masssssssssssssss
    me da penita lali

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