Capitulo 32
—Entonces, ¿vienen o no chicos? —pregunté, porque todavía estaban sentados en el sofá.
—Sí, está bien —suspiró Nico. Obviamente no quería venir, tal vez Peter estaba obligándolo. Agarró sus llaves y se dirigió a la puerta
—Sí, está bien —suspiró Nico. Obviamente no quería venir, tal vez Peter estaba obligándolo. Agarró sus llaves y se dirigió a la puerta
—. Voy a buscar el auto al porche. Los veo ahí.
—Oh, mierda, me olvidé mi cartera —dijo Cande, volviendo a mi habitación. Inmediatamente Peter me agarró y me besó, empujándome gentilmente contra la pared. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, apretando los dedos en su cabello.
—Mmm, te he extrañado —murmuró contra mis labios.
—¿En serio? No tenía idea. ¿Podrías hacerlo más obvio? —bromeé, haciéndolo reír.
—Oh, mierda, me olvidé mi cartera —dijo Cande, volviendo a mi habitación. Inmediatamente Peter me agarró y me besó, empujándome gentilmente contra la pared. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, apretando los dedos en su cabello.
—Mmm, te he extrañado —murmuró contra mis labios.
—¿En serio? No tenía idea. ¿Podrías hacerlo más obvio? —bromeé, haciéndolo reír.
Me besó de nuevo, chupando ligeramente mi labio inferior, pidiendo entrar. Ansiosamente abrí mi boca para él; metió su lengua, explorando cada parte de mi boca, provocando que sienta mariposas en el estómago. Alguien se aclaró la garganta y nosotros saltamos alejándonos, pensando que era Nico. Afortunadamente no lo era, era Cande.
Tenía la sonrisa más grande que alguna vez había visto en su cara.
—Ustedes dos se ven calientes juntos —declaró, sonriéndome.
Peter se rió y pasó su brazo alrededor de mis hombros.
—Ángel se ve caliente con quien quiera que esté. —Sonrió y besó mi mejilla suavemente.
—Aww, ¡eso es tan dulce! —arrulló Cande, poniendo una mano sobre su corazón, y mirándolo con adoración.
Puse los ojos en blanco.
—Oh, ¡vamos! Vamos a llegar tarde si no nos vamos ahora. —Agarré su mano y la empujé hacia la puerta. Me di la vuelta y le tiré mis llaves a Peter, quien cerró la puerta delantera detrás de él. Mientras me entregaba las llaves, sus dedos rozaron los míos a propósito, haciéndome gemir un poco en la parte posterior de mi garganta.
—Oye, Peter, no te importaría ir atrás con Lali, ¿verdad? Realmente me quiero sentar en el frente —dijo Cande desde el auto, guiñándome un ojo.
Vi a Nico negar con la cabeza a Peter, obviamente pidiendo ayuda. Peter sonrió en su dirección.
—No. Está bien, si quieres ir en el frente. —Me miró por la esquina de su ojo y le sonreí sutilmente a Cande. Amaba a mi mejor amiga; bendita sea, me estaba dando algo de tiempo con él.
—Ustedes dos se ven calientes juntos —declaró, sonriéndome.
Peter se rió y pasó su brazo alrededor de mis hombros.
—Ángel se ve caliente con quien quiera que esté. —Sonrió y besó mi mejilla suavemente.
—Aww, ¡eso es tan dulce! —arrulló Cande, poniendo una mano sobre su corazón, y mirándolo con adoración.
Puse los ojos en blanco.
—Oh, ¡vamos! Vamos a llegar tarde si no nos vamos ahora. —Agarré su mano y la empujé hacia la puerta. Me di la vuelta y le tiré mis llaves a Peter, quien cerró la puerta delantera detrás de él. Mientras me entregaba las llaves, sus dedos rozaron los míos a propósito, haciéndome gemir un poco en la parte posterior de mi garganta.
—Oye, Peter, no te importaría ir atrás con Lali, ¿verdad? Realmente me quiero sentar en el frente —dijo Cande desde el auto, guiñándome un ojo.
