jueves, 28 de marzo de 2013

Capitulo 38

Capitulo 38

El tiró de mí hacia su casa, sosteniendo mi mano, y sonriendo con entusiasmo. 
—¿Mamá? ¿Papá? ¿Están en casa? —gritó Peter, buscando en el salón vacío.
Podía oír voces en la cocina. 
—Sí, cariño. Estamos aquí —llamó Claudia.

Peter sonrió feliz y me arrastró a la cocina. Claudia estaba horneando galletas y Pablo estaba ocupado tratando de comer la mezcla de la galleta directamente del tazón, haciéndola reír y ella le golpeó la mano con la cuchara de madera. Me reí entre dientes de la escena. Ellos siempre eran así, ella era la perfecta ama de casa y madre, y él la adoraba a ella y a Peter, lo cual era muy dulce.

—Hey, Lali. Cuánto tiempo sin vernos —dijo Pablo, agarrándome en un abrazo, lo que hizo que mi corazón se acelerara.
—Hey, Pablo. Hola, Clau. ¿Cómo están?— pregunté alegremente.
—¡Estamos muy bien! Lali, te abrazaría pero estoy cubierta de galletas, cariño. —Claudia frunció el ceño, levantando sus manos en evidencia.

—¡Sí, puedo ver eso! Huelen tan bien —le dije, mirando las ya cocidas en el plato sobre el mostrador. Me pasó el plato y felizmente tomé una, sonriendo—. Gracias.
—¡Hey! Dijiste que no podía tomar una porque se estaban enfriando —se quejó Pablo, haciendo pucheros, haciéndome reír; ella cogió una galleta y la lanzó hacia él con un guiño.
—Um chicos, me preguntaba si querían conocer a mi novia. ¿Tal vez ella pudiera cenar con nosotros esta noche? —Sugirió Peter, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda.

Una sonrisa se extendió a través del rostro de Claudia. Se veía tan contenta que realmente pensé que en realidad estaba conteniendo las lágrimas.

—¡Oh, Peter! ¡Me encantaría conocerla! Todavía no puedo creer que tengas una novia. ¡Pasaste todo este tiempo diciendo que sólo había una chica para ti y ahora finalmente eres capaz de seguir adelante y salir con alguien! —arrulló, prácticamente rebosante de emoción y orgullo.
—Si bien, mamá, baja el tono un poco, ¿eh?—murmuró Peter, poniendo los ojos en blanco.
—Entonces, ¿a qué hora viene? ¿La has conocido, Lali? ¿Es bonita? —preguntó Claudia, sonriendo hacia mí. Miré a Peter, sin saber qué decir.
Toda esta situación era ridícula. ¿Y dijo ella que Peter siempre había dicho que sólo había una chica para él?
—En realidad, mamá, ella está aquí ahora mismo —dijo Peter con orgullo, frotando mi espalda suavemente y sonriendo hacia mí. Sus ojos fijos en los míos, haciendo que todo mi cuerpo se sintiera un poco más caliente. Claudia saltó y se limpió las manos en un paño, de forma rápida arreglándose el pelo frenéticamente, antes de que ella prácticamente corriera hacia el pasillo.
Bueno, ¡raro!

—Mamá, ¿qué estás haciendo? —preguntó Peter, riendo; me di cuenta de que Pablo estaba mirando la mano de Peter en mi espalda, con una amplia sonrisa en su rostro.
—Bueno, ¿está ella estacionando el automóvil o algo así? —preguntó Claudia, mirando hacia atrás a Peter antes de mirar a la puerta otra vez. Él se echó a reír más fuerte y Pablo y yo reímos también.
—Mamá, esta es mi novia. Su nombre es Lali Esposito. —Peter sonrió con orgullo hacia mí mientras me presionaba a mí misma más cerca de él.
La cara de Claudia reaccionó para mirarme, sorprendida. Poco a poco, su cara volvió a la felicidad, luego dicha completa, mientras reía y corría hacia mí, agarrando a ambos, a Peter y a mí en un gran abrazo.
—¡Oh, Dios mío! Al fin, ¿ustedes dos se unieron? ¡Por fin! —Ella casi gritó, saltando arriba y abajo en su lugar. Peter, envolvió su brazo alrededor de mi cintura y me tiró más cerca de él.
—Sí, finalmente —confirmó, poniendo los ojos en blanco, pero luciendo divertido a la vez. Pablo llevó la mano hacia Peter. Se estrecharon las manos en un gesto muy adulto, antes de que lo atrajera en un abrazo de oso.
Después que toda la emoción se hubiera apagado, fuimos a cenar. Fue mu agradable estar sentada con los padres de Peter así, ellos sinceramente no dejaron de sonreír. Cada vez que Peter y yo nos tocábamos, Claudia suspiraba feliz, radiante hacia nosotros.
—¡Bien, ustedes chicos pueden limpiar la mesa! —ordenó Claudia, agarrando mi brazo y tirando de mí hacia la sala de estar—. Estoy muy feliz por ustedes dos. Peter te dijo que ha estado enamorado de ti durante años, ¿verdad? —sonrió. Mi respiración quedó atrapada en mi garganta por su elección de palabras. ¿Ella pensaba que Peter estaba enamorado de mí? Él no estaba enamorado de mí, ¿verdad? ¿Realmente él susurró que me amaba ayer por la noche antes de dormirme?

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