jueves, 21 de marzo de 2013

Capitulo 26

Capitulo 26

Podía sentir su erección presionando en mi muslo y empecé a ponerme un poco nerviosa porque esto se estaba poniendo demasiado caliente, demasiado rápido. ¡Oh Dios, necesito parar! Rompí el beso.
—Peter —dije sin aliento.
Sus ojos fueron a los míos de golpe y sacó sus manos de encima de mí, empujándose a sí mismo arriba por lo que estaba flotando por encima de mí, sin tocarme aparte de nuestras piernas entrelazadas.
—¿Paro? —preguntó, su voz sonaba ronca y llena de lujuria. Tragué saliva y asentí. Él inmediatamente se apartó de mí por completo y se sentó en el borde de la cama, poniéndose su camiseta.
Me senté, sonrojándome, sintiéndome estúpida y como una niña pequeña. ¡Vaya, ni siquiera permití que me sacara el top!
—Lo siento —murmuré, sin mirarlo.
—Ángel, no necesitas lamentarlo. Nosotros no teníamos que hacer eso. Te lo dije, lo que quieras. No voy a decir que no me gusto esto, porque eso sería una mentira. Esa fue la cosa más malditamente caliente que me ha sucedido —dijo, encogiéndose de hombros.
Me reí de esa declaración.
—¿La cosa más caliente que alguna vez te haya sucedido? Sí claro, probablemente has dormido con más de un centenar de diferentes chicas y habrás hecho quien sabe que con ellas y a ellas, y ni siquiera me sacaste mi top antes de que me asustará —dije sarcásticamente, sintiéndome como una idiota. Él no necesitaba mentirme para hacerme sentir mejor.
—Ángel, confía en mí esta fue la cosa más caliente que me haya sucedido. Solo vos, me haces sentir diferente. Incluso besarte es diferente, es mil veces mejor que cualquier cosa que haya sentido antes. Haces que mi cuerpo queme en todas las partes en donde me tocas. No puedo explicarlo. —Frunció el ceño y sacudió la cabeza como si estuviera molesto consigo mismo por no tener las palabras correctas.

—Sé lo que quieres decir. —Sonreí, besándolo suavemente en los labios. Me sonrió.
—Ahora es cuando se supone que me decís que esto fue la cosa más caliente para ti también —bromeó, sabiendo que no había besado a nadie más que a él y a ese idiota que me beso en la fiesta.
Fingí pensar en ello durante unos segundos.
—He tenido mejores.
Se echó a reír.
—Sí, apuesto a que lo has tenido —respondió, moviendo la cabeza con diversión. Le sonreí y suspiró—. Creo que será mejor que me vaya. Gracias por hoy; tuve realmente un buen rato contigo. Duerme tranquila, bien. Oh y por cierto, esto que acabamos de hacer se suponía que me ayudara a dormir, bueno, no creo que vaya a tener el efecto deseado. Creo que en realidad va a mantenerme despierto toda la noche pensando en ello —dijo, trazando con su dedo mi pómulo.
Me reí.
—A mi también —admití, haciéndolo reír también.
Se levantó y me tendió su mano, la tomé y me ayudó a levantarme, caminamos por el pasillo agarrados de las manos. Se detuvo en la esquina y me besó en la frente antes de suspirar y soltar mi mano.
—Correcto, chicos, me voy. Los veré mañana —dijo Peter , mientras caminaba hacia la puerta de entrada.
—Sí, te veo —respondieron ambos, todavía concentrados en su juego de tenis en la televisión. Peter me sonrió desde la puerta pero era obligado, sabía que casi le hacía daño irse, le sonreí en respuesta y él cierra la puerta. En el momento en que la puerta se cerró mi corazón se hundió. La idea de tener que pasar dos noches en mi cama sin él me hace sentir un poco enferma; habría sido horrible aunque no estuviéramos juntos, pero ahora en realidad se sentía como una tortura. Suspiré y volví al sofá para mirar a Nico patear el trasero de Cande en la Wii.

4 comentarios :