viernes, 29 de marzo de 2013

Capitulo 41

Capitulo 41


Peter levantó una mano para detener su arranque.
—Mira Nico, tú y yo hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo que ha pasado. Necesito asegurarme de que ella esté bien —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación.
Nico me miró arrepentido y asintió.
—Lo siento, Lali, pero tenía que decírtelo, asegurarme que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo Nico tomando mi mano.
Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como una mueca.
—Lo sé, Nico. Siento haberme vuelto loca y asustarte. —Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.
—Está bien. Sólo, no lo hagas de nuevo —dijo sonriéndome. Reí débilmente y asentí.
Peter me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Nico observaba cada movimiento de Peter, mirándolo enojado.
—Deja de mirarlo así Nico, él no ha hecho nada malo —dije frunciendo el ceño.
Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de hablar.
—Ustedes dos están juntos —dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómoda en mi asiento. De acuerdo, demasiado para un par de semanas.
—Sí —respondió Peter asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor. Me encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba comenzar a golpear a mi novio. 
—¿Desde hace cuánto? —preguntó Nico, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.
—Desde el viernes —respondió Peter en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabia que era mi culpa, porque le había pedido que mintiera sobre esto.
—Él te lo quiso decir de inmediato Nico, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi hermano, poniendo carita de cachorro.
—Te gusta, ¿Lali? —preguntó Nico, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.
—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y no fuera a culpar a Peter por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí.

Él asintió pero no abrió sus ojos.
—¿Qué fue lo que hiciste, Peter? ¿Cómo hiciste eso? ¿Calmarla de esa forma? — preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.
—No lo sé. Es sólo algo que la calma, eso es todo. Siempre lo ha hecho —dijo Peter con un encogimiento de hombros.
—¿Qué siempre lo ha hecho? ¿Cuándo lo hiciste antes? —preguntó Nico, pareciendo confundido.
—Sí, he tenido que tranquilizarla un par de veces —respondió Peter tristemente.
Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.
—¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso —protestó Nico, negando con su cabeza, pareciendo confundido.
Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que Peter duerme en mi cuarto. Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Nico estuviera de acuerdo, y no muy enojado con su mejor amigo. Peter me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto se iba a saber tarde o temprano.
—Nico, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de Peter, en caso de que Nico se lanzara hacia él o algo. Mi pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi novio.
—Nico, chico, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió Peter. Nico lo miró, con su expresión aún más confundida—. Cuando tenía diez, la vi a través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama —Nico lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche siguiente y la siguiente. Ella lloraba y yo entraba a hurtadillas por su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo Peter frunciendo un poco.

Nico saltó con su puño en alto. Sus ojos estrechos miraban a Peter. Tan rápido como un rayo, Peter me agarró del brazo y me puso detrás de él, protectoramente. Los ojos de Nico, llamearon antes de que su rostro se calmara.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Nico, jadeando y mirando a Peter intensamente.
—¿Hacer qué? —preguntó Peter, aun sosteniéndome detrás de él.
—Poner a mi hermana detrás de ti de esa forma —dijo Nico, completamente calmado ahora.
Peter sacudió su cabeza, como si no terminara de entender la pregunta.
—Es sólo que no quiero que salga lastimada, eso es todo.
Nico volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su rubio cabello.
—¿De verdad te gusta mi hermana? —preguntó mirando el piso.
—Nico, estoy enamorado de tu hermana, lo sabes —Peter se sentó en el sofá y me hizo sentar junto a él.
Jake asintió.
—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños —declaró Nico, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las cosas.
—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba intentando decirte. Ella solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarla cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede dormir bien, sin el otro ahí —admitió Peter, frunciendo el ceño.
El rostro de Nico se endureció.
—¿Aún duermes en su cuarto? ¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, Peter. ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió Nico, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con sus puños cerrados otra vez. Apreté los ojos. ¡Oh, Dios, aquí viene! Levanté mis manos, intentando detenerlo.
—Nico, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo el tiempo? —pregunté desesperada. Necesitaba hacerlo entrar en razón antes de que terminaran peleando. Asintió y cerró los ojos, pestañeó.
—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo así.
Asentí.
—Sí, tenía ocho. Eso fue cuando Peter comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a Peter —dije sonriendo, y apretando la mano de Peter.
—¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo —protestó Nico.
—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo pesadillas aun cuando estabas ahí —lo contrarié. Nico se estremeció y asintió, probablemente recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde entonces, y la única vez que las he tenido ha sido cuando Peter no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo —expliqué mirando a Nico, viendo la comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento.
Peter acariciaba la parte de atrás de mi mano, Nico sólo miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, Nico miró a Peter.
—Peter, si lastimas a mi hermana, mejor amigo o no, te mataré —le advirtió Nico.
Podía ver que lo decía en serio.
—No lo haré, lo prometo —juró Peter, con una sonrisa tranquilizadora.
—De acuerdo, entonces me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a la cama —instruyó Nico parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.
Miré a Peter, se veía tan anonadado como yo me sentía.

—Wow, eso fue más fácil de lo que hubiera imaginado —reflexionó, sonriéndome mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro. Sonreí, complacida de que esto finalmente saliera a la luz.
—¿Quieres ir a la cama Peter? No estoy de humor para hacer tareas, sólo quiero dormir. —Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a él, sosteniéndome por un rato. Asintió y besó mi nariz.
—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Nico llamó y dijo que tú estabas mal, así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba. — Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo mirándome con una sonrisa triste.
—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te veré cuando estés listo —dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.
—Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Nico sabe? —sonrió.
Reí con su emoción, pero negué con la cabeza.
—No, tus padres podrían verte… a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.
Sonrió felizmente.
—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu cama. Nunca he hecho eso antes.
Saqué mis llaves y se las pasé.
—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿si? —lo besé en la mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.

Eran casi las diez pero mi cuerpo se sentía tan exhausto por todo el drama emocional, que me sentía como si no hubiera dormido en días. Me saqué la ropa y me metí en mi camiseta favorita, que solía ser de Peter. Me dormí de inmediato. Un par de minutos después, sentí dos brazos rodeándome y una pesada pierna deslizarse sobre la mía. Sonreí y me presioné contra él. Mi novio. Al único que necesitaba cuando las cosas se ponían mal. Es raro, pero cuando Nico me alejó de Peter esta noche, me sentí extraña, como si hubiera dejado mi corazón detrás. No me di cuanta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectada a él. Literalmente lo era todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras él estuviera conmigo, estaría bien.
Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar:
—Te amo —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras
 ________________________________________________

Comienza la Maraton 

+5  y más nove!

6 comentarios :