viernes, 29 de marzo de 2013

Capitulo 48

Capitulo 48

Cuando terminamos de comer, estaba caminando junto con mi grupo de amigos, cuando alguien me agarró la mano y me tiró a una parada. Chillé, un poco sorprendida, y me giré para ver a Peter sonriéndome mientras me arrastraba al salón de clases vacío más cercano. Me reí cuando vi a mis amigos caminar sin mí, ni siquiera dándose cuenta de que no estaba detrás de ellos más. Cerró la puerta y me miró, tratando de fingir que estaba molesto conmigo, pero no había manera de que cayera por eso, él se divertía, me di cuenta.
—Ángel, eso fue demasiado —afirmó mientras daba un paso más cerca de mí. 
Di un paso atrás y choque con la pared.

—¿Demasiado? Pensé que era bastante perfecto —respondí en broma.
Él se rió y apretó su cuerpo al mío.
—Eres bastante perfecta. —Apartó mi pelo de mi cara suavemente, mirándome con ternura. Puse mis brazos alrededor de él y lo acerqué más, luego moví mis manos para agarrar su trasero. Él sonrió con esa sonrisa sexy y presionó sus labios contra los míos con suavidad; gemía ligeramente y lo acerqué más, con ganas de más.
Se apartó para besar mi cuello, sus manos vagando por mi cuerpo, a través de mis piernas. Una de sus manos se deslizó debajo de mi falda, haciendo cosquillas con sus dedos en mi trasero provocando. Sentí chupar suavemente en mi cuello.
—Peter, ¿me estás dando un chupón? —pregunté, riendo. Dejó de chupar por un segundo y alejó su boca de mi piel.
—Mmm-hmm te estoy marcando —murmuró, antes de chupar en el mismo lugar otra vez. Después de unos segundos, se apartó para mirarlo, inspeccionando su obra. Parecía muy orgulloso de sí mismo y estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Sí, ¿y yo puedo marcarte? —bromeé.
—Claro, si quieres. —Él estuvo de acuerdo, encogiéndose de hombros, pero en realidad luciendo un poco esperanzado. ¿Realmente quería que lo marcara? Apretó los labios a los míos una vez más, pareciendo poner mi cuerpo en llamas. Por Dios, ¿cómo diablos me hacía esto? Él era el único chico que había besado, por amor de Dios. Sin embargo, aquí estoy, ¡dejándolo poner su mano en mi trasero! Sonreí cuando inclinó la cabeza hacia un lado, dándome acceso a su cuello. Justo cuando mis labios rozaron su piel, sonó la campana.
Él gimió y se alejó, mirándome con una cara de cachorro de nuevo.
—Falta a clases conmigo —declaró él, haciendo un mohín ligeramente. ¿Faltar a clases con él? ¡Oh, mierda, odiaba faltar a la escuela, eso no era yo en absoluto!
—Um, Peter, no puedo. —Estaba debatiéndome, tenía muchas ganas de pasar tiempo con él, pero simplemente no podía soportar la idea de que mis maestros supieran que falté a clase sin necesidad.
—¿Por favor? —rogó, doblando sus rodillas para que así estuviéramos a la misma altura.
Sus ojos azules me estaban matando. No podía decirle que no. Suspiré profundamente.
—Si me atrapan, entonces tú estarás en serios problemas —le advertí. Si obtenía detención, me aseguraría de que él también.
Él se rió, una hermosa sonrisa se extendía por su cara mientras sacaba su celular y llamó a Nico para decirle que no me sentía bien y que me llevaba a casa.
—Sí, ella está bien. No, dice que se siente un poco mareada, eso es todo. No, no, lo tengo. Muy bien. Nos vemos —dijo en el teléfono, sonriendo y lanzándome un guiño. Deslizó su teléfono en el bolsillo y me agarró la mano, tirando de mí desde el aula hasta el coche—. Nico va a conseguir un aventón al trabajo. Así que, siempre y cuando te lleve a casa a las nueve, ni siquiera sabrá que faltamos a clases —dijo alegremente.
Rodé mis ojos hacia él.
—¡Como si Nico realmente creyera que estaba enferma! Él sabe que estamos faltando. —Sacudí la cabeza, riendo. Nico no era tonto, él simplemente no quería decir nada.
—Pues bien, Ángel, ¿qué haremos? —preguntó Peter, saliendo del estacionamiento con rapidez antes de que alguien nos viera salir.
Me encogí de hombros con facilidad.
—No me importa. Lo que tú quieras. —Mientras involucrara pasar más tiempo con él, haría cualquier cosa.
Él sonrió.
 —¿Quieres que te lleve a patinar otra vez? —ofreció.
—Claro, ¿por qué no? Tengo que cambiarme primero, sin embargo; o me congelaré el trasero de otra forma. —Me reí mientras sus ojos inmediatamente se dirigían a mis piernas de nuevo. Le envié un texto a Cande para decirle que iba a faltar y le pedí que recogiera cualquier trabajo que me perdiera.
Cuando nos detuvimos frente a mi casa, Peter se fue a la suya a buscar algo que dijo que necesitaba, y yo corrí y me puse unos vaqueros. Pasé un cepillo por mi pelo y añadí una capa rápida de máscara de pestañas. Cuando salí de mi habitación, tomé un suéter, así no me daría frio. Corrí hacia el auto, emocionada por algún tiempo a solas con él. Él sonrió mientras subía.
—Oye, te traje esto —dijo, dándome una de sus sudaderas.
Fruncí ante ella, sabiendo que tenía una de las mías. ¿Por qué traería esto?
—Er.... ¿gracias?
—Es para tu pequeño trasero. Te dije traería una para que no te mojaras y te diera frío como la última vez. Aunque, tengo plena confianza en que patinarás por tu cuenta al final de esta lección —se jactó, sonriendo.
—Bueno, no estoy segura de querer patinar si no me vas a tocar —ronroneó sugestivamente.
Él sonrió.
—Mmm, nunca había pensado en eso. Esperemos que no aprendas muy rápido entonces. —Movió las cejas hacia mí, haciéndome reír.
 ________________________________________________

Ultimo Capitulo de la Maraton 
Nos leemos mañana :)

11 comentarios :