domingo, 11 de agosto de 2013

Capitulo 35

Capitulo 35

Lali

No me importaba que fueran las cuatro de un sábado por la tarde. No iba a dejar mi habitación. Iba a quedarme aquí por el resto de mi vida si esto significaba que no tendría que enfrentarme a nadie nunca más.

Anoche, había tratado de dejar todo fuera y actuar indiferente, pero en la mañana toda esa resolución se había derrumbado. No podía conseguir sacar la imagen de Peter y Mery besándose de mi cabeza. No podía perdonar su traición.

La peor parte era, que sin importar cuánto intentara olvidar a Peter, simplemente no podía hacerlo. Era difícil imaginarme no estar en sus brazos, o nunca besarlo otra vez. ¿Con quién compartiría todos mis problemas? ¿Quién alguna vez me entendería de la manera que él lo hacía?

La respuesta era simple.

Nadie. Nadie me conocía como Peter lo hacía. Nadie me entendía de la manera que él lo hacía. Nadie podía hacerme reír tan fácilmente como él podía. Podía pasar mi vida buscando, pero nunca encontraría a nadie como él.

Tenía que ser honesta conmigo. Lo amaba. Lo amaba con cada fibra de mi ser, con mi alma. Sin embargo, no podía perdonarlo.

Se había emborrachado y se había besuqueado con Mery sin pensar en mí. El hecho de que esto fuera tan fácil para él me mató. Enfrentar esa realidad hacía que mi corazón doliera. Me había prometido que nunca me dejaría, pero bastó con que se emborrachara para que se olvidara de todo lo que nosotros habíamos compartido.

Esto tomaría tiempo, mucho tiempo, pero me curaría. Tenía que curarme.

Alguien llamó a mi puerta, y levanté el cobertor de mi cabeza.

―Adelante ―grité, sabiendo muy bien que era mi mamá.

La puerta se abrió un poco y mi mamá asomó su cabeza. Sus ojos vieron las persianas bajadas, la habitación oscura, y luego finalmente aterrizaron en mí.

―¿Oh, Lali, cariño, qué pasó? ―No esperó una respuesta antes de entrar en la habitación y sentarse sobre mi cama. Sus ojos estaban llenos de preocupación mientras me estudiaba, esperando una respuesta a mi comportamiento parecido al de un ermitaño.

Exhalando, me senté y miré hacia abajo a mi cobertor.
 
Quería contarle todo, pero no quise cargarla con mis pequeños problemas cuando ella había tenido problemas mucho peores con los hombres en su vida. Mis problemas con Peter parecían tontos en comparación.

―No es nada, mamá. Solamente estoy cansada.

Mamá me miró con un ojo crítico.

―Si vas a quedarte en la cama hasta las cuatro por la tarde entonces al menos piensa en una mejor razón que estar cansada.

Suspiré, jugueteando con el borde de mi edredón.

―Bien, no estoy cansada, pero todavía no tengo ganas de hablar de ello.

―¿Lali, piensas que soy una tonta? ―me regañó―. Sé que esto tiene algo que ver con Peter, las cinco veces que él llamó por teléfono a casa y las tres veces que vino.

La miré fijamente con sorpresa.

―¿Él vino? ―Ni siquiera me había dado cuenta. Probablemente había estado bajo mi edredón entonces.

Mamá asintió y alisó la parte posterior de mi cabello.

―¿Qué pasa con ustedes dos? Todo iba tan bien hasta anoche. ¿Pasó algo en la fiesta de Kendall?

Mi mamá era demasiado perspicaz. Era demasiado difícil guardar algo de ella. Los acontecimientos de la noche pasada me sobrecargaban, y de repente, solamente quería sacarlo todo a la luz. Durante la mayor parte de mi vida, había reprimido mis emociones porque era más fácil que hablar de ellas. No quería parecer débil, pero me había vuelto fría. Tal vez no me sentiría tan pesada una vez que dejara de reprimir todo.

Continué jugando con el edredón.

―Peter besó a Mery anoche.
 
Hubo una larga pausa, y luego mamá habló.

―¿Estás segura?

Mirando hacia arriba, asentí.

―Lo vi con mis propios ojos.

―No, quiero decir, estás segura de que él la besó. ¿O ella lo besó a él?

Me encogí de hombros.

―¿Importa eso? Todo es lo mismo.

El rostro de mamá estaba muy serio cuando habló.

―No, cariño, todo no es lo mismo. Podría ser que Mery lo atrapó desprevenido y resultó que los viste en el momento equivocado.
 
―Aun así eso no cambia lo que hizo. ―Mi corazón se apretó con dolor―. Pensé que él se preocupaba por mí. Dijo que me amaba…
 
Mi voz se quebró en mi garganta, y mamá envolvió un brazo a mi alrededor, estrechándome. Apoyé mi cabeza en su hombro, disfrutando el simple momento con ella. Nuestra pelea de hace unas semanas estaba olvidada y me amaba independientemente de las cosas horribles que le había dicho. Su amor era incondicional.