Vi a Nico negar con la cabeza a Peter, obviamente pidiendo ayuda. Peter sonrió en su dirección.
—No. Está bien, si quieres ir en el frente. —Me miró por la esquina de su ojo y le sonreí sutilmente a Cande. Amaba a mi mejor amiga; bendita sea, me estaba dando algo de tiempo con él.
Me subí a la parte de atrás y Peter se deslizó a mi lado, presionando su rodilla contra la mía. Puse las manos en mi regazo y sonreí. Se estiró y tomó mi mano, sujetándola con fuerza y poniéndola en el asiento del medio y movió su pierna para taparla de la vista en el caso de que Nico se diera la vuelta. Aunque no había muchas posibilidades, teniendo en cuenta que estaba manejando, pero supongo que es mejor prevenir que lamentar. El toque casual de Peter me estaba enviando chispas de electricidad a través de mi brazo. Me mordí el labio y miré por la ventana, luchando con el deseo de sujetarlo y besarlo hasta que no pudiera respirar. Después del más largo e insoportable viaje en auto, llegamos a la bolera. Está bien, eso fue un poco exagerado, sólo duró diez minutos, pero todo el tiempo estuve luchando conmigo misma para no saltar sobre él y sujetarlo con fuerza.
Éramos ocho jugando a los bolos: Peter, Nico, Cande, Rochi, Gas, su novia Dani, que había traído a su hermano Max, que había venido desde la universidad, y yo. Parecía que a Peter le había desagradado Max instantáneamente por alguna razón. Estaba siendo lo suficientemente educado, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos. En realidad me estaba divirtiendo a pesar de estar perdiendo completamente. Era terrible en los bolos y la única razón por la que había venido era para estar con mis amigos. Lo más destacado de toda la experiencia fue ver a Peter jugar. Cuando él se inclinaba para lanzar la bola, obtenía una perfecta visión de su trasero, y apenas podía contener mi disfrute.
—No eres demasiado buena en eso de los bolos, ¿huh? —preguntó Max, sentándose junto a mí y sonriendo.
Reí.
—No. Nunca le encontré el truco —admití, sacudiendo la cabeza con fingido horror.
—Podría enseñarte si quieres. Todo se trata de la posición —ronroneó sugestivamente.
Tragué saliva nerviosamente, pero traté de que no se notara.
—Posición, ¿de verdad? ¿Eso es por qué lo he estado haciendo mal todos estos años? —Sonreí, un poco incómoda, pero honestamente me gustaba coquetear, siempre y cuando no obtengan la idea equivocada y comiencen a tratar de tocarme.
—Soy una especie de experto con las posiciones. Sería más que feliz de darte algunas lecciones —ronroneó, inclinándose más cerca de mí y haciendo que me inclinara hacia atrás para mantener algo de espacio personal.
—Bueno, es mi turno ahora, así que ¿qué sugieres? —pregunté, parándome y eligiendo mi bola.
Se paró y caminó cerca detrás de mí.
—Definitivamente te sugeriría mover tus caderas con la bola. Tal vez deberías separar más las piernas, te dará más balance —dijo, moviendo las cejas. Me reí de su propuesta; Dios, ¡éste chico es tan obvio!
—Bueno, gracias por los consejos, veré cómo me va —reí y caminé para tomar mi turno. Mi bola fue directo, hasta el borde y solo golpeó un pino. Mi segunda bola se fue directamente a la canaleta—. Mmm, Max. Creo que tal vez deberías trabajar con tus consejos. Como que elevaste mis esperanzas aquí, y me siento un poco decepcionada —bromeé, haciendo un mohín.
Se rió.
—Wow, nunca había decepcionado a una chica antes —dijo, sonriendo orgullosamente.
—¿Demasiado engreído? —pregunté, riendo.
—¿Quieres descubrirlo? —me provocó.
