martes, 19 de marzo de 2013

Capitulo 17

 Capitulo 17

—Tampoco puedes dormir, ¿eh? —preguntó, sonriendo. Negué con la cabeza.
—¿Por qué no sales y sacas provecho a la fiesta? No tiene sentido que estemos aquí despiertos. —Me alejé de él para que pudiera salir de la cama.
 Pero él negó con su cabeza y me haló de nuevo a su pecho.
—Estoy bien donde estoy.

Después de aproximadamente media hora, levanté mi cabeza y lo miré, se había quedado dormido y se veía tan tranquilo y dulce, y sin mencionar sexy. Prefiero nunca mirarlo de esta manera. Sabía que él era guapísimo y tenía un cuerpo impresionante, pero nunca se me había ocurrido mirarlo así. Mis ojos se movieron hacia su pecho. Él estaba realmente increíble y tenía abdominales perfectos. Acerqué uno de mis dedos y tracé las líneas de sus músculos en su estómago, sólo preguntándome cómo se sentiría.

Él se estremeció.
—Me siento un poco violado —afirmó, haciéndome saltar y alejar mi mano rápidamente.
Me reí porque había sido sorprendida.
—Bienvenido a mi mundo, me haces sentir así todo el tiempo. —Me encogí de hombros.
—Supongo que sí, lo siento —dijo, casualmente. Inmediatamente me pregunté por qué él no era así todo el tiempo; sí lo fuera, probablemente estaría enamorada de él como las demás chicas lo estaban.
—Oye, viendo que no podemos dormir... ¿Qué te parecer jugar? —sugirió en tono emocionado, lo que era probablemente una mala señal.

Puse mis ojos en blanco, tratando de no pensar en los estúpidos juegos que él propondría.
—No estoy jugando contigo; será algo como un juego de quitarse la ropa, o algo que implicará que me veas desnuda —dije, frunciendo el ceño y haciendo una mueca con los labios.

Él se rió y tomó mi labio inferior entre su pulgar y dedo índice.
—Sin pucheros, Ángel. Si el viento cambia te quedarás atascado así —bromeó, corriendo su pulgar por mi labio.

El movimiento me hizo agua por alguna razón. Saqué mi lengua y lamí su pulgar en broma, esperando que él se alejara y me dijera que era asqueroso. Pero no lo hizo. En cambio, un pequeño gemido surgió de su garganta. El sonido hizo que algo muy profundo dentro de mí cosquilleara y palpitara.

Movió su cabeza cerca de la mía y luego se detuvo, sus labios estaban a pocos milímetros de los míos. No podía respirar, mi corazón estaba acelerado, pero no era el usual miedo que tenía, era porque quería que me besara. Él pareciera estar esperando que le diera una señal para decir que estaba bien. 

Tragué saliva y cerré la distancia, presionando mis labios a los suyos ligeramente. Se sentía como si él me diera un shock, mi cuerpo empezó a temblar y vibrar con la necesidad de él tocándome. Un millón de mariposas parecían alzar el vuelo en mi estómago, pero sabía que no era causado por el alcohol.
Respondió de inmediato, acercándome a él y recorriendo mi espalda con sus manos. Levanté mis brazos y los puse alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su cabello castaño y sedoso. Sus labios eran suaves y encajaban perfectamente en los míos. Él chupó suavemente mi labio inferior y abrí mi boca, sin realmente saber que esperar de mi primer beso adecuado.

Deslizó su lengua en mi boca y masajeó la mía con ternura. El sabor de él era increíble mientras exploraba mi boca entera. Todo mi cuerpo estaba quemando, queriendo más…

De repente, se apartó, haciéndome gemir y me pregunté en que me había equivocado. Él levantó la cabeza a mi puerta, apretando su mano sobre mi boca para mantenerme callada.

—Grita que estás bien —susurró. Lo miré, confundida.
—¡Lali! ¡Abre la puerta! —gritó Nico, golpeando la puerta con fuerza.
Peter asintió con la cabeza y me retiró su mano de mi boca. Me aclaré rápidamente la garganta.
—Nico, estoy bien. Estoy cansada, así que vete —grité, tratando de hacer mi voz sonar enojada.
—La, ¿Has visto a Peter? —preguntó Nico, a través de la puerta. Miré a Peter, horrorizada. ¿Qué diablos se supone que tengo que responder a eso? Sí, en realidad está en la cama conmigo, medio desnudo, y acabo de tener mi lengua en su garganta. Ahora te puedes ir, que estás interrumpiendo. Sí, no creo que eso le agradaría mucho a mi hermano.
—Me fui a casa —susurró Peter, asintiendo con la cabeza alentadoramente.
—Dijo que se iba a casa, Nico. Ahora vete —grité, mordiéndome los labios y esperando que él se lo hubiera creído. Peter inclinó su cabeza hacia abajo y sentí sus suaves labios de nuevo en los míos pero paro de nuevo, alejándose con un suspiro cuando Nico vuelve a gritar.
—Lali, ¿estás bien? Suenas un poco extraña.
Me reí.
—Sí. Me enfermé así que vine a la cama, pero ahora estoy bien. Te veré en la mañana. Oh, y por cierto, no voy a limpiar, así que necesitas hacerlo todo — bromeé, sonriendo ante la idea de que él limpiara toda la casa solo.
—Lo que sea, La, ambos sabemos que me ayudarás de todos modos —dijo Nico, riendo.

Miré hacia Peter, que sonreía con su hermosa sonrisa y presionó sus labios contra os míos de nuevo, haciendo que el cosquilleo volviera al instante. Su mano se deslizó lentamente por mi lado mientras su lengua regresaba a mi boca, su sabor en mis papilas gustativas. Él llegó a la parte inferior de la camisa que usaba y deslizó su mano por debajo, recorriendo mi muslo con su mano y tocando mi cadera. Sus dedos trazaron lo largo del material de la tanga, de modo que su mano estaba en mi trasero.

Mi piel parecía arder dónde me tocaba.

Fue en ese momento que regresé en mí misma. Esto era demasiado rápido. Moví mi cabeza hacia atrás y saqué su mano para que dejara de moverse por mi top.

—Oh, lo siento. Demasiado rápido, ¿cierto? —preguntó, un poco culpable. Asentí on la cabeza, tratando de recuperar el aliento y calmar a mi cuerpo
—. Está bien, Ángel. Vamos a dormir, entonces —sugirió, con una gran sonrisa.

Se alejó un poco de mí y se recostó, halándome a su lado. Puse mi cabeza en su pecho y colgué mi pierna sobre él y mis brazos en su cintura. Él se agachó y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos. Sus labios rozaron la parte superior de mi cabeza y cerré los ojos, sintiéndome más feliz de lo que había estado por mucho tiempo.

Justo antes de dormir tuve una horrible sensación de que esto era un error que terminaría pagando por la mañana. Quiero decir, estaba con el mejor amigo de mi hermano, que era un total mujeriego, y que sólo se preocupaba por él mismo.

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