jueves, 21 de marzo de 2013

Capitulo 25

Capitulo 25

Después de la comida, Cande puso la estúpida película de terror. Me senté junto a Peter, lo que significó que Nico se tuvo que sentar junto a Cande en el otro sofá — evidentemente fastidiado. La película fue horrible; Peter colgó su brazo casualmente sobre el respaldo del sofá y estuvo jugando con mi cabello
discretamente, lo que la hizo un poco más soportable. Hacia la mitad honestamente estaba tan asustada que me deslicé justo al lado de Peter y enterré mi cabeza en su pecho. Podía sentir a Nico lanzando dagas hacia nosotros, pero no lo pude evitar.
Para el momento en el que terminó, casi estaba en su regazo, para su diversión. Podía ver el bulto formándose en sus jeans a pesar de que puso su brazo sobre él para cubrirlo rápidamente. Me sonrojé levemente, sabiendo que había provocado eso, porque se sentía atraído a mí y yo estaba saltando sobre él. Mi mente volvió a todas las veces que había estado excitado cerca de mí antes, en la cama o bailando,y me pregunté cuántas de ellas fueron causadas por atracción. Me mordí el labio, tal vez le preguntaría en otro momento.
Finalmente la estúpida película de zombies había terminado y suspiré de alivio.
—Eso fue impresionante —gorjeó Cande, sonriendo.
—Sip, la mejor película que he visto en años —estuvo de acuerdo Peter con una sonrisa, sabía que lo decía porque estuve sentada sobre él.
—¡La odié! ¿Cómo pueden decir que estuvo buena? Quiero decir, cielos, son personas muertas que comen personas vivas y también las convierten en zombies comedores de carne. Y ahora tengo que ir al baño, ¡y tengo miedo de ir sola! —me quejé, poniéndome de pie y haciendo pucheros. ¿Por qué había visto la estúpida película de todos modos? ¡Sabía que me asustaría!
Los tres se rieron de mí, pero Peter se paró.
—Iré contigo y revisaré el baño por aterradores no muertos antes de que entres, ¿qué te parece? —ofreció, inclinando la cabeza hacia el baño en el corredor, sonriendo.
—¿Revisarías mi habitación también? ¿Y mi baño? —pregunté esperanzada. Se rió, obviamente pensó que estaba bromeando—. No estoy bromeando, Peter.
—Lo que tú quieras, Ángel —estuvo de acuerdo, sonriendo y siguiéndome por el pasillo. Me detuve fuera de la puerta del baño y esperé que él entrara primero. Salió un minuto después, riéndose entre dientes—. Es una zona libre de zombies — dijo, sacudiendo la cabeza y sonriéndome.
—Gracias —murmuré, sonrojándome y sintiéndome como una niña pequeña. Me dirigí al baño, dejando la puerta sin cerrar en caso de que necesitara salir de allí rápido. Sabía que estaba siendo estúpida pero simplemente no podía evitarlo. Lavé mis manos, salí y lo vi inclinado contra la pared esperándome, lo que me hizo sonreír.

—Pensé que sería mejor esperarte. Nunca sabes qué podría estar al acecho en un pasillo oscuro —dijo, mirando alrededor lentamente con los ojos muy abiertos. Mi corazón saltó a mi garganta mientras me tiraba hacia él, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura con fuerza y enterrando mi cara a un lado de su cuello. Él río
—. Sip, ¡la mejor película! —declaró, poniendo sus brazos alrededor de mí caminando por el pasillo hacia el salón. Antes de doblar la esquina se apartó y me besó suavemente en los labios.
—¿En serio? ¿Lo hiciste esperar afuera de la puerta? Eso es bajo, La. Espero que por lo menos hayas cerrado la puerta esta vez —se burló mientras me sentaba. Asentí.
—Sip, cerré la puerta, no creí que quisiera escuchar —confirmé, riéndome—. ¿Qué les parece jugar a la Wii? —sugerí, tratando de cambiar el tema de mi fobia a los zombies. Todos asintieron así que Nico lo preparó. Se decidieron por deportes así que Peter y Nico jugaron al de boxeo primero. Cande se movió para sentarse a mi lado, los dos chicos estaban parados y jugando en frente nuestro.

—Mmm, simplemente no puedo decidir cuál de los dos tiene el trasero más lindo. ¿Qué piensas? —dijo Kate en voz baja pero lo suficientemente alto para que los chicos escucharan.
—¡Ew! En serio, ¿qué está mal contigo? ¡Es mi hermano! —grité, temblando.
—Sólo uno de ellos es tu hermano, Lali, el otro es en serio malditamente caliente. Y creo que tiene una debilidad por ti —susurró demasiado alto otra vez, haciéndome temblar.
Vi a Nico lanzar una mirada de muerte a Peter que se veía como si estuviera pretendiendo que no pudiera escuchar.
—Claro, sí, está bien —contesté sarcásticamente, haciendo girar los ojos—. Vamos, apúrense, quiero jugar —me quejé, tratando de cambiar de tema. Cande realmente no tenía idea de qué tan cerca estaba.

—Aquí, Ángel, puedes tomar mi turno. Será mejor que me vaya de todos modos, es casi medianoche, mis padres se deben estar preguntando dónde estoy —dijo Peter sosteniendo el control hacia mí. Cande saltó y lo agarró, sonriendo y asintiendo hacia mi hermano, señalando que quería jugar con él.
—Peter, ¿revisarías mi habitación antes de irte? —pregunté, sintiéndome patética y como un niño pequeño asustado. Sonrió pero no se rió de mí, lo que me pareció sorprendente.