—Mmm, déjame pensarlo. —Estreché los ojos y los pasé por su cuerpo, lentamente, desde la cabeza hasta los dedos del pie y hacia arriba nuevamente, asegurándome de morderme mi labio de manera coqueta. Él estaba sonriendo ampliamente—. ¿Puedes voltearte? —pregunté, tratando de ocultar mi risa.
—¿Quieres que me de vuelta? —preguntó, sonriendo.
Asentí.
—Bueno, es mi turno ahora, así que ¿qué sugieres? —pregunté, parándome y eligiendo mi bola.
Se paró y caminó cerca detrás de mí.
—Definitivamente te sugeriría mover tus caderas con la bola. Tal vez deberías separar más las piernas, te dará más balance —dijo, moviendo las cejas. Me reí de su propuesta; Dios, ¡éste chico es tan obvio!
—Bueno, gracias por los consejos, veré cómo me va —reí y caminé para tomar mi turno. Mi bola fue directo, hasta el borde y solo golpeó un pino. Mi segunda bola se fue directamente a la canaleta—. Mmm, Max. Creo que tal vez deberías trabajar con tus consejos. Como que elevaste mis esperanzas aquí, y me siento un poco decepcionada —bromeé, haciendo un mohín.
Se rió.
—Wow, nunca había decepcionado a una chica antes —dijo, sonriendo orgullosamente.
—¿Demasiado engreído? —pregunté, riendo.
—¿Quieres descubrirlo? —me provocó.
—Mmm, déjame pensarlo. —Estreché los ojos y los pasé por su cuerpo, lentamente, desde la cabeza hasta los dedos del pie y hacia arriba nuevamente, asegurándome de morderme mi labio de manera coqueta. Él estaba sonriendo ampliamente—. ¿Puedes voltearte? —pregunté, tratando de ocultar mi risa.
—¿Quieres que me de vuelta? —preguntó, sonriendo.
Asentí.
—Voy a necesitar ver la parte de atrás, no estoy segura si quiero aceptar tu oferta —dije con desdén. Me guiñó un ojo y se dio vuelta, obviamente pensando que estaba de suerte. Me mordí el labio para evitar reírme y modulé ¡Qué idiota! a Cande y Rochi que se estaban riendo como locas drogadas—. Está bien, puedes voltearte de nuevo —dije después de unos segundos.
Se volvió a mí.
—Bueno, ¿te gusta lo que ves? —preguntó, sonriéndome confiado. Me incliné hacia él.
—No, en realidad no. Simplemente no lo haces para mí, pero gracias por la oferta —declaré, sonriendo y guiñando un ojo mientras volvía a los asientos. Podía oír a mis amigas estallar en carcajadas, Cande y Rochi chocaron los cinco. Max sólo me estaba mirando con la boca abierta, obviamente no acostumbrado al rechazo. Le eché un vistazo a Peter, se veía herido y enojado.
Se volvió a mí.
—Bueno, ¿te gusta lo que ves? —preguntó, sonriéndome confiado. Me incliné hacia él.
—No, en realidad no. Simplemente no lo haces para mí, pero gracias por la oferta —declaré, sonriendo y guiñando un ojo mientras volvía a los asientos. Podía oír a mis amigas estallar en carcajadas, Cande y Rochi chocaron los cinco. Max sólo me estaba mirando con la boca abierta, obviamente no acostumbrado al rechazo. Le eché un vistazo a Peter, se veía herido y enojado.
¡Oh, mierda! ¿Qué hice? Simplemente estaba coqueteando, ¡no debería haber hecho nada! Traté de llamar su atención pero él apartó la mirada al tablero de puntuaciones, ignorándome. Mi corazón se hundió. Nico fue a buscar bebidas entre los juegos así que tomé la oportunidad para hablar con Peter; ni siquiera había mirado en mi dirección desde todo el incidente de Max.
—Hola —dije, moviéndome para sentarme junto a él.
—Hola —murmuró, mirando a las personas a nuestro lado jugar.
—¿No me vas a hablar? —pregunté, asustada de que dijera no.
Suspiró.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó tristemente, sacudiendo la cabeza, aún sin mirarme.