De la manera que pensé que el de Peter había sido.

―Cuando tenía tu edad también estuve enamorada, ¿sabes? ―dijo mamá, su voz suave―. Mis amigos me dijeron que él estaba mal para mí, pero no me importaba. Estaba cegada por mis sentimientos hacia él y no podía verlo por lo que realmente era.

No dije nada. Sabía que mamá hablaba de mi padre biológico, un asunto que nunca mencionaba. Había aprendido a lo largo de los años que le molestaba demasiado y evité preguntar por él.

Fue increíble realmente escuchar una conversación como esta, sobre él.

Mamá tomó una respiración temblorosa y cambió de lugar entonces nos quedamos mirando la una a la otra.

―Cometí un error cuando era adolescente. Mi error fue enamorarme del tipo incorrecto. No quiero que tú también te equivoques. Tú y Peter son el uno para el otro, solamente lo sé. Puedo sentirlo. Dos personas no pueden cuidar el uno del otro tanto y no ser el uno para el otro. ―Sus ojos brillaron con lágrimas―. No te equivoques como yo lo hice, Lali. Escogí al tipo incorrecto, pero tú puedes escoger el correcto.

Cuando las palabras de mamá se hundieron, empecé a tener esta incómoda sensación en la boca del estómago. Mery había admitido que había querido que la viera besando a Peter y que había estado jugando con nosotros todo el tiempo. En cuanto a Peter, yo no le había dado una oportunidad para explicarse. No había querido escuchar sus mentiras y excusas.

Tal vez ese había sido mi mayor error.

Mamá tenía razón. Tenía que tomar la decisión correcta. Y la opción correcta era Peter.

―Mierda. ―Mi mente corría cuando salí de la cama y me dirigí a mi armario para encontrar algo para cambiarme―. Tengo que ir a hablar con él.

Mamá se levantó y se acercó para abrir mis persianas. Cuando me cambié a un par de pantalones vaqueros y una camiseta, mamá dio vuelta hacía mí con el ceño fruncido.

―Cariño, lo vi marcharse de su casa hace una hora. Uno de sus amigos trajo una furgoneta y colocaron sus guitarras en la parte posterior.

―Su concierto ―dije inmediatamente―. Él tiene un concierto esta noche.

Me derrumbé sobre mi cama, dejando a mi cabello caer en mi rostro. Era demasiado tarde. Él ya se había ido. Tendría que esperar a que regresara, y no sabía cuándo sería. Tenía que verlo ahora. No podía dejarlo actuar en una noche tan importante sin saber cómo me sentía acerca de él. Que había cometido un error al no escuchar su lado de la historia. Que lo amaba.

Los dedos de mamá apartaron el cabello de mi rostro, y miré hacia arriba para verla darme una sonrisa tranquilizadora.

―No te preocupes por nada. Te llevaré a cualquier parte que necesites ir. 

***

Estaba bastante segura de que si mamá supiera que el concierto de Peter era a dos horas de distancia, y requería que cruzáramos la línea estatal, no se habría ofrecido a llevarme.
 
Por otra parte, en el fondo era una romántica empedernida, entonces no me sorprendería que lo hiciera.

Mamá giró alrededor de la esquina, evadiendo apenas un poste metálico sobre la acera. Su conducción había sido más o menos lo mismo el tiempo entero, como si estuviéramos en una de esas películas donde tenía que detener al amor de mi vida de subir un avión.

Su mala conducción me tenía agarrándome al borde de mi asiento, pero no sentía la habitual ansiedad que tenía cuando estaba en un auto. Tal vez hablar con Peter sobre ser testigo de la muerte de su papá finalmente me había ayudado a seguir adelante.

Desde el asiento trasero, Cris se rió tontamente. Parecía que él estaba en un paseo en el parque de diversiones. Al menos tenía al Sr. Rochester para entretenerlo en el largo viaje, tanto como su amigo invisible me ponía de los nervios.

El auto frenó ruidosamente y miré por la ventana, notando que el auto de Peter y la furgoneta de Nico estaban estacionados fuera del bar. Berkeley no era uno de esos bares de aspecto sórdido que teníamos en nuestra ciudad. En realidad lucía nuevo, como si hubiera sido renovado recientemente, con un exterior blanco limpio y las ventanas oscurecidas. Incluso había un guardia de seguridad apostado fuera.

―Voy a encontrar un lugar para comer así Cris puede tener su cena ―decía mamá―. Llámame cuando necesites que venga a recogerte, ¿está bien?