—¡Oh, está bien! —forzó un suspiro, con sus ojos divertidos. Por su mirada, en realidad le gustaba el hecho que le estuviera pidiendo que hiciera esto, quizás le gustaba ser todo protector o algo, quizás lo hacía sentir necesitado. Marchó a mi habitación, me paré y lo seguí después de unos segundos. Cerré mi puerta silenciosamente, y me incliné contra ella. Lo miré mientras que en realidad caminaba por mi habitación, mirando bajo la cama y en el armario, antes de dirigirse a mi baño. Mientras caminaba de vuelta a la habitación, sus ojos aterrizaron en mí, honestamente no sabía que estaba allí podía decir por su cara sorprendida. Bendito sea, mi novio en realidad había revisado mi habitación completa por zombies. Mi corazón se saltó un latido al pensar en él siendo mi novio.
—Hola —ronroneé seductoramente mientras caminaba hacia mi cama y me sentaba.
—Hola —contestó con una pequeña sonrisa. No hizo ningún movimiento para acercarse; creo que estaba tratando de no apurarme. Di unas palmaditas a la cama junto a mí y con entusiasmo trotó hasta mí y se sentó.
—Gracias por revisar mi habitación —susurré, jugando con el cuello de su remera, pasando mi dedo por su piel por allí.
—En cualquier momento. Siento que no voy a estar aquí para ti esta noche. Trata de no tener demasiadas pesadillas, ¿está bien? —Me miró con ojos tristes, ambos sabíamos que tendría pesadillas sin él aquí.

Me arrodillé y me moví hacia él, lanzando la pierna por encima de la suya así estoy sentada en su regazo, a horcajadas sobre él. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y miró en esos hermosos ojos verdes. Parecía un poco desconcertado, pero sus ojos bailaban con entusiasmo.
—Siento que Cande se vaya a quedar otra vez. Realmente voy a extrañar estar medio aplastada a muerte en la noche —bromeé. Lo dije como una broma, pero para ser honestos, realmente iba a extrañarlo esta noche.
—Bueno, realmente voy a extrañar medio aplastarte a muerte —bromeó, frotando sus manos en mi espalda.
—Trata de dormir un poco esta noche, ¿de acuerdo? —supliqué. Realmente odiaba cuando se quedaba sin dormir, me hacia sentir culpable porque él sólo empezó a dormir acá, en primer lugar para consolarme y ahora se quedó atrapado con eso.
—Lo voy a intentar.

De repente tuve ganas de darle un beso y tal vez burlarme de él un poco, pero me daba miedo hacerlo. Bien, simplemente hazlo, Lali, ¿qué es lo peor que podía pasar? Es Peter; se detendrá si se lo pides.
—Tal vez te podría darle un poco de algo para soñar. ¿Te parece que eso te ayudaría? —le pregunté, mordiéndome los labios y levantando mis cejas. Me miró con una expresión un poco insegura; obviamente no estaba esperando tanto contacto físico tan pronto. Me di cuenta por el bulto en sus pantalones vaqueros presionando entre mis piernas que él quería el contacto físico, pero también me di cuenta de que me dejaba hacer los primeros movimientos.
—Puede ser que ayude —dijo con voz ronca, haciendo que mi cuerpo cosquillee y mi piel se caliente.

Me incliné hacia adelante y lo besé con pasión, hizo un pequeño gemido mientras deslizaba su lengua en mi boca. Le pasé las manos por el pelo, amando la sensación de suavidad de el en mis dedos. No hizo ningún otro movimiento, solo me besó, pero yo quería un poco más, así que empuje sus hombros, haciendo que se acostara así yo estuviera encima de él. Le pasé mis manos por el pecho y metí la mano bajo su camiseta, siguiendo su escultural abdomen, haciéndolo temblar ligeramente.
Me rodó por lo que estaba debajo de él, rompió el beso y me miró, nuestras miradas se encontraron tratando de frenar nuestra respiración. Agarré su camiseta y las subí por sobre su cabeza, haciendo que parara de respirar por completo. Bajé la vista hacia su pecho. Realmente era hermoso; recorrí con mis dedos hacia abajo, maravillándome de que este chico quería estar conmigo. Todavía no se había movido, sólo se cernía sobre mí, mirando sin saber qué hacer, así que puse mis manos en su cuello de nuevo y tiré de él hacia abajo para que me bese. Me devolvió el beso con entusiasmo. El beso se estaba calentando; sólo lo dejo para besarme en la mejilla bajando por mi cuello. Sus manos se movieron lentamente hacia mi estómago y se deslizaron debajo de mi top, rozando con sus dedos la piel de ahí. Continuó besándome hacia abajo sobre el top hasta que llegó a mi estómago luego subió el top y comenzó a besar mi piel. Sentí su lengua recorriendo el camino justo debajo de mi ombligo haciéndome gemir. Estaba teniendo una sensación en mi interior que era como un dolor ardiente pero traté de no pensar en ello, la sensación asustaba la vida fuera de mí.
Me empujó el top ligeramente más arriba y lo sentí besarme el material de la parte de más baja mi sujetador. Todavía estaba de acuerdo con esto; estaba disfrutándolo mucho más de lo que pensé que haría. Pensé que esto sólo le daría algo para soñar, pero tenía la sensación de que lo volvería revisar esta noche también. Mi top se levantó un poco más alto y lo escuché gemir suavemente mientras exponía completamente mi sujetador. Su mano se deslizó arriba de mi estómago y suavemente pasó la mano sobre uno de mis pechos, sólo una vez, antes moverse lejos como si estuviese esperando que lo detenga. Cuando no dije nada, puso su mano devuelta ahí y tomó mi pecho. Gemí de nuevo. Se sentía tan bien tenerlo tocándome; llevó su boca devuelta a la mía y me besó con ternura, todavía masajeando mis pechos gentilmente.

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