martes, 26 de marzo de 2013

Capitulo 35

Capitulo 35

—¡¿Qué mierda es esto?! —escuché a Nico bramar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.
—¡Nico no tan alto vas hacer sangrar mis oídos! ¿Qué pasa? —pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me di cuenta que estaba mal. Aún estaba en el sofá con Peter. ¡Oh no! salté rápidamente y miré a Peter, quien tenía su boca colgando abierta, luciendo completamente en shock. Está bien, necesitaba salvar la situación rápidamente—. ¡Maldita sea Peter! ¡Puaj! ¿Tenías tus manos sobre mí? —grité, pretendiendo estremecerme en horror. Nico me miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.

—Yo… er… no… ¿Qué? —Peter balbuceó.
—¿Qué demonios estabas haciendo con él, Lali? —Nico gruñó molesto, apuntando a Peter quien se veía confundido a este punto.
—Debí haberme quedado dormida, supongo —fruncí el ceño, agitando mi cabeza como si estuviera confundida también.
—¿Quedarte dormida? Bueno, ¿qué estabas haciendo con él, en primer lugar? — pregunto, lanzándole a Peter otra mirada asesina, antes de volverse hacia mí.
¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar esto!
—Tuve un mal sueño, Nico —murmuré, mirando al suelo, y pretendiendo estar alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mí alrededor, instantáneamente, poniendo su barbilla en lo alto de mi cabeza. 
—Oh mierda, Lali. Está bien —susurró, balanceándome ligeramente.
—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no estabas. Peter me consoló, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos —susurré, sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad no estaba lista para que supiera aún, especialmente después de la forma en la que estaba mirando a Peter.

—Lo siento, solo pensé… bueno, olvídalo —Nico murmuró, tirando de vuelta para mirarme—. ¿Estás bien? —asentí, mordiendo mi labio para tratar y aliviar algo de la culpa que sentía. Miró por encima hacia Peter—. Lo siento, hombre, salte a conclusiones y er… gracias por cuidar de mi hermana.
Peter se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di una expresión suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.
—Sí, no hay problema —se encogió de hombros, frotando una mano a través de su desordenado cabello de cama.
Rápidamente salí del agarre de Nico.
—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De cualquier manera que hora es? —pregunté, mirando alrededor buscando mi teléfono celular. ¿Por qué no había sonado la maldita alarma?
—Aún no son las seis, Lali. Me desperté temprano —se encogió de hombros.
—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme una ducha. Er… gracias, Peter, por anoche —dije, ruborizándome y dándole una pequeña sonrisa.
—Definitivamente fue un placer, Ángel. —me guiñó un ojo, sonriendo felizmente. Nico lo golpeó en la parte trasera de su cabeza, haciéndolo estremecerse.
—¡Hermana menor! —señaló, rodando su ojos y pisando fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos a Peter y a mí en la sala.

Una vez Nico se había ido, Peter me miró.

—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel —susurró, frunciendo el ceño.
—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? —rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Nico tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, uno para Peter. Los lleve a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.

—Er.... gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops —dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
—Claro que sí, te lo comes todos los días —me miró como si hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así?
Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates —dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos.
—¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar? —le pregunté, molesta.
—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno —dijo simplemente.
Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
—¿Los haces para mí? ¿Todos los días? —pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Nico entró entonces, así que no podía decir nada. Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él:

“¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que hicieras eso. ¡Voy a darte las gracias adecuadamente más adelante! X” envié. Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.

10 comentarios :

  1. no le queres sacar lo de poner un codigo haber si sos un alien o algo asi cuando comentas?

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  2. me encantoooooooo, la empece a leer anoche y ya me la lei toda hasta aca
    @otralanzanita

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  3. no queres hacer una maraton? ajajaja
    @otralanzanita

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  4. me enamore de la nove! tenes tw?

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  5. ME ENCANTAAAAAAAAAAA MORI CON PETER !!

    MAAAAAAAAAAAAAAAAS <3

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