jueves, 28 de marzo de 2013

Capitulo 40

Capitulo 40

Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con Peter todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve! Nico ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.
—Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarlo de mí.
Gimió.
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.
—Peter no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Nico se estará preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja. Sacudió su cabeza.

—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.
—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije, encogiéndome de hombros.
Suspiró con resignación.
—Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta.
—Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.
—Adiós Clau. Adiós Pablo —dije.
—Adiós cariño —respondió Pablo, sin sacar los ojos de la televisión. Claudia me sonrió.
—Adiós Lali. ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.
Peter rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla. 

Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Peter mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es que sólo vivía como a 9 metros.
Nico estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.
—¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado!. Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
—Lo siento, estaba en lo de Peter. Claudia me invitó a que me quedara a cenar, y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola —dije encogiéndome de hombros.
—¡Amo las cenas de Claudia! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.
—La, espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
—¿Qué pasa Nico? —pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo.
Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
—¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? —pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas.

 La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido. Sacudió su cabeza.
—Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por que preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente.
Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
—¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor.
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Nico dijo:
—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo —escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo. Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Nico y Peter entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta.
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Nico, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor. Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Nico.
—Nico, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo —dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como el de Peter.

Oh, gracias a Dios, ¡Peter está aquí!. La carrera de mi corazón comenzó a ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya. Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer.
Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Peter, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
—¿Estas bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía.
Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y esnifé. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón. Levanté la vista para ver a Nico sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a Peter. 

Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de Peter, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto. Nico caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Peter, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
—Demonios, Lali. ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir! Mierda, que me asustaste —despotricó Nico mientras me mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije débilmente. Mire hacia a Peter, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.

—¿Dónde está Peter? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh Dios, me dejó!
Nico me abrazó más fuerte.
—Shh está bien. Sólo respira, shh —murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.
—¡Mierda! —jadeó Nico al mirarme—. ¡Peter, vuelve aquí rápido! —casi gritó.
Peter corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez. Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Peter gratamente. Nico se veía mordazmente enojado.
—¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió.

20 comentarios :

  1. otroooo no lo puedes cortar aqui!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. andale porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  3. dale subi otro queiro saber q dicen

    ResponderEliminar
  4. otrooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

    ResponderEliminar
  5. me gutaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  6. mañana maraton 8 30 argentina?

    ResponderEliminar
  7. estare esperando esa hora muy ansiosa

    ResponderEliminar
  8. daaaaaaaaaaaaaaaale otro otro otro

    ResponderEliminar
  9. me encanto! pobre la que feo que te haga tan mal pensar en tu viejo, es un hdp

    ResponderEliminar
  10. Ojala le digan la verdad y nico lo tome bien..
    Maaass :)

    ResponderEliminar
  11. Espero que Nico no tiene una discusión con Peter

    ResponderEliminar
  12. aaaahh me encaantaaa <3

    ResponderEliminar