―Sí, lo haré. Gracias mamá. ―Me deslicé fuera del coche y me apresuré hacia la entrada de Berkeley y al guardia de seguridad.

Él era un hombre grande con la cabeza afeitada. Las gafas de sol que llevaba le daban un aspecto intimidante, y me paré delante de él, insegura de qué decir. Él me miró de arriba a abajo.
 
―¿Beberás esta noche?

Su pregunta me tomó por sorpresa, y rápidamente negué con la cabeza.

―Uh… um, no. No soy lo suficiente mayor para beber. Solamente vine aquí para ver actuar a una banda… un amigo mío está en la banda. ―Las palabras salieron de mi boca en una loca prisa.

El guardia de seguridad me miró durante un minuto antes de sacar un sello y agitarlo hacia mí.

―El sello quiere decir que puedes beber alcohol. Ningún sello quiere decir que no puedes. ―Guardó el sello en su bolsillo―. ¿Estás llevando algún arma, drogas, o alcohol?

Levanté mis manos, negando con mi cabeza.

―No, y no tengo un bolso tampoco. Sólo tengo mi teléfono. ―Lo saqué de mi bolsillo para mostrarle.
―Bien, puedes entrar. Y no le pidas a tus amigos que te compren nada de alcohol ―advirtió él con un ademán mientras yo entraba.

Incluso aunque el exterior de Berkeley luciera bien, el interior todavía olía igual como cualquier otro bar. El olor a humo de cigarrillo, alcohol y calcetines sudorosos de gimnasio colgaba en el aire. Arrugué la nariz ante el olor, y dejé que la multitud me empujara a la parte posterior del bar. Berkeley estaba repleto de gente, todos estaban amontonados.

Dejé que mis ojos vagaran, buscaba cualquier señal de Peter o los demás, pero no tuve suerte. No había ningún modo de distinguirlos del resto de la multitud.

Entonces mi corazón se detuvo.

Reconocí la voz que cantaba. ¡Era Peter!
 
Skeptic Coil estaba sobre el escenario interpretando lo mejor que alguna vez había visto. Recordé la canción de uno de sus ensayos, y me dio un sentimiento de satisfacción por ver la multitud completamente encantada por ellos. Mis ojos se dispararon hacia Peter y aprecié la vista de él mientras rasgaba su guitarra con su cabeza inclinada sobre ella. Cuando la canción se terminó, levantó la vista, y habló en el micrófono con falso entusiasmo.

―Damas y caballeros, gracias por venir a vernos esta noche. Esta última canción está muy cerca de mi corazón. Escribí sobre esta chica que me vuelve loco, pero a quién no puedo sacar de mi cabeza. Les ofreceré: ¡Nunca se acabará!

Maldición. Sólo había llegado a tiempo para verlos tocar su última canción.

Las cosas no iban de la manera que hubiera querido.

Peter comenzó a tocar notas suaves sobre la guitarra. Levantó su cabeza y comenzó a cantar, y me olvidé de todo lo demás, de todo lo que había estado molestándome. Solo tenía ojos y oídos para Peter y para el hermoso sonido que venía de él.  

Hay este recuerdo
Que me lleva de regreso
A aquel verano
Que no quería que terminara 

Gaston comenzó a tocar la batería, y Nico en el bajo.

Todos parecían estar absortos por lo que estaban haciendo. La cabeza de Gaston se movía al ritmo del tiempo, y Nico tenía los ojos cerrados y parecía como si estuviera en su propio mundo.

Mis ojos se desviaron de nuevo a Peter y la expresión afligida sobre su rostro mientras cantaba. Me pregunté qué estaba pasando por su cabeza para hacerlo verse así. 

Cuando tus ojos encuentran los míos
Todo lo que quiero de ti
es que te quedes conmigo
Pero los días se han ido,
estaré siempre solo,
y no puedo permitirlo.
Así que quiero que sepas
que aún lo recuerdo;
no sé cómo podríamos
olvidar todo lo que supimos.
Este amor nunca se acabará,
y mi corazón siempre te necesitará.

Escuché con asombro mientras Peter cantaba, su voz era tan hermosa, tan encantadora. Sus palabras me atormentaron. Las palabras que eran tan obviamente sobre mí. Mi corazón dolía solamente de escucharlas. La expresión sobre su rostro tenía sentido ahora. Estaba sufriendo porque cantaba sobre mí.

Peter miró a la multitud, como si buscara algo, y de algún modo sus ojos cayeron sobre mí. Sus cejas se levantaron y casi dejó de cantar porque estaba tan enfocado en mí. La incredulidad floreció en su rostro, pero siguió cantando, un borde de pura desesperación en su voz.

Él me llamaba. Me decía que fuera a él, y eso era exactamente lo que iba a hacer.