Tomé su mano y lo arrastré hasta los baños. Cuando entramos al baño de mujeres cerré la puerta detrás de nosotros y la trabé con llave.
—Lo siento. No me di cuenta que eso te molestaría. No quise decir nada con eso. Estaba coqueteando conmigo, sólo estaba bromeando, eso es todo —expliqué, tratando de que me mirara, pero sólo cerró los ojos por un segundo antes de mirarme otra vez.
—Ángel, eso fue difícil de ver. —Me empujó a su pecho, mirándome a los ojos; podía ver que lo había herido mucho.
—Lo siento, Peter. Honestamente, no quise decir nada con eso, sólo me estaba divirtiendo. La gente no sabe que estamos juntos así que difícilmente podía decir: “Max, deja de coquetear conmigo, mi novio está sentado justo allí” ¿o si? — pregunté, poniendo los brazos alrededor de su cuello.
Suspiró.
—Supongo que no. —Todavía se veía molesto, y me sentía terrible por haberlo lastimado.
—Aunque necesitas confiar en mí, nunca haría nada para lastimarte a propósito. Lo siento. —Tiré su cara hacia la mía y lo besé tiernamente.
—Ángel, eso fue difícil de ver. —Me empujó a su pecho, mirándome a los ojos; podía ver que lo había herido mucho.
—Lo siento, Peter. Honestamente, no quise decir nada con eso, sólo me estaba divirtiendo. La gente no sabe que estamos juntos así que difícilmente podía decir: “Max, deja de coquetear conmigo, mi novio está sentado justo allí” ¿o si? — pregunté, poniendo los brazos alrededor de su cuello.
Suspiró.
—Supongo que no. —Todavía se veía molesto, y me sentía terrible por haberlo lastimado.
—Aunque necesitas confiar en mí, nunca haría nada para lastimarte a propósito. Lo siento. —Tiré su cara hacia la mía y lo besé tiernamente.
Respondió de inmediato, besándome de vuelta y tirándome más cerca de él. Deslizó una mano y sujetó mi trasero, ni siquiera me afectó en lo absoluto, bueno, lo hizo pero no en una mala manera, me gustó, quería más. Tomé su otra mano y la puse encima de mi cuerpo, haciéndola apretar mi pecho. Se apartó, mirándome un poco sorprendido; le sonreí y lo volví a empujar hacia mí. Me besó con avidez, masajeando mis pechos. Su boca viajó por mi cuello, haciéndome temblar con deseo. Deslicé mi mano debajo de su camiseta, dibujando los músculos en su pecho, haciéndolo gemir. Lentamente movió su mano a la parte inferior de mi camiseta y la deslizó por debajo, pasando los dedos a través de mi piel, moviéndola lentamente hasta que llegó a mis pechos donde los masajeó a través de mi sujetador haciéndome gemir entrecortadamente.
Después de unos minutos se apartó, sonriéndome, sus ojos bailando con entusiasmo. Puso su frente contra la mía, ambos estábamos respirando con dificultad.
—Lo siento. No quise ser posesivo —dijo, besando la punta de mi nariz.
—No tienes nada por lo que disculparte, tonto. Ninguno de los dos ha hecho esto antes, así que tenemos que encontrar la manera de que funcione para ambos. —Lo besé tiernamente otra vez, saboreando la sensación de sus labios suaves contra los míos.
Suspiró.
—Creo que tenemos que salir ahora, antes de que la gente se dé cuenta que faltamos.
—Otro minuto no hará daño —susurré, sonriendo coqueta. Se rió y se inclinó para besarme de nuevo.
—No tienes nada por lo que disculparte, tonto. Ninguno de los dos ha hecho esto antes, así que tenemos que encontrar la manera de que funcione para ambos. —Lo besé tiernamente otra vez, saboreando la sensación de sus labios suaves contra los míos.
Suspiró.
—Creo que tenemos que salir ahora, antes de que la gente se dé cuenta que faltamos.
—Otro minuto no hará daño —susurré, sonriendo coqueta. Se rió y se inclinó para besarme de nuevo.
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