miércoles, 20 de marzo de 2013

Capitulo 23

Capitulo 23

—Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de zombis que da mucho miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa arrogante.

Jadeé. ¡No había pensado en esto! ¿No dormía muy bien sin Peter allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y ahora encima tendría sueños de zombis también? Desde que tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de Peter, como cuando uno de nosotros se fue de vacaciones, o un tiempo que él tenía
varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando. Le había pedido a Nico dormir conmigo algunas veces cuando era chica, pero él no detuvo los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.
Sabía que Peter no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años. Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama.
—Bien, no sé por qué luces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir demasiado intensamente tampoco. —Sonreí, sacándole la lengua.
—¿Um, es una invitación? —preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua. Seguro como el infierno.
—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta que nosotros dejáramos el restaurante.
Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado, tomando mi rostro en sus manos y besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas estaban mirando. Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome hacia él. El beso estaba tan bueno que me sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para el sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.
—Gracias —susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas y besuqueos!
—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu hermano. —Frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado.
—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizada ante el pensamiento de Nico sabiéndolo y volviéndose loco.
Asintió.
 —Sí, Ángel. Él sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo. —Hizo una mueca mientras hablaba; imagino que estaba pensando en la patada en el culo que Nico le daría cuando se lo contara.
—Peter, por qué nosotros no sólo lo dejamos por un tiempo y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar con él juntos. ¿Quiero decir, ni siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad? —pregunté con un encogimiento de hombros.
Realmente no veía el punto en hablar con Nico y trastornarlo todo si esto no iba a funcionar. ¿En realidad, cuánto tiempo duraría esto, una vez que comprendiera que yo realmente no pensaba dormir con él en el corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más cercana de sexo fácil, gritando mientras se iba.  Se veía un poco asustado.

—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz sonando lastimada.
—¿Honestamente? Solamente no creo que puedas esperar, Peter. ¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir que has tenido suficiente y dormir con alguna chica bonita y tonta? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro.
—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla. —Tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos, realmente creía que no me engañaría, pero él era un chico después de todo y su cuerpo diría algo más eventualmente.
—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando mi mano y haciéndole una señal al camarero. Vino inmediatamente.
—¿Hola, podemos conseguir la cuenta por favor? —pregunté con una sonrisa, asintió y se fue.
—Solamente voy al baño. ¿Si vuelve antes que esté de regreso, entonces usa esto, está bien? —Peter instruyó, dándome su cartera y caminando rápidamente al baño.
Hice una mueca; pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole esto. ¡Maldición, podía ser tan estúpida a veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo culo! Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome sonrojar porque acababa de sorprenderme mirando. Alcé la vista y el camarero estaba de pie allí con la cuenta.
—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí —refunfuñé, avergonzada.
—No te preocupes por ello. —Me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que estábamos al mismo nivel. Él puso una mano al dorso de mi silla y una sobre la mesa entonces estaba atrapada. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca.
—Entonces, no te he visto antes por aquí. Definitivamente habría recordado un rostro tan hermoso como el tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, mientras parecía que él me estaba imaginando desnuda. Me retorcí en mi asiento.
—Er no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente, mirando la cantidad que debía y agarrando la cartera de Peter de mi regazo.
—Soy Simon. —Ofreció su mano para darme la mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que solo jugaba con la cartera de Peter fingiendo buscar algo. Lo sentí jugando con mi cola de caballo y me sentí mal.
—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó, con una sonrisa coqueta.
—Su nombre es tócala otra vez y te romperé la cara —gruñó Peter posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé.
El tipo se levantó inmediatamente.
—Lo siento, solamente hablaba con tu novia eso es todo. No ha pasado nada — dijo con inocencia.
—Correcto —contestó Peter, sonando realmente molesto. Extendió la mano y tomó el recibo y su cartera de mis manos, lo miró y luego le dio el dinero al tipo mirándolo todavía airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. 

Peter me ofreció su mano.
—¿Estás lista, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras él nos condujo fuera del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí.
—¿Estás bien? Te ves un poco pálida —Dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando mi espalda y hombros, haciendo que todo mi cuerpo se relaje.
Me alejé después de un par de minutos.
—Estoy bien ahora. —Le sonreí de modo tranquilizador y él acarició ligeramente un lado de mi rostro.
—Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Nico a ordenar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.
Sonrió y entonces caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de reír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.

1 comentario :