viernes, 22 de marzo de 2013

Capitulo 30

Capitulo 30

Me levanté un par de horas más tarde, me vestí y salí a la cocina. Peter ya estaba ahí. No debería estar realmente sorprendida, casi nunca estaba en su casa. Pasaba la mayor parte del día aquí, cuando no estaba en la escuela, saliendo como a las nueve de la noche sólo para escabullirse de nuevo en mi ventana, alrededor de las diez treinta.

Le sonreí, pero rápidamente desvié la mirada, porque estaba sentado junto a Nico.
—Buenos días, La. ¿Dónde está Cande? ¿Has hablado con ella sobre no tocarme? —preguntó Nico, haciéndome reír por su expresión seria.
—Está en la ducha. De todos modos, deberías estar halagado de que le gustes; aunque tal vez se pasa a Peter hoy —me burlé, guiñándole un ojo.
Peter gimió.
—¡De ninguna manera! Estoy saliendo con alguien —afirmó con seguridad. Me ruboricé un poco y me moví incómoda en mis pies porque le había dicho eso a Nico.
La cara de Nico se desvió en su dirección.
—¿Estás saliendo con alguien? ¿Algo, como, seriamente? Tú nunca tienes relaciones —dijo, frunciendo el ceño y mirando con incredulidad.
—Estoy loco por ella —dijo Peter, encogiéndose de hombros.
Me dirigí al refrigerador para tomar un poco de leche para mi cereal, tratando de fingir que no estaba ahí. Mi corazón estaba fallando en mi pecho. ¡Oh, dios! ¡Él iba a hacerlo! ¡Iba a decirle a Nico!

—¿Loco por ella? Así que debes estar sobre ella. Debe ser muy buena en la cama —dice Nico, sonriendo y dándole una palmada en la espalda con orgullo. Me atraganté con el jugo de naranja.
—No he dormido con ella. Ella no cree en el sexo antes del matrimonio. —Peter sonrío.

Nico parecía estar cerca de desmayarse, estaba mirando a Peter como si le hubiera
crecido otra cabeza.

—Tú... Ella... ¿Qué? —tartamudeó, agitando su cabeza con violencia.
Peter se rió.
—A partir de ahora, estoy oficialmente retirado del negocio. Por lo tanto, Ángel, dile a tu amiga que no estoy disponible —indicó, volviéndose hacia mí y guiñándome.
—Lo haré. Vaya, así que un mujeriego reformado, tal vez haya esperanza para ti después de todo, Nico. —Me reí, lanzándole un pedazo de coco.
—De ninguna manera, le doy a Peter una semana antes de que regrese a su antiguo yo, acostándose con cualquier cosa que se mueva —dijo Nico con confianza.
—No sé, Nico. Esto se ve bastante serio para mí —dije, mientras terminaba mi desayuno. Peter me sonrío, obviamente le gustó lo que dije, mostrándole mi confianza.
—Finalmente has aprendido a usar la cabeza que está pegada a tu cuello — bromeó Nico, haciéndome dar un respingo con sus palabras.
—Creo que es dulce, Peter. Ella debe ser una chica afortunada; ojalá que no rompas su corazón —murmuré, mirando mi plato vacío; con la esperanza de que él no me hiciera daño.
—No lo haré —digo Peter con confianza. Me sonrío mientras caminaba de vuelta a mi habitación para ver a Cande. Podía oír a Nico interrogando a Peter en la cocina, y no quería estar ahí para eso.

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