Me abrí paso entre la multitud, acercándome hacia el escenario, y fue entonces cuando algo realmente asombroso sucedió. Peter se quitó la guitarra, agarró su micrófono y saltó del escenario. Nico y Gaston lo vieron en shock, pero siguieron tocando como si nada hubiera pasado.

Mi corazón latía más rápido mientras Peter se acercaba a pasos largos y decididos, al mismo tiempo seguía cantando. Cantando para mí. 

Pero los días se han ido,
estaré siempre solo
y no puedo permitirlo.
Así que quiero que sepas
que aún lo recuerdo;
no sé cómo podríamos
olvidar todo lo que sabíamos.
Este amor nunca se acabará,
y mi corazón siempre
te necesitará.

Cuando Peter me alcanzó, la canción terminó y la multitud se volvió frenética. Pensaron que esto era la parte del espectáculo y lo estaban amando. Peter estalló en una enorme sonrisa.

―¡Damas y caballeros, somos Skeptic Coil. ¡Buenas noches!

La multitud estalló en aplausos y gritos alrededor de él, pero no participé. No podía apartar la mirada de Peter. No podía apartar la vista de la intensidad en sus ojos.

Nico saltó del escenario y se acercó a nosotros. Me dio un guiño antes de agarrar el micrófono de Peter y dejarnos a nosotros solos.

La multitud se levantó alrededor de nosotros, pero a ninguno nos importaba. Sólo teníamos ojos el uno para el otro. Era como si nadie más estuviera aquí. Estábamos en algún lugar, por un riachuelo, en nuestro propio mundo donde solo nosotros existíamos.

Hablé primero.

―Peter, lo siento tanto. Cometí un gran error. Dejé a Mery nublar mi juicio. Trataba de hacerme dudar de ti, y le creí.

Peter frunció el ceño.

―No puedo actuar como si fuera inocente en todo esto. Esto es mi culpa también. Dejé que sucediera. Debería haber sabido que no había nada entre Benjamin y tú. La dejé engañarme.

―Jugó con nosotros dos. Caí directamente en su trampa. Debería conocerte mejor que eso, y comprenderé si no quieres tener algo que ver conmigo. Yo solo… quería que supieras cómo me sentía.

Él dio un paso más cerca y presionó sus labios contra los míos, enviando a mi corazón en un frenesí mientras me besaba profundamente. Cuando se apartó, sus ojos brillaban.

―Esta es mi respuesta final, Lali. Si me dejas, vas a tener un infierno de tiempo tratando de deshacerte de mí.

Mi boca cayó abierta.

―¿Entonces, no hemos terminado?

―No, a no ser que tú quieras que lo hagamos.

No podía creer que, después de todo, todavía quisiera estar conmigo. El hecho de que todavía me quisiera era asombroso.

―¿Entonces estás… seguro?

Peter pasó su pulgar sobre mi labio inferior.

―Lali, ambos hemos cometido errores, pero lo que importa es que nos perdonemos el uno al otro. Si pudiera recompensártelo un millón de veces, lo haría. Si pudiera cambiar lo que viste anoche. Lo haría. Pero no puedo hacer eso, Lali. Todo lo que puedo hacer es decirte cuánto te amo y cuán asustado estoy de perderte. No puedo hacer esto solo. Te necesito.

Sin aliento, dejé que me atrajera hacia su pecho. Lo miré desde abajo de mis pestañas, tratando de digerir todo lo que había dicho.

―Te necesito también. Eres el único que me mantiene sensata, y quien me pone en mi lugar cuando soy una mocosa engreída. Siento mucho haber dudado de ti…  

Él negó con la cabeza y colocó un dedo sobre mis labios para hacerme callar. Dejé de hablar, dejé de pensar, y solamente lo dejé ser. Me perdí en las profundidades de los ojos verde amarillento de Peter mientras miraba hacia mí.

―No me importa, Lali. Todo lo que me importa es que estás aquí ahora mismo. Conmigo.

Fin

Autora:Komal kant
Libro: Impossible

40 comentarios :

  1. +++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  2. +++++++++++++++++++++++++

    ResponderEliminar
  3. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  4. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  5. EXIGIMOS OTRA NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

    ResponderEliminar
  6. Termino? Ósea esel final de la novela? No hay mas? :(. Hermosa novela

    ResponderEliminar
  7. Muy linda la nove,queremos epilogo porfaa

    ResponderEliminar
  8. ya el fin??
    hay epilogo???
    me tomo por sorpresa ese "fin"
    jajaja
    beso

    ResponderEliminar
  9. Como debe ser el fin,ninguno d los dos pueden vivir sin el otro.No debieron fiarse d una persona tan poco creíble como la k se decía llamar amiga.

    ResponderEliminar
  10. Otroooooo, decime qe hay un epilogo!! Me encanto :)

    Arii

    ResponderEliminar